Madrid

Sor Marie Lacouture, responsable del voluntariado de las Hermanitas de los Pobres: «Se puede disfrutar mucho dándose y ayudando a otros»

  • Titulo: Infomadrid/ M.D.Gamazo
  • Firma: Sor Marie Lacouture, responsable del voluntariado de las Hermanitas de los Pobres: «Se puede disfrutar mucho dándose y ayudando a otros»
  • Fin Agenda: 16-02-2024
  • Galeria: 2024-02-16

Del 29 al 31 de marzo, la residencia de las Hermanitas de Los Pobres en Los Molinos acogerá una nueva experiencia abierta a jóvenes, tanto chicos como chicas, de 18 a 35 años.

La hermana Marie Lacouture, responsable de formación de la Congregación, y también del voluntariado, explica que «el objetivo es unir caridad con espiritualidad. Para ello, la propuesta que hacemos es compaginar la vida espiritual viviendo los Oficios de la Semana Santa -desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Pascua- con el servicio hacia los ancianos de nuestra residencia. Caridad y espiritualidad». Entre las actividades programadas, se incluye «realizar el vía crucis por el recorrido monumental del Valle de los Caídos en la mañana del Viernes Santo» y «dedicar tiempo a los ancianos. Además de atenderles durante las comidas, pensamos dedicar la mañana del Sábado Santo a realizar manualidades con ellos, para poder preparar un detalle como regalo a los residentes en el Domingo de Pascua».

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«Queremos que los jóvenes que participan en esta iniciativa tengan un encuentro con el Señor a través de los ancianos, de los pobres; y con los ancianos a través del Señor. Porque el anciano nos envía al Señor, y el Señor nos envía a los más pobres. Todo ello, en el marco del Triduo Pascual, con una vivencia espiritual más intensa», incide.

La residencia de Los Molinos, que cuenta con 30 ancianos, «unos dependientes y otros muy independientes», está ubicada en un terreno en el que la Congregación de las Hermanitas de Los Pobres tienen una casa de formación. «La comunidad está integrada por diez hermanas, más una novicia», señala sor Marie. «Tenemos otras dos casas en Madrid, una en Zurbarán (Almagro) y otra en Doctor Esquerdo. Y muchos jóvenes que viven esta experiencia colaboran luego como voluntarios en cualquiera de esas dos residencias».

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Experiencia con largo recorrido

Con 30 años de existencia, esta vivencia de la Semana Santa sufrió un parón durante la pandemia. «Proponemos este encuentro desde hace años», indica sor María, «y, a lo largo de este recorrido, he visto a jóvenes que realmente han tenido un encuentro con el Señor, lo que los ha llevado a vivir el año de forma diferente». Y es que esta oferta tiene su continuidad «en los encuentros de fin de semana que realizamos en Los Molinos, cada dos meses más o menos. O en la ayuda que prestan como voluntarios en nuestras residencias».

A su juicio, «la vivencia es muy positiva. Todos se van muy contentos. Y muchos vuelven, o siguen en contacto con nosotras a través de algún modo de voluntariado». Por eso, a aquellos jóvenes que duden entre compartir estos días de voluntariado o disfrutar de unas vacaciones con opciones más atractivas, sor María les lanza un reto. «Me gustaría animar a que se atrevan a ofrecer cuatro días de su tiempo para el Señor, fuera de la sociedad, en un espacio en el que pueden encontrar el silencio además de abrir los ojos y el corazón a las necesidades de los más pobres, de los más necesitados, en este caso nuestros ancianos. Que acepten dar ese tiempo de su vida, para los ancianos y también para el Señor. Porque quizá la Semana Santa es un momento apropiado para pararse y mirar a los otros».

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Verano diferente

Para este verano, las Hermanitas de los Pobres han lanzado una propuesta diferente. «Se trata de una invitación abierta a otras casas de España, no solo de Madrid», apunta sor María. «El objetivo es que vivan una semana combinando el tiempo de oración con actividades con los ancianos. Queremos que los jóvenes se ocupen de nuestros mayores, para que puedan disfrutar de una semana diferente».

Reconoce que la idea es novedosa en España, aunque con recorrido en países como Francia. «Necesitamos muchas manos jóvenes que nos presten su ayuda. Queremos que vean la necesidad, y descubran que pueden disfrutar al mismo tiempo que comparten su tiempo con los ancianos, tanto dependientes como independientes. Que les saquen de paseo, que los lleven a un museo, a tomar un café o a la playa. Y que los mayores puedan vivir una semana de vacaciones un poco diferente». Y es que, concluye, «se puede disfrutar mucho dándose y ayudando a otros».

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La psicóloga Luisa del Campo, ante la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud: «Nos falta más sensibilidad, escucha y acompañamiento»

  • Titulo: Infomadrid/Sandra Madrid
  • Firma: La psicóloga Luisa del Campo, ante la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud: «En el ámbito de la salud mental nos falta más sensibilidad, escucha y acompañamiento»
  • Fin Agenda: 16-02-2024

La psicóloga Luisa del Campo, que impartirá la ponencia “El acompañamiento psicológico en pastoral” en la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud programada para este viernes 16 de febrero, afirma que «en el ámbito de la salud mental, aunque hemos avanzado mucho, nos falta más sensibilidad, escucha y acompañamiento». Un encuentro dirigido de manera especial a los capellanes de residencias y hospitales y a todos los voluntarios de Pastoral de la Salud, que tendrá lugar en la casa de las Hijas de la Caridad (General Martínez Campos, 18).

En el marco de la Jornada Mundial del Enfermo, desde la Delegación Diocesana de Pastoral de la Salud nos recuerdan que «en España, da inicio a la Campaña del Enfermo que culminará en la Pascua del Enfermo, el VI Domingo de Pascua (5 de mayo). El tema de este 2024 es de especial actualidad: cómo acompañar el sufrimiento psicológico desde la Pastoral de la Salud, con el lema Dar esperanza en la tristeza».

Bienvenido y Carlos, capellanes de residencias

El diácono y capellán de la Residencia de Mayores Reina Sofia, Bienvenido Nieto, acude cada día a este lugar para hacer compañía a los residentes. El día comienza con una celebración de la Palabra y los viernes una eucaristía. «Los capellanes estamos cerca de estas personas, y les acompañamos en todos los aspectos de la vida», explica.

En este línea, Nieto afirma que «los residentes necesitan de este acercamiento y desde la capellanía se lo damos. Compartimos y vivimos con ellos sus preocupaciones y ocupaciones porque pasan malos momentos por la soledad, por su impedimento o limitaciones, ya que muchos pueden caer en la desesperación». Por ello, «nosotros les ayudamos para que esto no suceda».

El capellán recuerda que la Iglesia de Madrid ha de estar cercana, «ha de dar no solo el apoyo espiritual que es muy importante, también apoyo afectivo y humano». Estas personas «necesitan ternura, que se les quiera y que estemos a su lado».

 Bienvenido Nieto residencia

Respecto al lema, el diácono y capellán de una residencia madrileña, Carlos Bastida explica que es importante dar esperanza en la tristeza y, «por mi experiencia, también la compañía, porque muchas veces esa tristeza es difícil de disipar y la esperanza no la ofrecemos nosotros, sino que la da el Señor». No olvidemos que «a partir de la compañía se pueden restañar las heridas del dolor y de la soledad».

Bastida afirma que en las residencias aparece el tema de la soledad. «Algunos residentes, no ven a sus seres queridos y transitan por la residencia como personas que están abandonadas». En ese abandono, «la presencia de la Iglesia es muy importante». 

También recuerda que además de la función sacramental, su labor como capellán, «es la de acompañar a los residentes y estar cerca de aquellos que nos necesitan».

Carlos Bastida

Aprender a acompañar los problemas de salud mental

En esta Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud también participarán el delegado y subdelegado episcopal de Pastoral de la Salud, José Luis Méndez y Gerardo Dueñas. En una entrevista publicada en Alfa y Omega, Méndez ha recordado que «Hace poco tiempo visité un hospital para enfermos de salud mental y me encontré con chavales de 10 años que ya habían tenido intentos de suicidio. Me costó mucho no salir de allí llorando».

¿Como acompañar entonces todo este sufrimiento? El director del Departamento de Pastoral de la Salud de la CEE indica que «tenemos que aprender a acompañar los problemas de salud mental».

En esta línea, Dueñas reflexiona, «hay que hacer un acompañamiento multidisciplinar» que integre «el acompañamiento médico, psicológico, el acompañamiento social de la familia, de los seres queridos, y también el acompañamiento espiritual y pastoral. En el fondo, nuestras relaciones nos marcan definitivamente. Y, por eso, es importante descubrir que muchos de estos sufrimientos están relacionados con la soledad. Con una soledad no deseada. Con personas que se sienten abandonadas. Que, en su ancianidad o en la enfermedad, no encuentran un apoyo, no encuentran una palabra de alguien querido.

«Por eso -continúa- tantos voluntarios de los grupos y de los equipos parroquiales de Pastoral de la Salud que visitan cada semana y acompañan a los enfermos en sus casas, y por supuesto los equipos de Pastoral de la Salud de las residencias y de los hospitales, gastamos tantas horas en la escucha, en hablar con el otro, en el escuchar al otro lo que es importante para él.

Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud

La diócesis de Madrid inaugura el viernes 16 de febrero la Campaña del Enfermo 2024, que este año lleva por lema Dar esperanza en la tristeza. Lo hará con la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud, un encuentro dirigido de manera especial a los capellanes de residencias y hospitales y a todos los voluntarios de Pastoral de la Salud, que tendrá lugar en la casa de las Hijas de la Caridad (General Martínez Campos, 18), con el siguiente horario:

  • 18:00 horas: Oración y apertura de la Jornada.
  • 18:15 horas. El acompañamiento psicológico en pastoral. Luisa del Campo, psicóloga.
  • 19:15 horas. El acompañamiento espiritual en el sufrimiento psicológico. J. L. Méndez y G. Dueñas, delegado y subdelegado episcopal de Pastoral de la Salud.
  • 20:00 horas. Clausura.

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«Los pacientes de salud mental son los leprosos de hoy en día»

  • Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses

El hospital Dr. Rodríguez Lafora es el único hospital psiquiátrico público de la Comunidad de Madrid. En él están ingresados los pacientes psiquiátricos graves: crónicos (larga estancia), rehabilitación (media estancia) y agudos. Además, hay dos unidades de trastorno de la personalidad que son referencia en la Comunidad de Madrid, otras dos unidades de personas con problemas de alcohol (la unidad de adicciones a drogas cerró hace años) y hospital de día. Es referencia en todo —menos en trastornos de conducta alimentaria, unidades disponibles en otros centros hospitalarios—.

Cuenta con 350 plazas a las que llegan personas derivadas del sistema de salud, de sus psiquiatras o de su centro de salud mental. Y cuenta también con un servicio de capellanía para hacer el acompañamiento espiritual. Al frente, Gerardo Dueñas, diácono permanente de la diócesis de Madrid y subdelegado episcopal de Pastoral de la Salud. «Aquí llega lo más complicado, cuadros muy deteriorados», cuenta. Sobre todo, los crónicos, que «se van deteriorando mucho con los ingresos». El trabajo pastoral en este ámbito tiene sus particularidades, porque «en España son los pobres de los pobres; nadie les hace caso, a nadie interesan».

En 2011, el cardenal Antonio María Rocuo Varela, entonces arzobispo de Madrid, pidió a Dueñas, a través de su vicario, que asumiera el acompañamiento espiritual en el hospital. «Llegué a la Pastoral de la Salud por la salud mental, que es la cenicienta de la pastoral». «Por el estigma», justifica, que afecta, en primer lugar, a los propios pacientes. «Si cojo el autobús en la parada del hospital, la gente se cambia de asiento», le han comentado en alguna ocasión. Después, el estigma familiar. «Es muy fuerte que tu hijo, o tu madre, esté ingresado en un psiquiátrico». «Los pacientes de salud mental son los leprosos de hoy en día», abunda. Además, en muchas ocasiones, detrás de ellos suele haber historias familiares «muy complicadas», porque la enfermedad tiene también un componente genético. Y luego pasa que muchos de estos pacientes no suelen tener familia propia, con lo que «se van quedado solos».

Y también hay estigma en el personal del hospital (no tanto médico y enfermeros), pero sí pasa que trabajar allí puede suponer un «shock» inicial, aunque luego la gente «está encantada». Reconoce Dueñas que a él también le sucedió al principio, pero rápido vio que «es el sitio donde tenía que estar; es mi primera responsabilidad pastoral». «Es estar donde nadie quiere estar».

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«La vida está parada en un arcén, per ahí está Dios»»

La capellanía no solo administra los sacramentos, que por supuesto, sino que sobre todo es «acompañamiento espiritual» a las personas, «buscando un sentido al sufrimiento, diciéndoles con la presencia que “no estáis solos, nos importáis”, y ahí encontramos a Dios«. Acompañando en el arcén, y esto es literal porque el hospital se encuentra en la vía de servicio de la carretera de Colmenar Viejo, «por donde nadie pasa; la vida está parada en un arcén, per ahí está Dios». Parece que estos pacientes, continúa el capellán, «están al margen de la sociedad, aunque por otro lado cada vez hay más problemas de salud mental: depresión, trastornos de la alimentación, ideas suicidas…».

A veces puede pasar que surja la duda: «¿Para qué voy a ir allí, qué voy a hacer con ellos?». La respuesta sale rápido: «Sufren igual, tienen las mismas dudas y también se preguntan por qué a ellos». El acompañamiento espiritual es animarles: «Dios responde diciendo “yo estoy aquí”; Jesús responde desde la cruz». «Duele cuando alguna vez un paciente mayor, anciano, ha muerto y no se puede avisar a nadie», se lamenta Dueñas. Incluso ha estado él solo en algún entierro, pero a pesar de todo o quizá precisamente por eso, «merece la pena estar aquí, porque en realidad somos su familia». Y así es, porque en este centro «incluso los ingresos breves son largos». Seis meses, mínimo, que dan «para conocer a la gente». «Yo no lo cambiaría por otro hospital», resume.

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Jornada del Enfermo

La diócesis de Madrid inaugura el viernes 16 de febrero la Campaña del Enfermo 2024, que este año lleva por lema Dar esperanza en la tristeza. Lo hará con la Jornada Diocesana de Pastoral de la Salud, un encuentro dirigido de manera especial a los capellanes de residencias y hospitales y a todos los voluntarios de Pastoral de la Salud, que tendrá lugar en la casa de las Hijas de la Caridad (General Martínez Campos, 18), con el siguiente horario:

  • 18:00 horas: Oración y apertura de la Jornada.
  • 18:15 horas. El acompañamiento psicológico en pastoral. Luisa del Campo, psicóloga.
  • 19:15 horas. El acompañamiento espiritual en el sufrimiento psicológico. J. L. Méndez y G. Dueñas, delegado y subdelegado episcopal de Pastoral de la Salud.
  • 20:00 horas. Clausura.

Polonia distingue a José Miguel de Haro, párroco de Santísimo Redentor, por la labor con niños de la guerra de Ucrania

  • Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses

Al padre José Miguel de Haro, redentorista, párroco de Santísimo Redentor, aún le cuesta creer la distinción que el gobierno polaco le ha entregado en reconocimiento a la labor de la asociación Acoger y Compartir con los niños víctimas de la guerra de Ucrania. «El primer sorprendido fui yo», cuenta el sacerdote, que fundó la entidad en 1997. Durante todo este tiempo ha estado organizando ayudas a Haití, Congo, Níger y, recientemente, a Ucrania.

De Haro recogió el galardón de manos del ministro polaco Mikolaj Pawlak, Defensor de los Derechos del Niño, en una ceremonia sencilla que vivió con sentimiento de «gratitud» porque «es un detallazo para la gente de Acoger y Compartir, un espaldarazo al trabajo, que a veces no es fácil». Junto a él fueron galardonados también otros dos redentoristas, el padre Marek Raczkiewicz, profesor de la Universidad San Dámaso y capellán de la comunidad polaca en Madrid, y el padre Andrzej Kukła, que organiza las ayudas para los niños ucranianos refugiados en Varsovia. «Es un reconocimiento al trabajo, empeño y compromiso que los redentoristas llevamos a cabo con estas personas», resume el párroco de Santísimo Redentor.

Desde el comienzo de la guerra, Acoger y Compartir hace llegar la ayuda a los ucranianos que aún permanecen en su país vía Polonia «porque entrar directamente en Ucrania con un camión no es tan fácil ni tan seguro por la corrupción». Por eso, los camiones se descargan en un gran edificio usado como centro formativo que los redentoristas tienen en la localidad de Novoyavorivsk, una pequeña población polaca de 30.000 habitantes cercana a la frontera, a poco menos de una hora en coche al oeste de Lviv (Ucrania). Desde allí van llevando en camionetas y «sin problemas» todo el material (alimentos no precederos y ropa, fundamentalmente). Parte de estos envíos se destinan también a Varsovia (Polonia), a un centro social creado en la parroquia de San Clemente que acompañan a un gran número de refugiados ucranianos, muchos de ellos niños.

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Aún hay cerca de 2,5 millones de refugiados ucranianos en Polonia

El redentorista recuerda que en Polonia aún hay cerca de 2,5 millones de refugiados de la guerra. «Pensábamos que la guerra no iba a durar tanto», pero lo cierto es que el próximo 22 de febrero se cumplirán dos años de la invasión rusa y la contienda continúa. El foco se ha ido desviando con la aparición de otros conflictos y este «se olvida, pero el sufrimiento sigue». A su vez, los redentoristas advierten el «cansancio» de un gobierno, el polaco, cuya acción no es «lo suficientemente reconocida por Europa», que «no puede sostener más de dos millones de personas, por mucha voluntad que tengan». En el país, explica, les han facilitado «todo: teléfono, seguro médico, cuenta bancaria…». Y «en todos nuestros conventos hay acogidos, aunque ahora no es como al principio».

No obstante, desde Madrid siguen saliendo periódicamente ayudas para Ucrania. La última, hace dos semanas, más de 24.000 kilos de todo lo recogido en la campaña de Navidad. «Para Pascua intentaremos preparar otro».

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