Una abarrotada Aula Magna del Seminario Conciliar acogió ayer por la tarde la presentación del libro ‘Pasión por evangelizar’, escrito por Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid, y editado por EDICEP. Entre los asistentes destacó la presencia de Mons. Fidel Herráez, Obispo Auxiliar de Madrid, y Mons. Miguel Mauri, Nuncio en Kazajistán.
El acto fue presentado por Andrés García de la Cuerda, Rector del Seminario, quien en su intervención dijo que el libro “nos ofrece el testimonio apasionado del corazón de un obispo”. Un “corazón episcopal, apasionado”. “Recibimos este libro, aseguró, como un regalo del Pastor de la Iglesia madrileña”. La obra recoge “testimonios personales de su ministerio episcopal” y “nos permite asomarnos a la humanidad de su autor”. En ella “se percibe su entrega, cercanía, dedicación, servicio…”. Y es que, a su juicio, “el ministerio episcopal no le hace un súper hombre”, por lo que “necesita de nuestra oración, cordial acogida, sincero afecto y colaboración”. Concluyó dando las gracias al Arzobispo de Madrid por “el libro que nos regala. Sabe que puede contar con el afecto de sus diocesanos y la ayuda de sus sacerdotes”.
A continuación tomó la palabra Oscar García Aguado, párroco de Nuestra Señora de los Llanos, quien habló de “las bondades del libro” y de lo que le había “sugerido su lectura”. “Como lector de literatura religiosa, explicó, no podemos acercarnos a él como si fuera una lectura teológica” ya que “nace de un diálogo” y “pretende dialogar”. “Yo, aseguró, lo recibiría como un mosaico”. Para García Aguado, la obra “tiene una virtud” y es que “está en salida, tiene un carácter de impulso”. Destacó en especial el capítulo dedicado a los jóvenes, por su belleza. Mons. Osoro, afirmó, “tiene pasión por el Evangelio, tiene pasión por Cristo, porque es el rostro del amor de Dios” y “tiene pasión por la gente”.
El P. Rafael Belda, CVMD, Director del Departamento de Formación y Publicaciones de la CE para la Vida Consagrada, de la CEE, aseguró que Mons. Osoro “nos conoce a los miembros de la vida consagrada”. A su juicio, se trata de un “libro profético, de esperanza” que “invita a la conversión a Cristo y a su Evangelio, desde la cruz de Cristo”. “La vida consagrada y el camino teresiano, apuntó, son dos realidades que conoce muy bien y ama don Carlos”. A continuación, resaltó diez puntos de la obra: las constantes referencias al magisterio pontificio, y a los santos como San Agustín, Santa Teresa o San Juan de la Cruz; la Palabra de Dios y los evangelios, “la pasión de este gran Pastor”; la frase más repetida en la obra, ‘Jesucristo, Camino, Verdad y Vida’, que es “una constante en sintonía con su lema episcopal”; que “la verdad más anunciada es el amor por Dios”; cuáles son los textos evangélicos más queridos por el autor; su amor a la Virgen María; las reiteradas veces que habla del corazón; la presencia de la Palabra y de la Eucaristía como denominador común; y la permanente sintonía de la comunión. Concluyó manifestando al autor su agradecimiento por la obra, “canto de amor a Cristo Señor” y “verdadera pasión de don Carlos: Cristo y su Iglesia”.
Libro certero y sencillo
Los siguientes en intervenir fueron José Ramón y María José, matrimonio de Acción Católica, que definieron la obra como un “libro sencillo, certero, de enorme profundidad”, con “escritos del corazón de una persona enamorada de Dios” con “la sencillez de un gran pedagogo”. En alusión a la familia, resaltaron las propuestas del Arzobispo de Madrid para hacer una familia misionera, con los cinco compromisos que propone: compartir y hablar, rezar juntos una vez a la semana y meditar un misterio del Rosario, crear un rincón del encuentro en casa con un crucifijo, una imagen de la Virgen, una Biblia y el Catecismo de la Iglesia Católica; ir a Misa juntos los domingos, y vivir en medio del mundo con sencillez. “Viviendo estos cinco compromisos, dijeron, sale una familia misionera”. También resaltaron la propuesta de las bienaventuranzas hecha por el arzobispo, así como el decálogo de la familia. “Este libro es un regalo para la diócesis, en especial para las familias cristianas”, aseguraron. Otro de los contenidos de la obra que destacaron fue su aportación en materia educativa, en la que habla de la “crisis educativa” basada en el relativismo, y del “credo destructor”, ya que, a juicio del autor, “existe una verdad a demanda”. Y es que “hay que dotar a niños y jóvenes de principios, certezas, para no hacer hombres y mujeres sin esperanza y sin Dios”, afirmaron.
Salir y regalar
Después de la aportación de la secretaria de EDICEP, tomó la palabra el autor de la obra quien, emocionado, quien aseguró que “la lógica de los hombres no es la lógica de Dios. La desproporción es lo que nos entrega el Señor”. “Doy gracias a Dios porque esa desproporción es la que me habéis entregado los que habéis hecho la presentación del libro. Nunca he pretendido hacer una presentación de un libro, sino entregar lo que había pensado, como lo había hecho en otras ocasiones. Entre todos habéis hecho esta desproporción. Es una gracia de Dios”. A continuación, manifestó su agradecimiento a todas las personas presentes en el acto, en especial a las que se habían desplazado desde Valencia para acompañarle.
“En las dos partes del libro, aseguró, se resume mi vida, con los defectos que tiene -y son muchos, aunque en Madrid se conocen menos, porque llevo menos tiempo-. Lo que he intentado en mi vida es salir y regalar. Salir y estar con la gente que me he encontrado por el camino… Me ha costado salir de los sitios donde he intentado anunciar al Señor. Me ha costado salir de Valencia. Pero el Señor me da una facilidad y una gracia tremenda, porque me hace conocer a mucha gente, quererla… Desde que estoy en Madrid no paro: Dios me hace salir, conocer a mucha gente”. “Y regalar mi experiencia” a veces “no completa, pero entregar de primera mano lo que vivo con Jesucristo y lo que percibo junto a Él, de lo que tiene que ser nuestra vida, nuestro trabajo, nuestra convivencia, la aportación que tenemos que hacer los discípulos de Jesús en estos momentos de la historia. Salir y dar, salir y regalar son las dos partes del libro que he intentado vivir”.
A continuación, recordó los distintos libros escritos por él. “En la iglesia donde nací a la fe y recibí el bautismo”, reveló, “el primer libro que hice fue en una iglesia que estaba tremendamente dividida”. La obra, ‘A la iglesia que amo’, “era una serie de meditaciones diversas. Luego escribí ‘Cartas desde la fe’. Desde mi experiencia de Dios y desde la aproximación a mi vida del Evangelio y de las palabras del Señor, escribía estas cartas. Después escribí otro libro, porque tenía ganas de decir algo de la Santísima Virgen María, que siempre ha estado vinculada a mi vida de una manera especial, en las diversas advocaciones con la que la he ido percibiendo y encontrando en los lugares donde he estado. Lo titulé ‘Ahí tienes a tu madre’ y era un disco libro. Más tarde, escribí otro libro a los sacerdotes, teniendo como figura central a alguien que a me ha apasionado siempre su modo de vivir el ministerio sacerdotal, como fue San Pedro Poveda. Un hombre sin el cual yo no hubiese vivido y percibido las dimensiones del ministerio que, junto a él y en sus enseñanzas y escritos, he descubierto para mi vida: ‘Pasión por evangelizar’ ha querido ser esto”.
Manifestó su agradecimiento a todos los que habían contribuido a la publicación de la obra, así como a los que la habían presentado. “En estos momentos, dijo, tenemos que hacer una opción clara y evidente de que Jesucristo es necesario para los hombres y para construir la historia”. Y de manera especial a los seminaristas, ya que “pensando en vosotros, para que conocieseis un poco más la pinta que tiene el que os está hablando, quise regalaros este libro”.
“Es verdad que esas páginas uno las piensa, pero intenta escribir lo que le parece que es necesario para vivir, aunque a veces no lo vive o no lo hace del todo, pero lo intento. Y el intento ya es bueno”, dijo. Todo “con un cariño tremendo por anunciar a Jesucristo, que es y sigue siendo la pasión de mi vida”. “Ojalá que el Señor me tenga bien puesta la cabeza para hablar de Él, desde Él y con Él. Gracias a todos los que habéis venido”, concluyó.
Después del acto de presentación de la obra, Mons. Osoro presidió la celebración de la Eucaristía en la Capilla del Seminario Conciliar.