Madrid

Los niños impulsan a la Iglesia de Madrid a rezar por Francisco: «Seguro que los frutos de esta oración le han llegado al Papa y nos ha hecho más Iglesia»

Eran las 19:00 y ya había niños en la catedral de la Almudena. Con sus dibujos, esos que han estado preparando desde que las delegaciones episcopales de Jóvenes, Enseñanza y Catequesis hiciera un llamamiento para que le expresaran al Papa Francisco su cercanía en estos momentos de enfermedad. «Un dibujo transformado en oración por su salud», decía la invitación.

La vigilia de oración por el Papa Francisco que había convocado el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid para este jueves, 27 de febrero, a las 19:30 horas, congregaba en el primer templo de Madrid a cientos de personas. Aunque el protagonismo se lo llevaban los más pequeños. A ellos, con esa infinita capacidad de observación, su creatividad les impulsó a dibujar a ese Papa Francisco sonriente, o abriendo la Puerta Santa en este Jubileo, o con su cruz pectoral, sus gafas, incluso con ese gesto tan suyo levantado el dedo pulgar hacia arriba en signo de aprobación.

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Y muchos corazones, que de esto los más pequeños saben de sobra. También de confianza y de dejarse querer. Como se ha leído durante la vigilia, precisamente en palabras pronunciadas por Francisco en una audiencia general de 2015, «los niños nos recuerdan que somos siempre hijos».

«Os damos gracias —les decía el cardenal Cobo ya comenzada la celebración— porque esta noche nos enseñáis a rezar por el Papa y a ser, de una forma muy singular, Iglesia». Acompañado por el arzobispo emérito de Madrid, cardenal Carlos Osoro, los obispo auxiliares José Antonio Álvarez y Vicente Martín, así como vicarios episcopales, el cardenal Cobo ha recibido a los niños al pie del altar.

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Pequeños como Iker, del colegio Nuestra Señora de la Paz, a quien lo que más le gusta del Papa es que es «religioso», o sea, que «nos enseña quién es Jesús». O como Marta, que junto a Sofía y Esteban, del Colegio Diocesano María Inmaculada de Joaquín Turina, pide «que Dios le acompañe siempre».

Lo hacía en línea con las palabras del cardenal Cobo, que recordaba que «la oración no es para que se cumplan las cosas que deseamos, sino para apoyarnos en Dios y saber que somos uno y que Él hará precioso todo lo que le presentemos; que él acoge un acto de amor», como cada uno de los dibujos, «un acto gratuito de amor». El Papa «sabe que necesita la oración de su pueblo para sostenerlo». Y esto, ha asegurado, «es la primera expresión de lo que significa la sinodalidad». «Es la expresión más gratuita y generosa de saber que cuando uno de nosotros está mal, todos nos volcamos con él».

Pidió a la Virgen María que con cada oración hiciera un ramo para presentarlo al Padre y «que esta oración pase por la clínica Gemelli, por la habitación donde está el Papa, y se eleve a Dios». De este modo, «que se sienta confortado por el Señor y que le llegue un poquito el abrazo de todos nosotros, como le llegarán vuestros dibujos —en referencia a los niños—, que me comprometo a llevarlos y entregárselos».

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Dibujos en la catedral

Los dibujos de los niños se colocaron en dos grandes paneles y también había colgados en las verjas de las capillas del templo. Acompañados de frases como «Dios te da refuerzos; nosotros también», muchos «te queremos» y algún que otro «aunque seas mayor, Jesús te va a ayudar».

Efectivamente, aseguraba el arzobispo, «rezamos porque reconocemos en el Papa aquel que en todo momento, también en la enfermedad, está llamado a confirmar en la fe a los bautizados»; «rezamos esta noche con la conciencia de que Francisco, lleno de limitaciones como todos, ha sido llamado a ser Sucesor de Pedro, el pescador de Galilea; y eso es algo que también sucede en la vulnerabilidad y en la enfermedad».

Desde los más pequeñitos, como Tiago, tres años, del colegio de Educación Especial Cambrils, a los más grandes, como Triana, de 10 años, todo ellos han acompañado al arzobispo de Madrid y le han escuchado decir que «seguro que los frutos de esta oración le ha llegado al Papa y nos ha hecho más Iglesia». Muchos de ellos, con un rosario colgado al cuello que les había regalado el propio arzobispo de Madrid antes de comenzar la celebración.

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Encuadernados y enviados a Roma

Los niños habían respondido con generosidad con su oración en forma de dibujos a la enfermedad del Papa. Porque le quieren. Son cerca de 3.000 dibujos los que ahora irán a Roma encuadernados para que Francisco los pueda ver durante su convalecencia, que esto al Santo Padre le gusta mucho: «En estos días me han llegado muchos mensajes de afecto y me han impresionado especialmente las cartas y dibujos de los niños —decía en X el pasado 23 de febrero desde el hospital— ¡Gracias por esta cercanía y por las oraciones de confortación que he recibido de todo el mundo!».

Mateo, Sofía —«he dibujado al Papa Francisco dormido, para que se porte bien», contaba en un vídeo publicado a raíz de esta iniciativa—, Bruno, que además del Papa había pintado una banana… Los niños le enviaban sus palabras de ánimo: «¡Ponte bueno!, ¡ánimo, Francisco!, ¡vamos, Santo Padre, recupérese!, todo saldrá bien». Y, siempre, un «rezamos por usted», como lo que se ha hecho en la catedral de la Almudena, con ese rosario a la Virgen. Ella que es Salud de los enfermos, Auxilio de los cristianos, Madre de la esperanza

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La basílica de Colmenar Viejo reinaugura su Museo de Arte Sacro, con nuevos paneles y la propuesta de un recorrido catequético

La parroquia basílica de la Asunción de Nuestra Señora de Colmenar Viejo presenta la remodelación de su Museo de Arte Sacro en un acto que se llevará a cabo el viernes, 28 de febrero, a las 19:00 horas en los salones parroquiales.

«Se ha renovado todo», explica el párroco, José Francisco García Gómez, aludiendo a esta nueva etapa de un museo que en realidad se inauguró hace ya 15 años en el coro de la parroquia. La zona se había estimado en los últimos tiempos poco accesible.

«A los mayores les costaba subir las escaleras —indica el párroco— y los fines de semana estaba más limitado el acceso por las celebraciones litúrgicas, Misas pero también las bodas de prácticamente cada fin de semana». A ello se sumó la próxima restauración del tejado, para cuyos trabajos se requiere el espacio del antiguo museo.

Con todo esto, hace un año se plantearon la posibilidad de trasladarlo. Lo han hecho a un local frente a la parroquia, y han aprovechado la ocasión para elaborar paneles nuevos, un vídeo de presentación, una guía con códigos QR… Todo ello, siguiendo un recorrido catequético a través de las piezas que forman la colección.

Se trata, detalla el sacerdote —que además es historiador del arte— de objetos que, tras el Concilio Vaticano II, se «escondieron en el coro alto y en la torre», y que fueron descubiertos en los años 90 gracias a un campo de trabajo.

Entre las más de 100 piezas expuestas se encuentran objetos e indumentaria de los siglos XVI al XX relacionados con la liturgia, los sacramentos y las celebraciones. Destaca también la colección de libros de coro de los siglos XVI y XVII.

Visitarlo será una forma, como indican desde la parroquia, de «conocer y valorar» su patrimonio.

Concierto "Cibeles: La Esencia de la Mujer” en la parroquia Nuestra Señora del Pilar, «un evento con el que se quiere subrayar la importancia del respeto y la inclusión de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad»

La Parroquia Nuestra Señora del Pilar celebrará el Día Internacional de la Mujer con el concierto “Cibeles: La Esencia de la Mujer”, el sábado 8 de marzo, a las 18:00 horas. Este evento único reunirá a más de 70 mujeres de distintas orquestas de Madrid, en un homenaje a la creatividad y el talento femenino en la música.

«Un tributo a una diosa que simboliza la fertilidad y el poder creador femenino, venerada por griegos, romanos y especialmente por los madrileños», explica Yaneth Hurtado, directora de la Orquesta Sinfónica Cibeles y fundadora de la Asociación OmMusic Artistas del Mundo.

El programa incluirá valses, arias de ópera y piezas latinoamericanas, con el estreno de la Sinfonía Cibeles de Pilar Jurado, bajo la dirección de Ivonne Buriel. También contará con la participación de las cantantes Sonia Suárez y María Luisa Bringas, así como la bailaora Valentina Palmero. Un concierto inolvidable que pondrá en valor el talento y la contribución de las mujeres en el mundo de la música.

 

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El objetivo de este evento «no es solo exaltar la creatividad y el espíritu femenino, sino también subrayar la importancia del respeto y la inclusión de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad», afirma Yaneth Hurtado.

Las entradas están disponibles y también podrán adquirirse en la puerta de la iglesia, con pago en efectivo o con tarjeta. Parte de los fondos recaudados se destinarán a apoyar a las mujeres afectadas por la DANA.

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El Colegio Arzobispal, una gran familia que busca que los alumnos «vayan descubriendo en sus vidas lo que Dios quiere de ellos»

«Yo no creo que vaya a ser cura, pero sí buen cristiano», nos cuenta Adrián, un alumno de 3º de la ESO del Colegio Arzobispal de Madrid. Contento por saltarse un poco de clase, responde a nuestras preguntas unos días después de la Jornada de Puertas Abiertas del pasado 22 de febrero, en la que padres curiosos pudieron acercarse el centro para conocerlo mejor. Según este estudiante, cuando habla con los amigos que tiene fuera del colegio, les explica que el suyo «es diferente». «Se centran no solo en lo académico, sino en las virtudes que tenemos cada uno de nosotros», reivindica.

Adrián se incorporó el año pasado a este centro, que sirve también como seminario menor y, aunque solo lleva dos trimestres, ya se siente como en casa. Él fue quien les pidió a sus padres ir allí. «Quería un cambio: no solo que viniera un profesor, diera sus clases y se marchara; necesitaba otra cosa», explica. Y su madre, que lo conoce y que ya envió allí a su hermano mayor, lo vio claro y le dijo: «Tú tienes que ir al Arzobispal».

Uno de los aspectos que más le gusta a este recién llegado es que tiene a dos sacerdotes a su completa disposición. «Siempre están para dialogar o cuando necesito confesarme o un consejo», sostiene. Algo que puede solicitar sin ningún tipo de vergüenza porque «en mi clase todos somos cristianos y practicantes y hay muy buena vibra». Con 14 años, de momento ninguno de sus 23 compañeros se ha planteado —o al menos no ha verbalizado— una posible vocación al sacerdocio. «Pero en otros cursos hay gente interesada y que se lo están planteando», explica con absoluta normalidad.

«Lo que queremos es que vayan descubriendo en sus vidas lo que Dios quiere de ellos», nos explica Iñaki Martín, sacerdote y formador en el Colegio Arzobispal. Su objetivo es «que salgan de aquí preparados para ser unos grandes cristianos, trabajadores, esposos y padres». Y sabiendo que «quizá a alguno de ellos el Señor lo llame para el sacerdocio», recalca que la meta principal no es esa, aunque a veces suceda. Solamente para aquellos perfiles, también se busca «que lleguen bien preparados al seminario mayor».

En cualquier caso, a todos les dan clases, pero también les ofrecen acompañamiento. Lo que requiere «una mirada especial sobre los chicos» y la implicación de profesores, orientadores, del jefe de estudios y del director. Entre los educadores también hay mujeres, pues aunque los alumnos son todos varones, el centro sigue las recomendaciones del Sínodo, que pide la incorporación de perfiles femeninos a la formación de potenciales aspirantes al sacerdocio. «Cuando se imparten los contenidos sobre afectividad y sexualidad, siempre los dan a la vez un hombre y una mujer», explica el director del centro, Marcos Hermosel.

Además, como medida reciente, «nos están ayudando seminaristas de último curso» que viven «como una parte de su formación» acompañar a los chicos en actividades y tener alguna conversación con ellos, explica Martín. Es positivo para todos porque, si van a dedicar su vida al servicio, les viene bien empezar ahora.

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«Miramos qué hay detrás»

En opinión de Martín, «cuando en lo académico falla algo, el problema nunca son las Matemáticas. Siempre miramos lo que hay detrás». Por ejemplo, «en su familia y con sus amistades». Como los alumnos son, de momento, solo 136, que sea un grupo pequeño lo permite.

También lo posibilita que, aparte de las típicas actividades extraescolares, cuenten con «planes con los pequeños y los mayores con un carácter más vocacional». «En el colegio, dentro de nuestro horario, es importante aprender a servir», reivindica el sacerdote. Se materializa así: «Una vez al año vamos a unas 15 parroquias de la archidiócesis y nos ponemos a disposición del párroco para visitar enfermos, repartir alimentos o pintar paredes de las salas de catequesis». A veces el trabajo es exigente, pero «es una cosa que da un buen tono al colegio». Y tiene una derivada más pues, según Martín, «lo importante es que somos de la diócesis y estamos a su servicio». Un encargo que ya les hizo el arzobispo de Madrid, el cardenal José Cobo, cuando los visitó en noviembre de 2024.

¿Y los aspirantes?

Para aquellos que intuyan que tienen vocación al sacerdocio y quieran discernirla con mayor intensidad —actualmente un grupo de cinco adolescentes—, existe la posibilidad de residir en el Colegio Arzobispal de lunes a viernes. «Se hace de manera muy libre y no buscamos que ningún chaval se vea obligado a nada», matiza Hermosel, el director. El primer contacto es muy informal y de corta duración, como mucho «una experiencia de una semana para que se lo piensen». Exigen tener más de 13 años para poder hacerlo.

«La comunidad es intensa, pero son los que mejor se lo pasan», reivindica Hermosel. Recalca que en este grupo se cuida «que tengan una vida de oración» y otra comunitaria que, a efectos prácticos, «es como tener muchos hermanos». Por su parte, Martín aclara que «hacer este discernimiento no quiere decir que todos vayan a ir al seminario»; consiste en ofrecer a quienes «tienen cierta apertura a esta vocación un acompañamiento más particular con Eucaristía diaria y ratos de oración todos los días». Y la mayor parte del tiempo «es una vida muy casera en la que hoy te toca recoger y mañana fregar». «Al final son unos bichos, como en todos lados», opina Hermosel; «pero es muy complicado encontrar otro colegio donde puedan vivir la fe tan libre y abiertamente».

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