La archidiócesis de Madrid da la bienvenida a dos nuevos obispos auxiliares este sábado, 6 de julio, a las 11:00 horas en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. El pasado 23 de abril se hizo público el nombramiento de José Antonio Álvarez Sánchez y Vicente Martín Muñoz como obispos auxiliares de Madrid. La Misa Estacional con el rito de ordenación episcopal tendrá lugar en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. El obispo ordenante principal será el cardenal José Cobo Cano, arzobispo de Madrid. Más de 250 sacerdotes y 72 obispos acompañarán a los nuevos presibíteros en la celebración. También estarán presentes otras autoridades eclesiásticas y civiles, de estas muchas extremeñas, que han querido hacerse presente acompañando a don Vicente.
La retransmisión se podrá seguir a través del canal de YouTube del Arzobispado de Madrid (www.youtube.com/@archimadrid), TRECE Televisión, Cadena COPE (999 AM) y Radio María.
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El lema y el escudo episcopal de José Antonio Álvarez Sánchez
José Antonio Álvarez Sánchez será nombrado obispo titular de Vergi (Almería) y, junto al sacerdote Vicente Martín, obispo auxiliar de la diócesis de Madrid. El lema que ha elegido, Sígueme, fue «lo primero que brotó con mayor rapidez» porque es una continuidad de su lema sacerdotal, Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.
Todo está enmarcado en el encuentro de Cristo Resucitado con Pedro en Galilea, cuando este último le confiesa por tres veces su amor —después de haberle negado tres veces en la Pasión— y, a continuación, Jesús le anima a seguirlo. «Dese ahí acepté esa invitación del Señor» al ministerio episcopal, que la vio como una «llamada a fiarme más de Él, a entregar más la vida y que mi vida sea manifestar quién es el Pastor, Jesucristo».
Por su parte, el escudo está ocupado por una cruz recortada en color gules, tal y como se denomina en heráldica el rojo vivo, sobre fondo de oro. «La cruz como centro de nuestra vida —explica el obispo electo—, de amor hasta el extremo, de dar la vida para ser Cristo y también pastor, sacerdote». En el centro hay un medallón en plata con el Cordero Pascual en blanco en actitud de caminar, sujetando en su pata derecha una cruz, también en gules, de la cual pende un estandarte en blanco, y rematado con una aureola en oro. Es signo de «Cristo pero Resucitado, un signo de gloria», ese mismo Cristo que «nos confía pastorear a sus ovejas».
El escudo se cierra con «las murallas de Madrid y quien se hace presente en ellas, que es la Virgen bajo la advocación de la Almudena», en el escudo representada por una estrella. Este elemento está situado a los pies de la cruz, «precisamente donde María acogió el don del Espíritu Santo».
Así, la cruz, la Resurrección y María es hacia donde mira el futuro obispo auxiliar de Madrid. Pero también hay un motivo más. Álvarez fue durante diez años secretario de César Franco, obispo de Segovia, cuando este fue auxiliar de Madrid, y «hay en mi escudo cosas muy semejantes al de don César, un eco al suyo». «Para mí esto es entrañable porque, además de ser mi auxiliar, fue una referencia sacerdotal». Porque, explica, «uno recibe el don del ministerio por el testimonio de sacerdocio y la vida de los que nos han precedido». «¡Tantos obispos que han pasado por Madrid y que han sido referentes!», sostiene.
El lema y el escudo episcopal de Vicente Martín Muñoz
Vicente Martín hizo público esta mana su lema y escudo episcopal, una forma de conocer más al futuro obispo auxiliar de Madrid porque todo «tiene que ver con una serie de elementos que configuran mi vida, a través de los cuales quiero vivir mi ministerio».
El lema, Deus caritas est (Dios es amor) está tomado de la primera carta de san Juan, y es a su vez el título de la primera encíclica del Papa Benedicto XVI, una carta que «he trabajo mucho». «Expresa lo que es el corazón de la fe cristiana, el núcleo central», detalla el obispo auxiliar electo. En definitiva, «lo que hay que transmitir en la evangelización: Dios es amor». Y remarca el «es»: «Dios es amor, y no es otra cosa». Todo lo que se le añade «va en relación con ello: Dios es misericordia, ternura, cuidado, perdón justicia…». Este lema «también ha formado parte de mi vida en estos 29 años de sacerdote», en los que Martín ha estado vinculado a Cáritas. Por eso le vino al corazón rápido cuando tuvo que elegir uno. «Quiero que mi ministerio episcopal sea reflejo de ese amor de Dios», resume.
El escudo episcopal de Vicente Martín contiene, en la parte central superior, al Espíritu Santo en forma de paloma sobre unas ondas. Hace alusión al Espíritu de Dios que revoleteaba sobre las aguas tal y como aparece en el Génesis. El Espíritu Santo es el «protagonista de la misión», continúa Martín, «aquel que llama, envía y sostiene».
Dios llama, añade, «para servir», en su caso como pastor. De ahí que la parte central del escudo contenga la imagen del Buen Pastor, que es Jesucristo, «modelo» de todos los sacerdotes. Modelo, entre otros, de salida hacia los extraviados del camino, hacia la oveja perdida. «Para Dios no hay nadie definitivamente perdido, y yo lo he experimentado», expresa el futuro obispo. Y remata: «Para Dios somos imperdibles».
A la derecha Cristo Buen Pastor hay un corazón abierto que viene a ser reflejo de ese «deseo de contribuir a gestar un mundo abierto desde el corazón», en el que quepa la «acogida, el diálogo, la escucha…». Donde prime «la cultura del encuentro» de la que habla el Papa Francisco. También es un signo de Cáritas, donde su vida «ha ido creciendo humana y ministerialmente».
A la izquierda de la imagen de Cristo hay un crismón que remite a las «raíces cristianas», y más en concreto a las de la tierra extremeña de la que es natural el obispo electo. Se trata de una reproducción del crismón de Mérida hallado en 2008 y datado en el siglo III, que fue descubierto en un espacio donde «probablemente se reunían de manera clandestina los cristianos». Se trata de «un signo de comunidad cristiana dentro de lo que sería una domus eclesiae, y supone probablemente el vestigio más antiguo de la Hispania romana cristiana».
Sobre el crismón hay una corona de laurel, símbolo de la «victoria de Cristo resucitado», y enmarcando todo el escudo por la parte inferior se ha incorporado una guirnalda de hojas de encina y bellotas, que es «un guiño a mi tierra y signo de encarnación». Igual que sus raíces están en Badajoz —Martín es originario de la pequeña localidad de La Nava de Santiago—, ahora «vengo a Madrid a encarnarme; no a conquistar, sino a servir».