Madrid

Remedios, voluntaria madrileña en el año jubilar de la Esperanza en Roma, sobre el tramo hasta la Puerta Santa: «Son unos metros en oración y cánticos en los que la gente va muy alegre»

Remedios estuvo en Roma una vez, cuando tenía 16 años, y siempre quiso volver. Han pasado ya 42 años y qué mejor oportunidad que este Jubileo de la Esperanza para volar a la Ciudad Eterna. En su caso, además, de una manera especial, porque lo hace como voluntaria.

La de Remedios fue una de las más de 13.000 solicitudes que han recibido los organizadores del Año Santo. «Quería ir para el Jubileo de los Enfermos porque la enfermedad me ha tocado muy de cerca con mis padres». Su párroco de Colmenar Viejo, donde reside, le ayudó con una carta de recomendación y el día 4 de abril aterrizó en Roma para una estancia de dos semanas.

Como la inmensa mayoría de los voluntarios, identificables por sus chaquetas verdes, está alojada en la Domus Spei (Casa de la Esperanza), un «palacete antiguo» en el centro de la ciudad con 100 camas. «Convives con todas las nacionalidades aunque la inmensa mayoría de los voluntarios son italianos». Ella comparte habitación con una de Zurich (Suiza) y otra italiana.

La madrileña ha coincidido con un chico de Zamora —son los únicos españoles que hay ahora mismo— y con un grupo de latinoamericanas. «Me impacta porque viven la religiosidad más intensamente que en España; creo que nosotros somos más superficiales, pero ellas son muy devotas».

En la casa se reciben voluntarios por períodos cortos de al menos una semana, y permanentes, con disponibilidad de al menos tres meses. La jornada comienza a primera hora de la mañana porque el servicio matutino en Via della Conciliacione es de 7:30 a 13:30 horas, y luego el servicio de la tarde. También hay quienes acuden a otras zonas de Roma, como el aeropuerto de Fiumicino o la estación de Termini.

Remedios cupula

Servicio en San Pedro

Aprovechamos su mañana libre para hablar con Remedios, mientras va en el autobús porque «quiero hacer el recorrido de las siete basílicas, como no entro al servicio hasta las 13:00 horas». Un servicio que a ella esta semana le ha tocado en San Pedro, guiando a los peregrinos, ayudando en el orden de las confesiones dentro de la basílica… Lo que se necesite.

Hay peregrinos de «casi todo el mundo», pero a Remedios le sorprende la gran cantidad de polacos. «Los ves más recogidos que a los de otros países». Grupos españoles no ha visto tantos, aunque la realidad es que «esperamos el grueso a partir del Domingo de Ramos».

Remedios acompañó a una de las peregrinaciones desde la Piazza Pia, junto al castillo de Sant’Angelo, a través de la Via della Conciliazione, hasta el interior de la basílica. «Son unos metros en oración y cánticos en los que la gente va muy alegre». Le llama especialmente la atención los que los hacen descalzos, en penitencia.

«Vivir el Jubileo desde dentro es una experiencia muy enriquecedora» cuya motivación primera es la fe, concluye la voluntaria, y por eso anima a otros a que hagan como ella.

El proyecto Repara y el Comedor social Ave María de Madrid, galardonados con los Premios Carisma de la CONFER

El Proyecto Repara del arzobispado de Madrid ha sido galardonado con el Premio Carisma de Entornos Seguros de la CONFER por su respuesta en la atención a las víctimas de abusos y su forma de sensibilizar a la sociedad sobre la gravedad de este asunto. 

Asimismo, el Comedor social Ave María de Madrid ha sido también galardonado por la CONFER con el Premio Carisma de Misión Compartida por llevar más de 400 años ofreciendo comida a los más desfavorecidos en un proyecto llevado a cabo por religiosos y laicos en comunión.

Los Premios Carisma tienen como finalidad reconocer el trabajo que diferentes personas o instituciones realizan acorde al fin fundamental de la CONFER: animar, servir y promover la vida religiosa. También se reconoce la labor de personas y/o instituciones comprometidas con los demás a través de diversos ámbitos de su actividad personal o profesional.

Los otros galardonados

Además, el Jurado ha decidido otorgar los siguientes Premios Carisma:

  • Premio Carisma Formación y Espiritualidad: Marciano Vidal. Teólogo. Ha colaborado de forma decisiva en la renovación de la teología moral católica en las cuatro últimas décadas y la renovación moral católica según el Concilio Vaticano II.
  • Premio Carisma de Educación: Colegio Ave María de Albacetede las religiosas Operarias del Divino Maestro, más conocidas como Avemarianas. Por su extraordinaria labor educando en dignidad en los barrios de La Estrella y La Milagrosa.
  • Premio Carisma de Pastoral Juvenil Vocacional: Clara Medina, Salesiana Misionera. Por no tener reparo en redes sociales a dar testimonio de su fe y romper con los estereotipos que normalmente envuelven a las/los jóvenes que deciden entregar su vida a Dios y a la Evangelización.
  • Premio Carisma de Salud: Hospital Nacional de parapléjicos. Por cumplir 50 años como referente a nivel internacional en el tratamiento de lesiones medulares, ayudando a rehabilitar a los afectados a construir una nueva vida.
  • Premio Carisma de Comunicación: Faustino Catalina. Redactor jefe de programas religiosos de la cadena COPE. Por su trayectoria profesional, siendo el faro de la información de la Iglesia en la radio española.
  • Premio Carisma de Fe y Cultura: Diana Navarro. Por sus 30 años de carrera musical en los que ha realizado una apuesta firme para que la música religiosa forme parte de su repertorio.
  • Premio Carisma de Impacto: Colegio Ave María de Albacete. Serie aclamada por la crítica, definida como un fenómeno global sobre la vida de Jesús. Esta producción audiovisual ha cautivado a las generaciones más jóvenes.

El jurado que conforma estos premios está formado por: Jesús Miguel Zamora, secretario general de la CONFER; Eva Silva, responsable del Departamento de Comunicación de la CONFER; José María Legorburu, presidente de la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España (UCIPE); Elsa González, Consejo de Administración de Telemadrid; José Beltrán, Director de Vida Nueva; Fran Otero, Director de la revista Ecclesia; Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española; Mayte Ortiz, directora de la Fundación SM, Eva Fernandez, corresponsal del Grupo COPE en Italia y Vaticano, Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Católicas y Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI. La entrega de premios se realizará en Madrid en el mes de noviembre. Más adelante se informará del lugar y la hora.

La Hermandad de Jesús El Pobre recorre el Jueves Santo el centro de Madrid

La Primitiva e Ilustre Hermandad de Jesús Nazareno El Pobre y María Santísima del Dulce Nombre en su Soledad recorre el Jueves Santo, 17 de abril, las calles del centro de Madrid en su estación de penitencia.

La hermandad pone en la calle a sus dos titulares, la talla de Jesús El Pobre anónima del siglo XVIII, y la de la Señora, de Lourdes Hernández de 1999. Los acompañan nazarenos con túnica de color morada, con cinturón ancho de esparto y con antifaz también morado con la cruz trinitaria. Calzan zapatillas de esparto negras y guantes blancos.

La cofradía partirá a las 18:00 horas de la sede canónica de la hermandad, la iglesia de San Pedro el Viejo, en la recientemente inaugurada Plazuela Jesús El Pobre. Desde allí realizará el siguiente itinerario:

Nuncio-San Justo-Cordón-Plaza de la Villa-Mayor-Bailén-Catedral de la Almudena-Bailén-Requena-Santiago-Conde de Miranda-Gómez de Mora-Nuncio-Iglesia San Pedro el Viejo.

La procesión estará acompañada por la Agrupación Musical Jesús El Pobre.

El pobre mapa

 

 

La primera procesión de la Semana Santa madrileña es la de los niños de Moratalaz: «Este es un modo de querer a Jesús, paseándolo por la calle»

«Las procesiones salen a la calle para que la gente aprecie lo que hizo Jesús por nosotros, que fue dar su vida para salvarnos, para darnos el cielo». Juan Antonio Martínez, el párroco de Santa María del Buen Aire, en Moratalaz, sitúa a los niños en lo que van a hacer cuando, en unos momentos, porten 13 de los minipasos de Semana Santa que la parroquia expone estos días y los saquen por su barrio. Lo hace después de una igualá rápida para que, por alturas, los pequeños se vayan emparejando.

Se trata de la primera procesión de la Semana Santa madrileña, les recuerda, celebrada el miércoles, 9 de abril, cuando todavía no se ha producido la dispersión por las vacaciones escolares. En los días previos se había hecho un llamamiento a parroquias y colegios de la zona para que los niños de catequesis acudieran como pequeños costaleros. Para ellos había preparadas 75 túnicas de diferentes colores que mujeres de la parroquia han estado cosiendo en los últimos meses.

Había expectación entre los vecinos, un barrio fundamentalmente de gente mayor aunque en la procesión nos encontramos con tres excepciones: María, Lucía e Isabel, apenas llegan a los 20 años. La de en medio es la más parlanchina. Vive justo enfrente de la parroquia y, aunque reconoce que no va, esto de la procesión sí le gusta. El año pasado, cuando se hizo por primera vez, la vio desde la ventana. Este, ha bajado a la calle. «Es una buena forma de unirnos en el barrio —dice—, porque aquí ya no es como antes, no se suele juntar mucho la gente».

Procesion moratalaz iguala

Sentimiento cofrade en familia

De entre los chavales que han acudido a la llamada están tres de los cinco hermanos de una familia, de 6, 8 y 10 años. A Santiago le ha tocado túnica blanca y será el que porte el paso del Resucitado. «Tengo muchas ganas», reconoce, antes de salir. Para él, «la Semana Santa es un momento súper triste porque Jesús muere, pero con la Resurrección ya estoy más contento». «Hasta con euforia», remata.

En casa los han preparado para este día, que esperan «les ayude a rezar un poco y a que se lo pasen bien», cuenta su madre, Esther. «Les he explicado que este es un modo de querer a Jesús, paseándolo por la calle». Además, «para nosotros como padres es un orgullo que se inicien en la vida de costalero».

Procesion moratalaz azul

La procesión sale con un poco de retraso y la expectación generada va en aumento. Los acompaña un dueto de dulzaina y tambor, así como el vicario parroquial Carlos Pérez, el vicario de la Vicaría III, Ángel López, y el concejal de distrito, Ignacio Pezuela. Y la Policía Municipal de Madrid está ya dispuesta a ir cortando calles porque la comitiva dará una vuelta completa a la manzana, incluyendo el parque que hay tras el templo.

Durante la estación de penitencia se van haciendo paradas para meditar un viacrucis adaptado a los pequeños. El lector es Álvaro, de 12 años, que asegura que «los pasos son preciosos» y que esta le parece «una gran iniciativa para dar testimonio más a los niños». Como Betty, que acude con su hija y sus nietos pequeños: «Que los chicos vean, que se vayan involucrando en las prácticas y creencias religiosas; esta es la generación del relevo».

Procesion moratalaz vicario

Una pasión de hace años

En la procesión no falta Enrique Delgado, vecino del barrio, feligrés de la parroquia y autor de los pasos de la exposición. Para hacerlos, todo le vale. Un cajón que servirá para hacer la estructura del paso, tiradores que hacen murallas, barrotes de sillas que son los varales, regalos de bodas que se convierten en jarras, molduras de muebles para adornar… Y con eso, Enrique hace arte: «Me van saliendo las cosas rodás».

También lo que encuentra en El Rastro, que lo restaura y rehace a su gusto. «La escayola me gusta porque hago con ella lo que quiero». Como alargar la columna de la flagelación, añadir la saya a un san Pancracio para que pase a ser un san Juan —incorporación nueva de este año—, o eliminar a una pastora el pollo que llevaba entre sus manos para convertirla en la mujer de Poncio Pilato con la palangana o en una Verónica con el lienzo. Lienzo en el que, por cierto, Enrique ha puesto la imagen del Cristo de su pueblo, Saelices (Cuenca). «Mi Virgen de los Remedios y mi Cristo del Amparo son lo más».

Procesion moratalaz veronica

Las telas ya son cosa de su esposa, Fina, que es la que ha cosido todos los mantos de las Vírgenes y los pasos de palio, incluidos los techos. Tal es el nivel de detalle. A Enrique, a pesar de ser castellano, le gusta «lo barroco, lo recargado». Él cuando se pone delante de una Virgen no repara, «te voy a poner bien guapa», le dice. Pan de oro, plata… «Mis Vírgenes no son pobres».

Hace al menos diez años que Enrique comenzó a preparar los mini pasos. Los hacía sin andas, al estilo andaluz, a costal, pero su nieto le dijo que él los quería con banzos para sacarlos en procesión. Y así lo hicieron entonces, en el patio de la casa del pueblo. Cuando el año pasado propuso en la parroquia hacer la exposición, el párroco lo vio más que oportuno.

El artista «disfruta porque la gente disfruta». Se muestra «satisfecho y emocionado, no tanto por mí, sino porque es de alguna forma prestar un servicio a la comunidad». Y ver sus pasos en la calle «es catequizar, sembrar». Concluye con un deseo: que al igual que le pasó a él, que «cacé la idea» de un amigo suyo cordobés, «la gente se anime».

Procesion moratalaz enrique