- Titulo: Sandra Madrid/Cáritas Madrid
La comunidad de vida de las Hijas de la Virgen de la Altagracia ha celebrado a su patrona junto con los residentes y voluntarios del Hogar Isaías. El delegado de Cáritas Diocesana de Madrid, Javier Ojeda, presidió la Misa, acompañado por sacerdotes del Instituto Español de Misiones (IEM), «en un emotivo homenaje a la Virgen que es símbolo de esperanza y fe para el pueblo dominicano».
María, modelo de cercanía y entrega
Durante su homilía, Javier Ojeda invitó a reflexionar sobre la figura de María desde su humildad y fortaleza. ¿Qué tenía esta mujer para que Dios se fijara en ella y le confiara lo más importante, su Hijo? «María, con su ejemplo, nos enseña a estar atentos a las necesidades de los demás, a dar esperanza y a acompañar con amor, incluso en los momentos más difíciles», destacó.
También hizo una llamada a reconocer a María como un modelo de cercanía y entrega. «María no solo estaba al pie de la cruz, sino que siempre supo acompañar con discreción y cariño. Nos invita a estar atentos a quienes nos rodean, a darnos cuenta de las pequeñas señales de quienes necesitan ayuda».
Durante la celebración hubo varios momentos de oración comunitaria, en los que se destacó la devoción de las Hijas de la Virgen de la Altagracia. La comunidad recordó que «en República Dominicana, la Virgen de la Altagracia es venerada como un símbolo de protección y amor maternal, estando presente en capillas, calles y hogares de todo el país».
Una tradición que une y renueva la fe
La figura de María inspira gestos de solidaridad y unidad, especialmente entre quienes atraviesan dificultades. La Virgen, como “Madre del pueblo”, es vista como un apoyo cercano, una guía espiritual que alienta a vivir con esperanza y fe.
Al concluir la homilía, Ojeda animó a las personas del Hogar Isaías a seguir el ejemplo de María. «Pidamos a la Virgen de la Altagracia que nos enseñe a vivir como ella vivió, con un corazón lleno de gracia, abierto a las necesidades de los demás, y con la certeza de que Dios siempre está con nosotros».
La celebración continuó en un ambiente de convivencia y agradecimiento, reflejando el compromiso de las Hijas de la Virgen de la Altagracia y del Hogar Isaías con el cuidado espiritual y humano de las personas más vulnerables.