La Venerable, Antigua y Pontificia Hermandad de San Cosme y San Damián de Madrid, junto a la Congregación de San Isidro de Madrid, organiza el próximo jueves, 6 de febrero, una conferencia sobre El Santo Sudario de Oviedo. Será a las 18:00 horas en el salón de actos de la Real Colegiata de San Isidro (Toledo, 37), a cargo de César Barta, físico y miembro de la Sociedad de Científicos Católicos.
El Santo Sudario de Oviedo es el primer paño con el que se cubrió la cabeza de Jesús ya muerto, tal y como mandaba la costumbre judía de ocultar el rostro desfigurado de los fallecidos. Fue retirado posteriormente para cubrirlo, ya el cuerpo entero, con la Sábana Santa. Cuando Juan narra la Resurrección, habla de que «el sudario que había cubierto su cabeza» no estaba puesto con los lienzos, «sino doblado aparte». Al haber estado los dos sobre el mismo rostro, hay detalles que coinciden en ambos.
Los documentos indican que el Santo Sudario salió de Jerusalén en el año 614 y que, ya en la península procedente del norte de África, llegó a Oviedo por orden del rey Alfonso II (191-842) huyendo de la invasión árabe. En la actualidad se conserva en la Cámara Santa de la catedral de San Salvador, y es la reliquia más importante de todas las que hay en ella. Cada día los fieles pueden contemplar un facsímil (en la imagen inferior); el original (imagen principal) se expone tres semanas al año: Semana Santa, la Semana de Pascua y durante el Jubileo de la Santa Cruz, del 14 al 21 de septiembre. Y tres días año, desde el altar mayor, se imparte con él la bendición: Viernes Santo, y 14 y 21 de septiembre.
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Lienzo con restos de sangre
Se trata de un lienzo rectangular, de lino, que mide 85,5 x 52,6 cm. En él se hallaron tres tipos de pólenes propios de Palestina, así como arrugas que han servido para determinar la forma en que estuvo colocado en la cabeza de Jesucristo. Hay además varias perforaciones originarias, producto de los objetos punzantes con los que se sujetó el sudario a la cabeza, doblado por la mitad. También en él había manchas de sangre del tipo AB, en algunos casos diluida a consecuencia de un edema pulmonar hemorrágico.
En 1969, el sacerdote italiano monseñor Ricci, que estudió la Sábana Santa de Turín, puso por primera vez en relación ésta con el Sudario de Oviedo, en unos trabajos que publicó en su libro L’Uomo della Sindone è Gesù (El hombre de la Síndone es Jesús).