Los obispos auxiliares de Madrid continúan con sus vistas pastorales a las diferentes parroquias de la diócesis, que tuvieron que aplazar por la pandemia y que retomaron en septiembre. Unas visitas fundamentales para las diócesis porque «es la forma en la que el obispo puede expresar la cercanía del Evangelio al pueblo de Dios». Así lo ha explicado monseñor Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid, en el Informativo Diocesano de TRECE.
Organizadas por vicarías y arciprestazgos, los obispos se reparten para pasar tiempo con los sacerdotes y los fieles, lo que les permite además «entrar en la vida de los barrios». Y lo hacen no solo ofreciendo los sacramentos y la Palabra, también escuchando lo que está viviendo este pueblo de Dios y actuando «como un canal»: llevando el mensaje del arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, «en nombre del cual hacemos esta visita pastoral», y a su vez trasladándole a él «las preocupaciones de la gente».
La visita pastoral es «para nosotros es un momento fundamental»; de hecho, «don Carlos nos dice a nosotros, que somos obispos jóvenes y que estamos empezando, que la visita pastoral es el momento donde el obispo experimenta con más fuerza su misión pastoral por este contacto directo con la gente, por el tiempo que dedicamos a escuchar y a anunciar el Evangelio».
Todo esto porque el obispo no es un simple gestor ni un organizador, sino fundamentalmente un «testigo de Jesucristo en todo lo que hace, y esto se ve de una forma clarísima en la visita pastoral». Un pastor con olor a oveja, como dice el Papa Francisco, a pesar de que en estos últimos meses el contacto se ha limitado por las normas de seguridad frente al coronavirus, «que se siguen muy fielmente».
A monseñor Jesús Vidal le costaría «quedarme solo con una cosa» de sus vivencias en esos días de visita porque todo es «impresionante», pero ha destacado tres: los momentos con los ancianos en sus casas, algo «precioso porque para ellos que el obispo entre en su casa es un honor increíble y tú te sientes un pobre testigo del Señor»; los encuentros con los niños y jóvenes de los colegios en territorio de la parroquia, con quienes se establece un diálogo cercano y fructífero (en la imagen inferior, su visita al Colegio San Bernardo, en febrero de 2020); y las conversaciones con los sacerdotes y las comunidades de vida consagrada presentes en los barrios.
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Cada cinco años
Las visitas pastorales que actualmente están llevando a cabo los cuatro obispos auxiliares de Madrid comenzaron en septiembre de 2018. A lo largo de este tiempo, Jesús Vidal, José Cobo, Santos Montoya y Juan Antonio Martínez Camino, SJ, se han organizado para visitar las parroquias de las vicarías V, VI, VII y VIII. Incluso con la pandemia, «hemos intentado dedicar todo el tiempo posible para avanzar de tal manera que podamos volver» en cuatro o cinco años, que es «lo ideal», afirma monseñor Vidal.
En este mes de febrero, monseñor Martínez Camino, SJ, continúa con las visitas de las parroquias del arciprestazgo de San Miguel de Fuencarral, de la Vicaría VIII; y los otros tres prelados lo están haciendo en las parroquias del arciprestazgo de Nuestra Señora de los Dolores, de la Vicaría VII.
