Madrid

La Cristiandad y los cardenales peregrinan «a la tumba de Franciscus»

Roma, el centro de la Cristiandad, siempre ha sido lugar de peregrinación. La sede de Pedro, la tumba de la mayoría de los papas de la historia de la Iglesia ha convocado secularmente a los católicos de todos los rincones de la Tierra. Una convocatoria que siempre es redoblada en los años jubilares, como está sucediendo en este Año Santo de la Esperanza.

Franciscus

En el día en que se celebraba el Jubileo de los Adolescentes, las miradas del mundo se han dirigido a la Basílica de Santa María Mayor, un nuevo punto de referencia para la catolicidad. Es allí donde este último sábado, 26 de abril, era enterrado Franciscus, como dice la inscripción colocada en la losa que cubre su sencilla tumba.

Desde muy temprano, cuando fue abierta al público, miles de personas han formado largas filas para visitar al Papa que condujo los destinos de la Iglesia católica en los últimos 12 años. «Una multitud que impresiona, como vimos también en la Plaza de San Pedro», decía el cardenal Cobo poco después de participar de las Vísperas Solemnes en la que se ha hecho presente la mayor parte del Colegio Cardenalicio.

Al lado de la Salus Populi Romani

El arzobispo de Madrid, uno de los 134 electores que participarán del Cónclave que elegirá al sucesor del primer Papa latinoamericano, decía que se palpa el silencio en el interior de la Basílica donde el Papa encomendaba y agradecía por cada uno de sus viajes apostólicos, rezando a los pies de la Salus Populi Romani, muy cerca de donde descansa eternamente.

Una tumba sencilla, como no podía ser de otra manera, pues desde el principio de su pontificado dejó claro que le gustaría una Iglesia pobre y para los pobres. A ella llegan todo tipo de personas, de toda condición y procedencia, «con un recogimiento y un cariño impresionante», subraya el arzobispo de Madrid. Las Vísperas han sido «un momento de silencio y de oración», recuerda Cobo. El cardenal español resalta como significativo que {todos los cardenales estemos juntos en torno a la tumba de Francisco para darle el último adiós».  

Los adolescentes madrileños «ganan» el jubileo en Roma: «Hemos vivido la experiencia de ser Iglesia y agradecido la vida del Papa Francisco»

«Veníamos a la canonización de Carlo Acutis y desde el Lunes de Pascua todo cambió». De esta forma resume Laura Moreno la experiencia que están teniendo los cientos de miles de jóvenes congregados este fin de semana en Roma. Llegaron desde muchas partes del mundo para el Jubileo de los Adolescentes convocado por el Papa Francisco y se han encontrado velando su cuerpo en el funeral de este sábado. Moreno es la delegada de los jóvenes de la Archidiócesis de Madrid y una de las responsables que estos días acompaña a los más de 200 jóvenes que han viajado desde la capital española.  

Como «una experiencia inolvidable, tanto espiritual como personal». Así define estos días Cruz, que tiene 14 años, viene de la parroquia de San Andrés y reconoce que al principio no iba a viajar a Roma porque tenía otro viaje, pero que al final quiso «cumplir con el jubileo». O Gonzalo, de la parroquia madrileña de Santa Rita, quien señala haberte sentido «emocionado» en la Misa jubilar de este domingo.  

 

Porque ese cambio de planes no ha empañado el color y la alegría propias de una reunión mundial de chavales, pero «sí se ha sentido una cierta nostalgia y vacío» en la multitudinaria Eucaristía celebrada en la mañana de este domingo en la plaza de San Pedro. Faltaba el Papa Francisco; sus miradas y esa bendición apostólica con la que todos esperaban volver a sus hogares. Pietro Parolin, el exsecretario de Estado, que ha presidido la ceremonia, ha sabido interpretar ese sentimiento«La alegría pascual es algo que hoy se puede casi tocar en esta plaza; la vemos impresa sobre todo en los rostros de ustedes, queridos chicos y adolescentes, que han llegado desde todo el mundo a celebrar el Jubileo», y ha expresado que al difunto Pontífice le hubiera encantado poder estar con ellos.  

Los adolescentes madrileños llevan en Roma desde el viernes y provienen de distintas parroquias. «Son conscientes de que están viviendo un momento histórico de la Iglesia», afirma Moreno en conversación telefónica con Alfa y Omega. Sin duda, el hecho de acabar despidiendo al Papa en lo que iba a ser un fin de semana de gozo y alegría, ha provocado «sentimientos encontrados ante esta nueva situación». Por su parte, José Luis Cerutti lo define como «un fin de semana atípico». Él también forma parte del equipo que compaña a esta delegación de jóvenes, y afirma que «los muchachos lo han vivido con alegría y profundidad». 

Después de participar en la Eucaristía de este domingo en la plaza de San Pedro, los jóvenes madrileños han hecho uno de los gestos más significativos del pontificado de Francisco: atravesar la Puerta Santa. «Ha sido un momento único que no todo el mundo tiene la oportunidad de vivir», señala Gonzalo. Lo han hecho con actitud de recogimiento y oración, y además les ha acompañado el cardenal Cobo. La delegada asegura que «es un verdadero regalo poder estar viviendo estos momentos con él», y no se refiere solo al momento de pasar la Puerta Santa, sino también al encuentro que van a mantener con el arzobispo de Madrid a última hora de esta tarde.  

Al final, explica Cerutti, lo que han hecho los jóvenes estos días en la Ciudad Eterna es muy concreto: «vivir la experiencia de ser Iglesia, agradecer la vida del Papa Francisco, pedir por el Papa futuro y celebrar la alegría de Cristo resucitado». Sin duda, un Jubileo de los Adolescentes en el que el Papa Francisco ha estado presente de otra manera.

La emoción de la delegada de Jóvenes de Madrid, Laura Moreno, al despedirse del Papa y rezar ante su cuerpo: «Le recordaremos como el papa de la humanidad y de la misericordia»

Hace unas horas, después de esperar en una larga fila de personas, la delegada episcopal de Jóvenes, Laura Moreno, ha entrado en la Basílica de San Pedro, para despedir al Papa Francisco y rezar ante su cuerpo.

«Fue un momento muy conmovedor en el que sucedieron muchas imágenes, sobre todo rostros de personas y momentos vividos a lo largo de su pontificado», es decir, «por lo significativo de su magisterio, y también, por lo que ha supuesto a lo largo de su presencia como arzobispo de Buenos Aires».

Poco a poco, «iremos asimilando mucho mejor que lo hemos hecho hasta este momento, el legado que nos deja el Papa Francisco». Un legado lleno de humanidad, de lo cotidiano», es decir, «un legado de una Iglesia que quiere llegar a todos, y que rescata lo más genuino de la humanidad porque mira desde los últimos como lo hacía Jesús», explica Moreno.

En este sentido, Laura Moreno afirmaba que «es un momento para recordarlo como un papa de la humanidad y de la misericordia». También «un papa que también supo conectar con el corazón y con la dimensión existencial de los jóvenes». De hecho, «en la fila y ayer en la Basílica había muchísimos». «Gracias, Francisco, y gracias al Espíritu que lo suscitó».

María Yela, delegada de Pastoral Penitenciaria de Madrid: «Francisco siempre ha tenido una delicadeza especial por los internos. Seguirá rezando por nosotros, como nosotros lo hacemos por él»

María Yela, delegada de Pastoral Penitenciaria, recordaba cómo, hace cinco años, el Papa Francisco recorría en soledad la Plaza de San Pedro durante la pandemia, dedicando el Vía Crucis a los internos, a sus víctimas, a los agentes judiciales y a todos los implicados en la realidad penitenciaria. «Él siempre ha mostrado una delicadeza especial por los internos», subraya.

Hace apenas un año, el Papa recibió durante dos horas y media a un grupo de internos y familiares de la prisión de Navalcarnero. «Compartimos con él un tiempo precioso: charlamos, reímos y lloramos de emoción», recuerda Yela. «Todos sentimos que teníamos un lugar en el corazón de Jesús».

El pasado domingo, añade, «Francisco nos dio su bendición, y a las pocas horas resucitó con Jesús». Su partida «nos conmovió profundamente, nos dejó un gran dolor», pero también «la certeza de que seguirá rezando por nosotros, como nosotros lo hacemos por él». «Gracias, Francisco», concluye emocionada.

«Este es un día precioso en el fondo porque es el día de la resurrección y nunca va a faltarnos Francisco, siempre va a estar en nuestro corazón guiándonos», contaba María Yela nada más salir de la Misa de acción de gracias por la vida del Papa en la catedral de la Almudena que se celebró el pasado lunes.

Visiblemente emocionada, cuenta que «he querido acompañar al pueblo de Madrid en nombre de los presos que no pueden venir pero están con el Papa». Lo conocían de cerca, pues varias veces visitaron con la delegada Casa Santa Marta. «Nos acogía en su casa, nos daba la merienda, nos contaba chistes y nos animaba a seguir con nuestra vocación por las personas presas», recuerda. Y subraya que Francisco «siempre tuvo con ellos un trato muy natural, muy simpático y a la vez muy profundo», les hacía sentir útiles y era a ellos a quienes les pedía: «¿Me ayudáis a levantarme?».