Madrid

Francisco llama a denunciar y combatir las nuevas formas de esclavitud

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El papa Francisco se ha dirigido este sábado a los participantes en la XXI Sesión Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, reunida desde ayer y hasta el próximo martes en el Vaticano, para debatir sobre la trata de personas.

En su discurso <http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2015/04/18/0284/00632.html> , difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Pontífice ha señalado que está “muy agradecido por lo que esta Academia realiza para profundizar el conocimiento de la nuevas formas de esclavitud y para erradicar la trata de seres humanos, con la única intención de servir al hombre, especialmente a las personas marginadas y excluidas”.

Citando el Evangelio de Mateo, el Santo Padre ha explicado que los “benditos del padre”, los hijos que lo verán, son aquellos que se preocupan de los últimos y que aman a los más pequeños entre sus hermanos. Y ha destacado que hoy, “entre los hermanos más necesitados, están aquellos que sufren la tragedia de las modernas formas de esclavitud, del trabajo forzado, de la prostitución, del tráfico de órganos, de la droga”.

Tras recordar la labor de tantos santos y santas que como san Pedro Claver y san Juan de Mata, combatieron la esclavitud en el pasado, el Papa ha constatado que no obstante la abolición histórica de la esclavitud como estructura social, “consecuencia directa del mensaje de libertad traído al mundo por Cristo”, “en un sistema económico global dominado por la ganancia se han desarrollado nuevas formas de esclavitud peores y más deshumanas de aquellas del pasado”.

Por lo tanto, el Pontífice ha reiterado que “aún hoy, siguiendo el mensaje de redención del Señor, estamos llamados a denunciarlas y a combatirlas”.

En primer lugar, ha dicho el Santo Padre, “debemos hacer tomar más conciencia de este nuevo mal que en el mundo global se quiere ocultar porque es escandaloso y políticamente incorrecto”. Y recordando que esta plaga concierne a todos los países, ha exhortado a denunciar “este flagelo en su gravedad”.

Francisco ha indicado también que “toda la sociedad está llamada a crecer en esta conciencia especialmente en lo que respecta a la legislación nacional e internacional, para poner a los traficantes en manos de la justicia y reutilizar sus injustas ganancias para la rehabilitación de las víctimas” y ha insistido en la necesidad de buscar “modalidades idóneas para penalizar a quienes se hacen cómplices de este mercado deshumano”.

“Estamos llamados a mejorar las modalidades de rescate y de inclusión social de las víctimas, actualizando también las normas sobre el derecho de asilo”, ha subrayado el Obispo de Roma. “Debe aumentar la conciencia de las autoridades civiles con respecto a la gravedad de esta tragedia, que constituye un retroceso de la humanidad”, ha añadido.

Finalmente, tras alentar a los presentes a proseguir en este trabajo, “con el cual contribuyen a hacer que el mundo sea más consciente de este desafío”, el Papa ha recordado la necesidad de construir una ciudad terrena a la luz de las Bienaventuranzas, para así caminar hacia el Cielo en compañía de los pequeños y de los últimos.

El Papa invita a impulsar la `revolución de la ternura` de Jesús

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El papa Francisco ha agradecido este sábado la importante misión que desarrolla la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Juventud Femenina (ACISJF), y ha exhortando a sus miembros a ser testigos creíbles de la felicidad que supone servir a los demás como Jesús, al servicio de la vida y de la dignidad humana.

Durante la audiencia <http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2015/04/18/0286/00633.html> celebrada en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Pontífice también ha invitado a los presentes a dejarse instruir por las jóvenes que acompañan y ayudan.

A continuación publicamos el texto íntegro del discurso del Santo Padre:

“Queridos hermanos y hermanas,

doy la bienvenida a los miembros de la Asociación Católica Internacional al Servicio de la Juventud Femenina, con motivo de su Asamblea General. Tienen la intención de encontrar en estos lugares el impulso que hubo al comienzo de su asociación, con el apoyo de mi predecesor, el papa León XIII, y manifestar hoy su fidelidad al Sucesor de Pedro.

Expreso mi gratitud por su generoso compromiso en el servicio a las jóvenes que viven en situaciones de precariedad y de sufrimiento. Su creciente número y las múltiples formas de pobreza que sufren nos interpelan y deben suscitar una nueva creatividad, para ofrecerles la ayuda material y espiritual que necesitan. Sí, es una verdadera felicidad servir a los demás, como Jesús. Mediante sus actividades permanentes de acogida y a través de una reflexión para afrontar los nuevos desafíos generados por el mundo de hoy, como el fenómeno migratorio, la acción que ustedes desarrollan quiere estar al servicio de la vida y de la dignidad de la persona, testimoniando que la auténtica fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí y del servicio (Exhortación Apostólica Evangelii gaudium n. 88). Las jóvenes que ustedes acompañan tienen ante todo necesidad de atención y de escucha. ¡Éste es el desafío para ustedes! ¡El apostolado tan humano y tan divino de la escucha, que agota, pero que hace tanto bien! Así las podrán ayudar a crecer en la confianza, a encontrar puntos de referencia y a progresar en la madurez humana y espiritual, alimentada por los valores evangélicos. ¡Que ustedes puedan ser para ellas testigos creíbles, para que experimenten la alegría de saberse amadas por Dios, Padre suyo, y llamadas a la felicidad!

Y, al mismo tiempo, les invito a que se dejen instruir por estas jóvenes que acompañan y ayudan. A pesar de sus dificultades, a menudo ellas testimonian aquellas virtudes esenciales que son la fraternidad y la solidaridad. Y nos recuerdan que somos frágiles y que dependemos de Dios y de los demás. Que la mirada misericordiosa del Padre nos ayude a acoger nuestras pobrezas para ir adelante con confianza. Y a comprometernos juntos en esa ‘revolución de la ternura’, cuyo camino nos abrió Jesús mediante su Encarnación. Es bello ser sus discípulos y misioneros, para consolar, iluminar, aliviar, escuchar, liberar, acompañar. La experiencia que Él nos ha donado mediante su Resurrección es una fuerza vital que penetra el mundo (cfr. ibid n. 276) y sobre la cual ustedes se pueden apoyar cada día, porque responde a los anhelos más profundos del corazón.

Queridos amigos, deseo que crezca en ustedes el sentimiento de pertenencia a la Iglesia, que es una gran familia. Les invito a seguir proclamando a todos la alegría del Evangelio, teniendo en cuenta la diversidad de culturas, tradiciones religiosas, el origen de las jóvenes que quieren servir, así como las riquezas que exigen ser acogidas con respeto. Que pueda establecerse entre ustedes la fraternidad, para que llegue a buen término con entusiasmo su misión al servicio de los pequeños, ¡por quienes Jesús tiene un amor de predilección! Les encomiendo a la intercesión de la Virgen María y le pido a Dios que les llene de sus bendiciones, así como a las jóvenes que acogen y sus familias. Y les pido que, por favor, recen por mí”.

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Fallece el cardenal Francis George

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El cardenal Francis George <http://www.archchicago.org/cardinal/biography.aspx> , arzobispo emérito de Chicago <http://www.ensenarquienescristo.org/DatosYCifras.aspx> , falleció este viernes a la edad de 78 años, tras luchar durante varios años contra el cáncer. Le diagnosticaron la enfermedad, por primera vez, en el 2006.

Tras ser informado del deceso, el papa Francisco manifestó su sentido pésame por la muerte del purpurado.

En un telegrama <http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2015/04/18/0288/00634.html> enviado al actual arzobispo de Chicago, Mons. Blase Cupich, el Pontífice recuerda con gratitud el testimonio de vida consagrada del cardenal George como Oblato de María Inmaculada, su servicio al apostolado educativo de la Iglesia y sus años de ministerio episcopal en las Iglesias de Yakima, Portland y Chicago.

Así, el Santo Padre confía “el alma de este sabio y amable pastor” al amor misericordioso de Dios.

El purpurado estadounidense nació en Chicago el 16 de enero de 1937. Entró en los Oblatos de María Inmaculada el 14 de agosto de 1957. Posteriormente, fue ordenado sacerdote en su ciudad natal el 21 de diciembre de 1963.

El papa Juan Pablo II le nombró obispo de Yakima, en el estado de Washington, en 1990. Tras servir allí durante cinco años, fue designado arzobispo de Portland, en Oregon, el 30 de abril de 1996.

Menos de un año después, el 8 de abril de 1997, fue nombrado arzobispo de Chicago tras el fallecimiento del cardenal Joseph Bernardin el 14 de noviembre de 1996.

Asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, en la Ciudad del Vaticano, del 16 de noviembre al 12 de diciembre de 1997; fue secretario especial de la misma.

En febrero de 2001 predicó el retiro cuaresmal de la Curia Vaticana, al que asistió san Juan Pablo II. Participó también en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005, que eligió a Benedicto XVI, y en el que designó al papa Francisco en el 2013.

Entre el 2007 y el 2010 fungió como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB <http://www.usccb.org> ).

A continuación publicamos el texto íntegro de la d <http://www.archchicago.org/pdf/Statement%20from%20Archbishop%20041715%20Spanish.pdf> eclaración <http://www.archchicago.org/pdf/Statement%20from%20Archbishop%20041715%20Spanish.pdf> del arzobispo Blase J. Cupich con motivo del fallecimiento del cardenal Francis George, OMI, arzobispo emérito de Chicago:

"Un hombre de paz, tenacidad y coraje ha sido llamado a casa con el Señor. Nuestro amado Cardenal George falleció hoy a las 10:45 a.m. en la Residencia.

El camino de la vida del Cardenal George comenzó y terminó en Chicago. Él fue un hombre de una gran valentía que superó muchos obstáculos para llegar a ser sacerdote. Cuando se unió al sacerdocio no buscó una posición cómoda; en lugar de esto se enroló en una orden misionera, los Oblatos de María Inmaculada, y sirvió al pueblo de Dios en circunstancias difíciles – en África, Asia y alrededor del mundo.

Ciudadano orgulloso de Chicago, se convirtió en líder de su orden y volvió a viajar lejos de casa, sin dejar que sus limitaciones físicas moderaran su celo por llevar la promesa del amor de Cristo, a donde más se necesitaba. Cuando fue ordenado obispo, sirvió fielmente, primero en Yakima, donde aprendió español para estar más cerca de su pueblo. Luego se desempeñó en Portland, donde pidió a la gente que continuara enseñándole cómo ser un buen obispo. A cambio, se comprometió a ayudarlos a ser buenos misioneros.

El Cardenal George era un líder respetado entre los obispos de los Estados Unidos. Un ejemplo de esto fue cuando la iglesia tuvo que enfrentarse al grave pecado del abuso sexual clerical y él se mantuvo fuerte entre sus compañeros obispos e insistió en que la tolerancia cero era la única vía consistente con nuestras creencias.

Sirvió a la Iglesia universal como cardenal y ofreció su consejo y apoyo a tres Papas y a sus colaboradores en las congregaciones romanas. De esta manera, contribuyó a la gestión institucional de la Iglesia en todo el mundo.

Aquí en Chicago, el cardenal visitó todos los rincones de la arquidiócesis, en donde habló con los fieles y trató con bondad cada interacción. Se dedicó a cumplir una agenda llena de compromisos, eligiendo siempre atender a la iglesia antes que a su propia comodidad y al pueblo antes que a sus propias necesidades. En fechas recientes hemos sido testigos de su valentía al enfrentar las crecientes dificultades que le causó el cáncer.

Prestemos atención a su ejemplo y seamos un poco más valientes, un poco más firmes y mucho más amorosos. Esta es la forma más segura de honrar su vida y celebrar su regreso a la presencia de Dios.

Ahora que celebramos en estos días de Pascua nuestra nueva vida en el Señor resucitado, ofrezcamos juntos, ustedes y yo, consuelo a la familia del Cardenal George, especialmente a su hermana, Margaret, asegurándoles nuestras oraciones, dando gracias a Dios por su vida y por sus años de dedicación a la Arquidiócesis de Chicago. Oremos para que Dios traiga a este siervo bueno y fiel a la plenitud de su reino.

Que el Cardenal George descanse en paz".

(Texto distribuido por la Archidiócesis de Chicago)

Jóvenes y comprometidos, el nuevo documental web sobre la doctrina social (Vídeo)

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Para ver el vídeo hacer click aquí

http://www.romereports.com/pg161096-jovenes-y-comprometidos-el-nuevo-documental-web-sobre-la-doctrina-social--es