Madrid

Los seminaristas de Madrid rinden homenaje a San José y a sus padres en el Día del Seminario

Con motivo de la festividad de san José y del Día del Seminario, la archidiócesis de Madrid ha lanzado una serie de vídeos en los que tres seminaristas dialogan con sus padres sobre su vocación, su relación familiar y el papel fundamental que han desempeñado en su camino hacia el sacerdocio. En estas conversaciones, padres e hijos responden a preguntas que han surgido a lo largo de su vida, compartiendo recuerdos, inquietudes y emociones que han marcado su camino de fe. 

En esta serie de vídeos, los seminaristas preguntan a sus padres si alguna vez imaginaron que sus hijos serían sacerdotes, es decir, «padres de todos». Sus respuestas reflejan el impacto que tiene la figura paterna en la maduración de la vocación sacerdotal, destacando el acompañamiento, la guía y el ejemplo que han ofrecido a lo largo de los años, así como la importancia del sacerdote como figura paterna dentro de la comunidad.

En un contexto en el que las vocaciones sacerdotales enfrentan desafíos, se busca poner en valor el «sacerdocio como una llamada a ser padre espiritual» y protector de la Iglesia. 

recorte padres
San José, modelo de paternidad y entrega

El Papa Francisco, en su carta Patris corde, recuerda que san José es el ejemplo perfecto de paternidad, porque supo acompañar, proteger y guiar a Jesús sin imponerse, permitiéndole crecer en su misión. Su figura, como ha explicado el Santo Padre, es un referente tanto para los padres de familia como para los sacerdotes, quienes, al igual que él, están llamados a ser custodios y guías espirituales de quienes les han sido confiados

Jorge Jose Manuel German Seminario
El mensaje del arzobispo de Madrid: una llamada a la esperanza

Este martes 18 de marzo, los seminaristas de los Seminarios de la archidiócesis de Madrid han participado en el Jubileo de los seminaristas en la catedral de la Almudena, dónde, además, se celebró el rito de admisión a las órdenes sagradas, un paso importante en el camino vocacional de los seminaristas.

Como destacó el rector del Seminario Conciliar, Antonio Secilla, «un día precioso para el encuentro, pero también para dar gracias a Dios y a la Iglesia de Madrid por el cariño y el cuidado con el que nos sostienen». Por eso, añade, «somos de vosotros y para vosotros, Cristo, sembradores de esperanza».

Así, el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid les invitó a «anunciar a todos, porque todos esperan, ya que en el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien. (...) Este es el ser mismo de la Iglesia: anunciar a Jesucristo, y deberá ser el sentido único de vuestro ministerio futuro».

Daniel Escobar, delegado episcopal de Liturgia: «Todo cristiano puede estar o sentirse protegido por San José como su patrono»

Para entender la importancia de San José recordamos las palabras que nos decía el Papa San Juan Pablo II en una Exhortación Apostólica sobre la figura y la misión de San José en la vida de Cristo y en la de la Iglesia. San José, como custodio del Redentor, ha tenido gran importancia desde los primeros siglos. Por ejemplo, los padres de la Iglesia inspirándose en el Evangelio subrayaron que San José, al igual que cuidó de la Virgen María y se dedicó a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico la Iglesia, de que de la Virgen es figura y modelo.

En unos tiempos difíciles para la Iglesia, el Papa Pío IX quiso poner a la Iglesia bajo la protección especial del Santo Patriarca José y por eso lo declaró patrono de la Iglesia Católica. El Papa sabía que no se trataba de un gesto sin importancia, pues la Iglesia, después de la Virgen Santa, su esposa, tuvo siempre en gran honor y colmó de alabanzas al bienaventurado José y a él recurrió sin cesar en las Angustias. Es lo que decía Pío IX en el momento de declarar a San José patrono de la Iglesia Universal.

San Juan Pablo II nos recuerda que el patrocinio de San José debe ser invocado y es necesario en la Iglesia no solo como defensa contra los peligros, sino también y sobre todo como alimento en el empeño de la evangelización en el mundo y en la reevangelización en aquellos lugares en los que la religión y la vida cristiana fueron florecientes y que ahora mismo pues sufren una mayor o menor dificultad.

Además, San José aparece como patrono de la Iglesia y también como ejemplo, porque el ejemplo de San José supera los estados de vida particulares y se propone a toda la comunidad cristiana, no solamente a un determinado carisma, sino que cualesquiera que sean las condiciones y las funciones de cada fiel, todo cristiano puede estar o sentirse protegido por San José como su patrono.

El cardenal José Cobo, en el Jubileo de los Seminaristas: «Al igual que san José, contad con la certeza de que Dios camina con vosotros»

«Venimos llenos de alegría, como peregrinos de la esperanza de la mano de José». Era la exclamación gozosa al comienzo del Jubileo de los Seminaristas en la catedral de la Almudena este martes, 18 de marzo. Una tarde ya festividad litúrgica de san José, patrono de la Iglesia universal y de los seminarios, en la que el canto de gloria en esta gran solemnidad rompía el ritmo de la Cuaresma.

Del cielo de Madrid caía lluvia, pero también misericordia en este año jubilar convocado para la Iglesia universal bajo el lema Peregrinos de la Esperanza, que se hacía coincidir en este día con el rito de admisión a órdenes de 17 seminaristas del Seminario Conciliar de Madrid y del Seminario Redemptoris Mater.

«Su linaje será perpetuo», se cantaba en el salmo responsorial. Voces fuertes en la catedral, de hombres que, como ha dicho el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en su homilía, han querido «entrar juntos como peregrinos en la misericordia del Señor». Peregrinar, ha dicho, «es una parábola de la vida cristiana» y se ha referido a los seminaristas como peregrinos que buscan «claves y llamadas para modelar el sentido de vuestra vida ministerial». «Peregrináis para aprender a peregrinar», ha señalado, y «así os preparáis para caminar delante, en medio y detrás del pueblo de Dios que siempre sostiene por medio de los diversos ministerio y vocaciones».

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Despojados y sin reservar la vida

El arzobispo de Madrid ha invitado a los peregrinos a «dejarse enseñar a caminar junto con otros, viviendo, rezando, compartiendo, acogiendo, dejándose ayudar». Y «despojándose de muchas cosas, no solo las malas, sino también las que no ayudan a la armonía y a la comunión», porque «el peregrino camina ligero de equipaje, despojándose de sí mismo, de los prejuicios, de las ideologías, de las convicciones de grupos, para hacerse universal, para interiorizar como pastor a todos los demás».

La peregrinación, ha continuado, se hace hacia Dios, «pero siempre con otros, con la Iglesia y en la Iglesia»; «y solo caminando con este pueblo nos convertimos en auténticos peregrinos de esperanza».

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A los seminaristas presentes en la catedral de la Almudena les ha recordado: «Has recibido el don, el regalo de la llamada para que tu vida, llena de gozo e ilusión, se gaste y desgaste por el Señor, toda y solo por Él». Y les ha animado: «No os la reservéis; sed valientes para la entrega, que os hará felices». El Señor, ha señalado, los envía para entregar sus vidas «en el servicio a su pueblo santo», y en este sentido, el encuentro vivo y personal con Jeuscristo debería significar para todos vosotros un revestirse de este oficio de servidor».

Pero, ha especificado, «servidores de “todos”, sin distinciones ni selectividad; creando comunión; como Jesús, que salió al encuentro de cada persona allí donde estaba su historia y su libertad». Y este oficio se aprende en el «silencio de la escucha de la Palabra de Dios», en la contemplación orante de la vida de Jesús y en el «ejercicio cotidiano del servicio a los otros».

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Humildad y confianza de san José

En este peregrinar, ha añadido el arzobispo de Madrid, «nos dejamos iluminar por san José», el hombre sencillo y humilde que «no tuvo certezas absolutas, pero tuvo fe y amor; no entendió todo de inmediato, pero se dejó guiar». Al entrar en el seminario no se asegura el éxito ni la facilidad en el camino, ha reconocido el cardenal Cobo, «pero al igual que san José, contad con la certeza de que Dios camina con vosotros».

A san José, Dios le regala los pasos a dar en sueños «que él acoge con sencillez y por amor a María en una fe obediente». «Estoy convencido —ha añadido el arzobispo de Madrid— que Dios continúa hablando en sueños, por eso no tengáis miedo a soñar, no frustréis los sueños de Dios sobre vosotros». Y ha concluido el cardenal Cobo pidiendo a san José «que todos en la Iglesia sigamos soñando» y «que sepamos como él acoger a cualquier hora las sorpresas de Dios».

El arzobispo de Madrid ha estado acompañado por los tres obispos auxiliares de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, José Antonio Álvarez y Vicente Martín, así como los rectores del Seminario Conciliar de Madrid, Antonio Secilla, y del Seminario Redemptoris Mater, Eduardo Zapata; el rector de la Universidad San Dámaso, Nicolás Álvarez de las Asturias; vicarios episcopales y hasta un centenar de sacerdotes. La catedral se ha llenado también de familiares, amigos y hermanos de comunidades de los seminaristas.

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Admisión a órdenes

Durante la ceremonia han sido admitidos a órdenes los siguientes seminaristas:

  • Omar Enrique Barroso Dávila
  • Julio Arnaldo Castillo Fernández
  • Oscar Jesús Concejal Hernández
  • Álvaro Gangoso Pérez
  • Eduardo Gutiérrez de Cabiedes
  • Manuel Domingo Henríquez Rodrigues
  • Tomás Evangelista de Sousa
  • Pablo Herrera Pastora
  • Jorge Labrador Monzón
  • Javier Lillo García
  • Levi Andrew Marco
  • Ignacio Marín de la Torre
  • Mauricio Oriol Lapetra
  • Giusseppe Pea
  • Carlos Javier Puras Furió
  • Francisco Javier Romero Mijancos
  • Álvaro Solé Torrecilla

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El rito de admisión a órdenes supone que la Iglesia confirma la vocación sacerdotal de los jóvenes que ya llevan un recorrido de formación en el seminario, y que, en palabras del que fuera rector del seminario y actual obispo auxiliar de Madrid, José Antonio Álvarez, «más que expresivo en las formas, es muy significativo en el proceso». Es el primer momento, después de esos años de formación, en el que hay «un reconocimiento por parte de la Iglesia, a través del obispo, de que hay vocación al ministerio sacerdotal», y a su vez, «los seminaristas se comprometen públicamente a continuar y completar su formación sacerdotal».

En el rito, los seminaristas reciben la ayuda, por medio de la oración y el afecto, de toda la comunidad cristiana. Por eso la celebración pública de este acto adquiere todo su sentido. La fórmula es un interrogatorio hecho por parte del obispo en el que les pregunta si quieren completar su preparación para ser sacerdotes y si «queréis formar vuestro espíritu de manera que seáis capaces de servir fielmente a Cristo el Señor y a su cuerpo, que es la Iglesia».

Nombrados de uno en uno, y respondiendo cada uno con un «presente» y un «sí, quiero», el cardenal ha concluido con la fórmula «la Iglesia acepta con alegría vuestro propósito; Dios lleve a buen fin lo que Él mismo ha comenzado en vosotros».

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En la festividad de San José, Javier Cuevas, vicario para el Cuidado de la Vida, preside una misa en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas

La Comunidad de Sant’ Egidio invita a participar en la misa que se celebra este miércoles 19 de marzo, festividad de San José, en la Iglesia Nuestra Señora de las Maravillas a las 20:00 horas.

Presidida por el Vicario para el Cuidado de la Vida, Javier Cuevas, tras la misa, como cada miércoles, continúan con el servicio a nuestros «amigos de la calle», con los repartos itinerantes de alimentos en distintos puntos del centro de Madrid.