El Arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro, ha presentado hoy, jueves 5 de marzo, las líneas maestras del Plan de Evangelización de la Diócesis a directores y titulares de centros educativos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM). Y lo ha hecho en un encuentro celebrado en el marco de la segunda asamblea del curso que reúne a directores y titulares de centros concertados católicos, en el Colegio Internacional J.H. Newman.
Antes de su intervención, Mons. Osoro ha presidido una oración y ha dirigido unas palabras a los asistentes. Entre otras cosas, ha recordado que la escuela católica “ofrece una manera de entender al ser humano, de entender la vida, las relaciones entre los hombres”. Y les ha invitado a reflexionar en tres aspectos. En primer lugar, “podemos tener riqueza, y entenderla como un dios con minúsculas” pero “la riqueza no llena el corazón del hombre ni el de los demás. Es una riqueza que mira para sí mismo”. En segundo lugar, “podemos tener a Dios como la gran riqueza. Esto, para nosotros, supone que el otro es el más importante, todo lo ponemos al servicio de que la persona que está a mi lado se construya, desarrolle todas las dimensiones de su existencia y las posibilidades que Dios le ha dado para que cada día crezca, no solo como persona, sino que haga crecer a los que tiene a su alrededor y tener una luz especial que le ayude a descubrir que los demás no son solo alguien que vive a su lado sino que son hermanos”. Y, en tercer lugar, les ha animado a “ver la grandeza que tiene para nosotros la misión educativa y situar a los hombres, o en el abismo o en una adhesión sincera a un Dios que no solo nos ama sino que nos capacita para amar”.
En este sentido, ha recordado el pasado del Evangelio en el que un rico “va al infierno y, en medio de los tormentos, levanta los ojos y pide al padre Abrahán que mande a Lázaro a que le dé, aunque sea, una gota de agua, y que avise a los suyos para que no vivan como él ha vivido. La respuesta es: nos separa un abismo. Hay un abismo entre lo que tu estás viviendo y lo que vive Lázaro en estos momentos. Y el abismo, fundamentalmente, es que Lázaro ha vivido desde una adhesión sincera a Dios y a los hombres”. Por eso, ha apuntado que “la solución para cambiar esta tierra, para transformar este mundo y la creatividad que el Señor nos invita a vivir en estos momentos es tener a Dios como la gran riqueza del ser humano, porque cuando se tiene en el corazón y en la vida a Dios todo lo que está a nuestro alrededor cambia”. En este sentido, ha exhortado a los presentes a no hacer “hombres egoístas, que vivan para sí mismos. No hagamos seres humanos que viven en la indiferencia, que al vivir para sí mismos descartan a muchos y los retiran de su lado… Cuando se tiene a Dios como riqueza, hacemos seres humanos que no se tapan los ojos, sino que ven todo lo que tienen a su alrededor. Esta es la diferencia entre educar para el abismo y educar para la paz, para la reconciliación… En definitiva, para hacer la cultura del encuentro”.
En esta cultura del encuentro, ha proseguido, “es esencial la adhesión sincera a Dios. La fe, en definitiva, no es un añadido para la existencia humana; pertenece a la esencia misma de la existencia humana, para que este mundo sea más humano”.
Ha concluido felicitando a los presentes “por este trabajo y esta tarea que, de diversas maneras, con carismas distintos, con realizaciones diversas pero todas mirando al ser humano, hacen las escuelas católicas”.
Durante el encuentro, se han presentado también los principales retos que Escuelas Católicas de Madrid afrontará en el segundo trimestre del curso de cara a ayudar y acompañar a los centros en su labor educativa y en su objetivo constante de mejora de la calidad. Asimismo, expertos jurídicos y pedagógicos han informado sobre el proceso de implantación de la LOMCE, admisión de alumnos, nuevo buscador de centros educativos católicos, modificación de conciertos, programas de innovación para centros, formación continua, bilingüismo y algunas otras informaciones de carácter laboral y económico.