Este martes, 18 de abril, a las 19:00 horas, los residentes de la casa de acogida San Agustín y Santa Mónica participarán en un taller de habilidades sociales. En el mismo se van a trabajar habilidades para mejorar las relaciones interpersonales, ya que estas son necesarias para que los residentes se desenvuelvan en su vida diaria.
Esta casa es un recurso residencial 24 horas de Cáritas Madrid destinado a personas en situación de exclusión que necesitan un apoyo residencial tutelado para recuperarse y realizar parte de su itinerario de reinserción social.
Una comunidad de religiosas de la Congregación Amistad Misionera Cristo Obrero (AMICO) colabora en el proyecto. Desde la década de los 90, la Orden de San Agustín apoya muy especialmente su realización.
Este miércoles, 19 de abril, el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidirá una Eucaristía por el eterno descanso de la cruzada evangélica Genovena Hernández Alonso. La Misa dará comienzo a las 19:00 horas en la iglesia del Primer Monasterio de la Visitación, religiosas Salesas, (c/Santa Engracia, 20).Genoveva fue directora general de la Cruzada Evangélica durante 48 años. Desde 2002 era miembro vitalicio del Consejo General de la Cruzada Evangélica. Más información sobre su vida en la página web de la Cruzada Evangélica.
La basílica pontificia San Miguel (c/San Justo, 4) acogerá este martes, 18 de abril, a las 20 horas, una conferencia sobre Relativismo y tolerancia. Será impartida por Diego Poole, profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Rey Juan Carlos y autor del libro Relativismo y tolerancia.
Concierto
Además, el lunes 24 de abril, a las 20:00 horas, se podrá escuchar un concierto a cargo de The Choir of Peterborough Cathedral.
Rastrillo de libros y cine
Los días 21 al 23 de abril habrá un rastrillo de libros en los salones del templo. Y el viernes 28 de abril, a las 19:30 horas, se proyectará la película Las nieves del Kilimanjaro, de Robert Guédiguian, dentro del ciclo sobre Amor y desamor. Será comentada por el crítico de cine Jerónimo José Martín.
Titulo: Infomadrid / R.P. / Fotos: José Luis Bonaño
Este Sábado Santo por la noche, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, presidió la tradicional vigilia pascual en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. En su homilía, subrayó que «el triunfo de Cristo es el triunfo del hombre y todos los hombres tienen que conocer este triunfo».
A los cristianos, a los «miembros vivos de la Iglesia», el Señor «nos hace experimentar el gozo de este triunfo en esta noche santa, desde ese inicio donde hemos bendecido el fuego, donde hemos encendido el cirio pascual que representa a Cristo, del cual hemos tomado nosotros la luz; haciendo ver para nosotros y para los demás que tenemos la misma luz de Cristo».
«El Señor –detalló el purpurado– nos dice hoy a nosotros: “No temáis, no temáis, estoy con vosotros, os he regalado mi vida, tenéis mi vida y mi triunfo. Enseñad a los hombres que buscan. Enseñadles y dadles mi vida. He resucitado”. Esta es la culminación, queridos hermanos, de esa Buena Noticia por excelencia: Jesús el crucificado ha resucitado, el que ha dado la vida por los hombres, el que ha dado la vida por amor, quiere hacernos iguales a Él: que demos la vida por amor. Este acontecimiento de la resurrección es la base de nuestra fe y de nuestra esperanza».
En este sentido, el cardenal Osoro incidió en que «en Jesús el amor ha vencido el odio, la misericordia ha roto y destruido el pecado, el bien, que es el mismo Cristo, ha vencido al mal; la verdad que es Cristo vence a la mentira; la vida que es el Señor vence a la muerte». Como los primeros apóstoles, los cristianos debemos saber que «en toda situación humana marcada por la fragilidad, por el pecado, por la muerte, la Buena Noticia que es Cristo resucitado no es solo una palabra, es un testimonio del amor gratuito y fiel, es un salir de uno mismo para ir al encuentro del otro, es estar al lado de todos los heridos de la vida, es compartir con quien carece de lo necesario, es permanecer junto al enfermo, junto al anciano, junto al excluido…». «“Venid y veréis”. Demos este testimonio, queridos hermanos. Esto manifiesta que creemos en la resurrección, que la tenemos en nuestra vida», aseveró.
«Si el Señor se ha desbordado de amor con nosotros, no vale tacañería. No vale para un cristiano maquillarnos de vez en cuando y hacer no sé qué cosas. Cristo ha hecho posible que nazcamos de nuevo, por eso, con esa gozosa esperanza, nos dirigimos al Señor resucitado y le decimos: “Señor, ayúdanos, que podamos amarte y adorarte; ayúdanos a derrotar todo lo que trae la muerte a esta humanidad con tu resurrección, manifiesta a través de nosotros que el hambre, los conflictos armados, los reproches, pueden acabar si mostramos la resurrección, si cambiamos el corazón de los hombres y lo podemos hacer con tu fuerza”», concluyó.
Tras la liturgia de la luz y la de la Palabra, en la liturgia bautismal, todos los fieles renovaron sus promesas bautismales y fueron bautizadas seis personas.