La parroquia de san Ildefonso (Plaza de San Ildefonso, 1) celebrará con gran solemnidad la fiesta titular de su santo patrono. Lo hará con un triduo que se desarrollará los días 20, 21 y 22 de enero: cada día, a las 19:00 horas habrá Misa predicada por uno de los sacerdotes de la parroquia. El viernes 22, a las 18:30 horas, comenzará un Lucernario y Vísperas, seguido de la Misa de clausura del triduo. El sábado 23, festividad litúrgica de san Ildefonso, el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, presidirá la Misa solemne a las 19:00 horas. En ella concelebrarán los sacerdotes de la parroquias y presbíteros de la zona. Ese mismo día, desde las 12:00 hasta las 18:00 horas, habrá exposición permanente del Santísimo, con turnos de adoración. La Iglesia permanecerá abierta durante ese tiempo para quien quiera acercase a hacer oración.
San Ildefonso
Nació en Toledo el año 606 ó el 607, hijo de Esteban y Lucía, nobles visigodos, parientes del Rey Atanagildo; educado desde niño al lado de su tío san Eugenio III, pasó, ya entrado en la pubertad, a Sevilla, confiado a san Isidoro, en cuya Escuela cursó, con gran aprovechamiento, la Filosofía y las Humanidades, llegando a tanto el amor que su maestro le profesaba, que cuando quiso volver a Toledo, aquél se lo impidió por algún tiempo, llegando hasta encerrarle para obligarle a desistir.
Llegó por fin a Toledo, y la fama que entonces tenía el monasterio Agaliense le arrastró a aquel retiro, impulsado además por su fuerte vocación. Sabedor su padre de esta resolución, reúne algunos amigos e invade en su compañía el convento, teniendo san Ildefonso que ocultarse para escapar a una violencia. La intercesión de su madre y de san Eugenio hicieron por fin al padre consentir, y san Ildefonso, monje, pudo dedicarse a la oración y al estudio, recibiendo las sagradas ordenanzas mayores de manos de san Eladio, y san Eugenio le nombró después arcediano de su iglesia.
Los monjes del monasterio de san Cosme y san Damián le nombraron su abad, dignidad que también obtuvo a la muerte de Deusdedit en el monasterio donde había profesado, haciéndose admirar por el celo que desplegó en la reforma de su Orden, por su fe y su inagotable caridad. Muertos sus padres fundó con su pingüe herencia un convento de monjas en cierto heredamiento que le pertenecía en el pago llamado Deibia o Deisla, no conociéndose hoy en qué parte del término de Toledo estaba situado.
A la muerte de su tío, san Eugenio III, fue nombrado Arzobispo de Toledo, cuya silla ocupó el 1 de diciembre del año 659, no sin haberla con insistencia rehusado. Compuso, apenas elevado a la nueva dignidad, un libro que tituló "De virginitate perpetua Sanctae Mariae adversus tres infidelis", para combatir los errores de la secta joviniana. La tradición asegura que la Virgen María se le apareció y le impuso una casulla18 de diciembre de 665. Destacó por su amor a la Virgen, y por la defensa de su virginidad.
Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de Santa Leocadia, por haber nacido el santo en unas casas pertenecientes a aquella colación, no lejos de la parroquia de san Román, en lo que fue luego casa de los jesuitas. Cuando la invasión de los árabes, los toledanos, que con las reliquias de sus santos y los sagrados vasos huyeron hacia las montañas de Asturias trasladaron el cuerpo del santo a Zamora.
Dejó escritos, además del tratado "De virginitate", antes mencionado, otro con el título "De cognitione baptismi, De itinere vel progresso espirituali diserti quo pergitur post baptismum", la continuación de libro de los "Ilustres varones", de san Isidoro, y dos cartas, respuestas a otras que le dirigió Quirico, Obispo de Barcelona.