- Titulo: Infomadrid / B. Aragoneses
Manuel Alonso, Manolo para todos, es la cuarta generación de una familia ligada al mundo del toro. «Desde mi tatarabuelo hemos estado en plaza de toros». En Las Ventas es heredero de lo que antaño se llamaba portero mayor. Organiza el protocolo, los eventos, vela por el buen funcionamiento de la plaza… Es el coordinador de la plaza, en definitiva. Y el valedor y garante de una de las tradiciones más arraigadas y quizá desconocidas que se han mantenido a lo largo de los años: honrar a la Virgen de la Paloma con una Misa en el albero el 15 de agosto.
«Esta plaza sustituyó a la de Fuente del Berro», cuenta. En las obras de construcción de la nueva, iniciadas en 1919 y culminadas en 1931, «se olvidaron de dos cosas: la enfermería y la capilla, que fue de lo último que se hizo». Ambas están unidas por un pasillo que viene a ser toda una metáfora de la estrecha relación entre la vida y la muerte, entre la muerte y la Vida.
Y esta capilla, pequeñita, junto al patio de caballos, está dedicada a la Virgen de la Paloma. «La gente siempre piensa que hay un sitio solo de la Paloma, pero hay dos», defiende el coordinador aludiendo a Las Ventas, que se suma al barrio de la Latina, donde está la parroquia con el lienzo original de la Virgen.
Un azulejo de la Paloma preside la capillla, y ante él han rezado incontables matadores ante de salir al ruedo. Uno de los más devotos fue Antonio Chenel, Antoñete. No había faena que no pusiera bajo el manto de su «Palomita». Es más, le pegó la devoción a su amigo Curro Vázquez, aun siendo este de Linares (Jaén).
Además, muchos son los capotes de paseo que los toreros le han regalado a la Virgen. En realidad, todo lo que hay en la capilla, Vírgenes, Cristos, estampas, son donaciones. Uno de los más destacados es el Gran Poder que perteneció a la familia Bienvenida, y que estaba en su casa de Madrid. Y una de las últimas incorporaciones ha sido un san Isidro con sus bueyes donado por la Unión de Abonados de la plaza.
Salto al ruedo
Por el acervo cultural familiar, Manolo sabe que siempre se han celebrado allí Misas el día de la Paloma. Ya no recuerda si fue en el año 1961 o en 1963 cuando un devoto hizo una copia del azulejo en óleo y entonces, ante las reducidas dimensiones de la capilla, se decidió trasladar la Misa al exterior, presidida por este lienzo. «Y luego la pasamos al ruedo, porque el patio de caballos se llenaba de gente».
En esto tuvo mucho que ver el padre Cruz Goñi, que durante 40 años atendió espiritualmente la plaza. «No era de mirar, sino de los que se ponía los guantes« para trabajar, recuerda Alonso.
Cada año se congregan en esta Misa entre 200 y 300 personas, situadas ante el altar, entre los tendidos 6 y 7. «Los matadores no suelen venir», reconoce Manolo, «pero sí sus cuadrillas: banderilleros, picadores». También toreros antiguos, apoderados… En definitiva, «la gente vinculada al mundo del toro». Manolo tiene especialmente grabada en la retina la cita del año 2011. En plena JMJ de Madrid, «la última vez que vino un Papa aquí», la Misa «fue una pasada porque vino gente de todo el mundo».
A su vez, Manolo destaca otro de los objetivos de esta Eucaristía: ofrecerla por los difuntos de ese año del mundo del toro o personas relacionadas con la plaza, como trabajadores.
Este 2024 habrá un recuerdo especial para Paco Camino y Pepe Luis Vázquez hijo, entre otros, pero también para Emilio Oliva Baro. Matador, amigo personal de Manolo, Emilio fue hijo de Emilio Oliva Fornell y Antonia Baro. Manolo cuenta que Emilio padre fue corneado de extrema gravedad en Las Ventas (el 12 de octubre de 1963, el día que confirmó su alternativa) cuando estaba a punto de nacer su primer hijo (Emilio, el ahora fallecido).
Sus padres no estaban casados, así que la capilla de Las Ventas fue escenario de un Matrimonio: «Cuando los médicos ya no pudieron hacer más por él y ya estaba en manos de Dios, el capellán los casó in artículo mortis». Emilio padre, por cierto, sobrevivió hasta los 81 años y tuvo seis hijos más.
La Virgen de la esperanza y de la valentía
Desde hace años, la atención espiritual de Las Ventas la asumen los sacerdotes de la cercana parroquia Nuestra Madre del Dolor, religiosos amigonianos. El padre Cruz Goñi, que en la actualidad tiene 81 años, dio paso a los más jóvenes. Así, la Misa de estos últimos años la ha presidido el párroco, Félix Martínez.
La Eucaristía de este 15 de agosto se celebrará a las 10:30 horas ante el lienzo de la Virgen de la Paloma. El padre Félix recordará a esta mujer «modelo de Madre que nos guía, modelo de fe, de oración, de humildad». También «modelo de esperanza», esa virtud a la que se acogen los toreros. «En esa situación de enfrentarse al toro, acuden desde la esperanza» en que todo irá bien porque Dios, como proclamó María, «hace proezas con su brazo».
Modelo también de valentía, continúa el sacerdote, «no solo para los toreros en la plaza, también para nosotros; una valentía que se refleja en esa María frente a la cruz». Y, por último, hablará de la Virgen de la Paloma como «modelo de amor que nos abre a crear una sociedad más justa». «Ojalá en esta Eucaristía seamos capaces de abrirnos a la figura de María como Madre, y así la ciudad de Madrid tendrá una dinámica de convivencia distinta, más abierta al amor».