Los frailes dominicos de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Filipinas (Conde de Peñalver, 40) inauguran este jueves, 7 de marzo, un amplio programa de actividades con motivo del triple jubileo de santo Tomás de Aquino.
Como explica el párroco, padre Carlos Recas, OP, «la fiesta de santo Tomás de Aquino se celebraba el 7 de marzo, ya que fue en esa fecha, en 1274, cuando falleció. Pero, como siempre caía en Cuaresma, se decidió trasladar su festividad al mes de enero». En la parroquia han elegido «ese día, en el que se conmemora el 750 aniversario de su ‘dies natalis’, como inicio del programa de actividades que hemos preparado para festejar el triple jubileo de santo Tomás de Aquino, que conmemora: el 18 de julio de 2023, el VII centenario de su canonización; en 2024-2025, el VII centenario de su nacimiento; y el 7 de marzo de 2024, los 750 años de su ‘dies natalis’. Y culminará el 28 de enero de 2025».
Reconoce que «se ha dicho de santo Tomás que ha sido el más santo de todos los sabios y el más sabio de todos los santos. Nació en la localidad italiana de Roccasseca en 1224/5, de familia noble. Y, a los 5 años de edad, su educación y estudio fue confiado a los monjes de Montecassino. A los 14 años, en Nápoles, se produce su encuentro con la filosofía de Aristóteles, y conoce la Orden de los Predicadores (dominicos) que cambiará su vida. La predicación centrada en la Gracia de santo Domingo de Guzmán, y la vida de estudio y pobreza, lo llevan a comenzar su noviciado. En París conoce a san Alberto Magno, su maestro, pasando posteriormente al Studium Generalis de la Orden en Colonia, para completar sus estudios de Teología».
«La atracción por aquella forma de vida -prosigue- tiene sobre santo Tomás un influjo poderoso, por tres razones. La primera, la predicación centrada en la Gracia que santo Domingo ejerce, y sus hijos después de él continúan; la segunda, una vida que entiende el estudio como principal forma de observancia; y, por último, una vida vivida desde la pobreza mendicante».
«A sus 27 años -apunta- enseña en París la Biblia, son famosas las sentencias de Pedo Lombardo, y resuelve cuestiones con nuevos artículos y argumentos más claros. En 1259, en Roma, siendo regente del Studium Generalis de la Orden, comienza la Summa Theologieae. Y, de vuelta a París, en 1268, centra su reflexión en tres frentes: la defensa de la vida religiosa, la asimilación de Aristóteles frente a los averroístas, y la Summa Theologiae. A partir del 6 de diciembre de 1273, y ante la extrañeza y la pregunta de fray Reginaldo, su confesor, secretario y amigo, responderá: “No puedo, ante lo que he visto, todo me parece paja”». «Invitado por el papa Gregorio X a participar en el Concilio de Lyon de 1274 -añade-, Tomás se pone en camino y, sintiéndose sin fuerza, se prepara en la abadía de Fossanova a recibir la unción y esperar la muerte. Falleció el 7 de marzo de 1274, en olor de santidad».
Uno de los grandes pensadores de la humanidad
Para el padre Carlos Recas, «santo Tomás de Aquino es uno de los grandes pensadores que ha dado la humanidad. Su pensamiento está regido por Dios, concretándose en su amor a la Eucaristía (Oficio del Corpus Christi, Adoro te devote, innumerables artículos y obras compendio), a la Virgen y a la Iglesia».
Asegura que «santo Tomás vivió con gran amor a la Orden que profesó, los dominicos, e inspiró grandemente el estudio de la Verdad desde la filosofía Aristotélica. Es el padre de la escuela tomista». Por eso, concluye, «ofrece al mundo actual un estudio apasionado por la Verdad, buscando en ella a Dios en la alta contemplación, mirando al prójimo para iluminarlo con la luz recibida del Eterno, amasada con la razón. Contemplar y dar lo contemplado es la tarea de quien se dedica al estudio del misterio divino. Tomás es un buscador de los caminos de Dios en el mundo iluminado por la fe y la razón. Su actitud es válida siempre. Tomás de Aquino es ejemplo de estudio y meditación para doctos y fieles sencillos».