Madrid

“Jesús es la expresión del Reino que nosotros tenemos que hacer en medio del mundo”

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El pasado domingo se celebró una Misa solemne en la Parroquia de San Sebastián Mártir, de S.S. de los Reyes, con motivo del Año Santo Jubilar concedido a la Hermandad del Stmo. Cristo de los Remedios en el II Centenario. Presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, concelebraron n la Eucaristía el Vicario Episcopal de la I, Gil González, el Canciller Secretario, Alberto Andrés, y el párroco, Santiago.

En su homilía, Mons. Osoro saludó de manera especial a los miembros de la Real Hermandad del Santo Cristo de los Remedios, y de las demás Hermandades presentes en la ceremonia. “Esta celebración es un momento importante, porque con fe hacemos prácticamente todas las cosas”. Por eso, señaló, “es precioso acoger las palabras de Abraham: ‘Aquí me tienes, Señor’. Qué maravilla hacerlo realidad”. “¿Cómo hacer posible, se preguntó, que descubramos que la gran realización del ser humano se hace cuando somos capaces de decir: ‘Aquí me tienes Señor, me fio de ti, de tus proyectos. Me fio de la riqueza que das a mi vida’?. De eso se trata: de entrar en amistad con Jesucristo para salir de cualquier atolladero que podamos tener los hombres”.

Además, invitó a los presentes a meditar sobre cuatro palabras: salir, subir, contemplar y anunciar. “Salir: nos lo ha dicho el Evangelio. Vamos a salir…. Todos los que estamos aquí tenemos nuestras preocupaciones, ocupaciones, alegrías, desalientos, esperanzas. Hay de todo en la vida. El Señor se acerca a nosotros y nos dice: vamos a salir. El discípulo de Jesús está para salir. Es discípulo verdadero cuando sale de sí mismo. Cuando sale a la historia, a la vida”. La segunda palabra es “subir. Jesús subió con ellos a una montaña alta y se transfiguró... Toda la humanidad está llamada a la transfiguración, todos los hombres tienen que transfigurarse. Solo Jesucristo nos enseña a hacer esta transfiguración, porque la transfiguración es la plenitud de la vida. Estamos llamados a participar en el misterio de la transfiguración de Cristo... Estamos para ir transfigurándonos plenamente, identificándonos con Jesucristo”.

“Sus vestidos eran blancos, deslumbrantes. El blanco es el color de la amistad, de la fraternidad… El blanco es el color con el que descubrimos que lo más importante es darnos a los demás y tener el corazón de Jesucristo. Descubrimos que lo más importante en la vida es tener las medidas del corazón de Jesucristo”, añadió. “Los discípulos de Jesús -Santiago, Pedro y Juan- estaban como nosotros ahora. Al ver la transfiguración, al ver que Jesús es la plenitud y, que en la medida en que yo me parezca a él y viva más identificado con él, hay justicia, hay verdad, hay vida, hay fraternidad, hay unidad, naturalmente los discípulos de Jesús se apuntaron a aquello. Como todos los que estamos aquí. Porque, ¿quién de nosotros quiere que no haya verdad, justicia, fraternidad, gloria, encuentro entre los hombres, que nadie esté descartado? ¡Nadie!”. “Hay que subir a la montaña, dijo, hay que encontrarse con Jesucristo… Por eso, la otra palabra es contemplar: contemplemos a Jesucristo. Pedro, que estaba encerrado en sus antiguas creencias, le dice al Señor: ‘estamos muy bien, hagamos tres chozas’. Pero el Señor no sube para que bajemos otra vez… El Señor nos hace ver la transfiguración y contemplar su vida, su rostro, para que lo hagamos vida en nuestra familia, en nuestro trabajo, en las relaciones personales, entre nuestros vecinos, en los lugares donde estamos cada uno de nosotros… Se trata de contemplar al Señor, para ver que Jesús nos dice lo que tenemos que hacer en nuestra vida. Dios nos quiere meter en la vida, quiere que seamos su rostro en medio de los hombres, que entreguemos en la historia la vida, la verdad, la gloria, la justicia, la honradez, la fraternidad… todo eso que pertenece al Reino de Dios. Él es la expresión del Reino. Y nosotros tenemos que hacer ese reino en medio de este mundo. Y es posible con su gracia. Con las fuerzas que nos da el Señor lo podemos hacer”. Por último, añadió, la cuarta palabra es anunciar… “Si Dios nos acompaña, nos guía, nos alienta, nos da su gracia y su amor, ¿quién va a estar contra nosotros? Este es el proyecto más revolucionario que existe: que no lo hacemos con las armas, ni insultando, sino cambiando nuestro corazón. Teniendo el corazón mismo del Señor”.

“Este Año Santo, afirmó, es una gracia donde el Cristo, en esta advocación de los Remedios, tiene un protagonismo especial en esta comunidad cristiana. Que el Señor os bendiga y os guarde siempre. Que Jesucristo nos haga experimentar, desde la cercanía de la palabra que hoy nos ha dado y desde su presencia real en el misterio de la Eucaristía, que Dios está con nosotros, de parte de nosotros, que no echa absolutamente a nadie, ningún hombre está fuera del amor de Dios. Hace falta que nosotros tengamos ese amor para que nadie se sienta descartado, ni fuera. Y esto hace posible que lo poco o lo mucho que tenemos lo pongamos también al servicio de los demás”, concluyó.

Al finalizar la Misa, Mons. Osoro impartió la Solemne Bendición Papal.

La importancia de la sensibilización en la prevención de adicciones

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El Centro de Tratamiento de Adicciones a Sustancias de Cáritas Madrid entiende que su labor no solo es dar respuesta a las personas que nos encontramos con una adicción, sino que es fundamental prevenir estas situaciones.

Para ello organiza charlas de sensibilización en centros educativos, proyectos de menores, escuelas de familia… con el fin de mostrar los efectos de las adicciones y evitar su consumo.

¡Esta intervención centra su atención a las personas menores, pero, al mismo tiempo, contempla el trabajo con proyectos educativos y, especialmente, con las familias, profesorado, monitores y voluntarios que, por su cercanía con los menores, su papel como modelo y su función educadora, se constituyen en agentes preventivos de primer orden.

Las próximas acciones de sensibilización que se van a realizar en los próximos meses son las siguientes:

- Charla de Prevención a adolescentes en el proyecto de menores “Corazón Colorado” en centro interparroquial de las Rozas, de la Vicaría VII, y en un proyecto de menores de la Vicaría V.

- Charla sobre adicciones en el Centro de Estudios Sociales de Cáritas Madrid dentro de la formación de profundización "Adicción, Salud Mental y Personas Sin Hogar", dirigido a profesionales de intervención social y agentes sociales que en su trabajo tengan un contacto ocasional con estas problemáticas y quieran ampliar sus conocimientos sobre estos temas.

- Charlas en las Escuelas de Familias sobre "como prevenir las adicciones en mis hijos y en mi misma"; dentro de los talleres de salud que da el Centro Residencial de Atención al Menores y su familia "Santa María del Parral", y en la Vicaría V.

Mons. Carlos Osoro: “Qué maravilla recordar y dar nombre a todo ser humano que viene a esta tierra porque es lo primero que hizo Dios cuando creó todo lo que existe”

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Ayer por la tarde, la Parroquia de San Jerónimo el Real acogió la celebración de una Eucaristía por las personas sin hogar fallecidas en los últimos años, organizada por la Comunidad de San Egidio y presidida por el Arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro. A la misma asistió la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella, y muchas personas que viven en la calle.

“Qué maravilla recordar y dar nombre a todo ser humano que viene a esta tierra, manifestó Mons. Osoro en su homilía, porque es lo primero que hizo Dios cuando creó todo lo que existe. Dios crea al hombre y a la mujer, le da nombre y les pide que den nombre a todo lo que existe. Qué maravilla poder recordar en esta Misa, con nombres, a todos los que han estado junto a nosotros, viviendo en Madrid. Es lo más sencillo y a veces lo más difícil”, aseguró. “Qué alegría produce al corazón humano el que nosotros llamemos a alguien por su nombre. Es reconocer la dignidad de esa persona, quizá en el grado máximo. Después viene lo demás”.

El Arzobispo de Madrid aseguró que “hoy se escribe una página preciosa aquí, en Madrid. Es la página que los que estamos aquí, unidos a Jesucristo por una invitación de la comunidad de San Egidio, queremos escribir. Esa página en la que le decimos al Señor, como Abraham, desde nuestra fe: aquí nos tienes, Señor. Aquí estamos, porque queremos dar nombre a todos y llamarles por el nombre que tienen, porque solo cuando les conocemos somos capaces de darles también lo que necesitan”.

Invitó a los presentes a “hacer esta experiencia bella que aparece en el evangelio” porque “nosotros somos como Juan, Pedro, Santiago, que a veces estamos metidos en nuestras cosas, en nuestros intereses personales, en aquello que nos parece más importante, pero el Señor dice a los apóstoles: salgamos, vayamos a la montaña. Por eso, me gustaría acercar a vuestro corazón, sintiéndonos como Juan, Santiago, Pedro, tres palabras: salir, contemplar y anunciar”.

“Salir, explicó, porque Pedro, Juan y Santiago estaban entretenidos en sus cosas. Ellos esperaban un reino importante. Sin embargo, el Señor quiere hacerles ver dónde está el Reino. Y les hace salir y subir a la montaña. Salgamos de nuestras cosas, de nuestros intereses”, exhortó. “El Señor quiere que subamos a la montaña, que contemplemos la vida desde donde Él está. El Papa Francisco nos invita a que salgamos de nosotros, que nos encontremos con los hombres” y hacer “la cultura del encuentro, la que hizo y comenzó Jesucristo”, para “encontrarse con todos los hombres”. “El Señor nos lleva a la montaña para decirnos a cada uno que Él es la expresión verdadera del reino de Dios y cuando nos encontramos con ese reino que es Cristo mismo es verdad, porque todo es imagen y semejanza de Dios”.

“En segundo lugar, apuntó, el Señor nos dice no solo salir, sino contemplar. El Señor en la montaña se transfigura. La transfiguración es a lo que está llamada toda la humanidad, que es la plenitud de la vida, es descubrir las verdaderas medidas que tiene el ser humano. Esas no las aprendemos solo los hombres: ha tenido que venir Dios y hacerse hombre para decírnoslo. Estamos llamados a participar en el misterio de la transfiguración”, aseguró. “En la transfiguración se manifiesta la verdad, la vida, la reconciliación, la paz, la bondad. Se manifiesta la verdadera esencia de lo que es el ser humano”, que le ha dado Dios. “Él nos ha traído esta tarde, afirmó, no solo para salir sino para hacerlo teniendo el rostro de Cristo en nuestra mente y en nuestro corazón, para ver el rostro de todos los hombres”. “Sabemos que el triunfo del Señor, afirmó, significa dar nombre a todos los que están en el mundo”.

Y en tercer lugar, “anunciar. Somos conscientes de que la verdad última es que cada uno de nosotros somos hijos amados del Señor”. “Dios está con nosotros, dijo, para que manifestemos el rostro del Señor. Necesitamos al Señor”.

Concluyó manifestando su deseo de “que hoy para nosotros esta transfiguración sea el dar, y saber el nombre, su lugar de origen, su procedencia, sus vivencias, necesidades… de cada uno de los hombres con los que nos encontramos”.