- Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
Más de 1.200 personas se dieron cita el año pasado en la visita que los Reyes Magos hicieron a la catedral de la Almudena, y no se descarta que este año las previsiones se desborden en un evento previsto para las 17:00 horas de este viernes, 3 de enero.
Para Sus Majestades, que han aceptado de nuevo la invitación del arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, de hospedarse estos días en la Casa San Justo, ese será «un momento muy emocionante». Así lo ha reconocido el mismísimo rey Melchor en una entrevista en El Espejo de COPE (en imágenes, su visita el año pasado a la catedral), y ha añadido que «estamos muy contentos de acudir de nuevo a la catedral de la Almudena pata traer un mensaje de fe, amor, esperanza y generosidad para todos».
Melchor, Gaspar y Baltasar llegarán al primer templo de Madrid en vehículos escoltados por la Policía Municipal de Madrid y se postrarán a los pies del Niños Jesús, igual que hicieron hace más de 2000 años en el portal de Belén. Este será, ha reconocido el rey Melchor, su momento preferido. Y después, el del encuentro personal con cada niño, «ver la alegría y emoción en todos esos niños que nos dan sus cartas y sus esperanzas… ¡Esperamos no defraudarles!».
«La esperanza es la mejor brújula»
Los Reyes Magos son los que mejor saben de la esperanza, que precisamente es el motivo en torno al cual la Iglesia ha propuesto este Año Jubilar. «A veces nosotros, los Reyes Magos, tenemos también preocupaciones incluso ansiedad, pero también nosotros nos pusimos en marcha siguiendo una estrella durante meses; al final la esperanza es la mejor brújula, saber que alguien te está esperando y que Dios lleva nuestra vida y todo lo hace bien».
Ellos sí que han sido, además, peregrinos de la esperanza, como reza el lema del jubileo; «quién mejor que nosotros, que hemos tenido que hacer un largo un viaje con muchas dificultades, pero al final, aquí estamos». Y ha añadido: «Invitamos a todos a que no pierdan la esperanza por muchas dificultades que tengan los caminos a recorrer».
«Hay que traer esperanza a este mundo que vive unos momentos de futuro sombrío», ha manifestado el rey. «Y ya en la esfera personal, Dios no nos abandona cuando le buscamos. Por eso hay que pedir por esos familiares, amigos que están lejos de Dios, que se sienten abandonados, para que encuentren la esperanza». Lo dice Él, que ha reconocido que a pesar de ser un sabio, «nada de lo que yo leía me llenaba; y solo cuando vi a ese Niño en el pesebre me sentí tan lleno» que todo «me sobró».
Por último, Su Majestad ha explicado cómo en su camino al portal se fueron encontrando a los pastores, que «ofrecían lo poco que tenían». Así, ha animado a que preguntarse «qué quiere Dios de cada uno». «Yo le di oro al Señor; pues que en este 2025 todos podamos, con nuestros bienes o lo poco que tengamos, amar a los pobres». O «que podamos ser generosos con los demás, tener un corazón abierto, hacer lo que el Señor nos pida: a veces nos pide cuidar a la abuela, cuidar a ese niño que está en el colegio pasándolo mal, que estemos atentos... Que podamos dar, no solamente recibir», ha concluido.