- Titulo: Sandra Madrid/Cáritas Madrid
Cáritas Madrid se ha reunido esta mañana, en Cercedilla, en una jornada de reflexión en la que han participado personas contratadas y voluntarias, junto con sacerdotes y vicarios. Al finalizar el encuentro, el cardenal José Cobo ha presidido una misa en la que agradecía a Cáritas su labor. «Gracias por tocar la vulnerabilidad y enseñar al resto de la gente a mirarla, y por poner la presencia de las personas más pobres dentro del pueblo de Dios».
Al comienzo del encuentro, el director de Cáritas Madrid, Luis Hernández Vozmediano ha señalado que «este es un espacio donde compartir, reflexionar y fortalecer lazos».
También se han abordado tres temas que serán los ejes sobre los que se asienten las líneas estratégicas para este curso:
Sinodalidad, nos llama a ser un Iglesia en comunión, una Iglesia que sale al encuentro de todas las personas, y en el caso de Cáritas Madrid, especialmente al encuentro de las personas vulnerables.
Diocesaneidad, que nos desafía a trabajar juntos, formando una Iglesia rica y diversa donde cada uno aporte su carisma y dones.
Jubileo 2025, que nos convoca a ser Peregrinos de la Esperanza, y es una oportunidad para renovar nuestra fe y nuestro compromiso cristiano.
«Que la Palabra nos anime a ponernos a caminar en clave de Iglesia peregrina»
En el encuentro también ha participado el delegado episcopal, Javier Ojeda, quien ha destacado la presencia en esta jornada de cuatro símbolos. El primero, el encuentro de las personas presentes, que se han saludado con un abrazo, símbolo del cariño que nos une. «Estamos a principio de curso y tenemos mucho que celebrar porque somos Cáritas Madrid y porque trabajamos por un mundo mejor».
Otro símbolo, el espacio donde nos hemos reunido, en plena naturaleza que nos recuerda a la Creación. «Estamos en el tiempo de la Creación que nos invita a actuar con la Creación, porque solo así podemos ver las primicias de la Esperanza: una nueva vida en medio de las dificultades». También ha destacado la Palabra. «Estamos en la Semana de la Palabra que nos enseña, como dice el cardenal José Cobo, que no hay nada mejor que comenzar ante la Palabra de Dios, que nos anime y nos aliente a ponernos a caminar en clave de Iglesia peregrina». Y el último, unas sandalias, que simbolizan la celebración de la próxima Jornada del Migrante y Refugiado. «En este caminar, Dios está en medio de su pueblo, es un Dios itinerante que va de tienda en tienda, que no solo acompaña al migrante sino que se identifica con él».
«Tenemos la responsabilidad de hacer presente el Evangelio en nuestra vida y con nuestros actos»
El sacerdote Antonio Ávila, gran conocedor del proceso y trabajo de Sinodalidad de la Iglesia, ha reflexionado sobre la Iglesia en su momento actual y los desafíos que enfrenta. «La Palabra rezuma sinodalidad”, ha afirmado. «Este es un concepto clave para entendernos como Iglesia: todos somos un único pueblo, el pueblo de Dios y caminamos por la historia llamados a la Esperanza». En este sentido, ha destacado que la sinodalidad nos invita «a ser corresponsables en la marcha de la Iglesia, con nuestras diferencias y aportaciones, por ello, tenemos la responsabilidad de hacer presente el Evangelio en nuestra vida y con nuestros actos, no somos meros colaboradores».
Para entender de qué manera la Iglesia ha interpretado la sinodalidad, Antonio Ávila ha expuesto las fases en las que se ha trabajado para así ver dónde estamos y qué camino se abre. En la primera fase, se invitaba a, en vez de a ver, a escuchar; a escuchar la realidad, a escucharnos unos a otros. En la segunda fase, nos llamaban a discernir, en vez de juzgar, para separar una cosa de otra y dar la importancia que merecen. Y la tercera fase es un llamado a abrir caminos, más allá de actuar.
También ha recordado que la sinodalidad está plagada de referencias a la formación de todas las personas, no como conocimiento, sino como cambio, por eso nos invita a «un cambio de actitudes, a un cambio de corazón, mentalidad y forma de actuar, y a un cambio del derecho canónico que permita que los planteamientos del Sínodo se lleven a cabo».
Con respecto al Sínodo y el tema de la pobreza y las personas vulnerables, Ávila ha matizado que trabajamos con personas y que son «las personas en situación de pobreza quienes deben ser las principales destinatarias de nuestro amor, por eso una de nuestras tareas es eliminar las situaciones de injusticia y pobreza». También debemos, para no quedarnos en el asistencialismo, reivindicar a las personas vulnerables en sus derechos y dignificarlas. Y tenemos que tomar conciencia de que las personas en situación de pobreza son miembros de la comunidad cristiana, «no es gente que llega pidiendo ayuda, sino gente a la que escuchar; las personas pobres nos sirven de termómetro de la sociedad en la que vivimos, nos enseñan el camino y a tener una actitud de denuncia ante las injusticias». Además, ha hecho referencias al tiempo de Jubileo, en el que ser testigos de esperanza y generar Esperanza, «para que todas las personas tengan condiciones dignas con respecto a los derechos humanos».
Y ha concluido con una referencia explícita a Cáritas Madrid, como «ejemplo de las distintas dimensiones de la Iglesia desde donde se ejerce más la singularidad», porque hay más presencia y diversidad. «Este es un espacio donde hay mayor responsabilidad compartida de las personas laicas y además puede ser un instrumento importante de corresponsabilidad implicando al clero en la dimensión social. Tenéis trabajo».
«Peregrinos de Esperanza»
Tras el encuentro y los grupos de trabajo, el cardenal José Cobo ha presidido una misa. En primer lugar, ha dado la bienvenida a la familia de Cáritas Madrid a esta nueva etapa que ahora comienza, «aunque no partimos de cero, lo que hacemos es continuar la imponente obra de caridad que llevamos realizando desde hace más de dos mil años». Una labor donde «vivimos el Evangelio a través de la atención a las personas más pobres, y lo hacemos gracias a nuestra capacidad de amar, porque sin el Amor de Dios esto no va para adelante».
Cáritas Madrid «incluye a toda la comunidad cristiana, porque incluye a las personas pobres, que son parte de la Iglesia, no meros receptores, ellas son el pueblo de Dios que nos incluye a todos y por lo que estamos llamados a ir juntos». En el curso que ahora comienza «seamos peregrinos de Esperanza”.
Nuestro arzobispo también ha agradecido a Cáritas Madrid su labor, y ha enviado un mensaje de ánimo con el que afrontar el curso. «Os animo a seguir trabajando orgullosos de ser iceberg de la caridad de la Iglesia, de ser ese lugar donde se cuece el amor y se transmite el Amor de Dios».