- Titulo: Infomadrid
El próximo martes, 21 de octubre, se procederá a la Clausura del Proceso Diocesano de los Seminaristas Mártires de la Diócesis de la persecución religiosa de 1936. Presidido por el Cardenal Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo Emérito de Madrid Administrador Apostólico, el acto dará comienzo a las 19,00 horas en el Seminario Conciliar (c/San Buenaventura, 9).
Biografía
En los primeros días de la contienda española, fueron siete los seminaristas de Madrid que recibieron el martirio; además de ellos, murieron otros dos seminaristas de otras diócesis que estaban en la capital por esas fechas; y otros dos familiares de dos de ellos, que les acompañaron al martirio.
Ignacio Aláez Vaquero: El 9 de noviembre de 1936, nueve milicianos fueron a detener a su padre, denunciado por un familiar. Preguntaron a Ignacio por qué no se había incorporado a filas, y contestó que era estudiante y se preparaba al sacerdocio, por lo que también se lo llevaron. Fue asesinado junto con su padre esa misma tarde junto al cementerio de Fuencarral.
Pablo Chomón Pardo: Junto con su tío, Julio Pardo Pernía -confesor de las Hermanas Hospitalarias de Ciempozuelos-, fue asesinado en el kilómetro 5 de la carretera de Torrejón, en el término municipal de Valdemoro. Se sabe que cuando los milicianos fueron a detener a su tío sacerdote, Pablo decidió no separarse de él y correr su misma suerte.
Antonio Moralejo Fernández-Shaw: Al estallar la persecución religiosa, quiso evitar la profanación de la iglesia del Carmen. El 28 de septiembre de 1936 los milicianos fueron a detenerlo a casa de sus padres. Su padre, Liberato Moralejo Juan, quiso evitar su detención y, al no conseguirlo, decidió acompañar a su hijo y correr su misma suerte. Ambos fueron conducidos a la cárcel Modelo, y el 7 o el 8 de noviembre fueron asesinados en Paracuellos.
Jesús Sánchez Fernández-Yáñez: En el domicilio familiar le sorprendió la persecución religiosa, que pudo esquivar hasta mediados de septiembre de 1936. Sin embargo, fue denunciado por algunos vecinos y conducido a la checa de Fomento, siendo martirizado a las pocas horas. Su cadáver apareció el día siguiente en el barrio de la China.
Miguel Talavera Sevilla: Natural de Boadilla del Monte, al estallar la persecución se encontraba en su pueblo. El 7 de octubre de 1936, unos miembros del Comité de Radio Comunista Puerta del Ángel llegaron a su casa y se lo llevaron, no habiendo aparecido nunca su cadáver.
Ángel Trapero Sánchez-Real: Con trece años, Ángel se trasladó al seminario de Madrid. Sus notas fueron siempre excelentes. El 11 de octubre de 1936, fue detenido y llevado a la cárcel de Porlier, hasta que el 9 de noviembre fue fusilado junto a las tapias del cementerio de la Almudena.
Cástor Zarco García: El 6 de junio de 1936 fue ordenado subdiácono. Comenzada la Guerra Civil, fue movilizado y enrolado en la Brigada de El Campesino. Estaba hospitalizado en Alcalá de Henares cuando fue reconocido y delatado como seminarista por algunos paisanos suyos, siendo fusilado en septiembre de 1937. Algunos testigos afirman que fue obligado a cavar su propia tumba.
Mariano Arrizabalaga Español: En 1928 ingresó en el seminario de Comillas (Cantabria). Con motivo de las vacaciones de verano, se trasladó a Madrid, donde vivía su familia. Fue detenido junto a su hermano Rafael y un cuñado. Fueron asesinados en Torrejón y sepultados en Paracuellos.
Ramón Ruiz Pérez: En 1925, ingresó en el seminario de Jaén, pero pasó en 1929 al de Toledo. La persecución religiosa le sorprendió en su pueblo, adonde había ido a pasar las vacaciones. Detenido y sometido a diversas torturas, fue subido a un tren con dirección a la prisión de Alcalá de Henares. Al llegar a Villaverde, el tren fue desviado por jóvenes libertarios, y fueron asesinados casi todos los viajeros del tren de Jaén, Ramón entre ellos.
Julio Pardo Pernía y Liberato Moralejo Juan: Ya se ha hecho referencia a los dos al hablar, respectivamente, de su sobrino Pablo Chomón Pardo y de su hijo Antonio Moralejo.
Biografía
En los primeros días de la contienda española, fueron siete los seminaristas de Madrid que recibieron el martirio; además de ellos, murieron otros dos seminaristas de otras diócesis que estaban en la capital por esas fechas; y otros dos familiares de dos de ellos, que les acompañaron al martirio.
Ignacio Aláez Vaquero: El 9 de noviembre de 1936, nueve milicianos fueron a detener a su padre, denunciado por un familiar. Preguntaron a Ignacio por qué no se había incorporado a filas, y contestó que era estudiante y se preparaba al sacerdocio, por lo que también se lo llevaron. Fue asesinado junto con su padre esa misma tarde junto al cementerio de Fuencarral.
Pablo Chomón Pardo: Junto con su tío, Julio Pardo Pernía -confesor de las Hermanas Hospitalarias de Ciempozuelos-, fue asesinado en el kilómetro 5 de la carretera de Torrejón, en el término municipal de Valdemoro. Se sabe que cuando los milicianos fueron a detener a su tío sacerdote, Pablo decidió no separarse de él y correr su misma suerte.
Antonio Moralejo Fernández-Shaw: Al estallar la persecución religiosa, quiso evitar la profanación de la iglesia del Carmen. El 28 de septiembre de 1936 los milicianos fueron a detenerlo a casa de sus padres. Su padre, Liberato Moralejo Juan, quiso evitar su detención y, al no conseguirlo, decidió acompañar a su hijo y correr su misma suerte. Ambos fueron conducidos a la cárcel Modelo, y el 7 o el 8 de noviembre fueron asesinados en Paracuellos.
Jesús Sánchez Fernández-Yáñez: En el domicilio familiar le sorprendió la persecución religiosa, que pudo esquivar hasta mediados de septiembre de 1936. Sin embargo, fue denunciado por algunos vecinos y conducido a la checa de Fomento, siendo martirizado a las pocas horas. Su cadáver apareció el día siguiente en el barrio de la China.
Miguel Talavera Sevilla: Natural de Boadilla del Monte, al estallar la persecución se encontraba en su pueblo. El 7 de octubre de 1936, unos miembros del Comité de Radio Comunista Puerta del Ángel llegaron a su casa y se lo llevaron, no habiendo aparecido nunca su cadáver.
Ángel Trapero Sánchez-Real: Con trece años, Ángel se trasladó al seminario de Madrid. Sus notas fueron siempre excelentes. El 11 de octubre de 1936, fue detenido y llevado a la cárcel de Porlier, hasta que el 9 de noviembre fue fusilado junto a las tapias del cementerio de la Almudena.
Cástor Zarco García: El 6 de junio de 1936 fue ordenado subdiácono. Comenzada la Guerra Civil, fue movilizado y enrolado en la Brigada de El Campesino. Estaba hospitalizado en Alcalá de Henares cuando fue reconocido y delatado como seminarista por algunos paisanos suyos, siendo fusilado en septiembre de 1937. Algunos testigos afirman que fue obligado a cavar su propia tumba.
Mariano Arrizabalaga Español: En 1928 ingresó en el seminario de Comillas (Cantabria). Con motivo de las vacaciones de verano, se trasladó a Madrid, donde vivía su familia. Fue detenido junto a su hermano Rafael y un cuñado. Fueron asesinados en Torrejón y sepultados en Paracuellos.
Ramón Ruiz Pérez: En 1925, ingresó en el seminario de Jaén, pero pasó en 1929 al de Toledo. La persecución religiosa le sorprendió en su pueblo, adonde había ido a pasar las vacaciones. Detenido y sometido a diversas torturas, fue subido a un tren con dirección a la prisión de Alcalá de Henares. Al llegar a Villaverde, el tren fue desviado por jóvenes libertarios, y fueron asesinados casi todos los viajeros del tren de Jaén, Ramón entre ellos.
Julio Pardo Pernía y Liberato Moralejo Juan: Ya se ha hecho referencia a los dos al hablar, respectivamente, de su sobrino Pablo Chomón Pardo y de su hijo Antonio Moralejo.