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Los ecónomos de las archidiócesis de Madrid, José Luis Bravo, y Toledo, Anastasio Gil, firmaron este lunes, 13 de marzo, en la sede del Arzobispado de la capital sendos convenios con la subdirectora de Generación Distribuida de Repsol, María Julieta Maresca, para que la compañía multienergética desarrolle comunidades solares en iglesias e inmuebles diocesanos.
Esta iniciativa busca impulsar la generación y el consumo de energía eléctrica renovable de proximidad y ha sido seguida muy de cerca por la Comisión Diocesana de Ecología Integral, que desde hace años promueve en Madrid buenas prácticas para responder a la llamada a cuidar la creación del Papa Francisco en Laudato si.
Repsol desplegará, en una primera fase, comunidades solares en una decena de parroquias en Madrid y en casi una treintena de templos de Toledo, además de en otros inmuebles religiosos dependientes del Arzobispado primado.
Mediante esta alianza, más de 700 hogares aledaños a las parroquias de Madrid donde se situarán las comunidades solares y más de 2.800 cercanos a las iglesias e inmuebles ubicados en distintos municipios de la archidiócesis toledana se podrán beneficiar de este modelo de autoconsumo colectivo de energía renovable.
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Sobre el servicio
Como explica la compañía, Repsol Solmatch es «un servicio de autoconsumo compartido basado en un modelo energético 100 % renovable» con el que inició el camino hacia la generación distribuida de energía solar en España.
Este modelo —detalla— «acerca la generación de energía al punto de consumo a través de comunidades solares en las que se genera electricidad local y 100 % renovable a partir de placas fotovoltaicas instaladas en los tejados de edificios, para que los hogares que estén situados en un radio de dos kilómetros puedan conectarse y contratar este servicio y energía sin tener que realizar ninguna otra inversión».
Repsol cuenta actualmente con 356 comunidades solares de Solmatch repartidas por toda España, en distintas fases de implantación, que permitirán a 28.000 hogares potenciales la posibilidad de consumir energía solar sin necesidad de llevar a cabo una instalación propia. Estas comunidades contribuirán a reducir unas 3.600 toneladas de CO2 al año.
