- Titulo: Infomadrid/ M.D.Gamazo
- Firma: Manolo Claros, director de la Fundación Santa Lucía: «Tenemos a muchas personas mayores en una situación de soledad»
- Fin Agenda: 15-06-2024
Este sábado, 15 de junio, se celebra el Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez. Una jornada a la que se ha sumado la Iglesia de Madrid, que trabaja y atiende a las personas mayores desde numerosos proyectos. Uno de ellos, la residencia de la Fundación Santa Lucía. Como explica su director, Manolo Claros, «se trata de un edificio propiedad de Cáritas Diocesana de Madrid, pero gestionado por la Fundación Santa Lucía. En su patronato, la Fundación está íntimamente relacionada con Cáritas y con la diócesis de Madrid».
«Con motivo de la conmemoración de este día, y en esa lucha contra la soledad y la violencia de las que a veces son víctimas los mayores -prosigue-, durante toda esta semana hemos estado celebrando una serie de acciones y encuentros con los mayores y sus familias. Son iniciativas que nos ayudan a visibilizar y a poder denunciar algunas situaciones que se están dando. Así, hemos comenzado la semana con una fiesta para familiares y voluntarios, en la que José Luis Segovia nos ha presidido una Eucaristía, y ha estado muy cercano y muy agradable con todas las familias. Posteriormente, hemos tenido una merienda y bailes, para amenizar a todos los mayores. Además, hemos realizado otras actividades: una sesión de cine, un bingo, actuaciones de un grupo musical de la parroquia de una residente. Y todo ello ha culminado con la salida y excursión que hemos tenido el miércoles pasado, a la Dehesa de la Villa, donde pudimos comer con 22 de los residentes; se trata de una salida que están esperando todo el año, porque les motiva muchísimo poder ir a lugares, a sitios a donde iban ello antes, o que conocían, y que les recuerdan mucho esa realidad que ya no viven».
«Como culminación de los actos que se van a celebrar este sábado en varios en proyectos de Cáritas Diocesana de Madrid para conmemorar esta jornada -apunta-, nosotros haremos una actividad en la que los mayores puedan recortar esos puzles con los que intentamos decirles que todos ellos son importantes, que forman parte de esta sociedad, y que no les olvidamos. Con ese gesto, vamos a denunciar esta situación de soledad o maltrato que alguno de los mayores está sufriendo».
Fundación Santa Lucía
«Tanto la residencia como la gestión de la Fundación Santa Lucía -comenta- empezó allá por el año 2001, por lo que ya son 23 años de andadura. Y el objetivo, tanto de la Fundación como de la residencia, era atender a todos aquellos mayores que no tuvieran en esos momentos medios económicos para poder pagarse una residencia privada. Es cierto que esa realidad ha ido cambiando con la Ley de Dependencia, y con las posibilidades que ofrece la administración pública, donde toda persona tiene derecho a una plaza pública. Pero la realidad es que muchas de esas personas que, aún teniendo ya derecho a una plaza pública, aguantan en su casa, e intentan vivir en su medio y en su entorno el máximo tiempo posible; y, en un momento dado de empeoramiento de su salud, cuando empiezan a aparecer signos de deterioro cognitivo, de pérdida de memoria, o si hay alguna caída, con rotura de cadera o algún traumatismo, lo que hace imposible que puedan seguir viviendo en sus casas, surge una necesidad urgente en la familia de encontrar una plaza privada».
«Así que -añade- las familias, una vez que tienen esta urgencia y esta necesidad, se encuentran con que no tienen tramitada la dependencia. Es un proceso que puede llegar a tardar casi un año, a lo que hay que añadir posteriormente la demora en la adjudicación de una plaza pública. Y ese es nuestro objetivo actual: estamos cubriendo y atendiendo tanto las necesidades como las urgencias de estos mayores y de sus familias, mientras intentan conseguir una plaza pública, ya que no pueden pagar una residencia privada, que en estos momentos tienen un coste bastante elevado. Nosotros podemos llegar a un acuerdo de cuota parcial y de beca. Nuestro precio está en 2.400 euros al mes para las personas que puedan pagarlo, pero la gran mayoría de residentes que tenemos en estas plazas privadas no pueden cubrir ese coste. Esa es la finalidad y el objetivo que tiene esta residencia de la Fundación Santa Lucía que pertenece a Cáritas Diocesana de Madrid», remarca. «Ahora mismo -señala- esta residencia atiende a un total de 70 mayores, de los cuales 35 están conveniados con la Comunidad de Madrid en plaza pública, y las otras 35 plazas son de gestión privada, con el objetivo de ayudar a estas familias y residentes que no puedan pagar un precio estándar en una residencia privada», insiste.
Confiesa que, «aunque en la residencia, no hemos detectado casos de violencia o de maltrato al mayor, sí es verdad que tenemos a muchas personas mayores en una situación de soledad, con pocas visitas, o prácticamente ninguna. Nuestro voluntariado hace ahí una labor de contención anímica muy importante, ya que, gracias a ellos, estos residentes que no tienen visitas pueden salir a dar un paseo, a hacer alguna compra que necesiten, o simplemente charlar con alguien distinto a los que habitualmente ven aquí, o están cuidándoles todos los días», concluye.