Madrid

Anastasio, Nativitat, Rosaura viven en la residencia “Fundación Santa Lucía” de Cáritas Madrid: «Ser como nuestros mayores es aprender a envejecer con dignidad y juventud»

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En este 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, Cáritas Madrid se ha desplazado a la residencia “Fundación Santa Lucía”. «Esta es una de las diferentes iniciativas con las que la entidad acompaña a las personas mayores, para su buen trato o cuidado, para que no estén solas o para que envejezcan digna y activamente».

La cuchilla de ebanista de Anastasio, un sacramento de amor a su profesión

Hay un bastón y una cuchilla de ebanista que nos llevan a un oficio casi olvidado al que Anastasio ha dedicado cincuenta años de su vida: el de restaurador y barnizador de muebles de madera. Anastasio explica que «los muebles de ahora ni se restauran, todo es conglomerado». Esa cuchilla tiene para él el olor a la madera que lijaba y el olor, fuerte y pegajoso, del barniz con el que cobraban vida los muebles. Cobrar vida. Como cobra vida su oficio cuando nos habla de él. O los muebles antiguos «esos que siempre permanecerán, porque la buena madera se restaura y no envejece». Por sus manos han pasado muchos muebles «de los que duran toda la vida». Algunos de ellos están en su antigua casa; otros seguirán adornando salones y entradas; y otros, incluso, siguen siendo objeto de miradas curiosas en el Museo Naval de Madrid.

Anastasio, hijo de pequeños ganaderos de la sierra de Toledo, llegó a Madrid a buscarse la vida y entró en un taller de restauración de muebles de madera como aprendiz. Esa fue su profesión, su modo de vida, su forma de ser el sustento de su familia.

Por eso la cuchilla que muestra es un sacramento de amor su profesión. Todavía la lleva consigo y la usa para restaurar los bastones de sus compañeros en la residencia, donde aguantan el peso de los años, donde se apoyan para seguir caminando.

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La cruz de Nativitat, un sacramento de amor a su vocación

Hay una cruz que nos habla de una llamada a servir a Dios, al que no dudó en «decirle que sí». Así lo sintió Nativitat, religiosa. La suya fue una llamada tardía, dice, pues se hizo monja con 30 años, pero ha tenido «tiempo de todo, de estudiar, de trabajar y de mirar a mi alrededor para ver quiénes necesitaban ayuda». Ella nació en Barcelona, de donde guarda muchos recuerdos. De ahí se trasladó a Madrid. Ha vivido, como le evoca ese crucifijo, «de una manera sencilla». Ha servido, desde el punto de vista religioso con su fe y oración, y desde el punto de vista social, trabajando en la enfermería de un hospital.

Nativitat tiene 90 años, pero hace nuevas las cosas que mira gracias a su sonrisa tierna y a sus vivaces ojos. Lee cada día el periódico, da un paseo, y siempre tiene presente el motivo que le lleva a adornar su cuello con un crucifijo.

La cruz es un sacramento de amor a su vocación, a su entrega diaria al servicio de Jesús. Se lo recuerda a ella y a las personas con las que convive en la residencia, con quienes comparte la fe que transmite el crucifijo que nos enseña. «Estoy contento, he escogido un buen sitio».

Mujer con cruz

Las fotos de Rosaura, un sacramento de amor a su familia

Hay una, dos, tres, cuatro… fotos, son una mínima parte de la vida de Rosaura. Una de esas fotografías nos muestra a Emiliano - su marido ya fallecido- frente a la fachada de una vieja casa de madera del pueblo, que a él le gustaba mucho. La casa retratada era un sacramento para él que le evocaba a la casa de su infancia, «por eso creo yo que le gustaba tanto».

Otras fotos son el reflejo del amor compartido en familia, con sus dos hijos y con su nieto. Y otras fotos son el recuerdo de un tiempo en el que, todavía soltera, trabajaba de telefonista en un pueblo de León. Se casó con 20 años, con un sencillo traje, «porque mi familia no tenía mucho dinero y yo no quería que gastaran en un traje de novia». Porque lo importante no era el traje, sino quien la acompañaba y la acompañaría desde entonces. «Un hombre bueno, siempre al servicio de los demás, era más majo…» dice con nostalgia y se emociona. Porque una fotografía es un sacramento de emociones: la nostalgia de lo vivido, la alegría que se revive. Llegó a la residencia con él, que se marchó antes, pero al que muchos recuerdan con cariño todavía.

«Sí» asegura cuando le preguntamos si revisa fotografías antiguas. «Me siento muchas veces a ver el álbum, y recuerdo y vivo esos momentos retratados de nuevo. Y en sus ojos brillantes se retratan la nostalgia y felicidad. «La vida dice…». Las fotos son un sacramento de amor a su familia, en especial a su marido Emiliano, cuyo recuerdo vive en ella y con quien tuvo un matrimonio largo y feliz.

Mujer con foto

La lija de Anastasio, el crucifijo de Nativitat, las fotos de Rosaura

Para ellos son objetos a los que mirar con ternura y darles vida. Se han convertido en sacramento de sus saberes, de emociones vividas, de su vocación. Para nosotros ellos son un sacramento de sabiduría y amor. Nos traen aprendizajes, nos traen afectos que no pasan de moda y la memoria de otros tiempos no muy lejanos.

Porque las formas de ser y de experimentar la vida no envejecen y esa realidad nos coloca a todas las personas en el mismo plano espaciotemporal. Generaciones que se interrogan y complementa. Ser como ellas y ellos, nuestros mayores, es aprender a envejecer con dignidad y juventud, porque aún en su madurez engendran vida en las cosas que miran.

El director del Secretariado de Pastoral del Trabajo, Juan Carlos Antona: «Nuestro deseo es que todos tengan un trabajo digno y decente, donde lo más importante sea la dignidad de la persona»

  • Titulo: Sandra Madrid
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«Un año más celebramos el 7 de octubre la Jornada Mundial por el Trabajo Decente». La Iglesia, siguiendo las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, y en concreto el magisterio del Papa Francisco, se une a esta jornada «con el deseo de que consigamos para todos y todas, un trabajo decente. Por eso, en este 2024 se ha elegido como lema “Por ti, por mí, trabajo decente”, ha señalado el director del Secretariado de Pastoral del Trabajo de la Archidiócesis de Madrid, Juan Carlos Antona.

Además, ha recordado que se cumplen 10 años desde que la Iglesia creó la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente compuesta por distintas entidades que «trabajamos en la línea de la búsqueda de ese trabajo digno y decente para todos».

También ha explicado que hace 30 años, la Conferencia Episcopal Española aprobó el documento "La Pastoral Obrera de toda la Iglesia". «Son años en los que hemos ido trabajando en el empeño de crear mejores condiciones de trabajo y tenemos que seguir haciéndolo con el deseo de que haya un trabajo digno y decente para todos, donde lo más importante sea siempre la dignidad de la persona humana».

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En Madrid, las actividades se desarrollarán este domingo, 6 de octubre, con un recorrido por la ciudad de Madrid. La marcha comenzará a las 18:00 horas en la Plaza de Callao y realizará dos paradas significativas en Sol y Ópera, donde habrá diversas intervenciones.

Entre los momentos clave del recorrido, se destaca la participación del obispo auxiliar de Madrid, Monseñor Vicente Martín, quien dirigirá unas palabras a los asistentes. También se procederá a la lectura del manifiesto y se realizará un gesto común en solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de todo el mundo.

Madrid potencia la iniciativa del «Teléfono de escucha a personas mayores en soledad» para paliar el aislamiento y estar cerca de quien sufre el abandono

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Este 1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores, la Iglesia de Madrid quiere sumarse a esta jornada potenciando una iniciativa aún poco conocida para la que reclama toda la colaboración. Todas las iniciativas son pocas para paliar la soledad no deseada y estar cerca de las personas mayores que sufren el abandono.

Por eso, desde la Comisión Diocesana de la Pastoral con las Personas Mayores, se quiere impulsar el TELÉFONO DE ESCUCHA A PERSONAS MAYORES EN SOLEDAD (696 987 885). Se trata de un servicio que es atendido por un equipo de voluntarios de las comunidades parroquiales que han sido formados, que atienden las llamadas diariamente y que ofrecen a través del teléfono una cálida acogida, una escucha activa donde la persona mayor se siente comprendida, escuchada, apoyada y querida con el fin de paliar su soledad.

Para contribuir a evitar el aislamiento de las personas mayores, desde la Iglesia de Madrid se anima a difundir este servicio «que permitirá acompañar y emprender un camino diferente a muchas personas mayores en soledad».

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Las Hermanitas del Cordero celebran esta semana la Fiesta de San Francisco

  • Fin Agenda: 01-10-2024
  • Galeria: 2024-10-12

Las Hermanitas del Cordero, encargadas del culto en la capilla del Obispo (plaza de la Paja, s/n) han organizado varias celebraciones en honor a san Francisco. El miércoles 2 de octubre, la capilla estará abierta de 18:30 a 20:00 horas. El jueves 3, a las 21:00 horas se celebrará una vigilia. El viernes 4, a las 12:30 horas oficio de san Francisco y a las 18:00 horas, misa. Al finalizar la eucaristía tendrá lugar la Escuela de la Palabra.

Los días 9 y 10 de octubre se mantendrá abierta la capilla de 18:30 a 20:00 horas.

Más información en este enlace.

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Fraternidad de Madrid

El 4 de octubre de 2008, festividad de san Francisco, se fundaba en Madrid una fraternidad de hermanitas. Acogidas por la diócesis en pleno centro de la ciudad, celebrando de barrio en barrio y de parroquia en parroquia, la inauguración de la “Capilla del Obispo”. El 24 de junio de 2010, abrió de nuevo sus puertas al culto, y desde entonces, el deseo constante es de ofrecer, en este lugar de tan alto interés artístico, una liturgia cuidada y una oración abierta a todos los que quieran unirse en la alabanza al Señor. La liturgia es su alimento cotidiano, alimento que quieren compartir con todos los hombres; por eso son enviadas en misión, varias veces a la semana, por toda la ciudad, «en busca de la oveja perdida».