Madrid

Cáritas Madrid imparte el curso "Claves para una comunicación efectiva: escribir y hablar correctamente"

A veces «las nuevas tecnologías» y «las prisas» no nos acompañan y juegan una mala pasada al idioma. Por ello, «es necesario cuidar lo que decimos y escribimos, porque de cómo hablemos dependerá la imagen de la realidad que construyamos».

Cáritas Diocesana de Madrid propone el curso "Claves para una comunicación efectiva: escribir y hablar correctamente", que impartirá los días 4 y 11 de febrero, a partir de las 9:30 horas, el profesor Fernando Vilches.

El objetivo es manejar el idioma de forma adecuada para transmitir nuestro mensaje social.

 

El cardenal Cobo, en el Jubileo de la Vida Consagrada: «La vida diocesana no es posible, y sería impensable, sin vosotros»

La catedral de la Almudena se ha vestido de fiesta en la mañana de este domingo, 2 de febrero, para celebrar la fiesta de la Presentación del Señor, día en que la Iglesia universal propone tradicionalmente la Jornada de la Vida Consagrada. Y así, decenas de congregaciones, órdenes e institutos religiosos se han dado cita en el primer templo de Madrid, después de peregrinar desde el convento de la Encarnación, para renovar en la Eucaristía «nuestro deseo de servir y amar». Motivo doble de alegría porque con esta fiesta la Iglesia que camina en Madrid celebraba también el primero de los jubileos de este año, el de la Vida Consagrada, aquellos que se han comprometido a seguir en radicalidad a Jesucristo obediente, casto y pobre.

La Misa ha estado presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, acompañado por vicarios episcopales, sacerdootes religiosos y también por el cardenal Aquilino Bocos. «Uno, por ser cardenal, no deja de ser religioso», le había expresado al arzobispo de Madrid el claretiano antes de comenzar.

Jubileo vida consagrada escaleras

«Qué suerte tenemos en nuestra diócesis de teneros aquí», ha expresado a los consagrados el arzobispo de Madrid al inicio de su homilía. «La vida diocesana no es posible, y sería impensable, sin vosotros», ha añadido. Tambien ha puesto en valor sus vidas, reales y concretas, con las que son, ha afirmado, luz para este mundo, «porque en cada paso que dais estáis imitando y señalando a Jesucristo, que es la Luz del mundo».

El cardenal Cobo ha incidido de manera espeicial en la necesidad de peregrinar en la esperanza (que hace referebcia al lema de este Año Jubilar) y de hacerlo juntos, porque así es como se hace misión. «En un Madrid con fuerte déficit de esperanza y falta de horizontes, anunciar la esperanza, sembrar la esperanza, resulta más necesario que nunca».

Hay dos frutos, ha avanzado el arzobispo de Madrid, de la esperanza: la constancia y la paciencia. «No tengáis prisa, nos diría Jesús», para no caer en el mundanismo espiritual, para cuidar las fuentes del entusiasmo y de la alegría, ha corroborado el cardenal. «La prisa no es fruto de la esperanza». Simeón y Ana, por ejemplo, a quienes el Evangelio de este día cede el protagonismo, «vivían conectados con la esperanza de su pueblo, no la suya personal; conectados con el proyecto de Dios». Y ya en la ancianidad «son capaces de reconocer y señalar cómo Dios cumple su promesa». El mundo, ha insistido el arzobispo de Madrid, necesita los ojos de Simeón y Ana, «los ojos de la fe de cada uno de vosotros», para «saber que lo que ha dicho Dios se está cumpliendo».

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Signos de esperanza

«La Iglesia, a través de vosotros, está construyendo signos tangibles de esperanza», ha señalado también el cardenal Cobo. «Cuántos marginados experimentan el afecto y la cercanía», ha reconocido, cuántos enfermos y ancianos atendidos en su soledad, cuánta siembra en la cultura, entre los migrantes y refugiados, cómo en los centros educativos «animais los sueños de tantos»... «No os acostumbréis nunca al gemido de los pobres». les ha implorado.

Al concluir, el arzobispo de Madrid les ha exhortado de nuevo a la sinodalidad: «Os pido que no dejéis de peregrinar junto a toda nuestra Iglesia diocesana: es tiempo de ir juntos y de responder juntos a la llamada del Señor». Y de hacerlo «como Iglesia», antes de con «nuestros apellidos». «Hoy más que nunca necesitamos evitar rivalidades y divisiones internas que debilitan el testimonio de la Iglesia».

«Gracias por vuestras vidas entregadas», ha recalcado al finalizar. «Seguid sembrando esperanza siendo fieles a vuestro carisma».

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La hermana Susana López, subdirectora de Pastoral Vocacional afirma que «los consagrados y consagradas son luces que alumbran la vida de nuestra ciudad»

  • Titulo: Infomadrid/Sandra Madrid

El próximo domingo 2 de febrero, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Un día para «dar gracias por tantos consagrados y consagradas» que nos han ayudado «a acercarnos a Dios a través de su testimonio, su vida entregada y el deseo de dar vida a este mundo tan necesitado de luz y esperanza», como afirma la hermana Susana López, ERC, subdirectora del Secretariado de Pastoral Vocacional.

El lema de este año, “Peregrinos y sembradores de esperanza”, pone el acento en «esta necesidad de ayudar a descubrir que quien pone su esperanza en Dios puede caminar con confianza y ayudar a otros a vivir buscando el bien, la verdad, la belleza», explica. Los consagrados y consagradas son un testimonio de esta experiencia. «Solo Dios salva».

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"Luces en la ciudad"

Con motivo de esta jornada, un año más, la archidiócesis de Madrid, lanza “Luces en la ciudad”. Esta actividad se celebrará el viernes 31 de enero por la tarde. El objetivo es que «los jóvenes conozcan la riqueza y la belleza que encierra la vida consagrada y descubrir también a los consagrados y consagradas como luces que alumbran la vida de nuestra ciudad». En este sentido, «esta actividad quiere ayudar a descubrir, conocer y apreciar a las personas consagradas que buscan configurarse con Cristo a través de su preciosa vocación». Este año la propuesta cambia, cada vicaría ha programado un plan que incluye vigilias de oración, testimonios, mesas de diálogo, encuentro con los religiosos. Se puede consultar el programa en Jóvenes Madrid.

«Os invitamos a participar de esta actividad que por los ecos que nos trasladan cada año, ayuda mucho a los jóvenes a conocer esta realidad, y a preguntarse también ¿por qué no?». Su vida como «única», «irrepetible» y como «respuesta al Dios de la vida, que siempre llama y llama a construir también un mundo de paz, de justicia», es decir, «una vida mejor para todos», concluye la hermana Susana López.

Luces en la ciudad

El Padre Aurelio Cayón, vicario para la Vida Consagrada de Madrid: «Los consagrados estamos invitados a testimoniar esa esperanza y hacerlo junto con toda la Iglesia»

La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada celebra este domingo, 2 de febrero, la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada. El vicario episcopal para la Vida Consagrada de Madrid, Padre Aurelio Cayón, recuerda que «se nos invita a ser, en nuestra Iglesia y en el mundo, peregrinos y sembradores de esperanza, una esperanza puesta en Jesús». Este mensaje está en sintonía con el lema del Jubileo 2025: “La esperanza puesta en Jesús no defrauda”.

En la Archidiócesis de Madrid, la celebración de la XXIX Jornada Mundial de la Vida Consagrada comenzará a las 10:30 horas en el Monasterio de la Encarnación, con una oración en la que participarán miembros de las distintas formas de vida consagrada. Tras la oración, los participantes peregrinarán hasta la catedral de la Almudena, donde, a las 12:00 horas, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidirá la eucaristía en el marco del Jubileo de la Vida Consagrada. La celebración podrá seguirse a través del canal de YouTube de la Archidiócesis de Madrid.

 Durante la misa, como destaca el Padre Aurelio Cayón, «daremos gracias a Dios por el don de la vida consagrada y pediremos al Señor que nos ayude a seguir caminando como peregrinos y sembradores de esperanza».

En su mensaje para esta jornada, los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española nos invitan a “sembrar la semilla de la misión profética y de unas relaciones nuevas”. En esta línea, el Padre Aurelio Cayón subraya que «los consagrados y consagradas estamos llamados a dar testimonio de una nueva manera de vivir, fundamentada en la fraternidad, la lucha por la justicia y la cercanía a los más pobres y necesitados». Añade, además, que esto implica «cultivar la fraternidad entre nosotros y con todos aquellos a quienes el Señor nos envía, especialmente los pobres, los enfermos, los olvidados, los migrantes y quienes aún no conocen la Buena Noticia de Jesús».

El vicario episcopal para la Vida Consagrada de Madrid, Padre Aurelio Cayón, subraya que «nuestro mundo necesita un horizonte de esperanza que vaya más allá de nosotros mismos». En este contexto, recuerda que los consagrados están llamados «a testimoniar esa esperanza, junto con toda la Iglesia».

Asimismo, destaca que «nos sentimos llamados a caminar juntos con todos los que creen en Jesús», y desde esa comunión, «dar testimonio de sinodalidad, siendo testigos de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestra caridad». «En definitiva, somos testigos de todo lo que recibimos del Señor Jesús», concluye el Padre Aurelio.