Madrid

Mesa redonda y el coloquio de presentación del libro ‘El trabajo se transforma’ en la sede de Hermandades del Trabajo de Madrid

El Instituto de Estudios sobre el Trabajo “José Ramón Otero” de Hermandades del Trabajo de Madrid organiza la mesa redonda y el coloquio de presentación del libro ‘El trabajo se transforma’, en el que participarán Domingo Sugranyes, director del Seminario Permanente “El trabajo se transforma” de la Fundación Pablo VI; Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI y Francisco Javier López Martín, exsecretario general de CCOO.

El acto se celebrará este lunes 5 de mayo, a las 19:15 horas, en la sede de Hermandades del Trabajo-Centro de Madrid (Raimundo Lulio, 3. Pl. Baja).

Misa jubilar para los sacerdotes en la catedral de la Almudena

En estos momentos en los que «nuestra oración se dirige al Padre pidiendo agradecidos por el eterno descanso del Papa Francisco» y «rogando que ilumine a los cardenales en la elección de un nuevo sucesor de San Pedro» somos convocados a celebrar el jubileo sacerdotal en nuestra diócesis» y «el merecido homenaje a los que celebran sus 25, 50, 60 y 70 años como sacerdotes en la habitual festividad de San juan de Ávila», recuerda el vicario episcopal para el Clero, Juan Carlos Merino.

Los actos se celebrarán el viernes 9 de mayo en el Seminario de Madrid y en la catedral de la Almudena.

10:00 horas: Oración penitencial en el Seminario de Madrid.

10:30 horas: Peregrinación hacia la Catedral.

11:00 horas: Eucaristía jubilar en la Catedral.

12:30 horas: Homenaje a los que celebran 25, 50, 60 y 70 años. Salón de actos del Seminario.

14:00 horas: Comida fraterna en el Seminario.

La respuesta de la Residencia de Personas Mayores de Cáritas Madrid, ‘Fundación Santa Lucía’ ante el apagón: «Cuando se apagan las luces se encienden las del cuidado mutuo con las personas más vulnerables»

En la Residencia de Personas Mayores de Cáritas Madrid, ‘Fundación Santa Lucía’, este lunes 28 de abril, vivieron una situación excepcional que puso a prueba «nuestra capacidad de respuesta ante la adversidad». El corte de suministro eléctrico que afectó a toda España «transformó lo que podría haber sido una crisis en una demostración extraordinaria de trabajo en equipo, solidaridad y compromiso con las personas residentes».

El bienestar de quienes habitan la residencia fue siempre la prioridad absoluta. Gracias a la previsión de contar con una cocina de gas, se pudo garantizar la alimentación sin contratiempos. «La decisión conjunta de trasladar a las personas residentes a sus habitaciones evidenció una gestión responsable orientada a su comodidad y seguridad».

Desde la institución destacan «el esfuerzo coordinado para subir en silla de ruedas a unas 25 personas hasta sus respectivas plantas». Este acto no solo demostró «la excelente organización del equipo», sino también «el profundo sentido de responsabilidad que caracteriza a quienes trabajan y colaboran en la Fundación».

residenciamayores

Cadena de solidaridad

«Lo más conmovedor fue la cadena de solidaridad que se formó espontáneamente». Personas que habían tenido a familiares en la residencia hace apenas unos meses se acercaron para ofrecer su ayuda incondicional. Familiares de las personas contratadas y voluntariado de la residencia también se sumaron a este gesto colectivo. Incluso el técnico de mantenimiento del ascensor se personó voluntariamente por si se requería su asistencia especializada.

La solidaridad construye comunidad

En este sentido afirman que «esta generosidad no quedó circunscrita a los muros de la residencia, sino que fluyó en ambas direcciones». La cocina de gas que garantizaba las comidas en nuestro centro también sirvió para calentar agua para una madre y su bebé que vivían cerca y se habían visto igualmente afectados por el corte de suministro. «Un hermoso ejemplo de cómo la solidaridad construye comunidad más allá de nuestro ámbito inmediato».

La atención a las necesidades médicas críticas, como el suministro de oxígeno para tres personas que requieren asistencia permanente, «fue gestionada con eficacia». La vigilancia constante de la policía local, situada estratégicamente frente a la residencia, añadió «un elemento adicional de seguridad que resultó reconfortante para todas las personas implicadas».

Al finalizar la jornada, «la tranquilidad se había impuesto al desafío inicial». Las personas residentes habían recibido sus cenas, sus medicaciones y descansaban con normalidad, ajenas en gran medida a las dificultades superadas gracias al esfuerzo colectivo.

«Esta experiencia nos recuerda que, cuando se apagan las luces, se encienden otras mucho más valiosas: las de la solidaridad, el cuidado mutuo y el compromiso con las personas más vulnerables. Una lección que refuerza nuestra misión social y nos motiva a seguir mejorando cada día.​​

Dar de beber al sediento en pleno apagón desde la parroquia Santos Inocentes: «De un pequeño grano se construye un edificio precioso»

Lunes, 28 de abril, 17:30 horas. Madrid llevaba "apagada" por completo desde las 12:30 horas y riadas de personas pasaban por delante de la parroquia Santos Inocentes, provenientes muchas de ellas de las estaciones de Atocha y Méndez Álvaro. «Era una lluvia de gente», describe Carlos Fajardo, el vicario parroquial, la que transitaba, en un momento además de calor máximo.

El sacerdote, al ver el panorama, decidió sacar a la puerta una jarra de agua fría y un cartel ofreciendo vasos de agua a los viandantes, «un pequeño gesto de la obra de misericordia dar de beber al sediento». A la iniciativa se fue sumando gente, y más cuando llegó la hora de la Misa, las 19:00, con los que acudían a ella. «También se abrió el servicio», porque, cuenta Carlos, «había quienes llevaban tres y cuatro horas caminando y aún les quedaba mucho por andar para llegar a su casa».

Muchos de los que disfrutaban del baño y del agua devolvieron el gesto comprando galletas y chocolate en un supermercado cercano para los siguientes. «Una cadena de generosidad», describe el sacerdote.

«De un pequeño grano se construye un edificio precioso»

Aprovechando el Seminario de Vida en el Espíritu que se acaba de iniciar en la parroquia los lunes después de la Eucaristía, los feligreses invitaban también a pasar un ratito y «adorar a Jesús sacramentado». «La gente estaba super agradecida».

Carlos destaca cómo se volcó toda la parroquia partiendo de «un gesto muy sencillo». La luz les volvió sobre las 20:30 horas, pero los feligreses voluntarios estuvieron hasta pasadas las 22:00 horas atendiendo a todo aquel que lo pedía. «De un pequeño grano se construye un edificio precioso», resume el sacerdote.

«Las parroquias hacen presente a Dios en medio del mundo»

Una de las personas que acudió a Misa, que quedó impresionada y que después se sumó a la ayuda fue Beatriz, madrileña, que bajó andando hasta la iglesia, pasando por debajo del Puente de Praga y Legazpi. «Para mí fue precioso verlos ofreciendo el agua —cuenta—; pensé en una caricia de Dios en medio del caos y el calor». 

Describe la misma situación que el vicario parroquial, «riadas de gente, caminando por millares, con mochilas, niños, al sol, intentando llegar andando a los autobuses verdes, interurbanos: policía organizando la subida a los autobuses, el tráfico.... Desolador. Y allí, la parroquia, ¡dando agua! Me emocioné».

Durante la Misa, «la única luz, tenue, la que entraba por las vidrieras de la iglesia, y las velas del altar». Después, en la adoración, «ahí estaba Jesús expuesto, la Luz del Mundo». Ella vio cómo entraba la gente en el templo y «se sentaba, agotada, y se quedaba un ratito ante el altar. Pensé que las parroquias hacen presente a Dios en medio del mundo, y que no hay nada humano que sea ajeno a Dios».