Madrid

San José de Colmenar Viejo inaugura este viernes las actividades organizadas con motivo de sus fiestas patronales

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  • Firma: San José de Colmenar Viejo inaugura este viernes las actividades organizadas con motivo de sus fiestas patronales
  • Fin Agenda: 15-03-2024
  • Galeria: 2024-03-19

La parroquia San José de Colmenar Viejo (Pino, 13) inaugura este viernes, 15 de marzo, el amplio programa de actividades que ha organizado con motivo de la fiesta del titular del templo y patrono de la Iglesia universal. El calendario previsto es el siguiente:

  • Viernes 15
    • 19:30 horas. Misa en honor a san José. Ameniza Colmenar Canta
    • 20:00 horas. Inauguración del rastrillo solidario. Los beneficios irán destinados a los dos proyectos de acción social de la parroquia: comedor social San José y Hogar San José
  • Sábado 16
    • Rastrillo solidario: de 10:00 a 22:00 horas, ininterrumpidamente
    • 10:30 a 12:30 horas. Entrega de tortillas, tartas y bizcochos en el rastrillo para el concurso
    • 11:00-14:00 horas. Castillos hinchables (c/Isla Fuerteventura)
    • 11:30 horas. Juegos familiares en colaboración con McDonnalds Colmenar
    • 13:30 horas. Fallo del jurado del concurso de tortillas, bizcochos y tartas. Entrega de premios
    • 14:00 horas. Barbacoa solidaria
    • 17:00 horas. Baile flamenco (Andrea Spooner, Lucía Domínguez y Pablo de Mendoza)
    • 17:00-19:00 horas. Castillos hinchables (c/Isla Fuerteventura)
    • 19:30 horas. Misa solemne en honor a san José. Ameniza el Coro Casa de Aragón de Tres Cantos, que al término de la celebración ofrecerá un recital de cantos aragoneses
  • Domingo 17
    • Rastrillo solidario: de 10:00 a 22:00 horas, ininterrumpidamente
    • 10:30 horas. Misa rezada
    • 12:00 horas. Misa solemne. Preside el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, y concelebra el padre Ángel Camino, osa, vicario episcopal de la VIII. Ameniza el Coro Parroquial San José (Misa castellana)
    • 13:00 horas. Procesión con la imagen del santo por las calles del barrio: salida por Pino y recorrido por Matacán, Islas Canarias, Juan González del Real y San José para regresar al templo por Pino. Acompaña el Grupo de Dulzaineros Aires Castellanos
    • 14:15 horas. Pincho de paella solidario
    • 16:30 horas. Actuación del Mago Carlitos
    • 17:45 horas. Cuenta cuentos (Duende animación)
    • 19:30 horas. Misa rezada
  • Lunes 18
    • Rastrillo solidario: de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 22:00 horas
    • 19:30 horas. Misa vespertina de san José
  • Martes 19 – solemnidad de san José
    • Rastrillo solidario: de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 22:00 horas
    • 10:00 horas. Misa rezada
    • 19:30 horas. Misa solemne en honor al santo. Preside Antonio del Amo, párroco del templo. Ameniza Coral el Canto, bajo la dirección de Fernando Cobo
    • 20:30 horas. Sorteo de la rifa y clausura de las fiestas

Nuestra Señora de las Delicias convoca una nueva edición de la Cena de la Pascua Judía

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  • Firma: Nuestra Señora de las Delicias convoca una nueva edición de la Cena de la Pascua Judía
  • Fin Agenda: 14-03-2024

El salón-cripta de la parroquia Nuestra Señora de las Delicias (Paseo Delicias, 61) acogerá el jueves 14 de marzo, a partir de las 19:30 horas, una nueva edición de la tradicional Cena de la Pascua Judía, conocida como Séder.

Miembros de la comunidad judía en Madrid están invitados a participar, un año más, en este acto que se celebra en este templo madrileño desde 1970. Y que evoca la última cena de Jesús con sus apóstoles, entroncando la Pascua judía con la Pascua cristiana. En el mismo, se dará lectura a diferentes textos utilizados por la comunidad judía, y habrá degustación de las mismas viandas que consumió Jesús con sus discípulos: carne asada, hierbas amargas y pan ácimo.

'Id a José', lema de la novena organizada por Patrocinio de San José de Vallecas con motivo de su fiesta patronal

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  • Fin Agenda: 11-03-2024
  • Galeria: 2024-03-19

La parroquia Patrocinio de San José de Vallecas (Pedro Laborde, 78) inaugura este lunes, 11 de marzo, el camino de preparación a la fiesta del patrono del templo. Lo hará con una novena, convocada con el lema Id a José. Se desarrollará hasta el día 19, en la Misa de las 19:00 horas, que estará predicada por diferentes sacerdotes.

El día 17, V domingo de Cuaresma, tendrá lugar la fiesta con la comunidad parroquial. A las 12:00 horas habrá una Misa solemne presidida por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid. En la celebración, los niños que este año van a comulgar por primera vez recibirán una cruz, como signo y compromiso. Además, con motivo del Día del Seminario, un seminarista ofrecerá su testimonio.

Los cultos en honor al santo, patrono de la Iglesia universal, concluirán el martes 19 con una Misa solemne, a las 19:00 horas, presidida por el párroco, José María Casado.

Fotos de Ignacio Arregui

El cardenal Cobo, veinte años después del 11M: «Desde una memoria necesariamente dolorida, hoy os propongo una mirada creyente»

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  • Firma: El cardenal Cobo, veinte años después del 11M: «Desde una memoria necesariamente dolorida, hoy os propongo una mirada creyente»
  • Fin Agenda: 11-03-2024

«Hay fechas que quedan grabadas a fuego en el alma de un pueblo». Así ha comenzado la homilía del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en la misa funeral en memoria de las víctimas del 11-M, cuando se cumplen veinte años de los atentados en el que murieron 193 personas y resultaron heridas más de 1.800. Una hora antes, con motivo de dicho aniversario, las campanas de las iglesias de Madrid han sonado durante dos minutos, invitando a la oración por las víctimas y sus familias.

La Catedral de la Almudena ha acogido esta celebración a la que han acudido los cardenales, arzobispos eméritos Antonio María Rouco Varela y Carlos Osoro, los obispos auxiliares Juan Antonio Martínez Camino y Jesús Vidal Chamorro, el Jefe de la Casa de Su Majestad el Rey, Camilo Villarino Marzo, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis-Martínez Almeida, el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre, y demás autoridades y representantes eclesiásticos, políticos, militares y civiles.

«Estoy casi seguro de que la mayoría de nosotros recordamos cómo amanecimos aquel trágico jueves de hace veinte años, dónde estábamos cuando tuvimos noticia de los atentados y cómo vivimos las primeras horas, a quién llamamos o quién nos llamó. Y las jornadas inciertas que se abrieron», ha recordado el cardenal. «En plena hora punta, la sucesión de explosiones en cuatro trenes dejaba 192 personas fallecidas, asesinadas por la violencia terrorista, y un número elevadísimo de heridos. No son números. No son estadísticas. Son vidas humanas que quedaron segadas de golpe. Individuales, singularísimas, únicas, irrepetibles, todas especiales».

Los fallecidos, ha señalado, «eran hombres y mujeres, jóvenes y ancianos. Eran esposos, padres, madres, hermanas, hijos e hijas, amigos, vecinas, compañeros de clase o de trabajo. La muerte, cruel, prematura y violenta, se adelantó. Víctimas fueron los que fallecieron. Víctimas también los miles de heridos, muchos de ellos con secuelas que los acompañarán para siempre. Y víctimas son quienes se quedaron aquí, con un vacío imposible de llenar como bien sabéis muchos. Algunas de esas víctimas, familiares y amigos estáis hoy aquí. Otros están dispersos por muchos lugares. A todos queremos ofreceros hoy el abrazo sentido y cariñoso de la Iglesia, el deseo de que vuestras heridas vayan pudiendo cicatrizar con consuelo, abrazos, medidas institucionales de apoyo efectivo, y la promesa esperanzada de nuestro Dios de que la muerte no tiene la última palabra».

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Por ello, ha dicho, «hoy tenemos la necesidad de juntarnos para recordar. Hemos escuchado en el evangelio cómo Jesús invita a los discípulos a seguir haciendo memoria suya. Cada eucaristía que celebramos es memoria de su vida entregada. De su pasión. De su amor incondicional. Hacemos memoria de la vida de Jesús, también truncada a destiempo, trágica y cruelmente. Y en cada misa también hacemos memoria de nuestras vidas. Quisiera unir hoy ambos recuerdos. El recuerdo de nuestra historia dolorida, y el recuerdo de la vida entregada de Jesús. Hacer memoria es importante. Recordar es un deber. Es un valor. También una necesidad».

Así, ha insistido, «recordar es un deber. Se lo debemos a quienes ya no están. Y nos lo debemos a nosotros mismos como sociedad. Debemos recordar a las víctimas que siguen vivas en nuestra memoria y pedir para ellas el abrazo de Dios». Pero, recordar «es también un valor para buscar la verdad y reaprender a vivir». La mirada al pasado «no ha de ser una mirada que se quede atrapada por la dureza inexorable de los hechos. Tampoco una mirada interesada al servicio de la propia ideología. Si miramos al pasado, es para aprender de nuestros errores, para no volver a repetirlos. Y para poner en valor nuestros aciertos y logros, para cuidarlos como el bien delicado que son».

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Esa mirada, ha dicho, es también una necesidad: «Necesitamos hacer una lectura que nos ayude a procesar lo vivido. La memoria hace presente lo de otro modo ausente. Esa lectura pide tiempo y serenidad para tener perspectiva. En algún punto del camino necesitamos encontrar un nombre para lo ocurrido. Por eso es tan especial este momento. Porque parece que veinte años ya permiten intentar tener esa perspectiva».

El arzobispo de Madrid ha pedido que, desde una memoria necesariamente dolorida, «proponer hoy una mirada creyente» que «también es necesaria»: «Es más, pienso que esta mirada es válida, no solo para quienes comparten la misma fe. Muchos de sus elementos forman parte del propio ser humano y de nuestra necesidad de comprendernos y encontrar sentido a lo que nos ocurre. Por eso, me gustaría invitaros a todos, creyentes y no creyentes, a sumaros conmigo en esta lectura. Nosotros somos hoy, parafraseando a san Pablo, los que nos reconocemos apurados, pero no desesperados; los que nos encontramos a veces confundidos, pero no desnortados; cansados, pero no dispuestos a rendirnos; no comprendemos todo, pero aun así, somos capaces de seguir confiando y creyendo».

De la mirada creyente lo primero que brota, paradójicamente, es una acción de gracias. «Evidentemente, no se trata de dar las gracias por lo que ocurrió. Damos las gracias porque, a la luz de la tragedia, comprendemos y caemos en la cuenta aún más del valor de la vida, de tanta bendición que a menudo damos por sentada y nos pasa desapercibida». Así, ha dicho, «damos las gracias por el amor que nos unió y nos une a nuestros seres queridos. Por sus vidas. Por la huella indeleble que dejaron en nosotros. Y también por quienes, de modo a menudo anónimo, gastan su vida para que otros vivamos en paz.».

En segundo lugar, brota una petición de perdón: «Una vez más y especialmente en este tiempo. Perdón porque en un mundo como el nuestro, en el que el ser humano es capaz de tanta belleza y posibilidades, es también capaz de sembrar tanto dolor y destrucción. El terrorismo, el recurso a la violencia, es una forma equivocada y llamada a fracasar para afrontar los conflictos». Lo tercero, «es un compromiso por convertirnos». Coincidiendo con el tiempo de Cuaresma, «que para los creyentes es un tiempo que invita a cambiar el corazón y algunas veces implica cambiar de rumbo y modificar los hábitos del corazón: pasar de la actitud violenta a la paz, del odio o las descalificaciones sistemáticas a la misericordia, de la indiferencia a la cercanía, de la distancia y la asepsia a la convivencia amable y comprometida con el otro y sus necesidades».


Otras veces esa conversión es crecimiento, ha insistido: «Porque nos podemos instalar en lo fácil, lo leve, y pactar con lo cómodo. ¡Y no basta! Necesitamos crecer en humanidad. No basta una política de vuelo rasante y mirada cortoplacista e interesada. Nos hace falta con urgencia el verdadero diálogo de quien está dispuesto a escuchar y a hablar. En ese orden. No es suficiente una liviana preocupación por el bien común».

Por último, ha concluido, «esta mirada al pasado no debe ser una mirada que se quede atrapada en él. Mirar al pasado nos tiene que comprometer con el futuro. Y a esto es a lo que llamamos esperanza. La memoria que estamos compartiendo hoy nos hace vibrar con una doble esperanza: que la gente de paz tendrá más fuerza que la gente violenta, y que la esperanza se basa no solo en esta historia de tejas abajo. Es virtud teologal. Por eso es también, y sobre todo, la esperanza en que la muerte no tiene la última palabra».

Al finalizar, ha querido hacer un llamamiento «a los creyentes, os pido que demos testimonio de una esperanza firme: «A todas las gentes de Madrid os invito a cuidarnos, a que seamos conscientes del regalo que somos los unos para los otros y que cuidemos amablemente cuanto sostenemos. A las autoridades y personas que ocupáis en este momento puestos de responsabilidad: no dejéis de tomar en serio vuestras propias palabras al servicio del bien común; convertidlas en herramienta activa para la paz, la justicia, la concordia y la convivencia. Y a las víctimas y a sus familias, queridos amigos, dejaros encontrar por Dios; El os regalará el consuelo, la sanación y la luz. Contad siempre, de su parte, con nuestro abrazo cariñoso y esperanzado».