Madrid

Bocadillo Solidario especial Jueves Santo en la Iglesia de las Calatravas

Este Jueves Santo, 17 de abril, la Iglesia de las Calatravas (c/Alcalá 25) acogerá una jornada muy especial marcada por el servicio y la fraternidad. Tras la Celebración de los Oficios a las 18:00 h, tendrá lugar el voluntariado del Bocadillo Solidario a las 19:30 h, una oportunidad para compartir con los más necesitados el pan y el cariño en este día tan significativo.

La jornada concluirá con la Hora Santa a las 22:30 h.

Una invitación a vivir el mandamiento del amor desde lo concreto: servir, compartir y acompañar.

Furno Trujillo Villacorta, de Jóvenes por la Paz de Sant'Egidio Madrid, tras el encuentro con los afectados por la DANA en Sedaví: «No estamos dormidos sino comprometidos por un mundo mejor»

Un centenar de jóvenes procedentes de distintas ciudades de España y Portugal se reunieron en Sedaví, Valencia, para participar en el encuentro “Juntos construimos un mundo solidario y en paz”, organizado por el movimiento Jóvenes por la Paz de la Comunidad de Sant’Egidio.

«Cuando vimos lo que estaba ocurriendo en Valencia, todas nuestras oraciones se dirigieron hacia esa ciudad. Queríamos estar cerca de quienes estaban sufriendo, escuchar, ayudar y, sobre todo, estar presentes con el corazón abierto y las manos dispuestas», afirma Furno Trujillo Villacorta, de Jóvenes por la Paz de Sant’Egidio de Madrid. Ella fue una de los más de veinte jóvenes madrileños que se sumaron al encuentro.

Furno destaca además el mensaje que los jóvenes quisieron transmitir con su participación: «No estamos dormidos, estamos comprometidos. Queremos formar parte del cambio, no solo imaginar un mundo mejor, sino construirlo con acciones concretas».

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«Nos mueve la esperanza»

En Sedaví, los jóvenes encontraron calles cubiertas de barro, viviendas dañadas y un profundo sufrimiento. Pero también hallaron algo que les conmovió profundamente: la solidaridad. «Vecinos que se ayudaban entre sí, que compartían lo poco que les quedaba, incluso habiéndolo perdido todo», relata Furno. Y es precisamente ahí donde, asegura, «queremos estar, porque no somos indiferentes. Nos duele lo que sucede a nuestro alrededor y nos mueve la esperanza de que las cosas pueden ser diferentes».

Durante el encuentro, los jóvenes compartieron con los vecinos de esta localidad valenciana —una de las más afectadas por las riadas provocadas por la DANA— momentos de reflexión, compromiso y acción. La tormenta había dejado importantes daños en viviendas, colegios y espacios públicos.

Furno explica que colaboraron limpiando un centro escolar y después visitaron casa por casa para escuchar, acompañar y ofrecer consuelo a quienes lo necesitaban. Pero lo que más les impactó fue ver a los niños: «Lo habían perdido todo y tenían miedo». Por eso, organizaron una fiesta para ellos: «Sabemos que lo que se siembra en el corazón de un niño florece en el futuro de una comunidad».

Ese día, confiesa Furno, comprendió algo esencial: «La paz no es una palabra abstracta, sino una realidad que se construye con gestos concretos, pequeños, y estando cerca de quienes sufren».

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«Los jóvenes nos han salvado»

Con este encuentro, también se quiso reforzar los lazos creados durante los días de emergencia, así como profundizar en el compromiso de los jóvenes con una cultura de paz y solidaridad en sus propias ciudades. Porque fueron precisamente ellos —muchos pertenecientes a la Comunidad de Sant’Egidio— quienes se movilizaron de inmediato para ayudar a los afectados. Así lo recordaban incluso las pancartas que colgaban en algunas zonas de Sedaví: «Los jóvenes nos han salvado».

«Nos hemos unido para manifestar, una vez más, nuestra amistad y solidaridad con todos los amigos de Valencia», afirmaba Furno. En este sentido, compartía también una de las lecciones más valiosas que ha aprendido de los pobres, de los ancianos y de los Amigos de la Calle con los que conviven cada semana en la Comunidad de Sant’Egidio de Madrid: «El dolor compartido duele menos, y la esperanza compartida se multiplica. Porque donde hay comunidad, hay resurrección».

Sedaví, concluye Furno, «en medio de tanto sufrimiento, nos ha enseñado que podemos ser muchos samaritanos, muchos hermanos y amigos… y que la esperanza tiene rostros, nombres y manos».

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Manifiesto

En el manifiesto, que los jóvenes leyeron durante el encuentro, afirmaban que «juntos podemos construir un mundo más solidario y en paz». También recordaron cómo, durante la catástrofe, jóvenes y ancianos —habitualmente considerados irrelevantes o descartados— encontraron fuerza en su encuentro mutuo. «Salimos de la irrelevancia poniendo a disposición nuestra energía y nuestros sueños». También subrayaron la importancia de no esperar a nuevas tragedias para activar la solidaridad y la unidad porque «la paz también puede construirse a pedazos, y cada gesto de solidaridad conquista un pedazo de mundo para la paz».

El reencuentro con los ciudadanos de Sedaví se materializó en una emotiva manifestación por la paz, celebrada en la Plaza Jaume I de Sedaví. Allí se compartieron testimonios provenientes de diferentes países del mundo y se proclamó el manifiesto por la paz y la solidaridad para construir un mundo más pacífico, humano y solidario.

El movimiento internacional Jóvenes por la Paz impulsado por la Comunidad de Sant’Egidio está presente en muchas ciudades de España, Europa y el mundo. Anima a adolescentes y jóvenes a actuar desde la escucha del Evangelio, la amistad con los pobres y el deseo de un mundo sin violencia ni exclusión. Frente a una sociedad que muchas veces no escucha a los jóvenes o les tacha de egoístas o irrelevantes, «este encuentro mostró el rostro de una juventud solidaria, unida y profundamente comprometida con transformar el mundo».

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Arte, música, fe y esperanza: la Archidiócesis de Madrid invita a toda la Iglesia a participar en el Vía Crucis Diocesano el Miércoles Santo

La Archidiócesis de Madrid invita a toda la Iglesia en Madrid a participar en el Vía Crucis Diocesano, que tendrá lugar el próximo Miércoles Santo, 16 de abril, a las 19:00 horas en la Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Este acto de oración y contemplación será presidido por el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo Cano, y está siendo preparado por las delegaciones diocesanas.

Este Vía Crucis se presentará de manera plástica a través de catorce artistas que han querido poner su talento al servicio de la fe, cediendo una obra para cada una de las estaciones: pintura, escultura y otras expresiones artísticas que permitirán meditar visualmente cada momento del camino hacia la Cruz. Estas obras no solo representarán el sufrimiento de Cristo, sino que lo harán desde una mirada encarnada en las realidades que hoy siguen clamando redención y esperanza.

Descarga aquí el Vía Crucis

Descarga aquí 'La lógica del amor. Via Crucis con el Papa Francisco'

Además, un cuarteto de música en directo interpretará piezas especialmente elegidas para acompañar el recorrido hasta el calvario. El grupo vocal estará formado por la soprano Mariana Ortiz, la contralto Carolina Bardas, el tenor Luismel Guerra y el barítono Edwing Tenias Carvallo. A ellos se sumará el Cuarteto Persé, integrado por Massiel Fernández Torralbas (viola), Alicia Fernández Báez (violonchelo), Pablo Calderón Piña (violín) y Camila Pérez Socarrás (violín). La dirección musical estará a cargo de Juan Wolf.

Las meditaciones que acompañarán cada estación estarán tomadas de los textos del Papa Francisco, invitando a mirar la Cruz como signo de la sabiduría de Dios: una sabiduría que se manifiesta en la humildad, el abajamiento y el amor. Distintas realidades de la diócesis —laicos, consagrados, jóvenes, familias, comunidades y movimientos— participarán activamente en el desarrollo del Vía Crucis, como signo visible del Santo Pueblo de Dios en camino, y en representación de las múltiples vocaciones, carismas y servicios que lo enriquecen.

 

El centro de este camino será la Cruz, símbolo de esperanza y memoria viva de un amor que libera. En palabras del Papa Francisco, se trata de mirar y tocar a quienes hoy siguen crucificados, para desclavarlos de sus maderos por la lógica del amor. Se anima a toda la diócesis a unirse a esta celebración, para caminar juntos tras los pasos del Crucificado y renovar, en comunión, la esperanza pascual.

El Vía Crucis se podrá seguir por el canal de YouTube de la archidiócesis de Madrid.

El cardenal Cobo recuerda a los sacerdotes en la Misa Crismal: «Hemos sido ungidos para hacer sentir a todos la ternura de Dios»

El presbiterio de Madrid estaba convocado este Martes Santo, 15 de abril, a la Misa Crismal en la catedral de la Almudena, a las 12:00 horas. Pero desde una hora antes ya iban llegando sacerdotes, porque la de hoy era una de las celebraciones más significativas del año. En ella renuevan sus promesas sacerdotales y concelebran con el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en una manifestación muy fuerte de la comunión de los presbíteros con su propio obispo.

«Es una maravilla el que podamos encontrarnos», ha expresado el cardenal Cobo al comienzo de la celebración, ante los más de 800 sacerdotes que se han congregado y que ha llevado al arzobispo a exclamar un elocuente «otro año se nos hace pequeña la catedral». «Gracias por decir que sí —ha continuado—y gracias por celebrar hoy tantos síes que damos a lo largo del año».

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Junto al cardenal Cobo, que presidía la Eucaristía, estaban los cardenales Antonio María Rouco Varela y Carlos Osoro, ambos arzobispos eméritos de Madrid, así como los obispos auxiliares de la diócesis Juan Antonio Martínez Camino, José Antonio Álvarez y Vicente Martín. Igualmente han estado presentes Adolfo González Montes, obispo emérito de Almería, Luis Tineo, obispo emérito de Carora (Venezuela) y José Luis del Palacio, obispo emérito de la diócesis del Callao (Perú).

En el coro resonaban las voces de los niños de la Escolanía del Escorial, acompañando musicalmente una liturgia que solo se ha visto interrumpida en su austeridad de la Semana Santa por el canto del gloria. «Nos habéis enseñado a rezar con la música», les ha agradecido el arzobispo de Madrid al concluir la celebración.

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«Abrid las ánforas» del bautismo, del discernimiento comunitario y de la esperanza

La proclamación del Evangelio de Lucas, que narraba las palabras de Jesús en la sinagoga tomadas del profeta Isaías, daba paso a la homilía del arzobispo. Ha pedido que «se renueve en nosotros esta misma unción para continuar la misión de Cristo, esto es, «somos ungidos para hacer sentir a todos la ternura de Dios» porque «nuestro pueblo sigue necesitando sanación».

Una unción que es asimismo, ha resaltado, para construir puentes, para sembrar concordia, para anunciar esperanza. También entre el propio presbiterio, y así ha asegurado que «necesitamos la unción de la unidad para solucionar nuestros conflictos y roces, siempre desde la verdad de la Eucaristía», desde el Maestro, ha recalcado.

En este punto, el cardenal ha presentado a los sacerdotes «tres sencillas ánforas», tres «perfumes de la unción que hemos recibido». La primera, el ánfora del Bautismo, «que estamos subrayando este curso», con una mirada especial hacia los laicos. «Nuestra vocación nace de la suya, se enraíza en su fe sencilla y se sostiene en su oración silenciosa».

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La segunda ánfora es la del discernimiento comunitario, que «lleva a no tomar las decisiones solitariamente», porque «somos miembros de un mismo Cuerpo». Consejos parroquiales, sacerdotes, arciprestazgos, «todos unidos en un discernimiento que nos está llevando directamente al corazón de la sinodalidad».

La tercera ánfora contiene «el perfume más necesario estos tiempos: la esperanza». Así, este año jubilar, «año de gracia del Señor», es una oportunidad «para volver a decirle a este mundo que no todo está perdido, que Dios no se ha ido».

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«Seguid remando juntos, en nuestra barca está presente el Ungido por el Espíritu del Padre»

El cardenal ha alentado a los presentes: «Vamos a llevar a nuestras parroquias el alma renovada». Y ha insistido, ya prácticamente al finalizar su homilía, que «es un gozo veros». Así, ha querido poner en valor el bien que en muchas ocasiones se hace en silencio, y les ha hecho a los sacerdotes una invitación: «Seguid remando juntos, en nuestra barca está presente el Ungido por el Espíritu del Padre».

El arzobispo ha concluido recordando las palabras del mismo Jesucristo: «Seguid escuchando “estoy con vosotros, no tengáis miedo, echad juntos las redes”».

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Renovación de promesas y bendición de los óleos

Tras la homilía, los sacerdotes han procedido a renovar sus promesas sacerdotales. Los «sí, quiero», resonaban con fuerza en un templo en el que también se habían congregado numerosos laicos. Como Matilde, que no se pierde una Misa Crismal «por mi vocación de Iglesia». Sentada casi al final del templo, aseguraba que «hoy es una celebración eclesial de mucha importancia».

Igual que Pilar, Misionera Franciscana de la Natividad, cuyo objetivo prioritario es mostrar la cercanía a los presbíteros, «hay que acompañarlos». Además, en Carabanchel, donde está su comunidad, «al cardenal se le quiere mucho». Parecía que a ellas en persona se dirigía el cardenal Cobo en su homilía cuando ha dicho «gracias a los que habéis venido a abrazar a los sacerdotes».

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Era este un día «muy bonito», recalcaba el párroco de Santa María del Pinar, Pedro Pérez, «de fraternidad», al que también se han sumado sacerdotes que no son de la diócesis de Madrid pero que están en ella circunstancialmente. Tal es el caso de Francisco Katimba, de Angola, que lleva cuatro años estudiando aunque pronto regresará a su país poque «hay trabajo allí, hay que servir». «Hoy es un día de compartir experiencia de vida y ministerio», en el que «en unión con el obispo nos configuramos con Cristo».

Este «signo de comunión de toda la Iglesia de Madrid» lo destaca también Álex Hernández, párroco de Nuestra Señora de Valvanera, en San Sebastián de los Reyes, quien añadía la importancia de la recepción de los óleos, «que hacen que la Iglesia toda pueda gozar de los sacramentos» y presentar de una «manera certera» el signo de la Muerte y Resurrección de Jesucristo.

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Efectivamente, los sacerdotes se llevan de vuelta a sus parroquias el óleo de los catecúmenos, el óleo de los enfermos y el santo crisma. El cardenal Cobo ha bendecido el primero pidiendo para los catecúmenos, tal y como indica la liturgia, «aumentar la valentía en el combate de la fe», para que así «vivan más hondamente el Evangelio de Cristo». También el de los enfermos, para que con este aceite «sientan en el cuerpo y en el alma» la «divina protección» de Dios y «experimenten alivio en sus enfermedades y dolores».

Además, ha consagrado el óleo para el santo crisma, con el que se ungen los nuevos bautizados, los confirmandos, las manos de los nuevos presbíteros, la cabeza de los nuevos obispos y las iglesias y los altares en su dedicación, para «que sea sacramento de la plenitud de la vida cristiana». Es un aceite mezclado con perfume de nardo sobre el que el arzobispo de Madrid ha soplado –signo de la presencia del Espíritu Santo, insuflando su aliento–. Así, el ungido con el santo crisma es signo del buen olor de Cristo y de la nueva vida en el Espíritu.

Los presbíteros se han sumado al obispo en la consagración del santo crisma extendiendo una mano, manifestando la unidad en el mismo sacerdocio de Cristo.

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Semana Santa

La Misa Crismal se realiza en Madrid el Martes Santo ya que este día es más fácil que clero y Pueblo puedan reunirse con el obispo frente al Jueves Santo —día tradicional para esta celebración—, por los preparativos de la Cena del Señor.

Como explica antes del comienzo el párroco de los Santos Inocentes, Rafael Pérez, «la celebración de la Cena del Señor es la prolongación de la Misa Crismal» porque en cada parroquia se vive «lo mismo que vivimos» en la catedral de la Almudena «junto con nuestro obispo».

Al concluir la celebración, previo a la comida fraterna a la que estaban invitados todos los sacerdotes en el Seminario Conciliar de Madrid, el cardenal Cobo les ha insistido en su agradecimiento: «Gracias por sostener a esta Iglesia diocesana». Y ha exclamado un rotundo «hoy podemos decir que merece la pena ser cura». 

Las celebraciones de la Semana Santa en la catedral continúan el Miércoles Santo, con el Vía Crucis diocesano a las 19:00 horas.

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