Madrid

Ejercicio Fin de Año de la Adoración Nocturna en la Parroquia del Santísimo Cristo de la Victoria

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  • Firma: Ejercicio Fin de Año de la Adoración Nocturna en la Parroquia del Santísimo Cristo de la Victoria
  • Fin Agenda: 31-12-2024
  • Galeria: 2024-12-31

El próximo 31 de diciembre, la Adoración Nocturna Española celebrará su tradicional Ejercicio Fin de Año en la Parroquia del Santísimo Cristo de la Victoria (C. Blasco de Garay 33), a las 17:30 horas. El ejercicio concluirá con la Santa Misa a las 19:00 horas.

 

El obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, a los diáconos permanentes: «La diaconía es anuncio y servicio a la familia, a la comunidad cristiana y a los más pobres»

  • Titulo: Sandra Madrid
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Con motivo de la fiesta de San Esteban, los diáconos permanentes de la diócesis de Madrid se reunieron en el Centro Juvenil Santa María de la Cabeza para compartir un encuentro fraterno. La jornada comenzó con una Eucaristía en la capilla del centro, presidida por el obispo auxiliar Vicente Martín, recientemente nombrado presidente de la Comisión para el Diaconado Permanente en Madrid.

Durante la homilía, monseñor Vicente Martín expresó su gratitud por el ministerio que se les ha confiado: «Ser expresión de una Iglesia al servicio del Reino de Dios y de la humanidad, especialmente de los más vulnerables». Además, subrayó que este llamado implica «sentirnos consagrados y enviados para hacer de nuestra vida una Buena Noticia para los demás».

El obispo también tuvo palabras de agradecimiento para las esposas de los diáconos, a quienes definió como «compañeras de camino en esta aventura del servicio». Destacó que su apoyo, cariño y testimonio son fundamentales para la vivencia del ministerio diaconal.

El verdadero significado de la Navidad

Durante la homilía en la celebración de la fiesta de San Esteban, diácono y protomártir, monseñor Vicente Martín destacó la conexión litúrgica entre dos nacimientos: el de Jesús y el de la Iglesia primitiva. El 25 de diciembre, explicó, «celebramos con solemnidad y enorme gozo la Navidad, el “Dios con nosotros”». Al día siguiente, 26 de diciembre, «nos encontramos de manera sorprendente con una realidad injusta y cruel: el martirio de San Esteban, que, sin embargo, fue semilla para que germinara el Evangelio».

El obispo subrayó que esta celebración está profundamente unida al verdadero significado de la Navidad. «En el martirio de Esteban, la violencia es vencida por el amor, la muerte por la vida. Él, en la hora del testimonio supremo, contempla los cielos abiertos y da a sus perseguidores su perdón». Monseñor Vicente Martín añadió que el evangelista Lucas presenta a Esteban como un alter Christus, un “otro Cristo”, no solo por lo que le sucede, sino también por su actitud: «Libertad, verdad, valentía, compasión… son rasgos que nos recuerdan a Jesús».

En su reflexión, el obispo exhortó a los presentes a seguir el ejemplo de Esteban: «Estamos llamados a ser testigos, a asumir el desafío de encarnar el Evangelio en el día a día, especialmente allí donde viven los crucificados y apedreados de nuestro tiempo. Vivir configurados con Cristo implica afrontar nuestra fragilidad con un mensaje de paz y amor tan poderoso que rompe el individualismo, el egoísmo, el consumo desmedido, la ambición sin límites, el poder abusivo y las desigualdades inhumanas».

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Ser apóstol y servidor

En su homilía, monseñor Vicente Martín destacó que la diaconía «es anuncio y servicio a la familia, a la comunidad cristiana y a los más pobres». Subrayó que «ser apóstol y servidor están unidos, no pueden separarse jamás; son como dos caras de una misma moneda: quien anuncia a Jesús está llamado a servir, y el que sirve anuncia a Jesús».

El obispo presentó a San Esteban como un modelo ejemplar para todos aquellos que se ponen al servicio del anuncio del Evangelio. Su testimonio recuerda que la auténtica novedad en el anuncio del Evangelio no radica tanto en el uso de métodos o técnicas innovadoras —a unque estos tengan su utilidad —, sino en estar llenos del Espíritu Santo y dejarse guiar por Él.

La verdadera fuerza del anuncio, explicó, proviene de una profunda inmersión en el misterio de Cristo: asimilar su palabra, vivir de su presencia en la Eucaristía y permitir que Jesús mismo, vivo y presente, hable y actúe a través del evangelizador. «El evangelizador se hace capaz de llevar a Cristo a los demás de manera eficaz cuando vive de Cristo, cuando la novedad del Evangelio se manifiesta en su propia vida», concluyó monseñor Vicente Martín.

Caminar juntos

San Esteban nos enseña a anunciar a Cristo con gestos concretos de fraternidad y caridad evangélica. Su vida y su testimonio, sellados con el martirio, son una fuente de inspiración para la renovación de nuestras comunidades cristianas, llamadas a ser cada vez más misioneras. Estas comunidades, destacó monseñor Vicente Martín, deben orientarse decididamente hacia la evangelización, saliendo al encuentro de los hombres y mujeres de las periferias, donde se experimenta una mayor sed de esperanza y de salvación.

El obispo auxiliar subrayó que el servicio de los diáconos «no se realiza en nombre propio ni de manera individualista, sino en nombre de una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa». Por ello, animó a «caminar juntos para alumbrar caminos de esperanza», especialmente en el marco del año jubilar.

Al concluir su homilía, monseñor Vicente Martín invitó a todos a dirigir su mirada a María, Madre del Redentor, pidiéndole que nos ayude a «vivir este tiempo de Navidad con los ojos puestos en Jesús, para que cada día nos parezcamos más a Él y seamos capaces de dar un testimonio convencido y valiente del Evangelio».

Jubileo de los diáconos

Con motivo del Jubileo de los diáconos, el Papa Francisco ordenará 50 diáconos el 23 de febrero, entre los que se encuentran los candidatos de la archidiócesis de Madrid, Alejandro de la Concha Alba y Willy Alexander Vargas Muguruza.

Soto del Real arranca este viernes el Jubileo con la apertura de una simbólica Puerta Santa

  • Titulo: Rodrigo Moreno Quicios
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El arzobispo de Madrid, cardenal José Cobo, junto a sacerdotes, voluntarios, trabajadores del Centro Penitenciario Soto, celebra este viernes la Navidad en la prisión junto a las personas que allí cumplen condena. Este año tiene un carácter muy especial y excepcional porque «tendremos la apertura de la puerta santa», explica Paulino Alonso, capellán de la cárcel. «Nosotros abriremos la puerta y todos los internos que acuden diariamente a las eucaristías pasarán por ella como signo de penitencia y sobre todo de conversión».

Los internos, subraya Paulino, son «sensibles a esta realidad», es decir, que «es necesario convertirse y cambiar las actitudes negativas que tenemos cada día en nuestro caminar». Por ello, «están interesados también en vivir este año santo con especial intensidad». Un año de la esperanza, conscientes de que hay esperanza, que, a pesar de tantos problemas y dificultades, podemos seguir esperando y confiando. ¿Por qué? Porque Dios nos ama y nos perdona. Por ello, «viviremos un momento entrañable».

También María Yela, responsable de Pastoral Penitenciaria en la archidiócesis de Madrid, ha subrayado que este viernes los presos y todos los profesionales y voluntarios que trabajan en Soto del Real «abrimos nuestro corazón a recibir a este Dios que se ha hecho hombre para impulsarnos a vivir con esperanza el día a día. Ahí también incluimos a las víctimas. Vienen a celebrar con nosotros, algunas de ellas después de un trabajo difícil, pero necesario y sanador. Desde la soledad de las celdas, día y noche, ellos se abren al espíritu y viven esa Navidad intensamente».

«Los que estamos fuera, también desde nuestras inquietudes, porque vivimos las rejas mentales y vitales, a través de experiencias de enfermedad, de incertidumbre, de agobios, de dolor, cuando fallece un ser querido o cuando perdemos el trabajo, unos y otros nos unimos para confiar en ese Padre que ha elegido y ha sabido hacerse pequeño, hacerse hijo, hacerse humano para compartir con nosotros nuestros afanes. Aunque a veces lo dudemos, nos puede llenar de fuerza, confiar en su camino, en la luz y en su fuerza, confiar en que esto es Navidad. Por lo tanto, esto puede ayudarnos todo el año, sobre todo en este año que iniciamos el Jubileo, para vivir con esperanza todo lo que venga, ofrecerlo y vivirlo con sentido. Esto es lo que celebramos en Navidad, entre rejas y también en el exterior, porque en el fondo la Navidad nos llena y nos une a todos».

Carcel Soto Cobo

«Esta tarde cada uno de nosotros viviremos este acontecimiento, dando inicio así comienzo a un año de celebraciones y de acontecimientos para poder vivir también nosotros dentro de la prisión esa llamada a la esperanza, la confianza, sabiendo que Dios nos ama a pesar de nuestros pecados y de nuestras infidelidades», recuerda Paulino Alonso.

Con la definición más legalista en la mano, no es exactamente una Puerta Santa, pero este viernes, con la presencia del cardenal, habrá un acto simbólico y todos los internos pasarán por ella en sentido de penitencia y arrepentimiento». Paulino Alonso, capellán de la cárcel de Soto del Real, se refiere así al mural que «hemos hecho con papel marrón de envolver simulando unos ladrillos» y que bloqueará durante unas pocas horas el acceso al salón de actos del penal, donde entre otras muchas actividades también se celebra Misa. Según explica al semanario Alfa y Omega este trinitario, el arzobispo de Madrid será el encargado de «romper el papel» para que los presos lo atraviesen. Un acto especialmente señalado que seguirá a la apertura de — esta sí — la Puerta Santa de la capilla del penal romano de Rebibbia. Reviste tanta importancia que, en el caso de Soto del Real, sucederá dos días antes de que la propia archidiócesis se una al Jubileo 2025 abriendo la Puerta de la Evangelización de la catedral de la Almudena.

Paulino Alonso explica que la creación de una «puerta simbólica» en prisión es idea suya, pero obra de «los mismos internos», quienes la han realizado «en un taller de pintura con una monitora». Será una sorpresa para los presos que frecuentan las celebraciones eucarísticas que preside el capellán. Son unos 200 — de los 1.300 recluidos en el centro — y todavía no están especialmente enterados sobre el año santo, aunque «se lo explicaremos en Navidad». «Lo van a vivir intensamente porque lo sienten así: son cristianos, practican y ellos mismos se dan cuenta de lo que han hecho», valora el trinitario. En su experiencia, estas personas «llegan a reconocer el daño y el mal que han causado» y vaticina que «sin duda alguna van a pedir perdón». Y hablamos de 200 solo por cuestiones de aforo pues, con varios turnos, «a las Misas de fin de semana suelen ir unos 320», es decir, un 25 % de los residentes. Una proporción que choca con el último barómetro del CIS, según el cual ocho de cada diez españoles no acuden nunca a celebraciones religiosas.

También relata cómo es el proceso de conversión de los presos, a quienes celebraciones como la del próximo 27 «les ayudan a seguir luchando». «Dentro de la prisión se agarran a Dios y empiezan a ver las cosas de otra manera. Yo les digo que los muros no se los va a quitar nadie, pero Él les va a dar la fuerza para que no les hagan polvo». Frente al frío de la sierra y del hormigón, «el calor se lo puede dar la Iglesia a través de los voluntarios y el sacerdote». 

El capellán de Soto del Real explica que esta celebración con los internos se le ocurrió «al darnos cuenta de que el Papa iba a abrir una Puerta Santa en la cárcel. Nosotros no podíamos ser indiferentes, también teníamos que hacer algo», rememora. «Propusimos poder hacer la apertura y al cardenal le pareció bien». Alonso se muestra agradecido por la oportunidad y confía en que sirva «a la gente de la prisión para que se dé cuenta de que no es ajena a la Iglesia y pueda vivir este acontecimiento importante que el Papa ha resaltado como un momento de esperanza». En su opinión, «cada uno de ellos tiene que darse cuenta de que ha fallado y de que a través del perdón y la reconciliación mañana, en la calle, puede ser una persona más», como cualquier otra.

Carcel Soto Cobo Paulino Alonso

Indultos y viajes

El sacerdote cuenta también que está haciendo diferentes movimientos para «pedir indultos en Semana Santa», una costumbre que aprovecha todos los años para acelerar la reinserción de los presos mejor encaminados. Y revela que, con motivo del Jubileo, «intentaremos viajar a Roma el 14 de diciembre del año que viene». «Ya se ha hecho alguna vez, pero ahora es especial», añade. No es el único viaje que planea con los presos, pues en mayo quiere peregrinar a Lourdes con cinco o seis de ellos que están enfermos.

En la pastoral ordinaria, «seguramente hagamos catequesis sobre el año santo y la necesidad de cambio». Finalmente, agradece la sensibilidad del Papa con estas personas débiles y excluidas. «Queremos ser signo de esperanza y de que la vida sigue», concluye.

En la celebración de la Natividad del Señor, el cardenal Cobo recuerda que la Palabra, que es Jesús, «tiene tres dimensiones fundamentales: la verdad, la justicia y el amor»

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Durante la celebración de la Misa del Día de Navidad en la catedral de la Almudena, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha ofrecido un mensaje de esperanza, destacando que la Navidad no es solo una festividad pasajera, sino una invitación a acoger sencillamente una Palabra que viene del mismo Dios, y que da respuesta a nuestros anhelos más hondos. La celebración, que ha contado con la presencia de los obispos auxiliares Jesús VidalVicente Martín y José Antonio Álvarez, ha congregado a numerosos fieles, quienes han recibido la invitación del arzobispo a vivir la Navidad desde la profundidad de su significado, enraizada en la esperanza y el amor que transforma. 

En su homilía, el cardenal ha subrayado que la Navidad llega también a los márgenes de la sociedad, a las personas que enfrentan tristeza, soledad o sufrimiento en estas fechas. «El nacimiento de Cristo no es una dicha solo asequible a triunfadores, a gente que está en un momento dulce, o a quienes viven en la cara amable de la vida. La promesa de felicidad de Dios en Jesús, como anunciaba el salmo, llega a los confines de la tierra. Es una promesa que alcanza a los confines del mundo y a los belenes que llevamos dentro».

 

El cardenal ha subrayado que Jesús es “Palabra de Dios”, que nace con un mensaje definitivo y transformador que se encarna en la humanidad para reconciliar al mundo consigo mismo. «En un mundo lleno de palabras vacías, Jesús es la Palabra que ilumina nuestras tinieblas y nos ayuda a comprender quién es Dios, qué estamos llamados a ser y cómo ha de ser el mundo si permitimos que su luz brille». «En muchas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente por los profetas, hemos escuchado en el comienzo de la carta a los Hebreos. Pero al final, su palabra última es Jesús. Cuando Dios quiso hablarnos de sí mismo, con claridad, con cercanía y de una manera definitiva, el Verbo, la Palabra, se hizo carne, se hizo hombre y plantó su tienda entre nosotros. La Palabra se hace carne y no cualquiera: la de un Niño que todos podemos entender y palpitar con ella».

Acoger la Palabra es escucharla, respetarla  sin manipular y dejar que actúe

Por eso, La Palabra , que se hace Verbo activo, nos hace “voceros” de su contenido: «No solo en aquella Navidad  hubo quien no acogió la Palabra. No solo entonces hubo quien prefirió la tiniebla a la luz. También hoy sigue ocurriendo. A veces de manera consciente, y a veces porque vivimos distraídos por tanto ruido, tanta palabrería vacía o tanto discurso que ofrece verdades de saldo, eslóganes ideológicos y recetas banales sobre lo que ha de ser la vida y la sociedad. Incluso cuando tantas veces se manipula la misma palabra de Dios para ponerla al servicio de ideologías o miradas torpes a la realidad. Acoger la Palabra es escucharla, respetarla  sin manipular y dejar que actúe».

Una Palabra de Verdad, Justicia y Amor

El cardenal destacó que la Palabra que es Jesús tiene tres dimensiones fundamentales: la verdad, la justicia y el amor. «Jesús nos revela la verdad sobre Dios, sobre la creación y sobre nuestra existencia; denuncia el mal que atropella vidas y anuncia un bien posible; y, sobre todo, es la Palabra de un amor incondicional que no abandona, que se entrega y cuida de la fragilidad humana».  Al citar al Papa Francisco, el arzobispo ha recordado que el amor de Dios, reflejado en la humildad del pesebre y la cruz, no es un romanticismo religioso, sino «lo más serio y decisivo» para la humanidad.  

Llamados a ser testigos de la Palabra

En su mensaje final, el cardenal Cobo ha instado a los fieles a ser portadores de esta Palabra en sus vidas cotidianas, defendiendo la verdad, clamando por la justicia y mostrando el amor de Dios con sus palabras y acciones. "La felicidad que trae el Niño Dios no es un júbilo superficial, sino una vida vivida con sentido, horizonte y destino", ha concluido.

Por último, ha invitado a todos los fieles a participar el próximo 29 de diciembre, a las 12:00 horas, en la Misa de apertura del Jubileo 2025.