Madrid

El Arzobispo de Madrid preside el sábado la Misa de Inauguración, con Consagración y Dedicación del Altar de la Parroquia de San Hilario de Poitiers

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El 11 de octubre de 2013 era colocada la primera piedra del templo parroquial de San Hilario de Poitiers, perteneciente a la Vicaría VI, comenzando unas obras que han concluido a finales de marzo de 2015. Un total de 14 meses durante los cuales se ha edificado un templo en dos plantas: en la baja, salón y salas; y en la principal, templo, capilla, despachos, salas de catequesis y dos viviendas para los sacerdotes que atienden la Parroquia.

La Misa de inauguración de San Hilario de Poitiers, con Consagración y Dedicación del Altar, tendrá lugar este sábado, 25 de abril, a las 19,00 horas. Presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, concelebrarán el Vicario Episcopal de la VI, Jorge C. Ávila, el párroco, Julio Palomar, y Antonio Ávila, sacerdote adscrito a la Parroquia, entre otros presbíteros. A la misma están invitados a asistir numerosos feligreses y fieles de la zona, que al finalizar la celebración podrán compartir un tiempo con el Arzobispo madrileño.

Creada el 1 de junio de 2004, esta Parroquia ha venido realizando su labor litúrgica, catequética y caritativa desde un prefabricado. Atiende a una población de unos 7.000 feligreses, en su mayoría familias jóvenes con niños, que viven en un barrio relativamente nuevo, con posibilidades de crecimiento en el Plan Campamento. Numerosos voluntarios en la Parroquia ejercen su labor en proyectos del Arciprestazgo Santísimo Cristo del Amor, al que pertenece la parroquia. Y es que, según el párroco, Julio Palomar, hay más necesidades en el entorno que en la propia Parroquia. De hecho, además de voluntarios, desde la Parroquia ofrecen al Arciprestazgo colaboración económica, por ejemplo a través de becas de comedor.

Dedicado a San Hilario de Poitiers, el templo parroquial celebra su fiesta patronal el 13 de enero.

El Resucitado nos lleva siempre de la duda a la confianza

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Confiar en el Señor es la petición que nos hace el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, en su carta semanal. En ella nos recuerda que “cuánto hombres y mujeres en nuestros días viven marcados por las dudas, los miedos, las inquietudes, la desorientación, la desesperanza, la desilusión y el sin sentido de la vida”, asegurando que “para salir de esta situación es necesario que escuchemos al Señor una y otra vez: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Jn 11, 25-26). Esta realidad que nos manifiesta Jesucristo, diciéndonos lo que Él es para nosotros, nos hace acudir a su Persona para beber, para entrar en comunión con Él, para vivir en su amor infinito que es fuente de vida”.

A todos los hombres, “los que tenéis fe y vivís en una adhesión sincera a Jesucristo siendo miembros activos de la Iglesia, y a los que por los motivos que fuere dudáis o no creéis en Jesucristo”, Mons. Osoro formula “las mismas preguntas que les hizo el Señor a los primeros discípulos: ¿Por qué os alarmáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?”. Afirma que “es muy importante que nos veamos en la verdad de todos los sentimientos que están en el fondo de nuestras vidas. Hay miedos y falta de confianza, hay soledades y tristezas. No sabemos salir por nosotros mismos de esta situación. Y Jesucristo, mientras vamos por el camino de la vida, por esa senda en la que se construye nuestra historia personal y colectiva, se presenta en medio de nosotros. Tengamos la valentía de escucharle y acogerle. Tengamos la osadía de acoger las preguntas que nos hace en lo más profundo de nuestro corazón. Pero, primero, seamos valientes para escuchar lo que nos dice: “Paz a vosotros”. ¿Qué paz es esta? Es el mismo Cristo”. Y es que, añade, “es importante experimentar que la paz es el mismo Jesucristo. Por eso, el ser humano necesita acoger al Señor, que es acoger la paz, para quitar los miedos, las dudas, los desconciertos, todos los estados anímicos que nos impiden ser felices y no nos dejan hacer felices a los demás. Y que destruyen al hombre y la convivencia entre todos. Hemos de acoger con confianza al Señor”.

“Lo primero que entrega Jesucristo a los hombres que le abren las puertas de sus vidas es la paz”, apunta. Y es que, “Él es la paz. Él es modelo, y da fondo y forma a quien lo acoge en su Vida. Esa Vida es la Paz de Jesucristo, que da a todo ser humano capacidad y gracia para expresar, manifestar y hacer en este mundo que el Amor de Dios sea la fuerza que construye, dinamiza y une a todos los hombres, capacitándonos para crear la “cultura del encuentro”. La Paz que regala el Señor es el conjunto de bienes mesiánicos. Es un don que se nos ofrece; es Cristo mismo, un regalo inmenso para que el hombre, acogiendo al Señor en su vida, dejando que su vida entera sea ocupada por Él, sea capaz de realizar la revolución auténtica que da un rostro de novedad absoluta al hombre y a la historia, haciendo posible que se pongan los cimientos de la civilización que da el Resucitado. Cimientos nuevos para un mundo nuevo. ¡Atrévete a vivir así!”, invita.

Para Mons. Osoro, los “miedos, dudas, desconciertos, reflejan todo un estado de ánimo que Jesús quiere quitar de sus vidas”, porque “con ese estado anímico no se puede hacer nada de nada. Los discípulos del Señor tienen que ser instrumentos de cambio real en este mundo, tienen la Vida misma del Señor y, por ello, es necesario que vivan en su confianza. Nosotros necesitamos pasar de la duda a la confianza. Para ello, no hay más remedio que volver la mirada al Señor, como nos invita el Papa Francisco”. “El Resucitado, prosigue, es la persona entera de Jesús. Mirar las manos y los pies de Jesús es volver a descubrir esas manos que curan, que liberan, que despiertan vida, que son vitalizantes, que acarician a los niños, que expulsan demonios, que lavan los pies y vendan las heridas, que multiplican los panes y nos hacen descubrir que la lógica del hombre no es la de Dios, que bendicen y perdonan. Y los pies de Jesús, que abren camino, que son pacientes y ligeros, que se gastan de tanto caminar en búsqueda de las ovejas perdidas, que son pies entregados en búsqueda de todos los hombres sin excepción, pies que regalan y acercan el abrazo y la misericordia de Dios a todos los hombres”.

“Pasemos de la duda a la confianza en el Resucitado, exhorta. Él viene a poner Luz en nuestra oscuridad, a regalarnos esperanza, a darnos su amistad”. Y anima a “tener modelos para pasar de la duda a la confianza en Jesucristo”, asegurando que “escuchar y entender nos llevan siempre a la confianza”. “Pasar de la duda a la confianza nos hace experimentar estas bienaventuranzas:

1) Bienaventurados, porque en la confianza tenemos los mismos sentimientos de Cristo.

2) Bienaventurados, porque en la confianza creemos en el amor: Dios es amor. Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él.

3) Bienaventurados, porque al darnos la vida el Señor nos convierte en evangelios vivientes: “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est, 1).

4) Bienaventurados, porque hemos sido llamados a ser discípulos misioneros: id por todo el mundo y proclamar la buena nueva a toda la creación.

5) Bienaventurados, porque en Cristo encontramos la fuerza necesaria para vivir el amor fraterno.

6) Bienaventurados, porque en cualquier oscuridad tenemos siempre la Luz, que es Cristo.

7) Bienaventurados, porque ser cristianos es pertenecer a Cristo y tenerlo como único dueño y Señor de nuestra vida y de la historia.

8) Bienaventurados, porque en Jesucristo encontramos la verdad de Dios y la verdad del hombre, la gloria de Dios y la gloria del hombre”, concluye.

El mundo desde los ojos de Don Bosco

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La emigración, el papel de los laicos, la mujer, el protagonismo de los jóvenes, la educación... Son solo algunos de los temas de actualidad que se abordan en el libro `Don Bosco hoy`, presentado ayer en el colegio Salesianos Atocha como un "homenaje español" al fundador de la congregación salesiana en el Bicentenario de su nacimiento.

El teatro del colegio se llenó de decenas de miembros y amigos de la Familia Salesiana para escuchar al autor del libro, Ángel Expósito, y a uno de sus principales protagonistas, el Rector Mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime.

De la entrevista del periodista al décimo sucesor de Don Bosco y el análisis de expertos, surge un libro en el que se pretende establecer "un diálogo con la cultura" y ofrecer una visión del mundo "desde la sensibilidad salesiana", tal como explicó Don Ángel Fernández. Por su parte, Expósito resaltó la enorme coincidencia entre los problemas con los que se encontró Don Bosco hace 200 años y los que se viven en el mundo actual.

Un drama "imperdonable"
Tanto en la presentación en el teatro como en la rueda de prensa anterior, Ángel Fernández Artime denunció la indiferencia ante la muerte de cientos de inmigrantes en el Mediterráneo y pidió una "intervención estructural" como respuesta a esta situación de "descarte estructural".

El Rector Mayor también lamentó la emigración forzosa de sus compatriotas y el drama del paro entre "una de las generaciones mejor preparadas" de las últimas décadas. En este sentido, subrayó la necesidad de creer en el potencial de los jóvenes, como lo haría Don Bosco: Ellos "nunca son un problema". También se pronunció a favor de "un gran pacto permanente" en materia de educación.

El décimo sucesor de Don Bosco reiteró su sintonía con el Papa Francisco, al que ya conocía como cardenal Bergoglio en Argentina. Además, destacó la buena salud de la Familia Salesiana y dio la clave para seguir adelante en los próximos años: "La gran fortaleza la tenemos en el trabajo compartido con los laicos".

Un encuentro en el aeropuerto
"Es usted el Padre Ángel Fernández, ¿no?". De esta manera, más o menos, abordó Carmen Magallón, presidenta de Romana Editorial, al Rector Mayor en un providencial encuentro que tuvieron en un aeropuerto. Según explicó Magallón ayer, ella tenía en mente un libro hiciera llegar al gran público la figura de Don Bosco en el año del Bicentenario, tal como pretende esta obra.

El provincial de la Inspectoría Santiago el Mayor, Juan Carlos Pérez Godoy, destacó que la entrevista de Ángel Expósito a Don Ángel Fernández "ha abierto el corazón del Rector Mayor".

El arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro, fue el encargado de cerrar el acto de presentación con unas breves palaras en las que mostró su admiración por la confianza que depositaba Don Bosco en los jóvenes. Insistió en la importancia de la juventud hoy, y en la necesidad de que la sociedad se preocupe más por ellos. Evocó el sueño de Don Bosco, y animó a los presentes a seguir soñando. Concluyó su breve intervención con el saludo de Buenas Noches, afirmando que el libro `Don Bosco hoy` "presenta a un hombre de Dios que supo comunicar a Dios".

Conferencia sobre ‘Santa Teresa: las imágenes y las artes’

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“Santa Teresa: las imágenes y las artes” es el título de la conferencia que impartirá esta tarde el profesor Ricardo Fernández Gracia, de la Universidad de Navarra. Organizado por la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, dará comienzo a las 19,30 horas en el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Al concluir el mismo, se presentará el libro “Santa Teresa y el Beato Palafox”.

El acto estará presidido por el viceprefecto de la Real Congregación, Amalio de Marichalar, conde de Ripalda, e intervendrán el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para presentar al autor; la presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, Yolanda Barcina; y el arzobispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez.

Con estos actos, la Real Congregación conmemora los 220 años de su Fundación y los 125 de la edificación de la iglesia de San Fermín de los Navarros y de la presencia en la misma de los padres Franciscanos.