Madrid

Cáritas Madrid imparte un taller sobre "Arraigo para la formación" en la III Feria de Empleo de San Blas-Canillejas

Este martes, 8 de abril, tendrá lugar la III Feria de Empleo de San Blas-Canillejas, que se organiza desde el Espacio Técnico de Empleo de San Blas-Canillejas, donde colabora Cáritas Madrid a través de la Vicaría II. En este espacio, abierto y gratuito, se muestran diferentes talleres e iniciativas para mejorar la empleabilidad de los vecinos, llevados a cabo por cada una de las entidades sociales que intervienen en la zona.

La jornada se desarrollará de 9 a 14 horas en la calle Amposta, 34, en las instalaciones de la Agencia de Empleo del Ayuntamiento de Madrid y del Aula Digital de la Comunidad de Madrid —edificios contiguos—. En esta ocasión, Cáritas Madrid imparte un taller sobre "Arraigo para la formación", a cargo del Servicio Diocesano de Empleo.

El Jubileo de los Enfermos, una celebración para recordar que, incluso en medio del dolor, «la vida conserva su valor sagrado y la esperanza anclada en Cristo no defrauda»

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La catedral de Santa María la Real de la Almudena se ha convertido hoy en «corazón de esperanza» durante el Jubileo de los Enfermos. La celebración ha reunido a numerosos mayores, personas enfermas, cuidadores, personal sanitario y capellanes de hospital que han particopado en la eucaristía presidida por el obispo auxiliar de Madrid, José Antonio Álvarez. «El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres», estas palabras son la expresión gozosa de un pueblo que camina hacia Jerusalén, tras el destierro vivido en Babilonia, con la certeza de que Dios no abandona, sino que siempre guía y acompaña.

El prelado, dirigiéndose con cariño a los fieles, ha centrado su homilía en la fuerza de la fe y el consuelo de la misericordia divina: «¡Cuánto bien nos hace hoy escuchar y proclamar estas palabras, al celebrar este Jubileo tan especial: el jubileo de nuestros enfermos! Vosotros, queridos hermanos, sois una expresión viva y elocuente en nuestra diócesis y en la Iglesia, de esta certeza: Dios no abandona y siempre nos acompaña. Gracias por estar aquí y mostrarnos con vuestra vida, la esperanza que no defrauda: Cristo con nosotros, Él es nuestra fuerza y quien da sentido a todo lo humano, también a nuestras limitaciones y enfermedades».

 

Durante la homilía, ha recordado las palabras del Santo Padre en la bula Spes non confundit: «Las tempestades nunca podrán prevalecer, porque estamos anclados en la esperanza de la gracia». Así, ha invitado a los presentes a renovar su vocación de ser «peregrinos de esperanza», un término que ha resonado con fuerza entre quienes, a pesar de la enfermedad o la fragilidad, han llegado a la catedral como símbolo de un camino de fe compartido.

Una existencia renovada

El obispo ha destacado el valor de la peregrinación, tanto física como espiritual, como metáfora de la vida humana. «Vosotros, que vivís profundamente unidos a la Pasión del Señor, nos mostráis en vuestro peregrinar diario cómo el sufrimiento puede convertirse en una cátedra del Amor fiel y entregado». Así, «hoy nos mira el Señor a nosotros. Celebrar este jubileo es una nueva oportunidad para reconocer nuestra verdadera dignidad: somos hijos amados de Dios y poder así celebrar y lucrarnos de la gracia jubilar: renacer a una nueva vida en Jesucristo, quien nos hace capaces de vivir una existencia renovada».

No hay enfermos incuidables, aunque sean incurables

Una ocasión para reivindicar la dignidad inquebrantable de las personas enfermas. «No hay enfermos incuidables, aunque sean incurables», ha afirmado el obispo, que ha invitado a desarrollar los cuidados paliativos, aliviar el dolor y fomentar una cultura del cuidado que valore la vida en todas sus etapas. «Tenemos que aprender de vosotros. Tenemos que ser capaces de decir a cada enfermo que es una persona valiosa y que su vida importa, y que haremos todo lo que sea necesario para que viva los últimos momentos de su vida, cuando se encuentre ante esta situación, con los cuidados precisos, en compañía, con paz. Es preciso desarrollar los cuidados paliativos, el alivio del dolor cuando sea posible, así como fomentar la cultura del cuidado, del respeto, del consuelo a las personas que sufren, hasta el final».

Para concluir, y haciendo alusión a María, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Almudena, modelo de espera y fe confiada, el obispo ha recordado cómo Ella permaneció junto a su Hijo hasta el final. «Aprendamos de Ella a creer, esperar y amar».

Jóvenes, cofradías y seminaristas llevan la cruz por las calles de Madrid en un Vía Crucis lleno de esperanza, unidad y paz

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A pesar de la previsión de lluvia para la tarde del este viernes, ni una sola gota cayó sobre Madrid a la hora en la que tenía que empezar el Vía Crucis. Gracias a ello, los jóvenes de la Delegación de Juventud (DELEJU), junto con cofradías, hermandades y seminaristas del Seminario Conciliar de Madrid, pudieron llevar a cabo el Vía Crucis tal como lo habían organizado desde el primer momento. Un Vía Crucis que comenzó a las 20:30h en el Seminario Conciliar de Madrid, desde donde han empezado los jóvenes a rezar, acompañados por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. A lo largo del recorrido, el cardenal José Cobo caminó y rezó con ellos en cada una de las 14 estaciones.

Durante el recorrido, numerosos madrileños se asomaban a los balcones de sus casas, testigos de la emoción con la que los jóvenes de Madrid caminaban por las calles del centro de la ciudad. Poco antes de las 22h, el Vía Crucis llegó a la catedral de la Almudena, donde se rezaron las últimas estaciones en un ambiente de recogimiento y oración. Una entrada emocionante acompañados en todo momento por la Agrupación Musical Pasión y Muerte (Aljalvir).

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Tras la entrada en la catedral de la Almudena, el cardenal ha dirigido unas palabras llenas de esperanza a todos los jóvenes. Ha querido agradecer en primer lugar a quienes portaron la cruz en nombre de sus hermandades, subrayando cómo en medio de tantas formas de expresarla, «solo hay una cruz con la que hoy hemos caminado». Su mensaje ha sido un fuerte llamado a la unidad: a vivir como Iglesia en comunión, con una sola misión, bajo la sombra de esa única cruz que da sentido al sufrimiento y abre camino a la resurrección.

«Hemos tenido una oportunidad única en la vida: hoy hemos acompañado a Jesús», ha dicho el cardenal. «Cada uno con vuestra cruz, pero hoy hemos sido uno. La muerte de Jesús no es un suceso que pasó y ya está: es un proceso, y nos recuerda que la vida de cada uno, y de nuestras comunidades, también lo es».

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El cardenal José Cobo ha interpelado especialmente a los jóvenes, invitándolos a pasar de ser simples seguidores a auténticos discípulos de Cristo. «Con eso se complica la vida», ha reconocido el arzobispo, «pero solo dejándonos interrogar podremos vivir de verdad la pasión, la cruz y la resurrección».

En un mundo lleno de ruido, violencia y división, el cardenal ha pedido mirar la cruz de Cristo como respuesta. «Nos sobra violencia en un mundo en guerra. Y miramos a la cruz, a alguien que ante la violencia abre los brazos y dice: ‘Aquí me tenéis’». Frente a palabras como rearme, defensa o miedo, el arzobispo de Madrid ha propuesta una alternativa, «la entrega, la paz y la unidad que brotan de la cruz».

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«Madrid, nuestra Iglesia, necesita una Iglesia unida, coordinada y en comunión. La cruz nos lo pide», ha insistido. En esa línea, ha animado a todos los presentes a trabajar juntos, más allá de «manías de grupo», para que sea la misión la que los una como comunidad. Para cerrar su alocución, el cardenal ha pedido a los jóvenes y a sus comunidades no marcharse sin antes guardar un minuto de silencio para escuchar a Jesús. «Esta noche Él os está diciendo algo, a cada uno y a cada una de vuestras comunidades».

Un año más, el Vía Crucis del primer viernes de mes ha sido testimonio de una Iglesia joven, viva y unida, que camina por las calles de Madrid.

María Santísima de la Anunciación, titular mariana de la Hermandad de la Borriquita, sale por primera vez a las calles de Madrid, el Domingo de Ramos

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  • Firma: María Santísima de la Anunciación, titular mariana de la Hermandad de la Borriquita, sale por primera vez a las calles de Madrid, el Domingo de Ramos
  • Fin Agenda: 13-04-2025
  • Galeria: 2025-04-13

La Muy Ilustre Hermandad Sacramental y Penitencial, y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Entrada Triunfal en Jerusalén, María Santísima de la Anunciación, Nuestra Señora del Rosario y Patriarca Glorioso y Bendito Señor San José, conocida como La Borriquita, presenta este año una gran novedad: por primera vez, María Santísima de la Anunciación participará en la estación de penitencia del Domingo de Ramos, que tendrá lugar el 13 de abril.

Las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Amor en su Entrada Triunfal en Jerusalén, obra de Ramón Martín (2013), y María Santísima de la Anunciación, saldrán a las 15:15 horas desde la Catedral de la Almudena. La procesión recorrerá las calles del centro de Madrid, pasando por la Plaza de la Villa a las 15:55 horas y alcanzando la Puerta del Sol a las 17:00 horas.

Uno de los momentos más significativos del recorrido será el encuentro con la Hermandad de los Gitanos en la confluencia de la Calle Preciados con la Calle de Galdo. Durante este emotivo instante, la banda que acompaña a la cofradía interpretará la marcha La Saeta, un homenaje cargado de simbolismo.

La procesión continuará su trayecto atravesando la Gran Vía madrileña, una de las arterias principales de la ciudad, para adentrarse en el barrio de Las Maravillas. Desde allí, llegará a la Plaza de San Ildefonso, donde culminará el recorrido con la entrada del cortejo procesional en la Iglesia de San Ildefonso y los Santos Niños Justo y Pastor, sede canónica de la hermandad.