Madrid

Javier Ojeda, delegado de Cáritas Madrid, comparte un tiempo de cercanía y escucha con los residentes de la residencia "Fundación Santa Lucía"

El delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda, ha visitado la residencia de personas mayores “Fundación Santa Lucía”. «En un ambiente cálido y fraterno», Ojeda ha podido conocer de primera mano «la realidad de quienes viven allí, mostrando su interés por sus historias, inquietudes y necesidades».

Además durante la visita, el delegado de Cáritas Madrid ha presidió la eucaristía, «animando a las personas mayores a confiar en la presencia de Jesús en su vida cotidiana». En su homilía, ha reflexionado sobre la importancia de la confianza en Dios en medio de las dificultades: «¿Quién de los que estáis aquí no ha pasado por algún problema y le ha pedido ayuda al Señor? A veces, las cosas no salen como queremos, pero Jesús nos toca, nos da una palmadita y nos dice: “Estoy contigo”».

Screenshot 2025 02 05 at 14 54 49 Javier Ojeda delegado de Caritas Madrid visita la residencia Fundacion Santa Lucia Jesus esta cerca de nosotros. Jesus nos acompana Caritas Madrid

Asimismo, Ojeda ha recordado a los presentes que «la fe es un camino de confianza y cercanía con Dios, que se hace presente a través de las personas que nos rodean». En este sentido ha afirmado que «aquí hay mucha gente que os puede hacer sentir que Jesús está cerca: los compañeros y compañeras que os saludan, las personas voluntarias, las religiosas que comparten la vida con vosotras y vosotros, y el personal que cuida esta casa».

La visita de Javier Ojeda a la Fundación “Santa Lucía” es una muestra del compromiso de Cáritas diocesana de Madrid con el acompañamiento a las personas mayores, reconociéndolas como «protagonistas de la vida comunitaria y de la Iglesia». A través de gestos concretos de «escucha y cercanía», Cáritas sigue trabajando para construir espacios donde todas las personas se sientan «valoradas, acogidas y acompañadas en sus distintas etapas de la vida».

José Luis Segovia preside una Misa en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas en memoria de todas las personas fallecidas por la dureza de la vida en la calle

Este domingo, 9 de febrero, a las 12h, en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, el vicario episcopal de Pastoral de la archidiócesis de Madrid, José Luis Segovia, preside una Misa con la Comunidad de San Egidio y sus «amigos de la calle» al cumplirse 42 años del fallecimiento de Modesta Valenti en Roma. En la Eucaristía se recordará a Modesta y a las personas que han fallecido en Madrid por la dureza de la vida en la calle y, además, se remarcará que toda vida tiene valor y que todos «podemos ayudar a que ninguna persona tenga que morir en abandono y soledad», subrayan desde la Comunidad de San Egidio en Madrid.

En el invierno de 1983, Modesta Valenti murió en plena calle, después de que una ambulancia se negara a trasladarla al hospital porque estaba sucia. Durante horas agonizó en los alrededores de la Estación de Termini en Roma, sin recibir ayuda.

«Bien podría decirse que Modesta murió de indiferencia, algo que aún hoy sigue cobrando las vidas de miles de personas. La muerte de Modesta Valenti marcó profundamente el compromiso de la Comunidad de Sant’Egidio con las personas sin hogar, convirtiendo esta herida en trabajo cotidiano de auxilio, compañía, alimento y amistad con quien malvive en las calles de nuestras ciudades»

La historia de Modesta habla de la soledad, el abandono y la violencia que padecen muchas personas sin hogar que demasiadas veces mueren en el anonimato y la soledad. Por eso, desde hace más de cuatro décadas, el memorial por su trágica muerte y la de tantos otros «amigos de la calle» nos recuerda que la indiferencia también mata.

Los residentes de la Casa de Acogida “San Agustín y Santa Mónica”de Cáritas Madrid comparten con el Padre Ángel Camino, vicario de la VIII, «sus inquietudes, alegrías y esperanzas»

El vicario episcopal de la Vicaría VIII, el Padre Ángel Camino visitó la Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" de Cáritas Madrid, un centro apoyado por la congregación de los Agustinos.

Durante su visita, el vicario tuvo la oportunidad de conocer las instalaciones y compartir un tiempo con el equipo y los residentes del centro. «Vivimos una jornada entrañable», explica Inés Gil, responsable del proyecto, y permitió a los presentes compartir sus inquietudes, problemas, alegrías y esperanzas. Además, una de las residentes, María, afirmó que «gracias a Cáritas y a la Casa de Acogida, he encontrado un lugar donde puedo sentirme segura y empezar a caminar en mi vida».

La Casa de Acogida "San Agustín y Santa Mónica" es un recurso residencial de acogida 24 horas para personas en situación de dificultad social. Este centro, que depende de Cáritas Madrid y cuyo origen está ligado a la antigua Provincia Agustina Matritense, ofrece a sus usuarios un espacio para vivir en un ambiente familiar y acogedor, facilitando su recuperación y parte de su proceso de reinserción social.

Screenshot 2025 02 05 at 12 04 24 La Casa de Acogida San Agustin y Santa Monica recibe una visita especial Caritas Madrid

Desde 1995, con motivo del centenario de la Provincia Matritense, la Orden de San Agustín se comprometió con este proyecto. Desde entonces, los Agustinos han brindado apoyo no solo económico, sino también promoviendo el voluntariado entre los jóvenes agustinos en formación. En sus inicios, la casa era un centro de acogida para enfermos de SIDA, pero con el tiempo ha evolucionado para atender a personas con diversos perfiles, todas ellas en situación de vulnerabilidad social.

El centro cuenta con 19 plazas, de las cuales 6 son de corta estancia y 9 de larga estancia, además de 4 plazas en convenio con la administración de Madrid. Actualmente, el equipo está compuesto por cerca de treinta personas voluntarias, educadores y tres hermanas de la congregación AMICO, que forman la Comunidad de Vida.

La visita del vicario «ha sido un momento significativo para todos, reafirmando el compromiso de la comunidad agustina con este valioso proyecto de apoyo y reinserción social». En este sentido, la responsable de la Casa de Acogida agradece al Padre Ángel esta visita y también «el poder compartir la vida, sentirnos que estamos juntos en este camino y que mutuamente nos ayudamos».

El cardenal José Cobo, en la Misa de la Asociación de Belenistas de Madrid: «El belén siempre nos refleja algo fundamental que trabajáis con vuestras manos: la humildad de Dios»

El cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha presidido la Misa solemne que organiza la Asociación de Belenistas de Madrid  en el Real Monasterio de Santa Isabel. Durante su homilía, el purpurado ha subrayado la importancia del belén como signo de evangelización y de esperanza cristiana. Tras las palabras del presidente de la asociación, Eugeni Barandalla, se ha procesionado con algunas velas por dentro de la iglesia.

«Es una bendición encender la vela, de nuevo, es una bendición asumir el compromiso de ser luz de nuevo, es una bendición sencilla como la luz que siempre, sin ruido, quiebra la oscuridad y quiebra la tiniebla. Pues así es la evangelización, así es la conversión», ha subrayado el arzobispo al comienzo de la homilía.

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El cardenal ha remarcado que la realización de belenes trasciende la simple afición y, con el tiempo, se convierte en una verdadera vocación dentro de la Iglesia: «Quien hace belenes por afición lo hace por tiempo libre, por pasatiempo, pero cuando va apareciendo la vocación cambia la cosa. Hay cariño por lo que se hace y hay hasta un compromiso. La vocación lleva a un compromiso con lo que estoy haciendo y eso me lleva a identificarme con aquello que estoy haciendo», ha subrayado el cardenal.

Asimismo, ha señalado que «los belenistas no solo montan belenes, sino que tienen el don de hacer que el belén sea parte del Evangelio. Puede haber grandes artistas que hacen grandes obras de arte, pero los belenes son algo más y todo el mundo lo sabe». En este sentido, ha subrayado que «el belén siempre nos refleja algo fundamental: la humildad de Dios», y ha puesto en valor el papel de quienes con sus manos representan «un Dios que se hace niño».

«Sí, hacer belenes no consiste en escribir libros, ni salir en los periódicos […] en una sociedad que solo le importa la imagen, vosotros estáis manejando con vuestras manos algo tan pequeño como un Dios que se hace niño, estáis trabajando con la ternura de Dios».

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En el contexto del Año Jubilar, el arzobispo de Madrid animó a los belenistas a ser «peregrinos de esperanza» y a transmitir a través de sus creaciones el mensaje del Evangelio: «Tenéis una suerte: aprendéis a mantener la esperanza en medio de la noche. Sí la esperanza. El belén se coloca en un tiempo de Adviento y en este Año Jubilar aprended a ser peregrinos de esperanza, dad forma a esa esperanza caminándola con otros». «No sois solo escultores o aficionados, sois gente que, con vuestras manos y vocación, presentáis una imagen que sea espejo para todos nosotros. Por eso vuestro trabajo no solo es artístico, vuestra tarea es pastoral».

«El belén tiene que hablar y tiene que decir algo, tiene que sentir algo: el misterio del Evangelio», ha destacado. Finalmente, el cardenal Cobo ha querido agradecer la labor de la Asociación de Belenistas de Madrid y su compromiso con la fe. «Vosotros, después de la Navidad, sois la mejor homilía. Contáis con vuestro esfuerzo, alma y vocación quién es Jesucristo. Un belén habla, canta y nos acerca siempre a Jesucristo», ha concluido el arzobispo de Madrid.