Madrid

Monseñor Osoro pide seguir el ejemplo de san Pantaleón y "dar a conocer la vida del Señor"

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El arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, ha presidido esta tarde en el Real Monasterio de la Encarnación una Misa solemne en honor de san Pantaleón, con motivo de su festividad. Durante la homilía, ha subrayado que “el Señor cambió la suerte de san Pantaleón como cambia la nuestra”, ya que “le hizo vivir la alegría permanente porque es Él quien da con su entrega la verdadera alegría”, y ha incidido en que hay “algunos aspectos” que el santo mártir “vivió de una forma especial” y que también debemos vivir los demás “desde la Palabra del Señor”.

En este sentido, monseñor Osoro ha señalado que “el Señor nos dice que no tengamos miedo, que Él nos guía, que Él está a nuestro lado, que Él no nos niega; sino que nos tiene como hijos suyos, nos afirma. Nos dice que la Verdad de nuestra vida la vivimos en su máximo esplendor cuando la ponemos en manos de Dios”. “Vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados, no tengáis miedo”, ha aseverado.

Además, el arzobispo de Madrid ha incidido en que “el ser humano ha sido diseñado a imagen de Dios y ha sido salvado por Jesucristo; cuando había tomado la decisión de ir por su cuenta y había andado por un camino de perdición, de ruptura con los demás, el Señor vuelve, se hace hombre y nos dice dónde tenemos que poner el acento en nuestra vida, dando siempre testimonio de Él”. “Dad a conocer el tesoro que tenéis: la vida de Nuestro Señor Jesucristo en vuestra vida. [...] Habéis recibido la vida del Señor por el Bautismo, habéis recibido esa vida que rompe muros de separación, que une a los hombres, que establece una capacidad de amor al otro hasta dar la vida”, ha remarcado.

Este tesoro, según ha recordado, lo llevamos en “vasija de barro”. “Nos lo ha regalado por pura Gracia Jesucristo Nuestro Señor para que se manifieste en nuestra vida, como se manifiesta en la vida de san Pantaleón. Descubrimos cómo en él se manifiestan la fuerza y el poder de Dios en vasija de barro. San Pantaléon tuvo la fortaleza de creer en la fuerza de Dios; no en la que él tenía, sino en la que venía de Jesucristo, en la Gracia del Señor. Esa fuerza y esa Gracia nos la sigue manifestando hoy: dad a conocer el tesoro que tenemos. Dad a conocer la vida del Señor, no la guardemos para nosotros”.

"Somos portadores de la Gracia, llevémosla con obras"

Asimismo, monseñor Osoro ha explicado que la invitación a no tener miedo y a compartir el “tesoro” que llevamos dentro se completa con una llamada a creer y a actuar en consecuencia. “El Señor nos dice creí, por eso hablé. Creed y hablad; no seamos solo palabreros, no seamos hombres y mujeres que decimos palabras sin contenido profundo. [...] Creamos que somos de Dios siempre, en la vida y en la muerte; somos posesión de Dios, Él nos ha soñado, Él nos regala su amor y su entrega para que esa entrega suya la hagamos presente en medio de los hombres. Por eso el Señor nos dice creed y hablad. Sois sembradores de la Gracia de Dios, hermanos; somos portadores de la Gracia, llevémosla con obras que hagan creíble la vida de Nuestro Señor Jesucristo y las maravillas que obra el Señor en cada uno de nosotros cuando nos dejamos invadir por su Gracia”.

“Qué regalo más maravilloso nos hace el Señor hoy. El día que san Pantaleón conoció a Jesucristo vio un horizonte absolutamente nuevo; el mismo que estamos viendo nosotros. Este mundo necesita hombres y mujeres que, al estilo de san Pantaleón, imiten de tal manera a Nuestro Señor Jesucristo que estén dispuestos a hacer lo mismo que el Señor: dar la vida por amor”, ha concluido el arzobispo de Madrid.

* Para conocer más sobre la figura de san Pantaleón y su festividad, puede consultarse esta entrevista al capellán del Real Monasterio de la Encarnación, monseñor Joaquín Martín Abad.

Infomadrid / Rodrigo Pinedo

Monseñor Martín Abad: “Las reliquias de san Pantaleón nos reenvían al Cuerpo y a la Sangre de Cristo”

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La Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación celebra mañana, lunes 27 de julio, la festividad de san Pantaleón. Ese día, como cada año, una ampolla con la sangre del santo aparece en estado líquido, mientras que normalmente permanece en estado sólido.

La Iglesia abrirá sus puertas hoy, domingo 26 de julio, a los numerosos fieles que acuden a venerar las reliquias del mártir estos días. Y mañana, lunes 27 de julio, a las 19:00 horas se celebrará una Misa solemne, presidida por el arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, y concelebrada por el capellán del Monasterio, monseñor Joaquín Martín Abad, junto a otros sacerdotes.

Coincidiendo con la festividad, Alfa y Omega ha hablado con monseñor Martín Abad.

P.- ¿Cómo acoge la ciudad de Madrid esta fiesta tan importante para la capital?

R.- Como ya es una tradición muy larga, acuden a la Iglesia del Real Monasterio de la Encarnación cada año, en día y medio, entre 7.000 y 10.000 personas. No solo de Madrid, sino también de distintas regiones de España y de algunas naciones del extranjero. Vienen a pedir favores, pero nos impresiona más que vengan a dar gracias por los favores recibidos anteriormente. Hace poco, una señora contaba cómo un día que vino a la fiesta le retó al santo: “Si es verdad, concédeme que mi marido tenga trabajo”. Y lo obtuvo inmediatamente. Un joven ha venido a solicitar la intención de la Misa en acción de gracias por la operación de la que favorablemente ha salido su padre. Y, así, podríamos relatar muchos más casos…

P.- ¿Se ha convertido, por tanto, el 27 de julio en una fecha clave para esta Iglesia que peregrina en Madrid?

R.- En realidad, quienes acuden a la Iglesia para venerar la reliquia del santo hacen una peregrinación. Muchos, incluso, a pie. Y en la peregrinación se incluye recibir el sacramento de la Penitencia, así como participar después en la Eucaristía. La sangre de los mártires nos remite siempre a Jesucristo y, en este caso, las reliquias de San Pantaleón nos reenvían al Cuerpo y a la Sangre de Cristo, que celebramos y recibimos en la Eucaristía.

P.- Dieciséis años como capellán, custodiando las reliquias de San Pantaleón… ¿qué es lo más especial que ha vivido durante todo este tiempo?

R.- Llevo desde 1999 aquí, pero son muchos los capellanes que han pasado por este Monasterio desde 1616. El año que viene celebramos los 400 años cabales desde el 2 de julio, cuando vinieron la Sierva de Dios, Mariana de San José, y las primeras monjas hasta ahora. Lo más especial que vivimos aquí es la atención a la comunidad de Monjas Agustinas Recoletas, con la iglesia abierta en su culto a todos los fieles, y la dedicación de las monjas de clausura, en oración y trabajo, penitencia y dedicación de toda su vida al servicio de la Iglesia y la salvación de todo el mundo.

P.- En estos momentos, por determinadas circunstancias, los cristianos estamos viviendo un tiempo convulso y la fe necesita, más que nunca, ser vivida con autenticidad, ¿cómo puede ayudarnos la figura de san Pantaleón?

R.- En la fidelidad y en la caridad. San Pantaleón, después de su conversión y su bautismo, dedicó su vida como médico a ejercer la medicina gratis, con tal caridad y de tal forma que le pusieron de apodo anarjirós, el sin plata. Y también en la fidelidad. Cuando fue acusado, también por envidia de sus colegas y padeció un tormento tras otro, permaneció fiel a Jesucristo hasta el final. Su intercesión nos ayuda a ser más caritativos y más fieles.

P.- Por tanto, podemos decir, un año más, ¿que siguen existiendo los milagros?

R.- El fenómeno de la licuefacción de la sangre de san Pantaleón no está definido como milagro por la Iglesia, aunque sucede y no se encuentra explicación científica. Durante el año, el contenido de la ampolla permanece en estado sólido, como en Ravello (Italia), de donde procede esta porción de sangre, y el 27 de julio de cada año es cuando está en estado líquido después de un proceso muy lento de cambio de color –de parduzco y opaco a rojizo y trasparente–, y de aumento de volumen, de estar con el menisco de la superficie en forma cóncava a horizontal e, incluso, un poco convexa. No ha habido año alguno en que no se haya licuado por su fiesta, así que no es verdad esa leyenda urbana que algunos creen que va a haber catástrofes si no se licúa, porque hay constancia, año tras año, en los siglos que aquí lleva la reliquia, de su licuefacción puntual todos los años.

P.- ¿Y qué significa que vaya el arzobispo de Madrid a celebrar este día con toda la comunidad?

R.- Monseñor Carlos Osoro mostró su voluntad de acudir, en cuanto se le informó, como está haciendo en todas las parroquias, iglesias e instituciones a las que se le invita o que él mismo toma la iniciativa. Como es el primer año que está en la archidiócesis, acude a la fiesta creo que por el santo, por las monjas y por los fieles que acuden a la Iglesia. Es una alegría muy grande tener al obispo y pastor en esta ocasión porque con él podemos mostrar nuestra eclesialidad diocesana y en él nuestra eclesialidad universal, con el Papa Francisco y con toda la Iglesia.

P.- Aquellos que no hayan ido nunca a visitar el Monasterio y que no conozcan esta festividad litúrgica, ¿qué van a encontrarse allí y por qué les recomienda no perdérselo?

R.- Se van a encontrar con un templo de los más bellos de Madrid, con la posibilidad de venerar la reliquia de un hueso de santo (se da a venerar cada media hora) y contemplar directamente la reliquia de la Sangre, que se pone junto al altar en un expositor que envía la imagen por medio de una cámara de lapicero y la transparencia que ofrece una lámpara de luz fría a dos televisores para que se vea la ampolla en tamaño ampliado.

Se van a encontrar, también, con la posibilidad de reconciliarse en el sacramento de la Penitencia y de participar en la Eucaristía hoy, domingo 26, a las 19:00 y a las 20:30 horas. Y también mañana, lunes 27, la fiesta del Santo Mártir, a las 8:00 horas, a las 10:00 horas y a las 12:00 horas, así como a las 19:00 horas y a las 20:30 horas. El arzobispo celebrará la Misa de mañana a las 19:00 horas.

Carlos González 

Mons. Osoro recibe a los protagonistas de la última película de Cotelo

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Monseñor Carlos Osoro ha recibido esta tarde al sacerdote Sergio Muñoz Fita, venido desde Estados Unidos para presentar al arzobispo de Madrid la cinta Huellas, una película-documental sobre el Camino de Santiago protagonizada por diez jóvenes americanos y dirigida por Juan Manuel Cotelo (La última cima).

El padre Sergio ha acudido al encuentro acompañado por algunos de los jóvenes peregrinos, otros chicos de la parroquia de Santa Ana de Gilbert (Arizona), así como sus padres y algunos compañeros del Instituto secular Servi Trinitatis, al que pertenece y que está incardinado en Madrid.

Durante el encuentro, monseñor Osoro ha podido ver el documental y ha compartido unos minutos de diálogo con los responsables de la cinta.

"Descubrir lo que quiere Dios"

El padre Sergio Fita, natural de Cuenca, recaló en Phoenix invitado por su obispo para atender a los fieles de habla española, la mitad de todos los feligreses de la diócesis. "En enero de 2012, voy a Estados Unidos y me nombran párroco de Santa Ana, en la ciudad de Gilbert (Arizona)". Sergio se encontró con una comunidad muy viva: "Van a Misa más de 4.000 personas. Cada semana tenemos 30 horas de confesiones", cuenta el sacerdote.

En 2014, el sacerdote decidió hacer el Camino de Santiago con jóvenes de la parroquia y propuso a Cotelo grabar la experiencia. De esta forma, Huellas se ha convertido en la historia de diez jóvenes americanos que cruzan el Atlántico para hacer el Camino de Santiago y "descubrir así lo que Dios quiere de ellos", según el sacerdote.

Ahora la película está en su fase final de postproducción y todavía no se sabe cuándo llegará a España. De momento, solo algunos obispos han podido ver una primera versión de la película. Hoy la ha visto monseñor Osoro, mientras que el viernes, vigilia de la fiesta de Santiago, el arzobispo de Santiago de Compostela y un nutrido grupo de prelados españoles también tendrán la oportunidad de ver la cinta.

Infomadrid / José Calderero

Monseñor Osoro: "La democracia es incompatible con el aborto y las desigualdades sociales"

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“La democracia es incompatible con un acto de violencia tan irreparable como el aborto, con situaciones de desigualdad social como los desahucios o con el hecho de que haya niños viviendo entre ratas, como pasa hoy en lugares como Madrid”. Así lo ha manifestado hoy monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, durante su intervención en el curso Regeneración democrática: Constitución, comunicación y consenso, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial.

Durante su ponencia, monseñor Osoro ha explicado que “una vida democrática cuyo protagonista sea la sociedad civil, siempre tiene que contar con el principio de subsidiariedad” del Estado al servicio de la persona, pues “es lo que impide que la democracia sea monopolizada por los partidos y las instituciones públicas”.

Según ha explicado el arzobispo madrileño, para que se dé hoy una regeneración democrática en España es necesario que las instituciones públicas, los partidos políticos y la sociedad civil se planteen tres cuestiones: “Qué peso otorgamos a cada vida humana, en todas y cada una de las etapas de su ciclo vital”; “qué lugar ocupan en la política los pobres, y todos aquellos a los que el Papa se refiere como sobrantes humanos”, y cómo se ejecutan políticas sociales “que permitan a la gente encontrar un trabajo digno, proteger a la familia y corregir las asimetrías sociales”.

Asimismo, ha señalado que “en España no habrá regeneración política sin un rearme ético y moral, que integre en la vida pública y en las instituciones el orden de los valores”. Porque desde la doctrina de la Iglesia, “la democracia no es sólo una forma de organización política, sino una opción ética que salvaguarda la dignidad de la persona”.

El vicepresidente de la CEE ha advertido de que “el relativismo ético es una de las amenazas más peligrosas para la democracia”, pues no reconoce un orden de valores objetivos, y “una democracia sin valores, rápidamente se convierte en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la Historia: no hay que olvidar que Hitler fue elegido democráticamente”. Además, ha denunciado que también “la corrupción es una de las deformaciones más graves de la democracia”.

"Introducir la cultura del perdón en la vida política y pública"

Monseñor Osoro también ha explicado que una de las grandes aportaciones de la Iglesia a la regeneración en España es su visión de la dignidad humana pues “la visión cristiana no de la sociedad no supone someter a los que no creen, sino blindar la dignidad de la persona para que no quede al albur de ningún contexto”. Algo que se ve especialmente en la atención de la Iglesia a los pobres y excluidos, “que son un bofetón a nuestra conciencia moral y política”. “El cristianismo da a los pobres un estatuto humano; los excluidos son considerados por la Iglesia como sacramento y criterio para el juicio final”, ha aseverado

Por eso, el prelado madrileño ha pedido “introducir la cultura del perdón en la vida política y en la vida pública” de España, y generalizar una regla de convivencia basada en cuatro puntos: “no juzgar, perdonar, no condenar, y darse”. Y ha brindado la colaboración de la Iglesia “para contribuir al bien común”; al tiempo que ha recordado que las relaciones Iglesia-Estado deben darse “desde la independencia, pero también desde la colaboración”, que huya “del cesaropapismo y del neoconfesionalismo, pero también de la beligerancia contra todo lo religioso”, pues “nadie tiene por qué eliminar la libertad de los creyentes para poder ejercer públicamente sus derechos y mostrar en público su fe”. Por ejemplo, “si nadie se opone a que en una universidad haya pistas de pádel, piscinas, salas de yoga o espacios de expresión artística, no entiendo por qué no puede haber espacios para la participación y celebración de la dimensión religiosa”, ha añadido.

Osoro Complu 2

Infomadrid /José Antonio Méndez