Madrid

La Macarena y el Gran Poder presentan su Semana Santa con un cartel de Pablo Cortés del Pueblo: «He querido plasmar cómo la hermandad se adapta al carácter madrileño»

Hay en Pablo Cortés del Pueblo claras influencias del cartelismo español de principios del siglo XX. Y en sus diseños cofrades, mucho de los carteles del pintor zaragozano Manuel León Astruc (1889-1965). Oriundo de Linares (Jaén) y licenciado en Publicidad, Cortés del Pueblo fue elegido por la Junta de Gobierno de la Hermandad Gran Poder y Macarena de Madrid para presentar en un cartel su salida procesional del Jueves Santo por las calles de Madrid. (En la imagen principal, junto a la hermana mayor, Mercedes Herráez, el día de la presentación).

«Tengo varios amigos de la hermandad —cuenta— que llevaban tiempo queriendo que pintara el cartel». Lo propusieron este año, el boceto fue aprobado, y estos amigos lo regalaron como donación a la propia hermandad. «Me dieron total libertad», así que Cortés del Pueblo, que «tenía muchas ganas de replicar» la «mucha y muy buena» cartelería que tiene Madrid, se inspiró en León Astruc y en carteles hechos para las fiestas de San Isidro de los años 40 y 50. No solo en estilo, sino también en tipografía.

Cartel Gran poder macarena 8x4

Uno de los retos del cartelista era reflejar la idiosincrasia de una hermandad que en Madrid ha aunado dos devociones muy diferenciadas en Sevilla: «El Gran Poder es de silencio, y la Macarena de bulla y alegría». Por eso, en el cartel «he querido plasmar cómo la hermandad se adapta al carácter madrileño», porque «no era común que hubiera un paso sevillano, con la estética de la Semana Santa andaluza, por Madrid».

Entre los dos titulares de la hermandad «había que elegir», y Cortés del Pueblo se decantó por el Señor, primero porque «estos amigos míos son más del Cristo», y segundo por «el orden litúrgico». «El Gran Poder es el Gran Poder». Lo cual no desmerece a la Virgen, que queda en un segundo plano, cierto, pero realzada por las tonalidades amarillas, con ese «choque visual» del paso de palio en Madrid.

Cartel gran poder macarena tela

Lápiz pastel y pintura acrílica

Para esta obra —como para sus carteles— el cartelista utilizó lápiz pastel y pintura acrílica sobre tabla en bastidor. Llama la atención ese cielo azul con tanta luz, para el que el artista tomó como referencia un cartel de Sanfermines de León Astruc de los años 20. «En los fondos él jugaba muy bien con la iluminación». La escena principal estaba «muy bien iluminada, con una luz teatral, y en los fondos bajaba la intensidad y jugaba con colores más estridentes».

Lo que hizo Cortés del Pueblo fue «traerme esa iluminación nocturna y jugar con el cielo de Madrid». Un cielo recortado por los edificios de «ese Madrid castizo, con tejados puntiagudos». Y el «azul marino es una manera de darle color a la noche, que se rompe con la luz amarilla del Cristo y de la Virgen», concluye.

Cartel gran poder macarena pablo

La Real Congregación de san Isidro invita a participar en su misa de hermandad

La Real Congregación de san Isidro de naturales de Madrid celebra este sábado, 15 de marzo, como tercer sábado de mes, sus cultos de hermandad. La capilla de la Cuadra de san Isidro (Pretil de Santisteban, 3) abrirá sus puertas para la visita cultural de 18:00 a 19:00 horas. Los cultos se celebrarán a las 19:00 horas con las vísperas.

La Eucaristía de hermandad se celebrará a las 20:00 horas en la Real colegiata de san Isidro (Toledo, 37). Al finalizar, podrá visitarse el camarín sepulcral de san Isidro y de su esposa, santa María de la Cabeza.

Las campanas de las iglesias suenan en el aniversario del 11M en recuerdo por las víctimas y sus familias

Con motivo del aniversario de los terribles atentados del 11Mlas campanas de las iglesias de Madrid han sonado de 9:00 a 9:05 horas este martes. Así, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, pidió ayer a las parroquias que se sumen a esta iniciativa en recuerdo y oración por las víctimas y sus familias.

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Veintiún años del atentado en Madrid

«Hay fechas que quedan grabadas a fuego en el alma de un pueblo». Así lo recordó el pasado 11 de marzo de 2024 el arzobispo, en la misa funeral celebrada en la catedral de la Almudena en memoria de las víctimas del 11-M, cuando se cumplieron veinte años de los atentados en el que murieron 193 personas y resultaron heridas más de 1.800. 

Por ello, indicó, «tenemos la necesidad de juntarnos para recordar. Hemos escuchado en el evangelio cómo Jesús invita a los discípulos a seguir haciendo memoria suya. Cada eucaristía que celebramos es memoria de su vida entregada. De su pasión. De su amor incondicional. Hacemos memoria de la vida de Jesús, también truncada a destiempo, trágica y cruelmente. Y en cada misa también hacemos memoria de nuestras vidas. Quisiera unir hoy ambos recuerdos. El recuerdo de nuestra historia dolorida, y el recuerdo de la vida entregada de Jesús. Hacer memoria es importante. Recordar es un deber. Es un valor. También una necesidad».

Así, insistió, «recordar es un deber. Se lo debemos a quienes ya no están. Y nos lo debemos a nosotros mismos como sociedad. Debemos recordar a las víctimas que siguen vivas en nuestra memoria y pedir para ellas el abrazo de Dios». Pero, recordar «es también un valor para buscar la verdad y reaprender a vivir».

La mirada al pasado «no ha de ser una mirada que se quede atrapada por la dureza inexorable de los hechos. Tampoco una mirada interesada al servicio de la propia ideología. Si miramos al pasado, es para aprender de nuestros errores, para no volver a repetirlos. Y para poner en valor nuestros aciertos y logros, para cuidarlos como el bien delicado que son».

El obispo auxiliar Vicente Martín visita el proyecto de Cáritas Madrid, 'Nazaria baja a la calle': «Aquí se está construyendo mucho más que un hogar, se están tejiendo lazos de esperanza»

El obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín visitó hace unos días el proyecto de Cáritas Madrid 'Nazaria baja a la calle'. Durante su visita, compartió una comida con las jóvenes y con la comunidad de vida de las Misioneras Cruzadas, quienes viven en este Hogar. Cada día, una de las jóvenes cocina junto a una religiosa, «en un gesto que fortalece la convivencia y el sentido de hogar dentro del proyecto». La conversación durante la comida fue un reflejo de la vida cotidiana, desde las preocupaciones sobre el futuro hasta anécdotas espontáneas sobre la convivencia y los vínculos que se van tejiendo en el día a día.

Las religiosas compartieron D. Vicente Martín la profundidad de su misión: «Nosotras no venimos a enseñar, sino a caminar con ellas». Además, «tratamos de vivir la fe en lo sencillo, en la escucha y en la construcción de relaciones de confianza». En este sentido señalaron que «el reto es seguir estando, a pesar de las dificultades».

El obispo valoró este trabajo como una expresión concreta de la acción social de la Iglesia: «Cuando una persona deja su hogar buscando un futuro mejor o huyendo de una situación difícil, Dios le regala una nueva familia en la Iglesia. Y aquí sois testimonio de esa Iglesia madre, que acoge y acompaña».

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Las jóvenes también compartieron con él sus inquietudes, sus estudios y los desafíos que enfrentan. Entre risas y confidencias, hablaron de sus relaciones, sus aspiraciones y sus sueños.

El encuentro concluyó con un recorrido por la casa conociendo las actividades que desarrollan en el espacio, desde talleres hasta salidas culturales, mostrando cómo 'Nazaria baja a la calle' «no solo ofrece un techo, sino un camino de crecimiento y autonomía».

Antes de despedirse, D. Vicente agradeció la acogida y animó a la comunidad a seguir viviendo la fraternidad con esperanza: «Aquí se está construyendo mucho más que un hogar: se están tejiendo lazos de esperanza».

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