- Titulo: Infomadrid/ M.D.Gamazo
- Firma: Antonio Martín-Viveros, secretario de la Congregación de ‘el Guindero’: «Somos la Hermandad dedicada a san Antonio más antigua de la ciudad de Madrid»
- Fin Agenda: 12-06-2024
Este jueves, 13 de junio, la Iglesia conmemora la festividad litúrgica de san Antonio de Padua. Un santo que se venera en muchas parroquias de nuestra diócesis, debido a la gran devoción que existe hacia él.
Una de las iglesias que se están preparando para este día con numerosos cultos es la de Santa Cruz de Atocha, sede canónica de la Real, Ilustre, Primitiva y Franciscana Congregación de San Antonio de Padua ‘el Guindero'. Como explica Antonio Martín-Viveros Tajuelo, secretario de la misma, «nuestra congregación existe en Madrid desde el año 1720. En un principio, se fundó en la iglesia de San Nicolás, después pasó a la de Santa María, luego a las Bernardas, y posteriormente a la cripta de la Almudena. Y es allí es donde está en el momento de la guerra civil. En esas fechas, tanto el cuadro como la imagen de la Purísima se esconden. Y, tras la contienda, la congregación se establece momentáneamente en la iglesia de Los Ángeles. Finalmente, desde el año 1941 pasa a estar de manera definitiva en la iglesia de la Santa Cruz, donde permanecemos en la actualidad». «Al estar fundada en 1720 -prosigue- es evidente que se trata de la Hermandad dedicada a san Antonio más antigua de la ciudad de Madrid. Y por eso tiene el título de Primitiva Congregación».
La de San Antonio, continúa, «es una congregación que, en su momento, sobre todo en la posguerra, tuvo muchísima importancia. Actualmente tiene un doble objetivo: en primer lugar, la caridad. Atender a la caridad. Prácticamente, todo lo que se trabaja en la congregación va dedicado íntegramente a colaborar con asociaciones, con comedores sociales… Es decir, es la caridad del 'pan de los pobres'. Y, por supuesto, a mantener y a difundir el culto a san Antonio y a la Purísima, que es copatrona de la congregación». Una hermandad, la de ‘el Guindero, «que en estos momentos está integrada por unos 150 miembros», confiesa. «En Madrid hay mucha devoción a san Antonio -reconoce-. Por supuesto. Pero no solo en Madrid. Es que san Antonio es el santo posiblemente más universal. Se le venera con muchísimo cariño en todo el mundo. Y es un santo muy querido», remarca.
‘El Guindero’
«En Madrid -apunta- la particularidad es que se venera a san Antonio como ‘el Guindero’. Un milagro que está reconocido en todo el mundo. De hecho, hay imágenes de san Antonio en muchos lugares en las que el santo lleva guindas en las manos. Y ese milagro sucedió aquí, en Madrid, en la Cuesta de la Vega. Y, además, protagonizado precisamente por el cuadro que es la imagen titular de nuestra congregación. Por ese mismo cuadro que aún se conserva, que conservamos y cuidamos los miembros de la congregación, en la iglesia de Santa Cruz». Y es que, «dentro de los cultos en su honor, lo que más llama la atención es el reparto del pan y las guindas. San Antonio ‘el Guindero’ es el sobrenombre con el que cariñosamente se le conoce en Madrid y, en concreto, a este cuadro. Incluso a los miembros de la congregación, desde su fundación, se les conoce como ‘los guinderos’. Y es precisamente por este milagro que san Antonio realiza aquí, en Madrid».
«Se cuenta que, subiendo la Cuesta de la Vega, un hortelano venía a vender un cargamento, una carga de guindas que acarreaba encima de su burro, a uno de los mercados de la ciudad. Y, precisamente en ese enclave, pasó un caballo y el burro se espantó, derramando por el suelo todo el cargamento de guindas. Ante eso, el hortelano pidió ayuda al cielo, porque, en parte, en ese cargamento iba su pan y el de su familia. Y la tradición dice que, en ese momento, apareció un fraile que le ayudó a recoger el cargamento de guindas, y a ponerlo otra vez sobre el burro; el cargamento quedó perfecto, y el hortelano pudo proseguir su camino para venderlo en el mercado. En agradecimiento, el hortelano le quiso dar al fraile unas guindas, y el fraile le dijo que en ese momento no las podía recibir, pero que muy agradecido las recibiría en su casa, que era el convento de San Nicolás. Después de vender las guindas en el mercado, las cerezas, el hortelano pasó por el convento de San Nicolás con una cesta para ofrecérsela en agradecimiento al fraile que le había ayudado. Y, cuando llegó, y ante la descripción que estaba dando, los frailes que estaban allí le dijeron que no había ningún hermano con esas características. El hortelano estaba empeñado en que efectivamente había sido un fraile con esos rasgos quien le había ayudado a recoger las cerezas del suelo, y que le había dicho que vivía en el convento de San Nicolás. De alguna manera, a los frailes se les iluminó un poco la mente, y condujeron al hortelano hasta el cuadro que estaba en la Iglesia, que es el mismo cuadro que veneramos actualmente; y en ese cuadro, en ese san Antonio pintado, el hortelano reconoció al fraile que le había ayudado a recoger el cargamento de las cerezas. Se añade en la leyenda que al niño se le cayeron unas guindas de la mano, etc…, pero, en esencia, este es el milagro. Ante eso, enseguida se funda la congregación en torno al milagro y a la devoción a san Antonio, a partir de ese cuadro. Y así comienza, no solamente la primitiva congregación, sino también la tradición que conservamos de repartir cerezas cada 13 de junio junto con el pan de san Antonio, que se distribuye en muchísimos lugares del mundo, como símbolo de la caridad del santo. Así que, cada 13 de junio, hasta el día de hoy, repartimos guindas benditas junto con el pan».
Salud y trabajo
Antonio Martín-Viveros afirma que, «cuando estás en la congregación, sobre todo cuando llega la fiesta y los días del santo, se escuchan muchísimas cosas. Hay gente que viene en una situación muy crítica. Otros vienen a dar gracias. Y es muy bonito, porque se establece como una hermandad, y se cuentan historias… Y, al final, creo que eso es lo que merece la pena, porque te das cuenta de cómo se congrega en torno al santo muchísima gente con muchísima sensibilidad y muchísima devoción, procedentes de muchos lugares. Además, Madrid es un encuentro de culturas de gente que viene de muchos sitios, de toda España. Y por la iglesia de Santa Cruz pasa mucha gente que, en sus pueblos, o en su momento, de jóvenes, o sus padres, celebraban san Antonio en otros lugares. Y se acercan el día 13 a venerar a san Antonio en nuestra parroquia Santa Cruz. Y es muy bonito, por todo lo que cuentan, por esa devoción compartida…».
Después de compartir con numerosos devotos, asegura que «la gente lo que pide es salud. Principalmente, salud. Y que sus seres queridos estén bien. Es eso sobre todo lo que se le pide al santo. Es verdad que es un santo que tiene fama de casamentero, y de un montón de cosas, como de encontrar las cosas perdidas, pues no en vano, a lo largo de su cortísima vida, porque san Antonio no vivió muchos años, muchos de sus milagros fueron precisamente por ahí. Y han quedado en la tradición». Pero, insiste, «no es un santo pesetero. Para nada. Es cierto que, en torno a san Antonio, como en torno a otros muchos santos, hay muchas leyendas, muchas supersticiones …, pero la gente no viene a ofrecer nada a cambio de nada. Al contrario, muchas veces vienen a ofrecer a san Antonio, o incluso a dar un donativo para los pobres, en acción de gracias, pero no porque se sientan en la obligación, sino porque saben que al final esa gracia, ese don o ese milagro ha sido por la intercesión que han recibido de san Antonio, y la mejor forma que tienen de ‘pagárselo’ es esa… Insisto, no es por necesidad ni por contraprestación necesaria, sino que es precisamente para colabor con él, con el ‘pan de los pobres’, que es lo que san Antonio de alguna manera nos enseña a todos los que somos sus devotos».
Para el actual secretario de la congregación de ‘el Guindero’, «es muy bonito saber que este casticismo madrileño, y este milagro que el santo, a partir de este cuadro conservado, realiza en Madrid, es un milagro que se ha convertido en universal, y que englosa todos los milagros del santo. Yo he tenido la suerte de visitar muchos lugares del mundo donde se venera a san Antonio, incluso de pregonar al santo en algunos sitios, el año pasado por ejemplo en la ciudad de Ceuta, y ves cómo de vez en cuando te encuentras cerezas… En Castilla-La Mancha hay muchos lugares en los que, la imagen del santo, junto con el niño, en los dedos lleva colgando ramitos con cerezas… Y es impresionante saber que ese milagro viene de aquí, de Madrid. Y considero que, no solamente el 13 de junio, sino que como devoción universal de san Antonio y particular de ‘el Guindero’, es algo que tenemos que poner en valor», concluye.