Un centenar de jóvenes procedentes de distintas ciudades de España y Portugal se reunieron en Sedaví, Valencia, para participar en el encuentro “Juntos construimos un mundo solidario y en paz”, organizado por el movimiento Jóvenes por la Paz de la Comunidad de Sant’Egidio.
«Cuando vimos lo que estaba ocurriendo en Valencia, todas nuestras oraciones se dirigieron hacia esa ciudad. Queríamos estar cerca de quienes estaban sufriendo, escuchar, ayudar y, sobre todo, estar presentes con el corazón abierto y las manos dispuestas», afirma Furno Trujillo Villacorta, de Jóvenes por la Paz de Sant’Egidio de Madrid. Ella fue una de los más de veinte jóvenes madrileños que se sumaron al encuentro.
Furno destaca además el mensaje que los jóvenes quisieron transmitir con su participación: «No estamos dormidos, estamos comprometidos. Queremos formar parte del cambio, no solo imaginar un mundo mejor, sino construirlo con acciones concretas».
«Nos mueve la esperanza»
En Sedaví, los jóvenes encontraron calles cubiertas de barro, viviendas dañadas y un profundo sufrimiento. Pero también hallaron algo que les conmovió profundamente: la solidaridad. «Vecinos que se ayudaban entre sí, que compartían lo poco que les quedaba, incluso habiéndolo perdido todo», relata Furno. Y es precisamente ahí donde, asegura, «queremos estar, porque no somos indiferentes. Nos duele lo que sucede a nuestro alrededor y nos mueve la esperanza de que las cosas pueden ser diferentes».
Durante el encuentro, los jóvenes compartieron con los vecinos de esta localidad valenciana —una de las más afectadas por las riadas provocadas por la DANA— momentos de reflexión, compromiso y acción. La tormenta había dejado importantes daños en viviendas, colegios y espacios públicos.
Furno explica que colaboraron limpiando un centro escolar y después visitaron casa por casa para escuchar, acompañar y ofrecer consuelo a quienes lo necesitaban. Pero lo que más les impactó fue ver a los niños: «Lo habían perdido todo y tenían miedo». Por eso, organizaron una fiesta para ellos: «Sabemos que lo que se siembra en el corazón de un niño florece en el futuro de una comunidad».
Ese día, confiesa Furno, comprendió algo esencial: «La paz no es una palabra abstracta, sino una realidad que se construye con gestos concretos, pequeños, y estando cerca de quienes sufren».
«Los jóvenes nos han salvado»
Con este encuentro, también se quiso reforzar los lazos creados durante los días de emergencia, así como profundizar en el compromiso de los jóvenes con una cultura de paz y solidaridad en sus propias ciudades. Porque fueron precisamente ellos —muchos pertenecientes a la Comunidad de Sant’Egidio— quienes se movilizaron de inmediato para ayudar a los afectados. Así lo recordaban incluso las pancartas que colgaban en algunas zonas de Sedaví: «Los jóvenes nos han salvado».
«Nos hemos unido para manifestar, una vez más, nuestra amistad y solidaridad con todos los amigos de Valencia», afirmaba Furno. En este sentido, compartía también una de las lecciones más valiosas que ha aprendido de los pobres, de los ancianos y de los Amigos de la Calle con los que conviven cada semana en la Comunidad de Sant’Egidio de Madrid: «El dolor compartido duele menos, y la esperanza compartida se multiplica. Porque donde hay comunidad, hay resurrección».
Sedaví, concluye Furno, «en medio de tanto sufrimiento, nos ha enseñado que podemos ser muchos samaritanos, muchos hermanos y amigos… y que la esperanza tiene rostros, nombres y manos».
Manifiesto
En el manifiesto, que los jóvenes leyeron durante el encuentro, afirmaban que «juntos podemos construir un mundo más solidario y en paz». También recordaron cómo, durante la catástrofe, jóvenes y ancianos —habitualmente considerados irrelevantes o descartados— encontraron fuerza en su encuentro mutuo. «Salimos de la irrelevancia poniendo a disposición nuestra energía y nuestros sueños». También subrayaron la importancia de no esperar a nuevas tragedias para activar la solidaridad y la unidad porque «la paz también puede construirse a pedazos, y cada gesto de solidaridad conquista un pedazo de mundo para la paz».
El reencuentro con los ciudadanos de Sedaví se materializó en una emotiva manifestación por la paz, celebrada en la Plaza Jaume I de Sedaví. Allí se compartieron testimonios provenientes de diferentes países del mundo y se proclamó el manifiesto por la paz y la solidaridad para construir un mundo más pacífico, humano y solidario.
El movimiento internacional Jóvenes por la Paz impulsado por la Comunidad de Sant’Egidio está presente en muchas ciudades de España, Europa y el mundo. Anima a adolescentes y jóvenes a actuar desde la escucha del Evangelio, la amistad con los pobres y el deseo de un mundo sin violencia ni exclusión. Frente a una sociedad que muchas veces no escucha a los jóvenes o les tacha de egoístas o irrelevantes, «este encuentro mostró el rostro de una juventud solidaria, unida y profundamente comprometida con transformar el mundo».