Madrid

La Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino de San Dámaso organiza la XIII Jornada de Poesía Religiosa

La Facultad de Literatura Cristiana y Clásica San Justino (FLCC) de la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) organiza la XIII Jornada de Poesía Religiosa con el lema “Imagen y símbolo”. El encuentro se celebrará el lunes 17 de febrero en sesiones de mañana y tarde en el Aula Pablo Domínguez de la UESD (c/ Jerte, 10. Madrid).

Sesión matutina

9.30 Inauguración

Pilar González Casado (UESD) Decana de la Facultad de Filología Cristiana y Clásica San Justino

Directores de la jornada: Miguel Herrero de Jáuregui (UCM) y Jesús Ponce Cárdenas (UCM)

9.40-10.20 Florecerá una flor pura: imagen y símbolo en Orac. Sib. 6.8

Jesús Polo Arrondo (Universidad Autónoma de Madrid)

10.20-11.00 El Pange lingua de Santo Tomás de Aquino en la tradición hímnica cristiana anterior

Guillermo J. Cano Gómez (UESD)

11.00-11.20 Pausa

11.20 – 12.00 El símbolo del corazón en el Cantar de los cantares: redescubrir la importancia del cuerpo

Carlos Granados García (UESD)

12.00-12.40 Poesía religiosa en el islam: el profeta Mahoma

Iria Santás de Arcos (UESD)

12.40 – 13.00 Preguntas y debate

Sesión vespertina

15.30-16.10 Transposiciones sacras para el madrigal hispano (h. 1550 – h. 1650): ¿galantería a lo divino o densidad espiritual?

Joseph Roussiès (Université de Lille)

16.10-16.50 Imagen y misterio en la poesía de María Victoria Atencia

Carlos Primo Cano (UCM)

16.50-17.00 Preguntas y debate

17.00-17:15 Pausa

17.15-18.00 Lectura comentada de Poesía

Víctor Herrero de Miguel (Poeta y Profesor de la Universidad Pontificia Comillas)

Más información

Existen dos modalidades de asistencia: presencial con acceso libre hasta completar aforo, y a través del canal zoom y YouTube de la Universidad.

Se puede solicitar más información enviando un correo electrónico a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El Observatorio de Mujeres de Madrid da «el pistoletazo de salida»

  • Titulo: Alfa y Omega/Rodrigo Moreno Quicios

«Esta petición es más que procedente y ahora toca, es el momento de estudiar el papel de la mujer en la Iglesia, ponerle la mirada y darle voz». Así lo ve Alba Duchemin, de 33 años y miembro del equipo motor del encuentro que tendrán este jueves 70 mujeres de diferentes vocaciones y realidades eclesiales de la archidiócesis de Madrid. Diseñarán una estrategia común con la que analizar los lugares en los que están insertadas, motivo por el que este espacio se llama Observatorio de las Mujeres de la Iglesia de Madrid. «Sin ser expertas, estamos moviendo a todas las voluntarias porque lo que queremos es que haya participación, hacer un proceso lo más sinodal posible y no perdernos por el camino ninguna vivencia», destaca esta laica empleada en la ONG Jóvenes y Desarrollo y vinculada a la parroquia María Auxiliadora, de los salesianos de Atocha. Tras vivir allí «todo mi itinerario de educación en la fe», forma desde hace diez años a adolescentes y jóvenes universitarios, por lo que su perfil le ha resultado de gran interés a la archidiócesis para coordinar este proceso de escucha y para hacer llegar sus frutos a las nuevas generaciones.

Con 64 entidades representadas, Duchemin celebra la «muy buena acogida» de las mujeres que participarán en este observatorio. Su primera sesión será online, aunque se buscará en el futuro un encuentro cara a cara para un intercambio más informal y el desarrollo de redes. Revela con sorpresa que, lejos de conformarse con la aportación que puedan hacer, las participantes con las que ha contactado le dicen «quiero hacer esto y además lo otro». «Es la experiencia de sentirse una Iglesia viva», reivindica.

Observatorio Mujeres Alba Duchemin

Todas las sensibilidades

Isabel Aylagas, subdirectora de Cáritas Vicaría 5 y coordinadora de la Mesa de las Mujeres en la Iglesia de la archidiócesis de Madrid, explica que este observatorio al que se da «el pistoletazo de salida» este jueves tendrá tres fases concretas. Por un lado, esta primera que arranca ahora proporcionará a las participantes una plantilla con pautas específicas para analizar los espacios en los que está cada una. Después comenzará una segunda «con entrevistas en profundidad a distintas mujeres» para conocer sus inquietudes y diagnósticos. A la busca de voces complementarias, cabe la opción de que en esta etapa se pregunte a más mujeres aparte de las 70 iniciales, aunque por motivos prácticos nunca se llegaría a duplicar la cifra de participantes. «Luego están los grupos de discusión, donde se mezclarán las mujeres para comentar cómo viven su estar en la Iglesia». El resultado más tangible y esperable es que en junio estas reflexiones cristalicen en una serie de recomendaciones al arzobispo de Madrid, José Cobo. «El cardenal lo que quiere es escuchar a las mujeres y tener en cuenta sus aportaciones», explica Aylagas.

Según esta laica, el espíritu del encuentro «va en la línea de la diocesanidad y la escucha de diferentes sensibilidades». De hecho contará con mujeres vinculadas a todo tipo de entidades como la HOAC, Cáritas, el Opus Dei, Renovación Carismática, En Común o el Camino Neocatecumenal. «Lo que nos interesa es la diversidad y la amplitud», sentencia la coordinadora de la Mesa de las Mujeres en la Iglesia.

Aunque el trabajo de campo está por hacer —y sin ánimo de influir en las futuras observaciones— el equipo motor se anima a compartir algunas intuiciones de qué se podría pedir. Por ejemplo, Nekane Abalia, vinculada al Colegio San Viator y a la parroquia Virgen de la Fuensanta en Usera, lamenta que para algunas personas aún suponga un escándalo que una mujer proclame la primera lectura o el salmo responsorial. De 53 años, con dos hijos y empleada en el mundo social, diagnostica que en la Iglesia a veces sucede lo mismo que en su sector laboral o el sanitario. «Hay muchas mujeres en las bases pero, cuando empiezas a subir, son solo hombres». Al tiempo que solicita más visibilidad, también encarga a las mujeres superar «la educación que recibimos» y ponerse a tiro de los cargos visibles. «Les recomendaría dar un paso adelante y ponerse al frente del espacio que puedan. ¿Estás en una parroquia? Ofrécete».

Por su parte, Camino Cornejo, de 52 años, con tres hijos y vinculada a la unidad pastoral formada por las parroquias Santo Tomás de Villanueva y San Ambrosio, recuerda que —tal y como recomienda el propio Sínodo y el cardenal Cobo señala siempre que tiene ocasión— «en todas las parroquias debería haber un consejo pastoral y otro económico que sean reflejo de la vida parroquial, donde las mujeres están mayoritariamente». Implicada en los de su comunidad desde hace 25 años, también reclama, más allá de la iglesia de su barrio, «tener voz en las escuelas de Teología y en los seminarios». «Este está siendo un tiempo muy bonito de despertar», celebra respecto a la inauguración del observatorio.

Observatorio Mujeres Isabel Aylagas

Consenso y cuidados

Ana Fuentes, religiosa de las teresianas de Ossó y también miembro del equipo motor, apunta que, aunque habrá sensibilidades diferentes entre las 50 mujeres que observarán la realidad de la Iglesia, «da igual porque el deseo es buscar y proponer juntas». «Hay una aportación de cada una, como en la parábola de los talentos: hay que ponerla en juego, cada una lleva sus panes y sus peces», compara.

Por su parte, Alba Duchemin apunta que estas conversaciones se desarrollarán desde una «teología del feminismo» en la que la ternura y los cuidados son dos elementos nucleares. Por tanto, a la hora de poner sobre el papel las experiencias de cada una será importantísimo «no arrasar ni avasallar» sino dar espacio a que cada una comparta su visión. Lejos de una lógica parlamentaria donde una mayoría aplasta a la minoría, este observatorio pretende seguir la forma de trabajo ya inaugurada en el Sínodo sobre la sinodalidad, donde tuvieron primacía los consensos e incluso su propio documento final recogió varios tipos de preocupaciones. Así, cuando en junio se produzca la elaboración de las recomendaciones finales al cardenal, como explica Duchemin, «no hay por qué llegar a un modelo igual ni homogeneizar. Si salen cuatro conclusiones diferentes, se ponen las cuatro».

Observatorio Mujeres Camino Cornejo

"La iniciación cristiana, camino de esperanza", séptima sesión del IX Ciclo de Conferencias para Evangelizadores

  • Titulo: Infomadrid/Sandra Madrid
  • Fin Agenda: 23-01-2025
  • Galeria: 2025-01-23

El jueves 23 de enero, nueva sesión del IX Ciclo de Conferencias para Evangelizadores “Jesucristo 2025 años de esperanza”, organizado por la Delegación Episcopal de Catequesis. Francisco Julián Romero Galván, secretario de la Comisión Episcopal de Evangelización, catequesis y catecumenado y coordinador del Jubileo 2025 de la CEE impartirá la ponencia “La iniciación cristiana, camino de esperanza”.

El acto tendrá lugar de 17:00 a 18:30 horas, en la sala Multiusos de la Parroquia San Juan de la Cruz (San Juan de la Cruz, 2). Además, la charla se podrá seguir por el canal de YouTube de la Delegación Episcopal de Catequesis de la Archidiócesis de Madrid.

El cardenal cobo preside la Misa del centenario de la muerte de santa Rafaela María, fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús

  • Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
  • Firma: El legado de santa Rafaela María en Madrid: adoración apostólica para «poner el mundo roto en manos de Dios» y educación

«Te miro y te adoro». Hay al comienzo de Martínez Campos, en el número 10, una iglesia de entrada pequeña que podría pasar desapercibida en medio del ritmo frenético de la ciudad. En el presbiterio, las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús han puesto esta frase, «te miro y te adoro». Es de santa Rafaela María, la fundadora de la congregación, de quien este año se ha cumplido el centenario de su muerte. Una efeméride que se celebrará el próximo jueves 23 de enero en la catedral de la Almudena, con una Eucaristía a las 18:00 horas presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. La celebración se puede seguir también por el canal de YouTube de la archidiócesis de Madrid.

La frase resume la vida de esta mujer, en un templo que fue diseñado por ella misma, limpio de adornos e imágenes para que la mirada, nada más entrar, se fuera a lo único importante: Jesucristo Eucaristía, en la custodia, para adorarlo. «Santa Rafaela es una mujer discreta, muy suave; desde el inicio tiene un peso espiritual muy fuerte en la congregación». La superiora de la actual comunidad de Martínez Campos, la hermana Inés Ruiz, habla en presente de la santa.

Santa Rafaela Maria joven

En la casa, la primera que tuvo en propiedad la congregación — se pueden ver, enmarcadas, las escrituras — y de donde partió todo el impulso apostólico, la impronta de la fundadora se cuela por todos los poros. «Esta casa nos habla del origen, de la raíz, del grupo fundante, de esas 14 jóvenes que hicieron brotar nuestro camino de seguimiento a Jesús», cuenta Inés.

Inevitable admirarse por esas escaleras anchas, de madera desgastada, por donde tantas veces, durante los 16 años que pasó en ella, subió y bajó la santa. O la pequeña capillita, con el primer sagrario que hubo en la casa, en la que fue su habitación. O el ventanuco de la vidriera al que la santa se asomaba para rezar ante el Santísimo. O esa bajada estrecha a los sótanos, donde se conservan, como oro en paño, el comulgatorio de foja donde hizo su profesión perpetua y dos de los símbolos que las esclavas llevan en su ADN a día de hoy.

Santa Rafaela Maria escalera

Los cimientos y el pozo negro

El primero son los cimientos. «Santa Rafaela y Madre Pilar —que fue su hermana, cofundadora del instituto— eligen ser cimientos; estos no se ven, pero sostienen la casa». Pues así las hermanas, en momentos de oscuridad, incluso de menosprecio hacia ellas, «eligen el silencio», la ocultación, por el bien de la congregación. Dios es, sostiene la santa, el que se ha empeñado en hacer el instituto; Él saldrá en su favor. Cimientos sobre los que crezcan los demás, sosteniéndolo todo desde la humildad. «No es santa de deslumbre —añade Inés—, sino de la hondura de la misma configuración con el mismo Jesús».

La historia del instituto de las esclavas del Sagrado Corazón de Jesús no estuvo exenta de dificultades. Es «una historia de pecado, pero también de gracia», resume la superiora. O, como decía la santa, «a base de deshacerse los planes del hombre se realiza el plan del corazón de Jesús».

Rafaela María vio la luz por primera vez el 1 de marzo de 1850 en la mejor casa de Pedro Abad (Córdoba). Era la séptima hija —viva, porque tres hermanos habían fallecido con anterioridad a su nacimiento— de una familia acomodada, cuyo padre era el médico y el alcalde del pueblo. Había cinco hermanos varones y una mujer, Madre Pilar, cuatro años mayor que ella. Después vendrían dos hermanos más, el último nacido ya huérfano de padre.

Santa Rafaela Maria monja

Aunque de carácter muy diferente, no se entiende a las hermanas a la una sin la otra. Ambas, con profundas convicciones religiosas, empiezan a atender a sus vecinos más necesitados. «Nos han servido mucho tiempo, ahora queremos servir». Ante la oposición de los hermanos, que no veían con buenos ojos que «las niñas» bajaran al barro, empiezan a salir por la puerta de atrás de su finca. Y esto es todo un símbolo para la congregación, «adentrarse en la realidad marginal, invisibilizada», destaca la superiora.

Su inquietud religiosa las lleva a Córdoba, donde conocen a un sacerdote que les pone en contacto con las reparadoras francesas; acababan de llegar para fundar un colegio. De ellas adoptan la espiritualidad ignaciana, que impregna la futura congregación, y la adoración apostólica. También surgirá de aquí el desarrollo de su carisma a través de la educación gratuita. Tanto, que no habrá futura fundación de comunidad de esclavas sin escuela gratuita y sin adoración al Señor expuesto.

Santa Rafaela Maria palabras

Sucede que las reparadoras no acaban de cuajar en la ciudad y a las hermanas se les ofrece la posibilidad de irse con ellas o quedarse en el colegio. Eligen lo último, hasta que las desavenencias con el obispo las obliga a, por no desobedecerle, salir de Córdoba. «Lo hicieron de noche, con el grupo de novicias, hasta Andújar». Desde allí, acogidas por la diócesis entonces de Toledo, recalan en Madrid, donde llega este grupo de 14 jóvenes en 1874. Tres años después, consiguen comprar su primera casa, «que era un hotelito a las afueras de la ciudad, rodeado de campos».

Y viene el segundo símbolo, el pozo negro (en la imagen inferior, Inés en la capilla donde se encuentra el pozo y el comulgatorio). También situado en el sótano, era el lugar donde tiraban las inmundicias que cada noche había que sacar a mano para llevarlas a los campos. Un sigo de que «hay que bajar hasta abajo para llegar a la verdad más profunda de los que somos», señala la superiora actual. «Es un proceso de kénosis» que también entronca con la idea de servicio, «como el de Jesús», arrodillándose y bajando hasta el fondo.

Santa Rafaela Maria ines pozo

La señora Paca, los ejercicios espirituales…

Pronto la casa empieza a ser foco de gracia. «Surge el primer grupo de laicos que se unen en adoración, de la mano de la señora Paca, que organizó espontáneamente a las vecinas» en la primigenia capilla, abierta a la calle. También comienzan enseguida las tandas de ejercicios espirituales ignacianos. «Al principio, las esclavas salían de sus habitaciones para dejárselos a las ejercitantes». Actualmente, este edificio originario es casa de espiritualidad que recibe grupos constantemente. Y comienzan a formarse, en la pequeña escuela gratuita, las primeras promociones de niñas. A día de hoy, la congregación tiene 16 colegios en España —dos en Madrid— integrados en la Fundación ACI.

«Santa Rafaela —superiora y maestra de novicias— era la que formaba los corazones y la Madre Pilar, más resuelta, la que se ocupaba de lo más terrenal». La elección de Rafaela María como primera General de la congregación —que desde 1887 tenía la aprobación pontificia— desata las suspicacias en su hermana Pilar. No fue fácil esta relación entre ambas desde entonces, que sin embargo concluyeron sus vidas con una bonita historia de reconciliación y perdón. De hecho, Madre Pilar está enterrada en la iglesia (santa Rafaela María está en la casa general en Roma).

Santa Rafaela maria cole manospsd

La aprobación pontificia supone el reconocimiento mundial del carisma reparador de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, «poniendo al mundo roto en manos de Dios» en la adoración —de ahí la adoración apostólica— en una «respuesta de amor al amor de Dios». Se trata de «reparar la imagen del hombre en su ser; nosotras nacemos del corazón de Jesús, que es el lugar de la compasión, de la justicia y de la reconciliación», detalla la hermana Inés. Las esclavas llevan a Jesús el «mundo roto, el mundo que sufre», porque «el único que repara es el amor de Jesús; nosotras somos cauce de ese amor».

Y esta reparación se hace, aparte de en la adoración apostólica, en la educación, el segundo pilar del carisma, «acompañando a la persona en su crecimiento humano y cristiano y llevándola a una experiencia de un Dios que salva, que la ama tal y como es». En definitiva, se trata de «posibilitar que, a través de la educación, la persona sea ella misma, lo que Dios ha soñado para ella». Por eso, hay un círculo de oración en la vida de las esclavas: de la adoración al colegio y del colegio a la adoración. «Lo que vivimos en la adoración lo llevamos a la vida».

Santa rafaela maria cole clase

Legado de Santa Rafaela

Con la vista puesta en el centenario que concluye, Inés repasa el legado de la santa fundadora. En primer lugar, «la experiencia de sentirse criatura; como decía ella, “veo a Dios muy grande y a mí pequeñísima, y me gozo de lo que es Dios y de lo que soy yo”». En segundo lugar, la Eucaristía, «que es vida de la congregación como la raíz lo es del árbol», siguiendo ese grito fundacional de «poner a Dios Eucaristía a la adoración de los pueblos». Y, por último, la pedagogía del corazón, con firmeza y ternura, «ayudando a la persona a ser libre».

El cariño a la santa fundadora y los frutos de este legado los han podido vivir las esclavas por todo el mundo de primera mano durante este centenario. También ha sido muy enriquecedor, reconoce, haberse acercado a ella también desde el encuentro con los laicos. El aniversario se cerrará en la catedral el día 23 de enero. «En Madrid nacimos, y agradecer y celebrar el don de santa Rafaela con la Iglesia de Madrid es unirnos a nuestro origen», concluye la superiora.

Santa Rafaela maria fotos