La parroquia Santa Maravillas de Jesús ha inaugurado este lunes, 1 de julio, su campamento urbano para menores de 4 a 10 años. Hasta el domingo 14, un total de 21 niños y niñas disfrutarán de un amplio programa de actividades, acompañados por 6 monitores y 3 colaboradores eventuales.
Como explica el párroco, Francisco Pérez Sánchez, «algunos de los pequeños que participan en esta iniciativa asisten durante el curso a diferentes acciones catequéticas, y otros todavía no, porque tienen 4, 5 o 6 años. Algunos también pertenecen a familias atendidas por Cáritas. Pensando en todos ellos, hemos diseñado un calendario que comienza a las 9 de la mañana y concluye a las 6 de la tarde. Tenemos dinámicas de todo tipo: juegos, talleres, el Oratorio… Tres días a la semana hay salida a la piscina. También vamos a hacer una excursión, a las Presillas. Y este sábado realizaremos una salida con los padres. Además, todos los días los pequeños comen en la parroquia gracias a un equipo de 4 personas, entre ellas un cocinero jubilado, que se encargan diariamente de elaborar la comida».
«Sin embargo -incide- el Oratorio es el centro de nuestro campamento urbano. De hecho, los menores participan todos los días en la Misa parroquial. Es cierto que la hemos adaptado a ellos, pero no deja de ser la Misa de la parroquia». Además, la implicación de los padres en estos días que combinan descanso con vacación y formación es muy importante. «Este sábado realizaremos una salida con padres e hijos. Y, los domingos, los pequeños asisten con sus progenitores a la Misa de las familias», remarca el párroco.
«Este campamento urbano -comenta- se puso en marcha hace 5 años, aunque se tuvo que interrumpir por la pandemia. En el fondo, no deja de ser una ayuda para la conciliación familiar. Aunque nosotros la organizamos sobre todo con el objetivo de que niños, monitores y familias nos acerquemos más a Jesús», insiste. «Lo enfocamos como una actividad educativa y formativa, que sirva de complemento a la formación anual que reciben los menores. Los niños aprenden a poner en práctica diferentes valores, que brotan de diferentes pasajes evangélicos, pues, sobre todo, es una actividad evangelizadora. Una escuela de fe en la que pueden llegar a conocer a Jesús a través de las diferentes dinámicas que realizamos, porque todas tienen un tinte catequético».
«Este año -prosigue- hemos elegido como lema Las Olimpiadas, en alusión a las que se van a celebrar en París. Cada día tiene un lema olímpico y un pasaje evangélico que orienta esa jornada». «Los pequeños están encantados», asegura Francisco Pérez. «El lunes, que fue nuestro primer día, estábamos de estreno. Y estaban muy contentos», concluye.