Con motivo del V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, la Congregación de la Virgen de la Paloma ha preparado una peregrinación a Ávila – Alba de Tormes, conjuntamente con la feligresía y cuantos estén interesados en la vida y obra de Santa Teresa. Se trata de una oportunidad única y privilegiada, salir en peregrinación juntos, para descubrir a Santa Teresa, y una gracia muy especial, para obtener la indulgencia plenaria.
La salida está prevista para el sábado 13 de junio, a las 8,45 horas, para regresar el domingo 14, por la noche. La inscripción está abierta en el despacho parroquial, hasta el 25 de abril. Precio por persona: 115€, incluye, alojamiento, pensión completa, visitas y viaje en autocar. Forma de pago:
1º Entrega de 65€ con la ficha de inscripción en el despacho parroquial (martes, miércoles, viernes o sábado, de 11,00 a 13,30 horas)
2º Ingreso de 50€, hasta el 30 de abril, en la cuenta corriente: ES50 2100-1633-59-0200220912 (La Caixa) Concepto: “Nombre de la persona”.
Este domingo, 12 de abril, comenzarán las actividades con las que la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia (c/Arroyo del Olivar, 100) conmemora sus bodas de oro. Y lo harán con una Misa solemne, a las 12,30 horas, presidida por el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, y concelebrada por el Vicario Episcopal de la IV, Pablo González, el párroco, José Luengo, y los sacerdotes adscritos al templo parroquial.
Durante la próxima semana, días 13 al 18 de abril, cada día la Misa de las 19,30 horas estará presidida por uno de los sacerdotes que a lo largo de estos 50 años han sido párrocos en dicho templo. Los actos conmemorativos concluirán el domingo 18 de abril con la celebración de una solemne Eucaristía, a las 12,30 horas, presidida por el Vicario Episcopal, Pablo González, y concelebrada por el párroco y los sacerdotes que a lo largo de este medio siglo han estado vinculados a la parroquia.
“Seamos ‘testigos de la Resurrección’” es la invitación que nos hace el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, en su carta semanal de la primera semana de Pascua. “Sí, dice, testigos del Resucitado, pues hemos de saber decir a todos los hombres: ‘vivo así porque he visto al Señor’. Así lo hicieron los primeros cristianos. Ha de ser el encuentro con Jesús vivo, con el Resucitado, el que me convierte y fascina para poder decir en medio de este mundo que la Vida es Cristo. Por eso, los bautizados, al morir en Cristo al pecado, nacemos a una vida nueva y somos restablecidos gratuitamente en la dignidad de hijos de Dios. En este sentido, en la primera comunidad cristiana el Bautismo era considerado como la ‘primera resurrección’. Él es nuestra Pascua”.
Recuerda que “el acontecimiento de la Resurrección es la verdad fundamental de nuestra fe, verdad histórica ampliamente documentada, aunque hoy, como en el pasado, no faltan quienes de formas diversas la ponen en duda o incluso la niegan. Por eso es importante caer en la cuenta de que el debilitamiento de la fe en la Resurrección de Cristo hace débil el testimonio de los creyentes. Si falla en la Iglesia la fe en la Resurrección, todo se paraliza, todo se derrumba. ¡Cristo ha Resucitado! Y es importante, porque la adhesión de corazón y de mente a Cristo muerto y resucitado cambia la vida e ilumina la existencia de las personas y los pueblos con la Luz que es el mismo Cristo resucitado. Es esta certeza la que nos infunde valentía, audacia profética, perseverancia. Es esta certeza la que nos da la alegría verdadera para seguir regalando a nuestro mundo la fascinación de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Atrae de tal manera que hombres y mujeres, jóvenes y niños, de todas las procedencias y de todas las culturas, desde los inicios del cristianismo, han creído en el Resucitado y han sido capaces de dejarlo todo para seguirlo y ponerse al servicio del Evangelio”.
“Las palabras del Señor: ‘Yo soy la Resurrección y la Vida’, explica, nos invitan a beber en la fuente de la vida, a entrar en comunión con el amor de Cristo. Y así, ser ‘testigos del Resucitado’. Cuando nos hemos encontrado con Cristo resucitado, cuando entramos en contacto, más aún, en comunión con Él, que es la Vida misma, ya hemos cruzado el umbral de la muerte, ya estamos en contacto, más allá de la vida biológica, con la Vida verdadera. La resurrección de Cristo es la razón de nuestra esperanza y ha introducido al ser humano en una nueva comunión de vida con Dios y en Dios. Esta es la victoria de la Pascua. Por eso podemos decir con San Agustín: ‘la resurrección de Cristo es nuestra esperanza’, porque nos introduce en un futuro nuevo”.
“‘Testigos de la Resurrección’. insiste. Éste es nuestro nombre. Ésta es nuestra tarea. Éste es nuestro camino. Ésta es nuestra misión. Y ésta tiene que ser nuestra salida y nuestro mensaje a todos los hombres: ‘¡Feliz Pascua! Cristo ha resucitado verdaderamente’. Éste es el gran día que hizo el Señor. La alegría se desborda, viene de dentro. Dejemos que esta experiencia se imprima en nuestro corazón y se transparente con nuestra vida. Dejemos que el asombro gozoso del domingo de Pascua se irradie en nuestros pensamientos, miradas, actitudes, gestos y palabras. Seamos ‘testigos de la Resurrección’. Es la Luz misma de Cristo que dentro de nuestro corazón se convierte para nosotros y para los demás en una fuente de gozo, de convicción, de atracción para otros hombres, pues ven en nosotros presencia de la Resurrección de Cristo. Esto es ser ‘testigos de la Resurrección’”.
“Tengamos la certeza de que Cristo resucitado está vivo y operante en la Iglesia y en el mundo, prosigue. Él es la Buena Noticia. No busquemos dar otras noticias que están muertas y dan muerte. No nos encerremos en ninguna forma de egoísmo. No nos dejemos seducir por palabras vanas ni por proyectos que no sacan de ningún atolladero, ni a nosotros ni a los demás. No olvidemos a Dios, a Jesucristo Resucitado, que es la única manera de no olvidar al prójimo. Aspiremos a la belleza verdadera, a la justicia auténtica, a la paz del Resucitado que elimina todas las armas y solamente deja su Amor”.
“‘Testigos de la Resurrección’ para decir siempre y en todo lugar: ‘venid y veréis’. Para ello contemos con su Amor, que nos empuja a amar. Afrontemos los problemas de frente y con la luz de Jesucristo. Vayamos con la fuerza de los primeros cristianos. Caminemos con la vida que Él nos entrega. Seamos hombres y mujeres que en la Iglesia describimos la misma historia de amor que describió el Señor. Creamos que el diálogo con Él hace milagros, y nos enseña a dialogar con todos los hombres. Comprendamos, vivamos y proclamemos que vivir egoístamente es una estafa para todos los hombres. Seamos testigos en medio del mundo, eludiendo ser cristianos de museo y mojándonos en los caminos de los hombres. Dejemos que Él nos ame. El Señor es fiel y no desilusiona. Por eso debemos dar la vida a los demás”, concluye.
La Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena celebra este año el 375 aniversario de su fundación.
Con el lema “Siempre fieles a tu amor, desde 1640”, se están desarrollando una serie de actividades. Así, esta tarde la Catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá la tradicional Misa mensual a las 19,00 horas. A continuación, los Heraldos del Evangelio ofrecerán un concierto dentro del templo catedral.
Además, este fin de semana, días 11 y 12, peregrinación a la Parroquia de Nuestra Señora de las Delicias, de la Vicaría V, donde se acercarán a venerar a la Patrona de Madrid los fieles de la zona.
Y el sábado 18, ofrenda de caridad a la Beata Mariana en el convento de Mercedarias Descalzas de don Juan de Alarcón (c/Valverde, 15). Considerada por el Ayuntamiento de Madrid Copatrona de la ciudad, esta santa, cuyo cuerpo incorrupto se encuentra en el convento de las Hermanas Mercedarias, atendió a los pobres de Madrid en el siglo XVII. Las Hermanas Mercedarias continúan su obra de caridad, y cada 18 de abril organizan una recogida de alimentos para pobres, en la que este año colaborará la Real Esclavitud.
Bendición Apostólica Con motivo del 375 aniversario de la fundación de la Real Esclavitud de Santa María la Real de la Almudena, que se conmemora este año, el Santo Padre Francisco ha enviado una Bendición Apostólica. En su mensaje, invita a los miembros de la misma “a crecer en la vida cristiana”. “Recordando los orígenes de esta Asociación bajo los auspicios del Rey Felipe IV, distinguido por su fervor mariano, les exhorta a cultivar la relación filial con la Madre de Dios, e imitando su espíritu de humildad, a renovar el propósito de dejarse conducir por Ella en el camino marcado por el Evangelio para adherirse firmemente a la Persona de su Hijo Jesucristo, pidiendo a Ella que les ayude a contagiar a todos la alegría de la fe. Asimismo, imbuidos en el espíritu de servicio de la Virgen María, a fin de ser testigos del amor de Dios, el Papa les anima a crecer en la caridad, llevando el consuelo y la esperanza a todas las personas, especialmente a las más necesitadas, contribuyendo así al bien de la sociedad madrileña”.