Madrid

Who Fest 2025: música, testimonio y oración para «descubrir quién estás llamado a ser»

El viernes, 9 de mayo, en vísperas de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, vuelve el Who Fest, el festival que invita a descubrir «quién estás llamado a ser». El evento, organizado por la Delegación de Pastoral Vocacional de Madrid, se celebrará en el Seminario Conciliar (c/ San Buenaventura 9) a partir de las 18:30 h y está dirigido a jóvenes a partir de 14 años.

La tarde arrancará con una recepción en clave festiva: música, bar y ambiente joven para dar paso a un micro abierto titulado ‘Con todo el corazón’, en el que distintos artistas compartirán canciones que inspiran y conectan con lo más profundo de la vida. A continuación, el bloque ‘100% reales’ ofrecerá testimonios y entrevistas con invitados que contarán cómo viven su vocación desde la autenticidad y el compromiso.

El broche final será a las 21h con la Vigilia vocacional como apertura oficial de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones en Madrid. Una oportunidad para orar juntos y pedir que muchos jóvenes descubran su camino y lo sigan con libertad y entrega.

Foto de Cáritas Madrid

Juan Antonio Martínez Camino, en la Misa jubilar por el mundo del trabajo: «Sin trabajo, la persona no puede realizarse en su dignidad»

Este jueves, 1 de mayo, con motivo del Día del Trabajador y la memoria litúrgica de san José Obrero, la catedral de Santa María la Real de la Almudena ha acogido la Misa Jubilar por el mundo del trabajo. La celebración ha sido organizada por Iglesia por el Trabajo Decente de Madrid, una iniciativa en la que participan numerosas instituciones y movimientos de la diócesis, junto con el Secretariado Diocesano de Pastoral del Trabajo.

La Eucaristía ha estado presidida por Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, quien en su homilía ha recordado que el trabajo «no es un castigo, sino una forma maravillosa de nuestro ser personas». «Lo notamos bien cuando nos falta un trabajo digno para atender las necesidades de la familia o cuando el trabajo escasea. Sin trabajo, la persona no puede realizarse en su dignidad», ha subrayado.

Asimismo, ha destacado que el ser humano trabaja porque ha sido creado a imagen de Dios, y que el trabajo es expresión de esa dignidad única: «No se puede reducir a un elemento más de la producción; tiene prioridad sobre todos los demás factores».

Durante su homilía, el obispo ha señalado que la esperanza cristiana se fundamenta en la humildad del Hijo de Dios, que, siendo eterno, se hizo hombre y fue despreciado por los sabios del mundo. «El camino de Dios es el de la humildad verdadera», afirmó, indicando que esa humildad redentora da sentido al esfuerzo cotidiano de quienes trabajan y de quienes buscan empleo.

En este contexto, monseñor Martínez Camino ha advertido del riesgo de construir un sistema que «pretende levantar el cielo en la tierra a espaldas de Dios», una sociedad «sin esperanza». Frente a esta tentación, ha invitado a vivir el Año Jubilar como una oportunidad para renovar la fe en el poder de Dios y trabajar por una sociedad más justa: «Queremos, en este Jubileo, alimentar nuestra esperanza en el poder de Dios, para poder vivir como hermanos y libres de las angustias y mentiras del mundo».

La celebración concluyó con una oración por todas las personas que sufren desempleo o condiciones laborales indignas, encomendando su situación a san José Obrero, patrono de los trabajadores: «En este Año Jubilar, con la protección de san José, que nos haga libres para vivir como hermanos. Queridos amigos, a san José Obrero trabajador encomendamos el trabajo de tantas personas que buscan empleo y no lo tienen».

Con motivo de esta jornada, y al final de la celebración, se ha querido también visibilizar la situación de los jóvenes en el mundo laboral. Bajo el lema «Trabajo decente, derecho, no privilegio», se ha alzado la voz ante el nuevo paradigma social que afronta la juventud. Hoy, las personas jóvenes comienzan a trabajar más tarde, y la precariedad se ha convertido en la norma, afectando incluso a su salud mental. «Trabajar ya no garantiza la emancipación», han denunciado dos jóvenes de JOC leyendo el Manifiesto de Iglesia por el Trabajo Decente y señalando que la incertidumbre se instala en la vida cotidiana: «Cuando no sabes si mañana vas a poder dar de comer a tus hijos, es fácil caer en el desánimo. ¿Dónde buscar la esperanza?».

En este contexto, se ha recordado con fuerza el mensaje del papa Francisco: «El trabajo es una necesidad, parte del sentido de nuestra vida y de realización personal». Por ello, han reclamado a las instituciones públicas una escucha atenta y comprometida para comprender la precariedad laboral de los jóvenes. «Trabajar ya no es suficiente —afirman—; es hora de alzar la voz y reivindicar la necesidad de un símbolo de esperanza para la juventud».

El obispo auxiliar Vicente Martín, en la Misa jubilar de las personas con discapacidad: «Os necesitamos para ser testigos del Resucitado»

Santi (imagen inferior, con sudadera naranja) tiene 7 años y una sonrisa enorme detrás de sus gafas azules de pasta. Son sus ojos los que más sonríen. Está sentado en primera fila en la catedral de la Almudena, donde ha asistido al Jubileo de las Personas con Discapacidad, celebrado este miércoles, 30 de abril. El niño estudia en un cole con aula TEA (trastorno del espectro autista) y acude a la catequesis del Proyecto NAIM en la parroquia Epifanía del Señor. Bien lejos de su casa, pero su madre, Lis, no dejó de buscar hasta que encontró un sitio en el que pudiera conocer más a Jesucristo a través de un método adaptado a sus capacidades diferentes, como le gustaba decir al Papa Francisco.

De la Misa jubilar, lo que más le ha gustado a Santi ha sido la palabra «Amén». La fe abrumadoramente profunda y sencilla de los niños. «Así sea». Aunque al terminar, lo que más repite es «perdón» y «lo siento», quizá acordándose de que acaba de recibir, por primera vez en su vida, el sacramento de la Penitencia. Y su catequista Rosa les ha explicado, a él y a sus dos compañeros, que cada vez que hacemos algo mal el corazón se va poniendo negro, y para que vuelva a ser rojo hay que limpiarlo en el sacramento, contándole al sacerdote, que es muy muy amigo de Jesús. Tanta es la identificación que ha hecho en su mente Santi que a todos los sacerdotes los llama Jesús. En la Misa de la catedral ha contado a «¡15 Jesús!».

Jubileo discapacidad almudena santi

Efectivamente, la celebración ha estado presidida por el obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, a quien han acompañado, entre otros, el vicario Pastoral, José Luis Segovia; el vicario de Vida Consagrada, padre Aurelio Cayón, sscc; el vicario del Clero, Juan Carlos Merino; los vicarios de la Vicaría VIII, padre Ángel Camino, osa, y de la Vicaría V, Óscar García Aguado; así como el coordinador de la Comisión Diocesana de Atención a Personas con Discapacidad de la diócesis de Madrid, Javier Medina, y los párrocos de Santa María del Silencio, que atiende a las personas sordas y sordociegas de la diócesis, y de Nuestra Señora de las Américas.

En un ambiente alegre, de emoción y de mucha fe, con acompañamiento musical del antiguo coro de la parroquia San Manuel y San Benito, cientos de personas han acudido a la catedral, entre ellas miembros de la Asociación NAIM, Fe y Luz, la Hospitalidad de Lourdes o las Hijas de la Providencia, y tantas realidades que son luz en la diócesis, tal y como ha quedado de manifiesto durante la celebración. No se han olvidado del recientemente fallecido Papa Francisco. «Él nos miró con misericordia y nos trató a cada uno como hijos de Dios».

Jubileo discapacidad almudena fe y luz

Protagonistas en la misión de la Iglesia

A todos ha saludado el obispo auxiliar en nombre del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, que no ha podido presidir la celebración por los trabajos de preparación del cónclave. Sin embargo, les ha querido transmitir sus palabras, que ha plasmado en su homilía. «Pocas veces esta catedral estará más honrada con vuestra presencia», ha comenzado. «La Iglesia es vosotros más que de nadie. ¡Tenemos tantas cosas que aprender de vosotros!».

Así, ha continuado, se cumple aquello que decía san Pablo: «Los miembros del cuerpo que parecen los más vulnerables son los más indispensables». Porque «vosotros y vuestras familias dais un testimonio siempre vivo y elocuente del Evangelio». En este sentido, ha subrayado que «sois nuestros maestros; tenéis muchas cosas que enseñar al pueblo santo de Dios y a nuestra sociedad».

Jubileo discapacidad almudena sordos

Ha reconocido en sus palabras que en ocasiones la Iglesia ha podido contribuir a la invisibilización del mundo de la discapacidad, pero «Dios quiere que todos participemos de la vida eterna» porque el Reino de Dios «no admite exclusiones ni discriminaciones».

El mensaje que trae el año jubilar, ha afirmado el obispo auxiliar, es que «nadie, absolutamente nadie, está discapacitado para acoger el amor de Dios y para anunciarlo con su vida singular». En este punto, ha destacado que las personas con discapacidad no son secundarias: «Sois protagonistas en la misión de anunciar el Evangelio». Es por eso que «necesitamos de la fuerza de la debilidad aparente» para que la misión de la Iglesia «sea hoy día creíble». «Os necesitamos para ser testigos del Resucitado».

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Ha incidido el obispo Vicente Martín en la inclusión al asegurar que «en la Iglesia no cabe ni el descarte ni la exclusión», y este es el «desafío», la plena participación e integración, que «no es un acto de caridad, sino expresión de justicia y respeto de su dignidad». Es cierto que «en ocasiones nos falta sensibilidad», pero «queremos hacer accesibles nuestros templos y nuestras actividades» y, por supuesto, «los católicos con discapacidad tenéis el derecho a participar en los sacramentos».

El obispo auxiliar ha concluido dando las «gracias de corazón de toda la Iglesia diocesana por ser testigos gratuitos del amor de Dios; no dejéis de ser nuestros maestros en la fe».

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Daniel, participante en el Jubileo de las Personas con Discapacidad en Roma: «Nosotros también somos importantes para Dios»

La Iglesia católica vive estos días la espera esperanzada de la elección del nuevo Papa, y en Roma, centro de la cristiandad, el año jubilar de la esperanza de este 2025 continúa celebrándose. Después de un intenso fin de semana, con el Jubileo de los Adolescentes coincidente con las exequias del Papa Francisco, se ha vivido el de las Personas con Discapacidad, que comenzó hace tres días.

Hasta allí se ha desplazado un grupo de la diócesis de Madrid, integrantes de la peregrinación que organizó la Comisión de Discapacidad de la Conferencia Episcopal. Isabel Cano, catequista para personas con discapacidad intelectual —y en algunos casos también física— en la parroquia Santa María Madre de Dios de Tres Cantos, nos atiende desde Roma, junto a algunos de sus catecúmenos. Cuenta que llegaron a Roma el domingo, que están alojados en la Casa San Juan de Ávila, donde «nos dan de comer de maravilla», y que regresarán a Madrid este miércoles por la tarde.

Jubileo discapacidad terraza

Les impresionó la Misa jubilar del lunes por la tarde en San Pablo Extramuros, con el templo a rebosar de personas de todo el mundo y, muy importante también en el caso concreto de este jubileo, una iglesia «muy accesible». Para Isabel, en concreto, fue «muy impactante; me pareció muy especial el silencio y el respeto que se respiraba, con tanta gente con tantas discapacidades diferentes». Era, resume, «el silencio de la discapacidad tenue, con respeto».

Reconoce la catequista que ha habido cosas que no han estado bien adaptadas, teniendo en cuenta las particularidades de estos peregrinos —caminos de gravilla en el espacio de las catequesis, que dificultaban muchísimo el tránsito de las sillas de ruedas, o celebraciones excesivamente largas para personas con dificultades de atención—, pero la experiencia, igualmente, ha sido muy positiva.

Jubileo discapacidad tumba papa

Que se lo digan a José Luis, catecúmeno del grupo de Isabel en Tres Cantos (en la imagen inferior, portando la cruz, junto a Viki, otra peregrina del grupo), que no se lo pensó dos veces cuando surgió la posibilidad de ir a Roma «al ver el tema de la esperanza». Para él, lo más «impresionante» fue el pasar la Puerta Santa. «Viví muy de cerca el mensaje de Jesús, el del amor; cuando entré por la puerta fue como entrar en una nueva dimensión».

Para Daniel, compañero de José Luis de catequesis, el Jubileo le ha parecido «importante porque todos somos Iglesia», afirma con sencillez pero a la vez con toda sinceridad. «Nosotros también somos importantes para Dios».

Jubileo discapacidad jose luis