Para la Congregación Virgen del Carmen de Carabanchel, este martes, 16 de julio, será un día especial. No solo por ser la festividad de su titular, y patrona del distrito, sino porque en esta jornada conmemorarán el 25 aniversario de la coronación canónica de una imagen que ha estado presente en la vida de los vecinos desde tiempos inmemoriales.
Modesto Santiago González, miembro de la Congregación, fue vicepresidente de la misma entre 1986 y 1988, y presidente desde 1988 hasta 1996, además de colaborador de la parroquia de San Sebastián Mártir desde los 8 años, edad a la que entró como monaguillo. «No tenemos datos ciertos sobre el origen de la Congregación -explica-, pero todo nace de la unión de varias advocaciones marianas con fuerte fe y amor a la Virgen. La Congregación actual lo fue de las Ánimas Benditas, de la Concepción y de la Antigua, desde la época medieval. Aunque es cierto que en el siglo XVII comienza a caminar hacia la advocación del Monte Carmelo. Si bien la primera acta que se conserva es del 24 de junio de 1901, hay apuntes de hermanos, de 1846, por los que sabemos que cuentan con una imagen de madera, talla natural, una carroza en la que procesiona y un altar completamente dorado; en esa época, las fiestas se realizaban con la novena, misa mayor y procesión con las imágenes de la Virgen y de santa Teresa, y había baile y música en la plaza. Así fue hasta 1920. A partir de 1916 se comienzan a notar los donativos del Ayuntamiento, colaboración que llega hasta nuestros días. En 1921 se renuevan los estatutos: son 98 miembros y 8 viudas. Y, en junio de 1931, se anuncia la suspensión de todos los actos de exterior, quedando reducidos solo a los interiores, por lo que hasta 1935 se celebraba la fiesta solo con la novena y la misa mayor, sin procesión. En los días de julio de 1936, mientras se celebraba la novena, se prende fuego al templo, quedando reducido a cenizas todo, tanto imágenes como altares y archivos. La guerra civil había llegado a Carabanchel».
«Una vez terminada la guerra -continúa-, en 1939, se empiezan a mover los hermanos. Se reorganiza la Congregación, se renueva la Junta, y se encarga una nueva imagen, de madera policromada, y a tamaño real, que se instala en el convento de las Carmelitas, que hizo las veces de parroquia hasta que la de San Sebastián Mártir fue reconstruida. Se realiza también una carroza para su salida en procesión, se hacen varales, bandera, estandartes y, en 1948, terminada la reconstrucción del templo, la Virgen del Carmen regresa en procesión a su casa». «Para esa fecha tan especial -comenta- se preparan actos de bienvenida, con un gran concierto en la plaza a cargo de la orquesta municipal». «Ese mismo año de 1948 -añade-, por suscripción popular y del Ayuntamiento, la Congregación pasa a hacerse cargo de la imagen del Cristo Yacente, con lo cual cambia de nombre, y pasa a denominarse Congregación del Carmen y Cristo Yacente».
Patrona de Carabanchel
Siguiendo con los avatares históricos de la patrona de Carabanchel, Modesto indica que «pasan los años, y se realiza una carroza para el Cristo. Pero ese año de 1948 es de muchos cambios para Carabanchel, ya que pasa a unirse a Madrid. De esa fecha se conserva una emotiva imagen: la del alcalde saliente entregando el bastón de mando al nuevo alcalde de Madrid, que dijo: “al tomar posesión de este pueblo, unido ya a la Villa de Madrid, quiero ponerme bajo el amparo y protección de la Virgen del Carmen, vuestra patrona”. Se dirigen hacia la parroquia, donde el nuevo alcalde de Madrid, José Moreno Torres, recibe el nombramiento y el escapulario honorífico de mayordomo de la hermandad, y le entrega el bastón de mando a la Virgen, la cual lo recibe, y desde ese día lo porta en el brazo derecho».
«Otra fecha importante -apunta- fue el año 1989. Se decidió restaurar la imagen de la Virgen del Carmen, y se pidieron donativos para poder sacar adelante un ambicioso proyecto que costaba 200.000 pesetas. Necesitábamos un milagro. El día de su fiesta, y después de meses de recaudar dinero, solo teníamos unas 50.000 pesetas. El proyecto no era realizable. Ya se iba a posponer para tiempos mejores. Ese 16 de julio, y hablo en primera persona, estaba desayunando en el bar que está situado frente a la parroquia, esperando a los demás compañeros, cuando una persona, de Carabanchel de toda la vida, se me acercó y me preguntó que cómo íbamos con las donaciones. Le dije que mal, que el proyecto no salía adelante. Y él, metió la mano en el bolsillo, sacó un sobre, y me dijo: “proyecto realizable”. El sobre contenía 200.000 pesetas en billetes. No te puedes imaginar la alegría que me recorrió el cuerpo, al comprender que podíamos restaurar la imagen», confiesa. «La persona que me lo dio -reconoce- solo me puso una condición: su anonimato. Y lo he cumplido, hasta el día de hoy. Pero gracias a esa familia se pudo restaurar nuestra bella imagen».
Entrega de almendras
«Como en los años de finales del siglo XIX la población pasaba hambre -evoca-, la Congregación adoptó la costumbre de dar a los hermanos, el día de la fiesta, un puñado de almendras. Como anécdota, en el año 1957 la Congregación estaba tan mermada económicamente que cambió las almendras por avellanas, ya que eran más asequibles en aquel momento». «Esta donación -asegura- la seguimos manteniendo todos los 16 de julio para los miembros de la Congregación. Este año se distribuirán unos 90 kilos de este fruto seco», puntualiza.
«Desde esa época hasta la actualidad -afirma- han pasado muchísimas cosas buenas, y alguna no tanto. Hemos vivido muchos cambios, pasando de ser 98 a los 350 hermanos que integramos la Congregación en la actualidad. En su momento, contamos con su Majestad el Rey don Juan Carlos como hermano mayor, y como mayordomos con el entonces alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, y el cardenal Antonio María Rouco Varela, que a día de hoy continúan. Y se ha incrementado el patrimonio. El compromiso de la Congregación, entre todos, es el de fomentar y aumentar la devoción a nuestra Señora, su mantenimiento y la defensa de su historia, que es la historia de fe de un pueblo», remarca.
Coronación canónica
Hace 25 años, estos carabancheleros devotos del Carmen vivieron un día muy especial. Modesto recuerda que «fueron días de mucho trasiego, de muchas preparaciones… Pero el tiempo pasaba y se aproximaba la fecha. Coronas nuevas, retoques de la imagen y de la carroza, colaboración con la Junta Municipal y de los centros comerciales, así como del arzobispado y, por supuesto, de la parroquia. Se decidió celebrar la Misa en la plaza. Nos daba miedo el tiempo, porque un 16 de julio, a las 8 de la tarde, podía hacer muchísimo calor, o llover… Pero al final se tomó esa decisión. El día 16 de julio amaneció un día radiante, y celebramos la Misa en el exterior, sobre una plataforma montada a los pies del campanario, con el altar mayor en el centro, y la imagen al lado. A la celebración asistieron el delegado del Gobierno, concejales, la secretaria de la Ministra de Justicia… Presidió el cardenal de Madrid, Rouco Varela, acompañado por 18 sacerdotes que concelebraron con él. El coro parroquial y el organista acompañaron la Eucaristía, con una plaza abarrotada de fieles. Pocas veces se ha visto tanta gente en ese espacio. Fue una Misa vivida y plena de emociones. En el momento de la coronación, cuando el arzobispo le puso la corona en su cabeza, las campanas rompieron a sonar, y una descarga de fusilería por parte del piquete de la Armada hizo poner el vello de punta a todos los presentes. A continuación, se procedió a quemar un pequeño castillo de fuegos artificiales».
«Mañana -confirma- celebraremos los 25 años de la coronación con mucha ilusión. Hemos preparado la fiesta con la colaboración de nuestra comunidad parroquial. Del párroco, Alberto Couto, por supuesto, de la Junta Municipal, y, cómo no, del pueblo que con fe y devoción hace que siga viva la historia del amor del pueblo de Carabanchel a su Virgen. Será un día grande, con la Misa mayor presidida por el nuncio, y concelebrada por numerosos sacerdotes, y animada por una coral estupenda. Contaremos con la presencia de concejales y autoridades. Y, para culminar, la procesión de la patrona por las calles de Carabanchel, con una parada en el convento de las Carmelitas, donde las monjas la cantan a las puertas del monasterio una emotiva Salve», concluye.