«En el bullicio del ir y venir de la vida, encontrar un espacio para la reflexión y el diálogo puede parecer un desafío. Sin embargo, la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Pozuelo de Alarcón ha hallado una manera innovadora de acercar a las personas a la formación y al entendimiento mutuo mediante una iniciativa original y atractiva: 'Gintonic con Fe'», explican los responsables de la misma.
«Las actividades comienzan los viernes por la noche - prosiguen -, después de la Misa de las 7 de la tarde, habitualmente muy concurrida. Gracias a métodos pastorales como Emaús, y al carisma de los sacerdotes, el diácono y muchos laicos comprometidos, la parroquia está creciendo mucho como comunidad. Hace unos años se inició el 'Catecismo para Dummies', una curiosa forma de atraer a los adultos que quieren repasar lo que ya sabían o que, siendo nuevos conversos, pretenden conocer más de nuestra Iglesia. Y, una vez al mes, se abre espacio al debate de temas de actualidad a través de 'Gintonic con Fe', donde, por supuesto, no faltan los gintonics, las cañas y el picoteo», sonríen.
Subrayan que «la esencia de esta iniciativa radica en su enfoque accesible y acogedor, que invita a creyentes, agnósticos, ateos y personas de otras religiones a participar en discusiones sobre temas relevantes relacionados con la Iglesia Católica y la espiritualidad en general. Cada sesión ofrece una oportunidad para explorar diversas perspectivas en un ambiente relajado y amistoso, promoviendo un intercambio abierto y respetuoso de ideas».
Temas de reflexión y diálogo
Los organizadores aseguran que «hablamos muy en serio, en un entorno divertido. La primera parte de la sesión es una charla a cargo de un experto, seguida de preguntas que terminan en debate abierto. La inclusión de gintonics (y otras opciones no alcohólicas, por supuesto) no es un mero atractivo, sino una herramienta para romper barreras y facilitar un diálogo más relajado y abierto. Los asistentes pueden disfrutar de un picoteo mientras participan en discusiones significativas, creando un entorno donde es posible explorar cuestiones profundas sin la formalidad que a veces caracteriza los eventos religiosos o académicos. Durante el curso de este año, 'Gintonic con Fe' ha abordado una variedad de temas que han resonado profundamente entre los asistentes, que cada mes van aumentando».
«El ciclo de conferencias de este año - apuntan - fue inaugurado por Gonzalo Génova, ingeniero y filósofo, profesor del departamento de informática de la UC3M y vicepresidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España. Su reflexión sobre la tecnología, la ciencia y la sociedad, comenzó lanzando una pregunta trampa que tenía mucha miga, “¿Existe la inteligencia artificial?”, para desgranar posteriormente qué es inteligencia y qué implica el componente de artificialidad en este contexto. “Las máquinas se definen por su finalidad. Es decir, no por lo que hacen, sino por lo que tienen que hacer”, nos dijo. Para Génova, hay que temer a la IA como a cualquier artefacto porque, como cualquier máquina, se puede estropear, funcionar mal, y crear soluciones erróneas, por lo que no puede considerarse infalible. Además, es prácticamente imposible prever todas las variables, y puede generar efectos indeseados. También el peligro puede venir al ser usados deliberadamente para hacer el mal. Pero, sobre todo, advirtió, lo que nos quita de ser humanos, porque la IA puede aprender a predecir y por tanto manipular nuestros comportamientos, inducir pensamientos y emociones».
«El debate se amplió a la aparente lucha entre ciencia y religión. Se discutieron ejemplos históricos de científicos profundamente religiosos, argumentando que la ciencia responde al "cómo" del universo, mientras que la fe responde al "por qué". Esta distinción permite a los creyentes apreciar los avances científicos sin sentir que amenazan su fe. Además, se exploró cómo la fe puede proporcionar un marco ético para el uso responsable de la ciencia y la tecnología», señalan.
La Virgen no quiere que la adoren
«Uno de los temas más impactantes - confiesan desde la organización -, y que a menudo causa confusión tanto entre católicos como no católicos, es el papel de la Virgen María en la fe católica. El padre Alberto Ruiz. OMI, explicó y dio argumentos para que los laicos católicos puedan defender este aspecto de nuestra doctrina. La adoración es un acto que se reserva exclusivamente para Dios. En cambio, la veneración de María reconoce su especial lugar como madre de Jesús y su ejemplo de fe y obediencia a Dios. Esta distinción es crucial para entender la devoción mariana y evitar malentendidos comunes que a veces llevan a la percepción errónea de que los católicos adoran a María como una diosa. Durante la charla se discutieron varios aspectos teológicos y bíblicos que respaldan esta doctrina, así como testimonios personales y experiencias de fe. Los asistentes tuvieron la oportunidad de hacer preguntas y compartir sus propias perspectivas, lo que enriqueció el diálogo y aclaró muchas dudas. El ponente subrayó la importancia de la Virgen María como intercesora y modelo de fe, animando a los presentes a profundizar en su relación con ella de manera correcta y respetuosa».
«En otra de las sesiones - evocan -, la psicóloga Teresa Barrera abordó un tema cada vez más relevante en una época donde las prácticas espirituales son diversas y, a veces, confusas. No es igual una espiritualidad auténtica, que busca una relación genuina con Dios, que el espiritualismo, que a menudo se centra en prácticas superficiales sin una verdadera conexión divina. Esta distinción es vital para entender cómo ciertas prácticas pueden, paradójicamente, alejar a las personas de Dios en lugar de acercarlas. Durante la charla se discutieron diversas formas de espiritualismo que están en auge, como astrología, tarot, prácticas esotéricas, reiki, yoga, mindfulness y otras creencias o prácticas que pueden ofrecer una falsa sensación de paz y propósito. Barrera enfatizó que, aunque estas prácticas pueden parecer inofensivas, quizás desvíen la atención de una búsqueda espiritual más profunda y auténtica que se encuentra en la relación con Dios. Además, ofreció estrategias para cultivar una espiritualidad sana, centrada en la oración, los sacramentos y el servicio a los demás. Los asistentes compartieron sus experiencias y preocupaciones, y se discutieron formas de discernir y adoptar prácticas espirituales que realmente enriquezcan su fe y relación con Dios».
Tiempo de encuentro y reflexión
«La última de las sesiones programadas - indican - ha tenido un título provocativo: Familynaci. En ella, Pedro Herrero ofreció una reflexión profunda sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la familia en el mundo contemporáneo. Destacó la importancia de mantener una comunicación abierta y sincera entre los miembros de la familia, señalando que la falta de diálogo es a menudo la raíz de muchos problemas familiares. También habló de los jóvenes que lejos del papel secundario al que les ha relegado la sociedad, han tomado una actitud comprometida con la fe, como respuesta al vacío existencial y al relativismo que nos inunda». «Desde su “ateísmo católico” - matizan - hizo una defensa del papel de la Iglesia Católica y de la familia como la "iglesia doméstica", porque son los dos únicos sitios donde el individuo se proyecta en plenitud, y, sobre todo, es perdonado mientras que en la sociedad parece que solo lo perfecto es aceptado».
Según los responsables, «el enfoque de 'Gintonic con Fe' ha demostrado ser muy efectivo para atraer a una amplia gama de personas, desde jóvenes profesionales hasta adultos mayores, todos con un interés común en la reflexión y el diálogo constructivo. La mezcla de formación y camaradería ha convertido esta iniciativa en una cita mensual esperada por muchos, un espacio donde se tejen lazos y se fomenta el entendimiento mutuo».
«Esta actividad representa un esfuerzo innovador y exitoso de la parroquia para promover la formación laica y el diálogo interreligioso. Al abordar temas relevantes y ofrecer un espacio para el intercambio de ideas, este programa no solo enriquece la comprensión de la fe católica, sino que también fortalece la comunidad y fomenta un espíritu de apertura y respeto. En el fondo, es una manera estupenda de cumplir el lema de la parroquia: que los de dentro salgan y que los de fuera entren», concluyen.