- Titulo: Infomadrid/ M.D.Gamazo
- Firma: Isabel Aylagas, subdirectora de Cáritas Vicaría V: «En nuestro territorio hay muchas personas en situación de vulnerabilidad»
- Fin Agenda: 24-04-2024
La parroquia de San León Magno (Concejal Benito Martín Lozano, 7) ha acogido este martes, 23 de abril, la tercera de las ponencias de los 'Martes de la Escuela Diocesana de Formación Social' sobre Doctrina Social de la Iglesia organizados por la Escuela Diocesana de Formación Social para la Vicaría V. Con el tema Los desafíos de la pobreza y la exclusión. La realidad de la Vicaría episcopal V, ha sido ofrecida por el equipo de Cáritas Vicaría V.
?Inmigrantes, pobreza y mirada creyente centran esta semana los 'Martes de la Escuela Diocesana de Formación Social'
— Archidiócesis de Madrid (@archimadrid) April 22, 2024
?Todas las charlas que organiza @PasSocialMad se podrán escuchar de 18:30h a 20hhttps://t.co/VDczrGbQiu
Isabel Aylagas, subdirectora de la entidad en el territorio, comenzó su exposición afirmando que «en Cáritas Diocesana de Madrid queremos estar cerca de los más vulnerables», y remarcando que «quien cambia la realidad es aquel a quien le toca el corazón, por lo que nosotros intentamos sensibilizar, e invitamos a hacer un compromiso social y comunitario. Si pensamos que la gente necesita alimentos, les damos lo que creemos que necesitan. No analizamos. Y es importante hacer un ejercicio de escucha para conocer la realidad, y actualizar nuestras respuestas».
«Todos los cambios -dijo- afectan a la sociedad actual y conforman la realidad social en la que vivimos». Por eso, partiendo de los datos del Informe Foessa 2023, dibujó un mapa de la situación social que se vive en Madrid. «Tenemos un 19,4% de población en riesgo de pobreza y de exclusión social. Además, ha aumentado el porcentaje de personas en situaciones de carencia material severa: a veces, no pueden pagar la vivienda, y si lo hacen, no pueden encender la calefacción o comer carne o pagar los insumos…».
Exclusión social en la Vicaría V
«Cáritas -explicó- no quiere centrarse en la pobreza económica, sino en la exclusión social, que va más allá. Un excluido social lo es no solo porque no tiene ingresos, sino porque no puede pagar a la vivienda, o acceder al sistema sanitario de salud, o empadronarse, o tener la posibilidad de una educación gratuita… La pobreza económica es la suma de muchos factores».
En este marco, dio a conocer la situación real que afecta a la Vicaría V. «El territorio está integrado por cuatro distritos: Centro, Arganzuela, Usera y Villaverde. Y si en Madrid el índice medio de vulnerabilidad es de un 4,93, en nuestros arciprestazgos vemos cómo, según la zona, se eleva. Por ejemplo, en Centro, donde tenemos tres parroquias -Santo Cristo del Olilvar, San Millán y San Cayetano, y San Lorenzo-, el índice es de 8,52. Pero en Villaverde sube a 11,72, y en Usera está en un 12,76. La mayor vulnerabilidad pertenece a las parroquias de San Simón y San Judas, en el distrito de Orcasitas-San Fermín, Transfiguración del Señor, en el de Usera-Almendrales, y San Cristóbal, en el de Villaverde. Pero estas cifras solo tienen en cuenta a las personas empadronadas. Hay mucha gente que no figura en el padrón, y que sufre esta situación de vulnerabilidad».
Isabel Aylagas expuso cómo la descripción de esta realidad social según la zona puede variar. «La renta media por hogar es inferior en Usera y en Villaverde. Sin embargo, en Centro, sobre todo Lavapiés, hay mayor índice de población extranjera empadronada, y un mayor número de personas mayores de 75 años que viven solas. En cuanto al absentismo escolar, predomina en Usera, aunque en Villaverde también es considerable». Una radiografía que, a su juicio, es muy similar a la de las vicarías IV y VI, las tres más vulnerables de la diócesis.
Atención a las familias
«En el año 2023 -confesó- atendimos a un total de 5.853 familias. Una cifra que ha subido en un 6,4% respecto al año anterior». «La mayor parte de la ayuda ofrecida se destinó a vivienda o necesidades básicas. En estos momentos, la vivienda es uno de los problemas fundamentales. Muchas personas viven en habitaciones alquiladas, sin acceso a la cocina, o sin calefacción… O en casas insalubres, o que no son seguras». A esto se une otra realidad muy preocupante. «La soledad no deseada ha aumentado, sobre todo desde la pandemia. Pero no llegamos a ellos, porque a veces la familia no nos deja que vayamos a verlos». Para responder a esta situación, hay parroquias del territorio que han puesto en marcha proyectos, como Nuestra Señora de las Angustias.
Además, señaló que otro de los retos planteados es «atender a las personas que vienen huyendo, por un montón de situaciones. Pero llegan a una sociedad que a veces no les acoge, o no entiende su problema. Ese es nuestro reto, desde la entidad: acoger y sensibilizar». Y el acceso al empleo. «Hay muchas personas mayores de 45 años que no tienen trabajo, pero sí papeles para poder trabajar. Nosotros tenemos un Servicio de Orientación e Información para el Empleo (SOIE) desde el que les podemos ayudar. Hay ofertas de trabajo que no se cubren, porque la gente no sabe que desde la entidad les podemos ayudar».
Salud mental y lenguaje del deporte
Alejandro García y Karina Navarro son dos jóvenes de Cáritas Vicaría V que han intervenido en esta sesión formativa aportando su testimonio de cómo se está dando respuesta desde la entidad a uno de los graves problemas detectado en el territorio: el de la salud mental en adolescentes y jóvenes.
«En nuestros proyectos de menores -ha reconocido Alejandro García- hay muchos con esta problemática, pero no tenemos formación para ayudarles. Nos encontramos casos a diario de chicos que se autolesionan, o que nos cuentan que no tienen fuerzas ni para levantarse de la cama. Muchos sufren aislamiento». A esto se añade, según Isabel Aylagas, «una realidad que estamos descubriendo en Orcasitas: los servicios sanitarios están asustados con el tema de abusos a menores. Hay que tener en cuenta que viven familias hacinadas en una habitación, en casas compartidas, y los pequeños se quedan muchas horas solos». «Hay parroquias que les ofrecen alternativas, por ejemplo, para que los niños pasen la tarde estudiando en espacios seguros, o que conozcan a otros chicos en su misma situación con los que pueden salir».
También en Orcasitas, han puesto en marcha un proyecto de calle que ya está funcionando en Lavapiés. «Hemos empezado a salir a la calle -aportó Karina Navarro- porque muchos no se acercan a las parroquias, sobre todo los más jóvenes. Nosotros salimos a buscarlos. Nos preocupa la realidad que están viviendo en Orcasitas, en Orcasur, en San Fermín. Por eso, hemos dedicado un tiempo a patear esas calles, ver cómo viven, qué hacen, conocer sus dinámicas y reconocer su realidad para dar respuestas. Y la ‘solución’ vino por utilizar el deporte para empezar a crear vínculo con ellos. La Vicaría puso a nuestra disposición material deportivo. Nosotros jugamos con ellos. No se trata solo de enseñarles a hacer deporte, sino de aportar también valores. Hemos descubierto que les encanta. Ellos saben que cada semana vamos a estar en el parque, con ellos, para jugar, escucharlos, atenderles… Hace falta estar con las personas», aseveró.
Para Alejandro García, esta iniciativa «ha servido como punto de partida para entablar una relación que nos ha acercado a sus familias. Muchas veces, no conocen que tienen un servicio de apoyo en la parroquia de enfrente». En este sentido, aludió a otro de los grandes problemas de la zona, que es el de las bandas juveniles. «Gracias a la comunidad parroquial de San Fermín hemos conocido y acompañado a la familia de un chico que falleció hace unos meses. Están poniendo en marcha un proyecto de música con jóvenes que se están iniciando en las bandas. Nosotros hemos contactado con los amigos de ese chico, y les estamos acompañando».
«Este proyecto cuenta con el apoyo de las comunidades parroquiales de Madre del Buen Pastor, San Fermín, San Bartolomé, Preciosa Sangre y San Simón y San Judas. Es importante que la gente de las parroquias nos cuente lo que está pasando, que nos indiquen por dónde hay que pasar, dónde están los problemas. Y nosotros caminamos con otra mirada, porque la comunidad está en salida. Nos acercamos a los jóvenes. Estamos con ellos. No les queremos dejar solos. Y, además, nos lo pasamos genial. Es maravilloso», concluyeron.