La parroquia San Antonio del Retiro (Duque de Sesto, 6) acoge, desde este domingo, los cultos organizados en honor al santo titular del templo con motivo de su festividad. Como explica el padre Severino Cervero, ofm, párroco del templo, «comenzamos con un quinario, que se desarrollará hasta el jueves 13 con Misa, a las 19:00 horas, predicada por los padres de la Fraternidad de Frailes Franciscanos que atendemos la parroquia. Y el día 13, celebraremos la memoria de san Antonio. Habrá misas rezadas a las 9:00, 20:00 y 21:00 horas. Y dos solemnes, a las 12:00 y a las 19:00 horas, esta última de clausura del quinario, y presidida por el padre Joaquín Zurera Ribó, provincial de los franciscanos».
Reconoce que una de las tradiciones que no pueden faltar en esta jornada es la de la bendición y reparto de los tradicionales panecillos de san Antonio. «Se bendicen unas 1.500 unidades, pero nosotros no nos encargamos de su distribución. Lo hacen los miembros de la Pía Unión de San Antonio, responsable de ‘El Pan de los Pobres’, al término de las misas, tanto por la mañana como por la tarde. Se entregan todos. La gente viene a por el pan en recuerdo del que multiplicó san Antonio para atender a los pobres», asegura.
Y es que, a su juicio, «la devoción a san Antonio no ha disminuido. El problema es que cada vez son menos las personas que acuden a la iglesia, porque se van haciendo mayores. Pero la devoción es muy grande», insiste. «La gente que viene en la fiesta de san Antonio -prosigue- ha heredado la devoción de sus mayores. Pero son tradiciones que se van perdiendo. Y es una lástima. No en vano, es considerado el santo más milagrero».
«En la parroquia -añade- tenemos la Pía Unión de San Antonio, que es una asociación laical. Ellos se encargan de atender a los pobres. Y reparten entre los más necesitados el dinero del cepillo de ‘San Antonio’, incluso entre aquellos que no son del territorio de la parroquia. Un dinero que suele emplearse en el pago de alquileres, o de insumos, como el gas, o la calefacción. Y es que, como decimos medio en broma, san Antonio ‘es el santo que más gana’», sonríe. La gente es muy solidaria, muy sensible ante las situaciones de pobreza». Además, afirma, «no hay iglesia en la que no haya una imagen de san Antonio. Durante el quinario, nosotros ponemos en el altar la que tenemos en la capilla», concluye.