- Titulo: Rodrigo Moreno Quicios
El obispo auxiliar de Madrid Jesús Vidal inauguró el jueves 14 de noviembre el IX Ciclo de Conferencias para Evangelizadores, convocado por varias delegaciones de la archidiócesis en la parroquia San Juan de la Cruz. «El joven o la joven que están enamorados, ciertamente esperan ser correspondidos», puso como ejemplo Vidal para ilustrar cómo funciona la virtud de la esperanza, sobre la que girará el Jubileo del 2025 y que articula todo el ciclo.
Durante su intervención, el obispo auxiliar advirtió de cómo, «si alguien está esperando una desgracia, es algo que impide vivir». Una «desolación» que san Ignacio de Loyola ya abordaba en sus ejercicios espirituales. El fundador de la Compañía de Jesús llegaba a definirla como «una oscuridad del alma» que «a falta de fe, esperanza y amor, nos deja perezosos, tibios, tristes y separados de nuestro Creador y Señor».
Según Jesús Vidal, «el que vive, al menos ha de agarrarse a una pequeña esperanza». Y citó a Benedicto XVI, quien sostenía que «al hombre se le reconoce por sus esperas». Aunque las hay más y menos significativas: «No vive igual una persona cuya esperanza es ganar la lotería, aquel que espera curarse o aquel que espera elementos más profundos», matizó.
El obispo auxiliar advirtió asimismo de otra tentación que impide una búsqueda real de la esperanza: la distracción. «Nos cuesta el silencio. No sé qué capacidad tienen para esperar el metro en silencio, esperar el ascensor, estar solo en el ascensor si suben dos o tres pisos sin echar la mano a ese dispositivo antiaburrimiento que es el móvil». «A mí me sucede en mi vida», confesó.
Como remedio a estas situaciones, señaló a los evangelizadores que han acudido a su conferencia que «no existe otro método más que el del testimonio». «Toda evangelización tiene como núcleo el desbordamiento de la experiencia del amor de Dios que uno ha tenido, por lo que la esperanza no es algo que se pueda transmitir como un conocimiento adquirido», afirmó. «Las mejores técnicas, sin fe, no sirven de nada».
El obispo auxiliar concluyó explicando que, al intentar evangelizar, se debe «responder a la sed» de las personas. «Muchas veces nos equivocamos porque no conectamos con la pregunta del corazón de quien tenemos delante». Como ejemplo puso a Jesús: «La mayoría de sus diálogos los comienza con una pregunta como “¿qué quieres que haga?” o “¿qué necesitas?”».
El Ciclo de Conferencias de Evangelziadores era hasta este año el Curso Anual de Catequistas. El cambio de nombre y de orientación formativa de estas convocatorias responde al deseo del cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, de pensar «en clave de sinodalidad, buscando proyectos comunes», tal y como apunta el delegado de Catequesis, Manuel Bru. Así, la iniciativa este año es compartida con otras delegaciones diocesanas.
A las puertas del Año Jubilar 2025, se propone a los laicos evangelizadores de la diócesis una serie de ponencias para ahondar en el profundo significado de este año de gracia para la Iglesia universal y en sus potenciales frutos. Las charlas se engloban en el título Jesucristo: 2025 años de esperanza, y se celebrarán los jueves, de 17:00 a 18:30 horas, en el salón de actos de la parroquia San Juan de la Cruz (pza. San Juan de la Cruz, 2). También se podrán seguir de forma online a través del canal de YouTube de la Delegación de Catequesis.
La próxima charla será el jueves 21 de noviembre sobre La fe en Jesús: fundamento de la esperanza cristiana, a cargo de Carmen Bernabé Ubieta, doctora en Teología y profesora titular de la Universidad Deusto.