En una entrevista en El Espejo de Madrid de COPE, la superiora general del Monasterio de Santa María de la Almudena de las Oblatas de Cristo Sacerdote, la Madre Teresa López Orozco ha hecho una lectura del lema de la Jornada Pro Orantibus ‘Contemplando tu rostro, aprendemos a decir: “¡Hágase tu voluntad!’, que la Iglesia ha celebrado este pasado domingo, 26 de mayo. «Vivir la misma vida de Cristo, contemplando al Padre, que como Hijo recibe todo del Padre, primero es el don y luego la entrega, entonces el hágase tu voluntad es un sí a recibir el don. La obediencia es siempre una puerta abierta a recibir la vida auxiliar, que es la alegría de ser hijos de Dios».
Esta comunidad está integrada por 16 hermanas, la Madre Teresa tiene 62 años, pero fue hace ya 43 cuando solo tenía 19, cuando sintió aquella mirada, aquella llamada que le cautivó el corazón para seguirle y para entregarle por completo su vida. «En la confirmación me encontré con el Señor y fue una cosa irresistible, o sea, me cambiaron los gustos, los atractivos y deseaba, abrirme al don de Dios, hacer su voluntad».
Santidad sacerdotal
Asimismo, la madre Teresa ha afirmado que Jesucristo ha entregado su vida por todos. «Cuando vamos a misa, los cristianos decimos por Cristo con Él y en Él, así unimos nuestra vida, nuestras alegrías, nuestras penas a la ofrenda de Cristo, pero esa ofrenda se hace posible por la presencia de los sacerdotes». En esta línea ha apuntado que esos sacerdotes son santos «por la unción sacerdotal», pero también «tienen su parte humana y hay que ayudarles con la oración. Su santidad también depende de que la vida de Dios llega al pueblo de Dios. Eso es una alegría. Vivir esa grandeza de que Cristo sigue presente entre nosotros, en la eucaristía y a través de los sacerdotes».
Por úlimo, la madre Teresa ha explicado que la voluntad de Dios se manifiesta en cosas concretas: «primero en la vida misma, por ejemplo a la madre de familia Dios le pide que cuide de sus hijos, y en la vida contemplativa, cada cosa comunitaria es una presencia del Señor, una voluntad de Dios. Es en la vida sencilla donde nos encontramos con Él»
Monasterio de Santa María de la Almudena
Aunque la Hermanas empezaron su vida en Comunidad el 24 de mayo de 1939, fue el 11 de octubre de 1945 cuando se inauguró la Casa-Madre Congregación en Madrid. La Casa-Madre acoge a la Madre General y su consejo así como, al Noviciado y al resto de la Comunidad.
Las hermanas que deciden entrar en la Congregación pasan unos años de discernimiento y formación para comprobar que esa es su verdadera vocación. Transcurrido ese período se hacen los primeros votos que, en un principio son temporales.