- Titulo: Santiago Tedeschi Prades
- Firma: Madrid reza por las «cruces» del mundo de hoy: «El Viacrucis es el camino a la Resurrección y es parte de la vida»
- Fin Agenda: 27-03-2024
En una Catedral de La Almudena abarrotada ha tenido lugar este Miércoles Santo el Vía Crucis diocesano. La Pastoral Penitenciaria, la Educación especial, los problemas en la familia, la enfermedad y quien la acompaña, la violencia, las guerras…son solamente algunas de las cruces con la cual la diócesis ha querido comprometerse y empaparse, como cercanía de la Pasión de Cristo. Las meditaciones, acompañadas de la música de Toño Casado —todas disponibles en ‘Viacrucis. El Musical’— emocionó a los asistentes a través de las voces y la admirable interpretación de Adrián Salcedo (Jesús), Inmaculada Mira (Virgen María), Guillermo de Quintos (Cireneo) y Mª José Garrido (Verónica).
Durante la oración, se ha recordado, con la presencia de José Ángel, interno en un centro penitenciario, a aquellos que están en la cárcel, por los que se equivocaron en su vida y por los que hicieron el mal a los demás. Con Francisco Javier, formador de educación especial, se ha recordado a los niños y jóvenes que sufren acoso o abusos, por los que se sienten solos y se saben maltratados, por los que no hablan y por los que no encuentran la salida.
También los ancianos han sido protagonistas de una de las estaciones del Vía Crucis: «Después de una vida de esfuerzo y dedicación a sus hijos languidecen en las residencias o en sus domicilios sin apenas visitas. Te pedimos Señor que seamos capaces de escucharles y cuidarles». Asimismo, y recordando a la Virgen María, también se ha rezado por todas las madres: «Por las que se plantean tener a sus hijos o no, para que descubran el valor de la viday la maternidad».
También aquellos que han sufrido las consecuencias de las catástrofes naturales o los incendios, los que han perdido sus vidas inesperadamente en accidentes de tráfico o los que han perdido sus casas y sus recuerdos, muchas veces sus familias, por el zarpazo de la naturaleza: «Tu que calmabas la tempestad y el viento, calma nuestro corazón airado y deprimido para ayudar a nuestros hermanos».
Se ha recordado también a las mujeres víctimas de abusos, a las personas que están en paro o que están sufriendo cualquier tipo de enfermedad: «Danos Señor la fuerza para encontrarte». Asimismo, se ha rezado por las personas que sufren largos tiempos en el hospital o por los sanitarios que tanto ayudan durante largos turnos. Obviamente, se han recordado las guerras que hay actualmente en el mundo: «Te pedimos Señor que construyamos la paz, que seamos una sociedad de personas libres que luchan por la dignidad, la paz y la libertad».
«Por todos aquellos que tienen que abandonar su tierra y su hogar y desplazarse a otros países, por aquellos que pierden la vida en el camino, en el desierto y en el mar. Señor ayúdanos a convertir el mundo en un hogar para todos», se podía leer en una decimotercera estación muy emocionante. Un momento espcialmente emotivo fue la lectura de una de las peticiones por parte de María, que perdió a su hijo José en un terrible accidente, al precipitarse el ascensor de su vivienda. Una madre que transmitió «la fortaleza que solo concede la fe».
Las palabras del cardenal José Cobo, al final del Víacrucis
Al final del Vía Crucis en la Almudena, el cardenal José Cobo ha querido lanzar un mensaje a los fieles presentes: «Esta noche con música y luz hemos escuchado la voz y los rostros de mucha gente que tiene detrás otra mucha gente y que nos ha presentado lo que es la vida: sin engaños, con todas sus historias. Primero os doy las gracias por formar parte de este camino a la resurrección y por haber tenido la valentía de hacer juntos el Viacrucis y decirnos que esto no es una maldición, sino algo que nos cuesta trabajo entender y por eso necesitamos la Semana Santa. El viacrucis es el camino a la resurrección y es parte de la vida".
«Nadie podrá decir que no tenemos Dios, nadie podrá decir que Dios no dice una palabra o que está lejos de nosotros. Nadie podrá decir que Dios es una idea o materia solo para discutir. Dios tiene rostro porque ha pasado por cada uno de los rincones de vuestras vidas y porque sigue pasando. Y porque sigue resucitando en cada uno de los pasos del Viacrucis y hace lo que hemos hecho aquí está noche: sacar la luz y hacer un cántico nuevo de lo que antes parecía una maldición, sacar la luz del que antes parecía que era totalmente oscuro y hacer un canto de lo que antes solo era un grito maldito», ha remarcado el arzobispo de Madrid.
Un Viacrucis que para el cardenal José Cobo es también un «compromiso porque nos retrata a todos nosotros, cada viacrucis se convierte en un espejo donde nos dice dónde estamos. A unos nos pilla en silencio, a otros agrediendo, a algunos simplemente padeciendo sin tener respuestas, pero siempre Jesús pasa y siempre nos retrata y al final en la Cruz a todos nos da una palabra de amor, estemos dónde estemos».
«El Viacrucis es también un canto de esperanza porque esto que hemos visto esta noche es por ti y por la humanidad: alguien se ha puesto enfermo por ti, alguien ha sufrido la perdida de un hijo por ti, alguien también ha atravesado el mar por ti y alguien ha muerto por ti. El Viacrucis tiene la capacidad de sacar la luz y un canto nuevo y esto es lo que yo os pido esta noche. Que seamos capaces de sacar luz a cada estación del Viacrucis», ha remarcado el cardenal José Cobo ante una catedral de La Almudena llena de personas.