Madrid

María Madre del Amor Hermoso invita a los jóvenes a terminar el curso con un encuentro de adoración eucarística

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  • Firma: María Madre del Amor Hermoso invita a los jóvenes a terminar el curso con un encuentro de adoración eucarística
  • Fin Agenda: 17-06-2024

La parroquia María Madre del Amor Hermoso de Villaverde Bajo (Vicente Carballal, 11) acogerá este lunes, 17 de junio, el último encuentro mensual de este curso pastoral de la Adoración Jóvenes. Una hora de adoración con Jesús en la Custodia terminando el curso con quien sabemos que nos ama.

Como es habitual, dará comienzo a las 19:30 horas con la Eucaristía. Y continuará a las 20:00 horas con la adoración eucarística, acompañada de meditaciones, cantos, y sacerdotes administrando el sacramento de la Penitencia.

El cardenal Cobo recuerda que «muchos desplazamientos turísticos y peregrinaciones se han sustituido por éxodos de personas que son obligadas a abandonar sus hogares»

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«¿Cómo podemos mejorar el mundo, vivir de forma nueva este verano y nuestros desplazamientos en medio de muchas malas noticias y heridas que estamos llamados a sanar?». Con esta pregunta ha interpelado el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en su homilía este domingo 16 de junio. En la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción de La Cabrera se ha celebrado la Eucaristía organizada por el Departamento de Pastoral del Turismo de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana de la CEE que ha sido retransmitida por TVE.

Desde esta población de la Sierra Norte de Madrid, el cardenal ha recordado que en este tiempo que se abre para la contemplación, oración, ocio o nuevas relaciones sociales, «es un tiempo especial pero que permanece bajo el sonido indirecto de varias guerras abiertas que generan, también en vacaciones, muerte». El arzobispo de Madrid ha invitado «a poner ante Dios el verano y cuanto en él hagamos» algo que también «es una de las preocupaciones de la Iglesia, para instaurar la paz a través del dialogo y encuentro. La paz vive cuando se afianza la justicia, el derecho internacional y el desarrollo de todos los pueblos. No podemos acostumbrarnos a las situaciones de guerra». Además ha recordado las palabras del Papa Francisco que repite, «incansablemente», su llamamiento para la paz. «¡Basta! Por favor, detengan el ruido de las armas y piensen en los niños, en todos los niños, como en sus propios hijos. Miremos todos al futuro a través de los ojos de los niños. Ellos no preguntan quién es el enemigo a destruir, sino quiénes son los amigos con los que jugar; ¡necesitan casas, parques y escuelas, no tumbas y fosas!».

El cardenal Cobo ha subrayado cómo los desplazamientos turísticos y peregrinaciones se han sustituido por «éxodos de personas que son obligadas a abandonar sus hogares». Recordando las lecturas, ha mencionado el testimonio de Ezequiel, que con su ejemplo, «nos invita a tomar partido y ver las posibilidades que tenemos cada uno para responder al impulso que Dios nos pide, estemos en destierro o en patria».

Las lecturas de hoy, ha proseguido, «muestran la esperanza que llama a transformar, curar y cuidar a todos. No solo lo grandioso es lo que cuenta. El Evangelio siempre se desarrolla a ritmo de siembra, y ese es nuestro estilo. Sembrar sin descanso en cada familia, en cada actividad cotidiana, también en el ocio. Así aprenderemos que el éxito no es nuestro, sino de la acción que Dios tiene. El Reino de Dios pide sembradores sencillos y crece cuando confiamos en la providencia». Por ello, ha pedido finalmente «abrirse a la acogida para que este verano añadamos a nuestra mochila la conciencia que somos sembradores de una paz que es una tarea humana pero sobre todo regalo de Dios que es quien la hacer germinar».

«El turismo puede favorecer decisivamente la recuperación de las relaciones interpersonales por las que todos sentimos una profunda nostalgia»

El Dicasterio para la Evangelización, al que compete el turismo religioso, se siente interpelado en esta situación y pretende ofrecer su contribución para que el mensaje de paz llegue a quienes trabajan en el sector turístico, de modo que a través de ellos se construya una cadena de auténticos constructores de paz. Por ello ha escrito un mensaje en el que destaca, en primer lugar, «la gran pastoral llevada a cabo por tantos sacerdotes y laicos que dedican su vida a hacer que el turismo y las peregrinaciones sean activos y fructíferos. Un pensamiento de gratitud va dirigido a todos ellos. Entendemos las dificultades que surgen para este sector debido a las restricciones provocadas por la falta de seguridad y, a pesar de ello, están invitados a abrirse a nuevos caminos, manteniendo viva la posibilidad de que pronto se reanuden las peregrinaciones en los países que tradicionalmente conservan la riqueza de nuestra fe y de nuestra historia».

El interés que mueve a millones de turistas puede conjugarse fácilmente con un compromiso de fraternidad, para constituir una red de «mensajeros de paz» que se dirijan al mundo entero para invocar el fin de toda guerra y la reapertura de territorios llenos de historia, cultura y fe. Por otra parte, el camino de belleza que caracteriza a estos destinos no puede ni debe verse oscurecido por la fealdad de la destrucción y los escombros que vienen a sustituir lo que el genio de las generaciones anteriores había construido como emblema de paz y de compartir.

La belleza de los paisajes desata la verdadera vida y el deseo de existir. El turismo puede favorecer decisivamente la recuperación de las relaciones interpersonales por las que todos sentimos una profunda nostalgia. En una época como la nuestra, marcada por la presencia masiva de la tecnología que limita las relaciones entre las personas, es bueno alimentar y apoyar un compromiso renovado con la cultura del encuentro, tan fuertemente defendida por el Papa Francisco. Es necesario situarla en el centro de nuestro compromiso pastoral con el turismo.

Manolo Claros, director de la Fundación Santa Lucía: «Tenemos a muchas personas mayores en una situación de soledad»

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  • Fin Agenda: 15-06-2024

Este sábado, 15 de junio, se celebra el Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez. Una jornada a la que se ha sumado la Iglesia de Madrid, que trabaja y atiende a las personas mayores desde numerosos proyectos. Uno de ellos, la residencia de la Fundación Santa Lucía. Como explica su director, Manolo Claros, «se trata de un edificio propiedad de Cáritas Diocesana de Madrid, pero gestionado por la Fundación Santa Lucía. En su patronato, la Fundación está íntimamente relacionada con Cáritas y con la diócesis de Madrid».

«Con motivo de la conmemoración de este día, y en esa lucha contra la soledad y la violencia de las que a veces son víctimas los mayores -prosigue-, durante toda esta semana hemos estado celebrando una serie de acciones y encuentros con los mayores y sus familias. Son iniciativas que nos ayudan a visibilizar y a poder denunciar algunas situaciones que se están dando. Así, hemos comenzado la semana con una fiesta para familiares y voluntarios, en la que José Luis Segovia nos ha presidido una Eucaristía, y ha estado muy cercano y muy agradable con todas las familias. Posteriormente, hemos tenido una merienda y bailes, para amenizar a todos los mayores. Además, hemos realizado otras actividades: una sesión de cine, un bingo, actuaciones de un grupo musical de la parroquia de una residente. Y todo ello ha culminado con la salida y excursión que hemos tenido el miércoles pasado, a la Dehesa de la Villa, donde pudimos comer con 22 de los residentes; se trata de una salida que están esperando todo el año, porque les motiva muchísimo poder ir a lugares, a sitios a donde iban ello antes, o que conocían, y que les recuerdan mucho esa realidad que ya no viven».

Actuacion Musical Santa Lucia

«Como culminación de los actos que se van a celebrar este sábado en varios en proyectos de Cáritas Diocesana de Madrid para conmemorar esta jornada -apunta-, nosotros haremos una actividad en la que los mayores puedan recortar esos puzles con los que intentamos decirles que todos ellos son importantes, que forman parte de esta sociedad, y que no les olvidamos. Con ese gesto, vamos a denunciar esta situación de soledad o maltrato que alguno de los mayores está sufriendo».

Fundación Santa Lucía

«Tanto la residencia como la gestión de la Fundación Santa Lucía -comenta- empezó allá por el año 2001, por lo que ya son 23 años de andadura. Y el objetivo, tanto de la Fundación como de la residencia, era atender a todos aquellos mayores que no tuvieran en esos momentos medios económicos para poder pagarse una residencia privada. Es cierto que esa realidad ha ido cambiando con la Ley de Dependencia, y con las posibilidades que ofrece la administración pública, donde toda persona tiene derecho a una plaza pública. Pero la realidad es que muchas de esas personas que, aún teniendo ya derecho a una plaza pública, aguantan en su casa, e intentan vivir en su medio y en su entorno el máximo tiempo posible; y, en un momento dado de empeoramiento de su salud, cuando empiezan a aparecer signos de deterioro cognitivo, de pérdida de memoria, o si hay alguna caída, con rotura de cadera o algún traumatismo, lo que hace imposible que puedan seguir viviendo en sus casas, surge una necesidad urgente en la familia de encontrar una plaza privada».

Resiencia Mayores 24

«Así que -añade- las familias, una vez que tienen esta urgencia y esta necesidad, se encuentran con que no tienen tramitada la dependencia. Es un proceso que puede llegar a tardar casi un año, a lo que hay que añadir posteriormente la demora en la adjudicación de una plaza pública. Y ese es nuestro objetivo actual: estamos cubriendo y atendiendo tanto las necesidades como las urgencias de estos mayores y de sus familias, mientras intentan conseguir una plaza pública, ya que no pueden pagar una residencia privada, que en estos momentos tienen un coste bastante elevado. Nosotros podemos llegar a un acuerdo de cuota parcial y de beca. Nuestro precio está en 2.400 euros al mes para las personas que puedan pagarlo, pero la gran mayoría de residentes que tenemos en estas plazas privadas no pueden cubrir ese coste. Esa es la finalidad y el objetivo que tiene esta residencia de la Fundación Santa Lucía que pertenece a Cáritas Diocesana de Madrid», remarca. «Ahora mismo -señala- esta residencia atiende a un total de 70 mayores, de los cuales 35 están conveniados con la Comunidad de Madrid en plaza pública, y las otras 35 plazas son de gestión privada, con el objetivo de ayudar a estas familias y residentes que no puedan pagar un precio estándar en una residencia privada», insiste.

Confiesa que, «aunque en la residencia, no hemos detectado casos de violencia o de maltrato al mayor, sí es verdad que tenemos a muchas personas mayores en una situación de soledad, con pocas visitas, o prácticamente ninguna. Nuestro voluntariado hace ahí una labor de contención anímica muy importante, ya que, gracias a ellos, estos residentes que no tienen visitas pueden salir a dar un paseo, a hacer alguna compra que necesiten, o simplemente charlar con alguien distinto a los que habitualmente ven aquí, o están cuidándoles todos los días», concluye.

Mayores Fundacion Santa Lucia

Jesús Junquera, canónigo de la catedral: «El papa Juan Pablo II le dijo al cardenal Suquía que quería venir a consagrar la Almudena»

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  • Fin Agenda: 15-06-2024

Este sábado, 15 de junio, se cumplen 31 años desde que el para Juan Pablo II, hoy santo, consagrara y dedicara la catedral de Santa María la Real de la Almudena. Una jornada memorable, que aún perdura en la memoria de muchos. Sobre todo, de aquellos que vivieron ese día muy de cerca, y contribuyeron a que fuera una realidad, como el actual canónigo de la catedral, Jesús Junquera.

«Hay días en la vida que te marcan de una forma especial -explica-, sobre todo cuando eres consciente de que estás viviendo un momento histórico. En este caso, un momento histórico para mi querida diócesis de Madrid. Era algo añorado. Algo que todos, en el fondo, estábamos deseando y echando de menos: que Madrid tuviese su propia catedral».

«Yo, entonces, todavía estaba de párroco en Cristo Resucitado, pero formaba parte del equipo de ceremonieros de la diócesis. Por eso, mi cargo era hacer posible, con otros compañeros, que la ceremonia se pudiese desarrollar. Mi cometido principal era el de acompañar a los que, de una forma u otra, tenían una actuación concreta en la misma: ya fuesen los lectores, los que fueron llevando todo lo necesario para la bendición del altar, los seglares que después colaboraron vistiéndolo y adornándolo, y poniendo las velas… Todo aquello que tuviese un movimiento, estaba a mi cargo», confiesa.

Oracion Suquia Juan PabloII 93

Recuerda que «fue el papa Juan Pablo II fue el que quiso venir. El cardenal Suquía fue a visitarle, y el mismo papa le dijo que se había enterado de que de nuevo se habían reemprendido las obras para terminar la catedral de la Almudena, y que él quería venir a inaugurarla. Con eso, el cardenal Suquía llegó a Madrid e inmediatamente se puso en marcha toda la maquinaria para poderle recibir y, en un tiempo récord, hacer que la obra estuviese prácticamente casi terminada».

Y es que, comenta, «al templo le faltaban todavía muchas cosas. De hecho, los ensayos los tuvimos que tener en la capilla del Seminario, porque no se podía estar en el templo. El único ensayo que tuvimos dentro, lo hicimos con mascarillas, porque había un polvo enorme, debido a que unos días antes todavía estaban colocando el suelo. Eso hizo que todo fuese un poco más complicado, pero contribuyó a que lo viviésemos de una forma muy especial», asegura. «Todos los días previos -prosigue- fueron de preparación, y de muchos nervios, porque teníamos que asegurarnos de que no faltase nada. Eran muchísimas las cosas que había que preparar. Y todo ello hizo que formásemos un gran equipo y que de verdad lo viviésemos como algo central para nosotros y, por supuesto, para la diócesis».

Detalle Consagracion Altar93

«Tengo muchos recuerdos -asegura-. Muchos recuerdos. De cuando comenzamos con los preparativos, ver lo difícil que era... Complicaciones impensadas, como cuando llegué y descubrí que de la noche a la mañana me habían cambiado las credencias de sitio, y tuve que dar la vuelta a los esquemas para ponerlos de otra forma… Son muchos recuerdos -insiste-, de los buenos ratos compartidos, pero con la ilusión de estar viviendo algo excepcional e histórico. Recuerdo, por supuesto, la llegada del Santo Padre: nos saludó a todos antes de entrar a la sacristía, y eso hizo también que para nosotros tuviese un sentido muy especial; nos sentimos agraciados en ese momento, al poder estar en aquel lugar. Todo esto te impacta y te emociona. Incluso después de 31 años, te hace pensar qué felicidad y qué don de Dios fue haber podido vivir aquel día, y los previos, de preparación… Un recuerdo muy emocionante fue el traslado de la Virgen de la Almudena desde la colegiata de San Isidro hasta la catedral, unos días antes, en una gran procesión. Fue verla entrar en el templo, y pensar: ya está, ya tiene casa en Madrid otra vez. Y eso te llega al corazón, muy hondo», remarca.

«Hoy -afirma- la catedral sigue siendo para Madrid el centro de los que vivimos nuestra fe. En ella está la cátedra del obispo, que nos guía. Y sigue convocando, y cumpliendo una gran misión, que es que la diócesis nos reunimos en ella, como una gran familia, en torno a nuestro obispo, y presididos también y bajo el manto de nuestra Madre y Patrona de la Almudena. Por eso, este día lo celebramos siempre con gozo. En nuestra liturgia hay una celebración especial siempre para recordar la dedicación del templo. Nosotros siempre celebramos esa Eucaristía, recordando ese día, que fue de gran importancia para Madrid, y que será siempre un recuerdo imborrable para todos aquellos que obtuvimos la suerte de poder asistir», concluye.

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