Madrid

El Arzobispo de Madrid pide difundir la encíclica del papa Francisco y cuidar de la creación

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El arzobispo de Madrid Carlos Osoro animó hoy a difundir la encíclica 'Alabado seas' del Papa Francisco, para "cuidar de los demás que nos rodean, apoyados en la seguridad de que no estamos a la intemperie sino apoyados en la fuerza de ser hijos de Dios".

"Cuidando de los demás y de lo creado viviremos lo que el Papa nos pide con urgencia", añadió, "valorando que todos son imágenes vivas de Dios, que tengo que cuidar  y guardar".

El arzobispo de Madrid, Carlos  Osoro, presidió la concelebración eucarística que tuvo lugar en la catedral de La Almudena, en la ciudad donde san Josemaría fundó el Opus Dei el 2 de octubre de 1928 y de cuyo fallecimiento se cumplen hoy 40 años.

El arzobispo Osoro se refirió al fundador del Opus Dei como "un santo que hizo percibir  a muchos el rostro de Cristo a través de la Obra que fundó en servicio de la Iglesia". Dijo también que san Josemaría nos enseña "el valor del trabajo hecho por amor y en servicio de los demás, a quienes hemos de llevar afecto y cercanía".

Explicó que el fundador es ejemplo de "dar aliento y amor a todos, de cuidar  de las criaturas y de lo creado, con la fuerza de la gracia de Dios y no confiados en nuestra insuficiencia".

Numerosas eucaristías se han celebrado hoy en España para conmemorar la fiesta litúrgica de san Josemaría Escrivá, así como en otras ciudades de los cinco continentes donde viven devotos del santo español.

San Josemaría Escrivá (1902-1975) nació en Barbastro (Huesca) en 1902. Ordenado sacerdote en 1925, comenzó su labor pastoral en parroquias rurales y difundió la llamada universal a la santidad.

La festividad litúrgica de San Josemaría Escrivá fue instituida tras su canonización en octubre de 2002 por el Papa san Juan Pablo II, que  se refirió a él como “el santo de la vida ordinaria". Durante su vida, san Josemaría dedicó buena parte de su labor sacerdotal a las familias.

En estas concelebraciones que han tenido lugar en numerosos países, se ha dedicado una plegaria especial por las familias afectadas por la crisis y por las intenciones formuladas por el Papa Francisco. Entre otros lugares, hoy se han celebrado por vez primera en La Habana (Cuba), además de lugares como Dakar, Kigali, Almaty, Beirut, Ho Chi Minh, Mumbai o Managua.

"En diálogo y unión con Cristo, el hombre puede vivir la verdad de su vocación última"

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La Universidad San Dámaso organiza, del lunes 29 de junio al miércoles 1 de julio, el curso Fe en Cristo y búsqueda de lo humano en el siglo XXI, enmarcado en los Cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial. "Desde la fe y experiencia cristiana se puede decir que en diálogo y unión con Cristo el hombre puede vivir la verdad de su vocación última y, en este sentido, ser más feliz", afirma el director del curso, Gerardo del Pozo, decano de la Facultad de Teología de la USD en declaraciones a Alfa y Omega.

El curso organizado por San Dámaso se llama Fe en Cristo y búsqueda de lo humano en el siglo XXI. ¿Qué tiene que decir Cristo al hombre de nuestros días?

Cristo se revela como el Hijo de Dios hecho hombre. Es Dios y es hombre. Más aún: es también el hombre verdadero, el hombre pleno, el que realiza lo humano. Unidos a Él podemos llegar a ser más plenamente hombres. En Él se nos manifiesta y se nos da la posibilidad de realizar la vocación suprema del hombre, la comunión con Dios y con los hombres.

¿Se puede decir entonces que con Cristo uno es más feliz?

Efectivamente, desde la fe y experiencia cristiana se puede decir que en diálogo y unión con Cristo el hombre puede vivir la verdad de su vocación última y, en este sentido, ser más feliz, pero sin olvidar que el camino de Cristo pasa por la Cruz. El que solo busca agradarse a sí mismo acaba perdiéndose, porque el hombre está llamado a salir desde sí mismo a la comunión con Dios y con los hombres. El ser humano solo alcanza su plenitud en la medida en que responde a esta llamada a salir fuera de sí, hacia Dios y los demás. Cristo es el Camino, pero se trata de un camino distinto al de una satisfacción inmediata. Él proporciona la felicidad plena en el más allá que comienza aquí. El hombre encuentra en Él la verdad de su vida, una correspondencia con lo que va buscando aunque no sepa formularlo de antemano.

El curso aborda de manera especial la figura de la mujer, sobre todo desde la visión cristiana. ¿Por qué han querido entrar en este tema?

Habrá quien diga: "¡Qué tendrá que decir la Iglesia sobre la mujer!". Es uno de los temas de nuestro tiempo. El feminismo se justifica como una reacción a una situación de injusticia, pero también tiene sus riesgos. A veces busca la lucha de sexos. Otras veces relativiza la diferencia sexual, que es un dato objetivo puesto por Dios Creador. O sitúa la diferencia a un nivel meramente cultural o lo reduce a una mera opción humana.

La mujer ha sido sometida en las últimas décadas al experimento de la teoría de género. El curso también aborda otros experimentos realizados sobre el ser humano en el siglo pasado. ¿Cree que hemos aprendido la lección de las ideologías?

Las ideologías, en realidad, no están abiertas a la totalidad de realidad y la experiencia humana, sino que intentan dominarlas. Es verdad que ha habido un sometimiento de la mujer al hombre, es una verdad histórica, pero la teoría de género no parte de la realidad de que el hombre nace como hombre o como mujer, y de que estamos llamados a la comunión, algo que tiene sus raíces en la propia biología. No podemos construir nuestro sexo de manera arbitraria, no podemos elegir caprichosamente nuestro género. Necesitamos acoger lo que hemos recibido como criaturas de Dios, darnos cuenta de que no somos dueños absolutos de nuestro ser. Somos criaturas de Dios. Y nuestro primer deber es reconocernos como tales.

Son ya varias ediciones de los cursos de verano de la Complutense en los que ha participado la Universidad San Dámaso. ¿Cuál es el balance que hace de esta colaboración?

Distingo dos fases. La primera duró seis años. Luego se interrumpió y el curso pasado volvimos a organizarlos. Agradecemos a la Universidad Complutense su acogida. Es un ámbito civil y no confesional. Pero no nos sentimos en casa ajena, porque en su origen la UCM fue fundada por el cardenal Cisneros. Además es bueno el contacto entre la Teología y las diversas ciencias que hay en la Universidad: La teología ayuda a plantear las cuestiones últimas. Nos queremos hacer presentes en la Universidad para que pueda abordarse la cuestión de Dios y todas las cuestiones sobre el hombre que penden de esa gran pregunta.

Infomadrid / Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

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Mons. Osoro al nuevo rector del Seminario: “Haced hombres que digan aquí estoy Señor para hacer lo que quieras”

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Con dos misas, una de despedida y otra de toma de posesión, el Seminario Conciliar La Inmaculada y San Dámaso de Madrid ha cambiado de rector, que no de rumbo. “Se trata, siempre de ayudaros y de dar continuidad a una labor que don Andrés, ha realizado durante tantos años: la de formar a los sacerdotes, entre ellos al nuevo rector”, les ha dicho hoy el arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, a los seminaristas al inicio de su homilía. Minutos antes, Jesús Vidal Chamorro había tomado posesión de su nuevo cargo de rector, en sustitución de Andrés García de la Cuerda —recientemente nombrado vicario episcopal del Clero—.

Ambas eucaristías han estado presididas por el arzobispo de Madrid y concelebradas por un gran número de sacerdotes, entre los que se encontraban el rector saliente y el entrante. A todos, Osoro les ha recordado hoy que “estamos en los meses previos al año de la misericordia” y que “uno puede vivir en la dinámica del juicio o en la dinámica de la misericordia […]”. “Os invito a que hagamos todos juntos un Seminario que entre en la dinámica de la misericordia”, ha aseverado.

Durante su homilía, el arzobispo también se ha detenido especialmente en el título del Seminario, de La Inmaculada y San Dámaso. “La Virgen nos enseñó a estar disponibles para el Señor. Haced hombres que digan aquí estoy Señor para hacer lo que quieras, sin condiciones”,  ha advertido a los formadores, antes de recordar a los seminaristas que “de san Dámaso, un mártir, aprendemos que aquí se viene para dar la vida, para no tener horas para uno, son para Dios y para los demás”.

Por su parte, el nuevo rector ha intervenido al final de la misa y ha aprovechado para dar las gracias al arzobispo de Madrid por la confianza y para dar gracias al Señor porque “cuando Dios pide algo que nos supera es porque nos quiere dar un corazón más grande”. A todos los presentes, especialmente a los seminaristas, don Jesús les ha pedido “ser transparentes a la misericordia de Dios”.

Una gran ovación y la bendición final han cerrado la Eucaristía y han precedido al vino español que se sirvió en los comedores del Seminario, momento el que el nuevo rector ha recibido las felicitaciones de los asistentes.

Infomadrid / José Calderero

Para conocer la biografía del nuevo rector, así como la de los nuevos vicarios episcopales, consúltese esta información.

"Dios me ha puesto a vuestro lado"

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El ciclo Voces de Madrid del Teatro Español acogió la noche del miércoles al arzobispo de Madrid, Monseñor Carlos Osoro. «A priori, no es un lugar donde uno se puede encontrar a un arzobispo», bromeó el presentador del acto, el dramaturgo Ignacio García May, sorprendido ante el lleno total en el patio de butacas.

Antes de ser sacerdote, el actual arzobispo de Madrid estudió, entre otras cosas, Magisterio y Ciencias Exactas. García May quiso saber cómo un profesor termina siendo sacerdote. Y don Carlos contó como ya con seis años, durante la vista de un misionero a su parroquia, "al preguntar quién quería ser sacerdote, yo levanté la mano". Pasarían años hasta que eso se materializó. Un día, durante una de sus clases –siendo ya docente-, cuando "estaba escribiendo algo en el encerado, al volver la mirada y ver a todos los muchachos pensé: ¿Para esta gente no podría yo dar algo más que merezca la pena para el presente y para su futuro?" Ese día, "fue clave en mi vida. Por la tarde fui a ver a un jesuita y tomé la decisión"

Pero, "¿cómo se distingue la vocación religiosa de la estrictamente social?»", se preguntó el interlocutor. "No es separable. Hablar de Dios supone hablar del bien total y absoluto del ser humano", dijo Monseñor Osoro antes de recordar al auditorio que "Dios no solamente acerca a los que creen, como nosotros; nos acerca también a aquellos que creen todo lo contrario, no para imponérselo, sino para ofrecerles con nuestras vidas una manera de vivir en la que Dios no solamente no nos estropea, sino que nos da la plenitud de la existencia humana. Por tanto, es un bien social, porque me enseña a respetar al otro".

"En su discurso, dice muchas veces que su doctrina es hablar con todo el mundo. ¿Realmente, se puede hablar con alguien que no es creyente?», preguntó el moderador. "Yo tengo amigos  a los que a veces les digo: Es que no crees ni en las aspirinas. Tengo amigos que son amigos de verdad, han estudiado conmigo y nunca les he abandonado. Y en las cosas más importantes de su vida sí que me han preguntado qué es lo que yo pienso, lo cual quiere decir que se fían algo de mí".

El obispo que quiere conocer Madrid

García May recordó durante el diálogo una de las primeras visitas de don Carlos al Gallinero, en la Cañada Real. "Me siento con la responsabilidad de poder llegar al corazón de todos porque quiero ser pastor. El Buen Pastor de la parábola se ocupa naturalmente del rebaño que tiene, pero también va en búsqueda de los que van fuera. Yo quiero ser ese pastor. Tendría que ser un santo para conseguirlo, pero voy a intentarlo". Esto, añadió, "es lo que me lleva a recorrer todos los lugares donde vive la gente, y también donde hay más necesidad". "¿No es excesivo el peso de ver tanta injusticia o miseria?, se preguntó el presentador. "Sinceramente, le digo que sí", reconoció don Carlos. "Pensar que un ser humano a veces no tiene ni sitio donde poner el pie, porque el sitio que ocupa a lo mejor es de otros y le prohíben poner el pie, me estremece. Dios ha dado esta tierra al hombre para que pueda vivir en ella junto a los demás, en una relación no de guerra, sino de fraternidad?".

El arzobispo de Madrid, tras contar su periplo por diócesis como la orensana, Oviedo o Valencia, se dirigió a los presentes: "Dios me ha puesto a vuestro lado. A lo mejor alguno piensa no me importas para nada. Pues tú sí que me importas a mí. Así que, déjame a mi que me importes. Tengo que estar al lado de la gente, tengo que quererla". Esto le gustó al presentador, que reconoció haber estado un poco «preocupado porque nunca había hablado con un arzobispo". Aunque confesó, delante de él, "que he estado hablando con gente que le conoce y me han dicho que estuviera tranquilo".

En esta línea, el arzobispo de Madrid reconoció echar mucho de menos Valencia, donde "me sentía querido". "Han sido siete años donde no ha habido lugar que no haya pisado. Todos necesitamos ser queridos, y te cuesta dejarlo", señaló antes de asegurar que "el acto de obediencia más grande de mi vida ha sido cuando me han pedido que viniera a Madrid, porque estaba muy a gusto allí". "No sé si lo podré hacer bien, pero me he entregado totalmente desde que he venido", aseveró.

El día a día de un obispo

Uno de los objetivos del ciclo Voces de Madrid es conocer de cerca a personas de ámbitos diversos que formen parte de la vida matritense. Por eso, el auditorio quiso conocer cómo es el día a día del arzobispo. Incluso "desde su elección, porque no me imagino cómo es el procedimiento", admitió García May. "Yo estaba haciendo unos curso de música en Santander, y me llamaron de Nunciatura. Lo primero que pensé que me iban a preguntar qué hacía yo allí con los artistas, pero la noticia era otra. Era que el Santo Padre me nombraba obispo de Orense. Y pensé si sabrían quien era yo, porque creía que para ser obispo había que tener algo especial", respondió don Carlos. Así hasta hoy, tiempo que "ha sido una Gracia de Dios". "Me ha ensanchado el corazón, me ha hecho ver gentes muy diversas, de formas de pensar muy diferentes, y me ha hecho descubrir y acercarme a la persona, no por lo que piense o lo que haga, sino por lo que es".

Sobre su día a día, Monseñor Osoro explicó el propio día: "Me levanté a las 6:30 de la mañana y rezo, porque si no, hablo en vacío. Había quedado para ir a Servimedia para una entrevista. Y luego hemos desayunado. De ahí he marchado a CONFER, a ver a los religiosos y hemos celebrado la Eucaristía y comido todos juntos". Después, llegaron las visitas a su despacho de Bailén y «la hora para venir aquí».

Concluyó el arzobispo recordando que "es tiempo de esperanza, porque el ser humano, en lo más profundo de su corazón, está necesitado de la buena noticia, que no es otra que Dios le quiere".

El ciclo Voces de Madrid, también conocido como conversaciones matritenses, nació el año pasado con el objetivo de que el público pudiera conocer, en primera persona, testimonios de exponentes muy diversos que forman la vida de la capital. Desde el 15 y hasta el próximo domingo, 21 de junio, además del arzobispo, han pasado y pasarán por el escenario del teatro el antropólogo que descubrió los restos de Cervantes, Francisco Etxeberría; el Gran Mago Berni; Kirsti Baggethun, una traductora noruega; o Juanjo Crespo, comandante en el Cuartel General de la OTAN en Bétera, entre otros.

Infomadrid / Cristina Sánchez Aguilar