«Me siento lejos de mi tierra y de mi gente». Y esto, en Santi Vedrí, valenciano en Madrid, genera una sensación grande de frustración. Reconoce este joven que «estoy fatal, y hablando con otros amigos valencianos aquí, estamos mal; muy tristes y con un sentimiento de impotencia por no poder estar allí».
De los amigos que tiene Santi en Valencia, hay muchos que se han visto afectados por daños materiales. Infinitamente más doloroso ha sido el caso de un amigo suyo que ha perdido a su padre, y hasta este lunes, 18 de noviembre —tres semanas después de las riadas— no han encontrado su cuerpo. «Estuvimos hace dos semanas ayudando en las tareas de búsqueda» (en la imagen inferior, alguna de las estampas que encontraron).
Junto al sentimiento de tristeza se mezcla cierto de rabia. «La gente se ha visto abandonada por los políticos», pero, junto a esto, «la ola de solidaridad tan enorme les ayuda a ver que no están solos». Y aquí Santi hace referencia no solo a la ayuda material, sino también a al espiritual: «Verse respaldados por el poder de la oración es algo fundamental en estos momentos».
Así, la Eucaristía que este martes, 19 de noviembre se celebra en la catedral de la Almudena, a las 19:00 horas, por los afectados por la DANA «ayuda mucho; que la gente sepa que están rezando por ellos da fuerzas y hace que no se sientan solos», insiste. Por eso, «pediría, al que pueda, que acuda a la Misa; es importante no olvidar a Valencia, porque para que Valencia vuelva a estar como antes hacen faltan no meses, sino años».
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«Lo que puedo hacer es rezar por ellos»
A la Eucaristía tiene previsto acudir, entre otros, la joven madrileña Teresa Azañedo, que hace unos días, como trabajadora de ISDE (Instituto Superior de Derecho y Economía) participó en la organización de recogida de material y comida, envío y colaboración de los alumnos como voluntarios en Paiporta, Utiel, Messana y Alfarfar (en la imaegn inferior, un momento de los trabajos de los alumnos).
También colaboró en una recolecta económica con destino a la parroquia San Andrés Apóstol de Alcudia como integrante de la asociación Amistad en Cristo. Cada primer jueves de mes se reúnen en la cripta de la catedral de la Almudena para reparar las ofensas al Sagrado Corazón de Jesús y a la Virgen. Reparar las ofensas que recibe el Señor «nos lleva a reparar el dolor del hermano necesitado».
«Ya que yo no puedo ir entre semana a Valencia, lo que puedo hacer es rezar por ellos», destaca, y añade que «lo que más une es Dios». Así, anima a acudir a la Eucaristía en la catedral, porque «es la forma de ayudar que podemos llevar a cabo; hay que ponerse en el lugar del que está sufriendo». Y reflexiona: «Debemos ser el corazón, los brazos y los pies de Dios».
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