La Iglesia de Madrid se une a la celebración de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación con un encuentro ecuménico el 21 de septiembre, a las 11:30 horas. Será en la parroquia Santa Cristina y Santa Margarita María de Alacoque (Pº de Extremadura, 32) y estará copresidido por obispos de la Iglesia católica, ortodoxa rumana y anglicana en Madrid.
La de este 2024 será la novena edición de la Jornada que se celebra en la diócesis, y se hará bajo el lema elegido internacionalmente, Esperanzar y actuar con la creación, de la carta de san Pablo a los romanos. Incluirá una visita a la Huerta Laudato si de la parroquia, que está cuidado por un grupo de feligreses, y a una exposición de Manos Unidas sobre el cambio climático. Ambas visitas precederán a una oración compartida por las diversas confesiones cristianas que estarán presentes.
La organización del acto correrá a cargo de la Comisión Diocesana de Ecología Integral (CDEI) de la diócesis de Madrid, cuyo coordinador, Carlos Jesús Delgado, explica el objetivo: «Recordar la importancia de ser portadores de esperanza y actuar con la creación». Enfatiza el «con» y apostilla que «solo cuando trabajamos juntos con la creación pueden nacer las primicias de la esperanza».
Abundando en el lema de este año, Delgado explica que «ante tantas tensiones, crisis, guerras» hay que volver al «mensaje de Cristo, a no olvidar el Evangelio: si Cristo ha vencido a la muerte, todo es posible, solo y cuando nos dejemos acompañar por el Espíritu Santo». El mensaje, así, habla de la esperanza como «elemento de salvación y transformación, que permite afrontar los grandes retos» y «navegar por los mares más tumultuosos».
Una esperanza, asegura, para la que hay muchos motivos a nivel científicos, teológico y también pastoral. En este sentido, destaca el desarrollo de comisiones de ecología integral en más de 30 diócesis españoles y también a nivel mundial. En definitiva, «el cuidado del medio ambiente y de la creación no deja de ser el cuidado del ser humano».
El acto en Santa Cristina se enmarca en la iniciativa mundial Tiempo de la Creación, que arranca el próximo domingo, 1 de septiembre, y se prolongará hasta el 4 de octubre con la oración de clausura en la fiesta de san Francisco de Asís, considerado el santo de la ecología y venerado por muchas realidades cristianas, no solo por los católicos (en la imagen inferior, una edición anterior en Madrid de la jornada).
Compromisos ecuménicos
La jornada sirve también para recordar la existencia de unos compromisos ecuménicos de cuidado del medio ambiente y de la creación que cristalizaron en 2001 en la carta de todas las conferencias episcopales europeas. Fue el primer paso para establecer el Tiempo de la Creación en trabajo conjunto con otras realidades cristianas, en la línea de lo ya expuesto por el Papa san Juan Pablo II (él mismo había hablado ya de una necesidad real de conversión ecológica).
Todo esto, junto a la estela dejada por Benedicto XVI, que ya había impulsado en la diócesis de Roma jornadas de oración por la creación, fue refrendado por el Papa Francisco en 2015 mediante un motu proprio, tras la publicación de su encíclica Laudato si. Así, en línea con el día de oración por la creación que celebraban las comunidades ortodoxas desde 1989 todos los días 1 de septiembre (día en que arranca su año litúrgico, con el relato del Génesis), instituyó para la Iglesia católica, y en esa misma fecha, la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación.
En 2019, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, se asumió oficialmente la iniciativa Tiempo de la Creación, nacida de esta jornada y a la que se han ido sumando a lo largo de los años otras confesiones cristianas como luteranos o anglicanos. Se trata por tanto de una acción ecuménica a la que están convocados los 2.200 millones de cristianos del mundo y en la que, resume Delgado, de lo que se trata es de «celebrar y recordar la importancia de la vida y de la creación».