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La parroquia Virgen Peregrina de Fátima (c/Diego de León, 36 bis), atendida por los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, celebrará un Octavario como preparación a la festividad litúrgica de su titular, la Virgen de Fátima.
Desde hoy, viernes 6 de mayo, cada día a las 19:20 horas habrá rezo del santo Rosario y ejercicio del Octavario. Y a las 20:00 horas, Eucaristía presidida por el párroco, padre Pacho, OMI, y predicada por monseñor Nicolaos Matti, arzobispo de la Iglesia Sirio Ortodoxa de Antioquía.
El domingo 8 de mayo, la Misa de las 20:00 horas estará presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro.
Y el viernes 13, festividad litúrgica de la Virgen de Fátima, en la Misa solemne de las 20:00 horas participará la Real Esclavitud y Santo Rosario de Santa María la Real de la Almudena, con la que está hermanada la parroquia.
Parroquia
Fundada hace 75 años, desde sus inicios la parroquia fue encomendada a los padres Oblatos, con sede en la casa de Diego de León. La primera capilla de la casa fue ampliada en 1943 y el 13 de mayo de ese mismo año se inauguraba la nueva Iglesia, conocida como Santuario de la Virgen de Fátima, en respuesta al fervor mariano suscitado por la imagen de la Virgen Peregrina de Fátima. En 1965, el arzobispo Casimiro Morcillo erigió la parroquia con el nombre de Virgen Peregrina de Fátima.
La Orden está celebrando los 200 años de la fundación de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada por San Eugenio de Mazenod, obispo de Marsella. Con ocasión de este bicenteraio, la 2 de TVE emitirá la Misa desde la parroquia el domingo 30 de octubre.
Congregación de Oblatos de María Inmaculada
San Eugenio de Mazenod (1782-1861) nació en Aix-en-Provence (Francia), hijo de una familia de la nobleza de ese país. A causa de la Revolución francesa, la familia De Mazenod tiene que abandonar la Provenza y refugiarse en Italia, donde el pequeño Carlos José Eugenio pasa su infancia y juventud. Estudia en el colegio de nobles de Turín,y más tarde, en Venecia, toma cátedras particulares con el padre Bartolo Zinelli, con quien empieza a entrever su vocación hacia el sacerdocio. A los 20 años regresa a vivir a Aix-en-Provence, pero la vida de las clases altas le resulta superficial y aburrida. En 1808 decide ingresar en el seminario de San Sulpicio, en París, donde se ordena sacerdote en 1811.
Por su posición social le son ofrecidos altos cargos en la administración de la Iglesia, pero él los declina, prefiriendo regresar a la provincia en la que nació y predicar en el dialecto del sitio, el provenzal, para contrarrestar la influencia de la ideología revolucionaria. Junto con algunos sacerdotes jóvenes que lo seguían, san Eugenio de Mazenod establece en 1816 la Sociedad de Misioneros de la Provenza, que más tarde habría de convertirse en la Congregación de Oblatos de María Inmaculada. Gracias a su intercesión, la orden pudo extenderse por el continente americano, y llegar hasta Sudáfrica y la isla de Sri Lanka.
En 1821, san Eugenio de Mazenod fue responsable de la restauración de la diócesis de Marsella, donde recibió el nombramiento de vicario general, y en 1837 el de obispo de esa ciudad. Durante su periodo mandó construir numerosas iglesias, entre ellas la catedral de Marsella y el sagrario de Notre-Dame de la Garde, y estableció también diversas instituciones de caridad. Su principal lucha, sin embargo, fue que se permitiera el derecho de impartir y recibir educación religiosa, lo cual había quedado prohibido tras la Revolución. San Eugenio de Mazenod fue canonizado en 1995 por el papa Juan Pablo II.
«Me ha enviado a evangelizar a los pobres, los pobres son evangelizados». Son las palabras escritas en el escudo oblato. San Eugenio de Mazenod, tras haber experimentado el Amor de Cristo Salvador en la Cruz, se sintió llamado a una vocación singular y así lo transmitió a sus primeros compañeros, llamados a ser los cooperadores de Cristo Salvador. En tan pocas palabras se encuentra recogido lo central del carisma.
En la actualidad la Congregación está integrada por 3.932 oblatos entre jóvenes, ancianos, oblatos en formación, sacerdotes, hermanos. De éstos, 580 están en formación, ya con un primer compromiso. Están presentes en los cinco continentes: más de 700 oblatos en África, 1.450 en Europa, 630 en Asia, 360 en América latina, 750 en Canadá y 480 en Estados Unidos.
En Madrid atienden además la parroquia de San Leandro (c/Escalona, 59), en Aluche. La Casa provincial está en Pozuelo de Alarcón (Avda. Juan Pablo II, 45).