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En su homilía, Mons. Osoro citó a San Josemaría: que “tu vida no sea una vida estéril, sé útil, deja poso, ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor”. Y aseguró que esto es lo “que quieren hacer los colegios de Fomento, y en concreto los colegio de Montealto y El Prado, que comenzaron a funcionar el 13 de octubre de 1964. Personas con capacidad de vivir el Evangelio con tal hondura que se hiciera posible que las palabras de san Josemaría se hiciesen realidad en las vidas de quienes eran alumnos de esos colegios… Como san Josemaría nos decía: que tu vida no sea una vida estéril…”
“Durante estos 50 años, señaló, han sido muchos los que han pasado por las aulas de ambos centros: muchos sois padres y madres, cientos de profesores y personal docente, que han ido acompañando con mano maestra a quienes allí se formaron”. Destacó el hecho de que “la imagen que tuvieron en su vida, y el diseño de ésta, fuese el que nos da Jesucristo, y que de una forma singular nos acerca hoy a través de la Palabra”.
Así, compartió con los presentes “tres dimensiones que aparecen en el Evangelio que hemos escuchado: en primer lugar, Jesús busca a los hombres, y quiere que hagamos obras que alienten y hagan descubrir esa búsqueda. Todos los hombres quieren ser felices, en lo más profundo del corazón del ser humano está ese deseo de felicidad que solo puede dar nuestro Señor Jesucristo. Él nos ha dicho que es el camino, la verdad y la vida. Y va siempre en búsqueda de los hombres. El Señor nos dice que permanezcamos en nuestra existencia, en diálogo permanente con Él. Solo así podemos salir a buscar a los hombres”. En este sentido, recordó la que, a su juicio, es “la enfermedad más grande que padece el ser humano en estos momentos: la de las tres DES. El desdibujamiento: el ser humano está en esta tierra sin saber la fotografía real que tiene, y hay que dársela; Dios nos ha hecho imagen y semejanza suya”. La otra D es la de “la desesperanza: el ser humano vive en la desilusión, en el desaliento, en la tristeza. Y el Señor no es tristeza, es alegría. Tenemos que entregar la alegría del Evangelio a los hombres”. Y la tercera D, que es “la desorientación. Abundan los vagabundos, porque no saben qué camino coger. Y es necesario que hagamos peregrinos, hombres y mujeres con metas, que les haga ir hacia una dirección. Jesús busca a los hombres. Y a través de un colegio que se define en su interioridad y expresión externa como cristiano, como dador del dibujo que Cristo ha querido dar a los hombres, también Jesús busca a los hombres”.
La siguiente dimensión que compartió con los presentes fue que “Jesús entra en las casas donde viven los hombres. Va a quienes más lo necesitan. Jesús nos da un amor verdadero e incondicional… Solo en la proximidad de Cristo alcanzamos la certeza de que nuestra vida es valiosa”. En tercer lugar, explicó que “sirviendo a Jesús sabemos que se sirve a todos los hombres, incondicionalmente. Es es lo que estamos celebrado, y lo que le pedimos a Dios: le damos gracias por estos 50 años de estas instituciones, y porque a los 50 años nos ha reunido aquí, en la catedral de la Almudena, para decirnos que sigan formando personas que sirvan como yo os sirvo”, concluyó.
El 14 de marzo se celebrará un acto lúdico-festivo de ambos colegios, en el que participarán alumnos, padres y profesores de los mismos para conmemorar las bodas de oro de ambos centros educativos.